68. Sacrificio por la Victoria
Se encontraban en posición de combate con las armas hacia arriba en guardia, listos para el combate. Mientras tanto el rey supremo se levantaba de su trono e iba caminando lentamente hacia ellos hasta que los sorprendió con un ataque veloz parecido al que hacía el gran maestro. Su primer objetivo fue Liz, y con los reflejos suficientes pudo colocar su alma para bloquear ese poderoso puño lanzado hacia ella. Como consecuencia Liz acabo en el suelo pero gracias a su resistente lanza y el apoyo que le brindaba su nueva armadura apenas recibió algún daño, como contraataque Jolyne le disparó varias flechas cargadas con magia eléctrica que alcanzaban altas velocidades pero no consiguió dar en su objetivo.
- Rey Supremo: tienes buena resistencia para soportar mi golpe. Y esas flechas, deberán ser más rápidas si quieres darme realmente.
- John: ahora verás de que somos capaces.
- Zoro: ¡vamos!
Ambos espadachines fueron contra él, esta vez Zoro comenzó desde el principio con el estilo santoryu colocando la tercera espada en su boca. John para tener más velocidad rodeó de fuego su cuerpo y lo usó como impulso en sus pies, lo mismo hizo Zoro pero usando un fuerte tornado que le envolvía e impulsaba hacia su enemigo. Ambos se coordinaban para intentar asestarle algún golpe mientras potenciaban sus respectivos elementos para tener más poder. Todos sus golpes eran bloqueados por los brazos y piernas de su enemigo, el cual tenía una resistente armadura en su cuerpo que no conseguían romper. Ambos se retiraron hacia atrás y se colocaron cerca de sus compañeros.
- Rey Supremo: necesitaréis mucho más poder para derrotarme e ¿intentar vencerme con solo dos a la vez? No me hagan reír. Soy capaz de derrotar a mis guardias reales a la vez, y vosotros no les llegáis ni a la suela.
- John: puede que dos no podamos...
- Jolyne: ¡pero cuatro si!
Está vez se coordinaron los cuatros para atacar, mientras Jolyne disparaba numerosas flechas a altas velocidades, John atacó por la izquierda, Zoro por la derecha y en el centro se encontraba Liz con su lanza, era complicado al principio coordinar tantas armas en un espacio reducido además de ser bastante predecibles en el combate. Poco a poco se fueron habituando y eran capaz de producir mejores combos, pero no eran los únicos. El rey supremo se empezó a acostumbrar al ritmo y técnicas de cada uno, algo comprensible debido a los años de experiencia y numerosos combates. El rey supremo comenzó a mejorar también, sus golpes eran rápidos y certeros empezando a ser mucho más peligroso al intentar encajarlos incluso con la nueva armadura que tenían. Se retiraron y el rey supremo se quedó pendiente de ellos pero sin interés por atacar, probablemente quería esperar de que serían capaces sus oponentes.
- John: si seguimos así solo acabaremos agotados y nos matará.
- Liz: ¿pero que podemos hacer?
- Jolyne: lo tenemos muy complicado, es demasiado poderoso.
- Zoro: pero eso ya lo sabíamos, venimos aquí sabiéndolo. Pero debemos vencerle cueste lo que cueste ¿no?
- John: tenemos que hacerlo.
- Liz: puede que tengamos que usar todo nuestro poder e incluso más.
- Jolyne: tendremos que usar los que nos dió Horadrim.
- Liz: dijo que era algo demasiado peligroso, incluso podríamos morir.
- Zoro: ¿de qué estáis hablando? ¿Qué os dió?
- John: es una sustancia que podría llevarnos hasta un poder cercano a lo divino. Y para derrotar a alguien más fuerte que un dios necesitamos un poder mucho más cerca del suyo.
- Jolyne: podríamos morir si lo hacemos, pero debemos hacerlo.
- Zoro: espera, ¡¿morir?! ¡No podéis hacerlo! Es demasiado peligroso.
- Liz: lo siento, pero todos los que están ahí fuera han venido para luchar por nosotros y darían la vida por esta batalla, nosotros también lo haremos.
- Jolyne: aún así, si no lo intentamos moriremos.
- Rey Supremo: ¿creéis que cualquier tipo de sustancia sería capaz de ayudaros a ganar? He vencido a ejércitos, derrocado reyes y asesinado dioses.
- Liz: te acabaremos venciendo aunque nos cueste la vida.
- Rey Supremo: si perdéis me encargaré personalmente de acabar con cada uno de vuestros aliados y arrasar todas sus ciudades y habitantes.
- John: ¿por qué harías eso? ¡Morirían miles de inocentes!
- Rey Supremo: para demostrar que nadie debe enfrentarse a mi, y así ninguno de ellos volverá a cuestionarse mi poder y mi existencia.
- Zoro: ¿matarías a tantos inocentes solo por una demostración de fuerza?
- Rey Supremo: nadie es inocente del todo, y aún así yo soy el rey de todo el mundo, son mis ciudades, mis habitantes y puedo hacer lo que quiera con ellos.
- Zoro: ¡no puedes hablar así de las personas!
- Liz: te venceremos.
- Rey Supremo: intentadlo si podéis.
- John: chicas, sobrevivid como podáis.
- Liz: lo haremos.
Los tres sacaron el cristal que contenía la sustancia celeste que les dió Horadrim, la abrieron y se la tomaron. Al principio no pasó nada pero luego comenzaron a sentir una sensación de calor alrededor de todo el cuerpo. Su poder mágico comenzaba a crecer manifestándose el exceso en cada uno de sus cuerpos de forma diferente. En el caso de Jolyne todo su cuerpo comenzó a sobrecargarse de electricidad por todo su sistema nervioso con un poder incluso superior al que tuvo en el torneo. John comenzó a envolverse de llamas blancas y expulsaba un calor muy intenso miles de grados y el cuerpo de Liz se rodeó de agua y bajo ella comenzó a salir un charco a su alrededor con esferas de agua flotando a su alrededor.
- Zoro: yo tendré que ponerme a vuestra altura. ¡Reencarnación del espíritu de viento!
El cuerpo de Zoro se envolvió de aire que giraba a gran velocidad como el que usó contra Liz en el torneo.
- Jolyne: este poder me desborda, siento que puedo hacer cualquier cosa.
- John: y yo de quemar cualquier cosa, estas llamas podrían derretir casi cualquier cosa.
- Liz: veamos de qué somos capaces con este poder.
- Rey Supremo: venid a mi, y acabaré con vosotros.
Cada uno comenzó a concentrar su poder para que estuviera menos disperso y se dispusieron a hacer su ataque.
- Liz: dragón acuático.
De la base que se encontraba bajo Liz se comenzó a crear una serpiente gigante creada con agua que fue directa a su oponente, el cual la intentó destruir con su puño pero no pudo hacerlo y la serpiente lo empujó hacia atrás hasta que creó fuego en su cuerpo para evaporarlo.
- Rey Supremo: no te creas tanto, por haber ganado algo de poder.
Su contrincante se dirigió hacia ella para golpearla en el rostro a gran velocidad pero se encontró con una sorpresa. Cuando su puño estaba cerca de impactar en el rostro de Liz se llevó un gran golpe en el suyo, el poder de Jolyne la había dotado de una velocidad incluso superior a la del rey supremo. Con ese golpe no pudo evitar ser lanzado hasta John, el cual usó sus brazos para rodearlo.
- John: ¡llamas del rey demonio!
Su cuerpo comenzó a arder mucho más que antes con un calor superior a la propia superficie del sol, las protecciones del rey supremo comenzaron a derretirse y cayeron al suelo de forma líquida convirtiéndose en un charco de metal fundido. El rey supremo no podía evitar gritar de dolor ya que su cuerpo se estaba calcinando.
- Rey Supremo: sueltame o te arrepentirás de esto.
- Zoro: tu serás quien se arrepentirá. ¡espíritu ashura! ¡Castigo de los mil cortes!
Zoro se abalanzó sobre él y le corto en el pecho con su espada cubierta de un fuerte viento, tras eso numerosos cortes comenzaron a aparecer por el viento del ataque.
- Rey Supremo: ¡me habéis cansado!
Una gran onda de aire salió desde su cuerpo mandando a volar a John y Zoro dejando libre al rey supremo. Jolyne y Liz fueron hacia ellos corriendo para ver como estaban.
- Rey Supremo: me estaba pareciendo interesante el combate, pero me habéis hecho sangrar después de cientos de años sin hacerlo, y es algo que no voy a dejar pasar. Veréis como se usa la verdadera magia, ¡Dios de los elementos!
Sus ojos empezaron a iluminarse más aún, notaban como su poder comenzaba a incrementarse tanto como no habían sentido jamás. El rey supremo se había puesto serio, electricidad comenzó a recorrer su cuerpo y darle más velocidad, arena se elevaba del suelo formando una armadura completa que se compactó alrededor de su cuerpo. Un fuego intenso rodeaba su puño derecho y una fuerte corriente de agua su puño izquierdo, además sus pies se habían envuelto de viento que le elevaba varios centímetros del suelo.
- Rey Supremo: estáis ante la magia elemental más poderosa existente, la cúspide de la magia a un nivel que ni podríais soñar y ninguna sustancia os elevará a mi altura.
- John: ¡eso ya lo veremos!
Todos fueron hacia él usando su elemento como propulsor y de forma ofensiva, pero no sirvió de nada. Jolyne le lanzó varias flechas impulsadas con electricidad y tras esquivarlas fue hacia ella y le placó usando su fuerte armadura de tierra para embestirla. Liz le atacó con su lanza concentrando agua a su alrededor para darle más potencia e intentar atravesar la armadura, pero con su mano derecha sujeto la lanza y con potentes llamas evaporo todo el agua a su alrededor y cogiendo la lanza con fuerza la usó para lanzar a Liz hacia una pared de la habitación, pudo frenar el impacto usando agua en su espalda y aun así fue un gran golpe. John le intentó hacer un corte con su espada envuelta en llamas pero su oponente con el pie rodeado de viento le propinó una parada que lo mandó a volar. El último fue Zoro el cual con sus espadas intentó atacarle de frente usando el viento para cortarle con mayor potencia, pero el rey supremo saltó sobre sus espadas y le dio un cabezazo a Zoro en su cabeza y usando magia de rayo mandó un pulso eléctrico directo a su cerebro paralizandolo por unos segundos y rematandolo con una patada que le mando a volar junto a sus compañeros.
- Rey Supremo: ¿lo habéis entendido ya? Da igual quien venga o que usen, ¡yo soy superior y vosotros patéticos!
Le contestaron mientras se levantaban del suelo como podían.
- Jolyne: ¿crees que nos rendiremos porque seas poderoso? Te equivocas.
- Liz: puedes que tengas cientos de años y ninguno estemos a tu altura, pero tenemos algo que tú no.
- Rey Supremo: ¿si? ¿Y que tenéis?
- John: ¡compañeros!
- Rey Supremo: no me hagas reír, no se necesitan cuando eres el ser más poderoso del mundo.
- Zoro: te demostraremos el verdadero poder de tener personas a tu lado dispuestas a todo por ti.
Liz se montó en la espalda de Jolyne y la sujetó con fuerza, comenzó a correr con ella encima por los alrededores de la sala. Iban a una velocidad sobrehumana de miles de kilómetros hora.
- Rey Supremo: veo lo que estáis haciendo y no os lo permitiré.
- Zoro: no tan rápido, ¡prisión tornado, espíritu de viento!
El rey supremo intentó ir hacia ellas pero Zoro le detuvo formando una cúpula de potente viento a su alrededor para detenerle, pero incluso si podía hacerlo no duraría mucho.
- Rey Supremo: ¡esto no es nada para mí!
- John: ahora verás, ¡purgatorio del rey demonio!
John usó sus llamas para fusionarlo con el viento de Zoro y crearon una gran cárcel de fuego que había llegado a una temperatura tan grande que el suelo de alrededor se estaba transformando en magma. Mientras tanto Jolyne y Liz seguían dando vueltas cada vez a más velocidad.
- Rey Supremo: ¡os voy a matar!
Fue capaz de liberarse de la creación de ambos con un gran poder mágico que consiguió romper aquel tornado de llamas. Pero antes de que pudiera darse cuenta ellas hicieron su ataque.
- Liz: se acabó la batalla.
- Rey Supremo: ¿cómo... es... posible?
El poderoso ser se encontraba herido de muerte, el ataque de ambas fue atravesarle el corazón con la lanza de Liz envuenta en agua y a la velocidad que pudo alcanzar gracias a Jolyne. La armadura de tierra del rey se deshizo y los elementos desaparecieron de sus extremidades.
- Liz: descansa en paz. Inundación interior.
- Jolyne: pulso de Zeus.
John tiró su espada y se colocó junto a ellas.
- John: cremación del rey demonio.
La lanza de Liz hizo que pudiera esparcir magia de agua en el interior de su oponente y todo su sistema circulatorio, la cual Jolyne aprovechó para electrificarla y electrocutarlo desde dentro causándole graves daños en sus nervios. John usó sus llamas para calcinar a su enemigo dejando toda su piel de color negro y carbonizada. Tras eso el rey calló sobre su espalda con todo el cuerpo destrozado por fuera y por dentro, y los aventureros tras usar todo su poder cayeron al suelo.
- Liz: ¿he...mos... ga...na...do?
Tras decir eso las fuerzas de los tres héroes abandonaron sus cuerpos y Zoro fue hacia ellos para ver si estaban bien.
- Zoro: ¿estáis bien? Por favor responded, no puede acabar así, hemos vencido. No podéis dejarme solo, vinisteis para volver juntos.
Zoro se encontraba junto a los cuerpos de sus amigos llorando. La sustancia había elevado demasiado su poder y al usarlo por completo para derrotar al rey supremo sus cuerpos no pudieron resistir y se agotó su vida sin un adiós en su último aliento.
Tras eso entraron en la habitación un grupo de personas y Zoro se giró con lágrimas en los ojos y las espadas en sus manos.
- Gran maestro: tranquilo, somos nosotros. Los guardias reales han ardido en llamas de repente pero ahora se ve el porqué.
- Zoro: por favor, haz que se recuperen.
Entre los que habían entrado también se encontraban Gotoh, y los que se enfrentaron a los generales de guerra del rey supremo y el que más destacó fue Rin, quien fue corriendo hacia Jolyne para ponerla entre sus brazos.
Habían ganado la guerra y el combate, y aún así habían perdido a los héroes que habían arriesgado su último soplo de vida para acabar con su enemigo.
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