49. Rey Alado
Tras hablar con el rubio de alas rojas, comenzaron a subir escalones por una escalera de caracol con un hueco en medio, seguramente para que todo ser alado pueda ahorrarse el subir los pisos subiendo escalón a escalón.
Al principio era algo realmente sencillo ya que tras hacer varios kilómetros cada día corriendo mientras estuvieron en la tribu del bosque junto con Welfin, paraban en los pisos donde se encontraban las salas de esperas y se hacían algo de comer con lo que hubiera en aquella cocina, sobretodo cosas básicas, al ver como John se alimentaba a base de bocadillos. Se empezó a volver más y más duro tras recorrer los cien primeros pisos de altura, y el cansancio se empezaba a notar haciendo su cuerpo cada vez más pesado y lento, hasta llegar al piso ciento cinquenta a la sala de espera correspondiente.
- Liz: esto es mucho más agotador de lo que pensaba. Después de tanto entrenamiento hemos perdido resistencia.
- John: es normal, hemos seguido mejorando en resistencia y fuerza en combate, pero esto es como correr una maratón.
- Jolyne: yo voto quedarnos aquí un par de horas a descansar.
- John: pero no deberíamos perder el tiempo en hacerlo.
- Jolyne: si perdemos por estar cansados al subir, perderemos algo más que el tiempo.
- Liz: tiene razón, nos lo dijeron en la entrada y no sólo es por perder nuestras armas, sino que sería muy complicado reponer las legendarias. Y si es así, volveríamos a tener más desventaja para luchar contra el rey supremo y en el torneo.
- John: tenéis razón.
- Jolyne: además Tony nos dijo que podría esperar hasta mañana, así que porqué no descansar un par de horas y estar listos para el combate.
- Liz: además estamos acostumbrados a movernos, nos recuperaremos rápido de todo esto.
- John: bueno, entonces ¡a comer se ha dicho!
- Jolyne: ¿otra vez un bocadillo?
- Liz: come cada vez que puede, déjalo así tendrá fuerzas para luego. Además no sabe cocinar muchas más cosas.
- John: primero, si se cocinar, y segundo, yo no hago bocadillos, son obras de arte con varios pisos de pan y riquísimos ingredientes en su interior.
- Liz: claro que si, una comida de lujo, al menos para niños y albañiles.
- John: jaja muy graciosa, mientras se disfrute la comida es lo que importa.
John se alejó un poco de ellas para ponerse a preparar su bocadillo en la cocina mientras ellas estaban descansando en la sala de espera. Se hizo un bocadillo de varios pisos digno de un dibujo animado, con ingredientes de todo tipo que encontró. Cuando lo trajo a la sala de espera para comer, ellas le miraron con cara de "no se como te puedes comer eso", él las entendió sin que tuvieran que decir nada, y tras eso empezó a comerse el tremendo bocadillo que había creado.
Tras descansar dos o tres horas, no lo sabían muy bien ya que en la habitación no había relojes, pero notaban como sus fuerzas habían vuelto, por lo que decidieron volver a subir los últimos catorce pisos que les faltaba para llegar al rey.
Cuando llegaron ahí lo vieron, el nuevo rey de Talos. Se trataba de un hombre de alas blancas, metro noventa de altura, fuerte complexión y de piel blanca. Llevaba puesta una armadura dorada con capucha, una lanza en la mano derecha y un escudo en la mano izquierda.
Rey: ¿sois los humanos que han venido para retarme?
- Liz: así es, necesitamos que habrá las fronteras a los demás pueblos.
- Rey: ¿por qué debería hacer esto? Soy el rey de aquí, puedo hacer lo que quiera. Mis habitantes pueden conseguir lo que quieran pero los humanos quieren venir para negociar cosas que no necesitamos.
- Jolyne: ¿y que ganan al hacer esto? Los humanos hay cosas que le podrían aportar a los tuyos.
- Rey: ¿que por qué lo hago? Para demostrar la superioridad, de que podemos controlarlo nosotros y no ellos.
- Liz: ¡eso es una estupidez!
- Rey: soy Azrael, el rey de los alados, y tu una simple humana.
- John: deja de hablarnos asi como si fueramos inferiores. Te vamos a derrotar para que dejes de pensar así.
- Azrael: que sea algo limpio, solo podrá enfrentarse a mi uno de vosotros ¿quién lo hará?
- John: yo lo ha...
- Liz: ¡no! Déjamelo a mi, yo le demostraré la fuerza de los humanos.
- Azrael: adelante muchacha.
- Liz: echaos hacia atrás.
Ambos retrocedieron varios pasos para apartarse de ellos para que comenzara batalla. Se encontraban en una sala amplia con un alto techo, de unos cinco o seis metros de altura. Y en ella comenzó la pelea entre Azrael y Liz.
- Azrael: tienes tiempo de retirarte humana.
- Liz: ven por mi intento de paloma.
El rey enfurecido arremetió contra ella con su lanza, ella logró esquivar su ataque y devolvérselo pero fue bloqueada por el escudo. Estuvieron un rato sin poder conectar ningún ataque contra su enemigo, pero el rey cambió las tornas cuando le golpeó con sus alas empujándola contra la pared, pero pudo caer bien.
- Liz: con esos trucos no conseguirás vencerme.
- Azrael: ya veremos.
El combate se comenzó a poner mucho más difícil para Liz ya que Azrael ya no usaba sólo sus armas, sino que usaba sus alas para arremeter contra ella intentando romper su defensa. Liz estaba siendo muy golpeada por las alas del rey y algunos cortes superficiales por la lanza. Ella acabó arrodillada por los numerosos golpes a su cuerpo.
- Jolyne: ¡Liz!
- Liz: tranquila, estoy bien.
- Azrael: rindete humana, o tendré que ponerme serio y puede que no sobrevivas a ello.
- Liz: ¿contra tus plumitas? Creo que podré soportarlo.
- Azrael: ahora me demostrarás si estás en lo cierto.
El rey comenzó a elevarse con sus alas y aleteando para mantenerse en el aire a unos metros de altura, mientras Liz volvía a ponerse en pie.
- Azrael: te demostraré la superioridad frente a los humanos.
- Liz: aquí te espero pajarito.
El rey comenzó a volar hacia ella haciendo ataques rápidos y huidizos con la técnica de atacar y salir volando. Empezó a atacar de la misma manera desde distintos ángulos y sin dejar espacio a Liz para contraatacar. Mientras John y Jolyne debían ver como su amiga solo podía defenderse de esos ataques y no pudo hacerlo de todos, aunque no eran graves pero seguían sumándose más y más golpes. El rey se volvió a retirar en el aire para dirigirse a ella de nuevo.
- Azrael: ¿has comprendido el poder de los hombres y mujeres con alas? Somos superiores a los humanos normales.
- Liz: lo único que veo, que a parte de tirano eres un racista sin remedio.
- Azrael: no es racismo, sino selección natural. Se quiso que nosotros tuviésemos alas para predominar sobre los demás. Y tú eres fuerte, pocos humanos han aguantado tanto.
- Liz: gracias, me importa mucho viniendo de alguien con tan poca inteligencia y unas alas tan feas.
- Azrael: te iba a proponer servirme, pero dudo que puedas hacerlo después de que te atraviese el corazón con mi lanza.
- Liz: ¿intentas robarme el corazón? Que bonito, voy a emocionarme y todo.
- Azrael: ¡deja las burlas! Estoy cansado de ti humana, te cerraré la boca cuando acabe con tu vida.
El rey comenzó a volar en círculos cada vez a mayor velocidad, mientras tanto Liz cerró los ojos y comenzó a concentrarse todo lo que pudo y a girar su lanza con las manos a gran velocidad, casi imperceptible a la vista. Sólo con verlo se podía ver que esto se trataría del golpe final, ganase quién ganase no se podría seguir tras esto.
Azrael tras coger una gran velocidad volando en círculos cercano al techo, descendió empicado con su lanza para atravesar el pecho de Liz como había dicho anteriormente. El tiempo se congeló para los dos espectadores y sus sentidos se agudizaron por completo como si todo hubiera sido ralentizado.
Parecía como si Azrael fuera a conseguir ganar y matar a Liz, pero fue un resultado totalmente distinto. Cuando fue con su lanza contra ella, logró esquivarlo moviendo su torso y evitando que Azrael tuviera tiempo para reaccionar mientras ella usó el giro de su lanza a gran velocidad para acabar con él, de una forma más sangrienta de lo esperada. Corto sus alas con el filo de su lanza de manera muy rápida y sus espalda comenzó a sangrar y él a gritar de dolor.
- Azrael: ¡¡AAAAAGGHH!! ¡Mis alas!
- Liz: lo siento, pero era esto o matarte. Ahora podrás sentir lo que significa ser humano.
- Azrael: ¡nunca seré un humano! He perdido mis alas, he perdido todo.
- Liz: ¡deja de decir estupideces! Sigues vivo ¿tener alas o no que más da? Eres un ser vivo igual que nosotros. Comes, duermes, respiras, y te cae la lluvia igual que a nosotros.
¿Que más da una diferencia contra tantas cosas en común?
- John: tiene razón, mirate. Antes que un alado eres rey, guerrero y hombre. Eres un ser humano, con o sin alas.
- Azrael: no sé qué pensar.
- Liz: escuchanos, y trata de entenderlo.
- John: quieres proteger a tu pueblo y lo entiendo, pero no lo aisles. No sois mejores ni peores, cada uno es como es.
- Jolyne: Nunca pienses que eres superior o inferior a nadie, aunque la diferencia de poder sea diez, cien o mil veces mayor. Cada persona vive su vida como puede y con lo que tiene, sin más ni menos.
- Azrael: tenéis razón. Volveré a abrir las fronteras para que seres de todo el mundo pueda venir aquí.
- Liz: gracias por entrar en razón.
- Azrael: gracias a ustedes por abrirme los ojos. Estaré agradecido por mucho tiempo.
- Liz: nos basta con poder haber solucionado esto.
- Azrael: si necesitáis algo en algún momento os prestaré mi ayuda, no importa lo que sea.
- Liz: esperemos que no necesitemos nada así, pero muchas gracias. Nosotros debemos irnos pronto de vuelta, así que muchas gracias por todo esto.
- John: hay algo en lo que sí podría ayudarnos.
- Liz: tiene razón.
- Azrael: ¿de qué se trata?
- Liz: buscamos a un espadachín que usa tres espadas, de pelo verde llamado Zoro. ¿Has oído algo sobre el? Estuvo aquí hace tiempo.
- Azrael: no he oído hablar de él.
- John: ¿y personas que tengan que ver con el rey supremo?
- Azrael: es peligroso hablar de estas cosas.
- Liz: no te preocupes por ellos, es importante.
- Azrael: hace tiempo vinieron varios de ellos, iban de ciudad en ciudad buscando guerreros al que reclutar para el gran torneo. Pero no se nada más sobre ellos.
- Liz: es lo que nos temíamos. Bueno, muchas gracias por la información.
- Azrael: siento, no poder ayudar más.
- Liz: no te preocupes. Nos deberíamos ir pronto, asi que deberíamos ir bajando.
- Azrael: hay un ascensor para ir de este piso a la planta baja. Hace falta un código para usarlo pero podréis hacerlo.
- Jolyne: eso nos vendría realmente bien. Espero que a partir de ahora te vaya bien aqui.
- Liz: siento mucho lo de las alas.
- Azrael: no te preocupes por ello, me lo merecía y puede que se pueda arreglar. Hay médicos muy buenos aquí.
- Liz: me alegra escucharlo, nosotros nos vamos ya.
Bajaron por el ascensor hasta el piso más bajo donde está vez no había nadie. Salieron del rascacielo y se dirigieron hacia el donde se encontraba Tony.
- Tony: hola chicos, ¿lo conseguisteis?
Por dios, ¿que te ha pasado? Estás llena de cortes y magulladuras.
- Liz: tranquilo, he tenido peores heridas, lo hemos conseguido. ¿Tu has comprado lo que necesitabas?
- Tony: aquí lo tenéis.
Se trataba de un aparato circular brillante conectado a unos circuitos.
- John: ¿qué es?
- Tony: un reactor ARK de energía concentrada, es capaz de poner en funcionamiento una máquina durante años. Es parecido a un reactor nuclear pero menos peligroso.
- Liz: ¿para que lo usarás?
- Tony: os lo enseño cuando volvamos.
Tras estar montados en el dirigible se dirigieron de vuelta hacia Branova al puerto de dirigibles y volver al taller de Tony.
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