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41. Asentamiento del Desierto

Tras salir de Arcadia por la noche se adentraron en un desierto con su nuevo todoterreno en el que avanzaban mucho más rápido que de costumbre y comenzaron a hablar para mantenerse despiertos hasta encontrar un lugar donde quedarse. En este momento John era el conductor y se iba intercambiando de vez en cuando con Liz ya que Jolyne jamás había visto un coche y mucho menos conducido uno, pero con una brújula se encargaba de dirigir.

- John: Jolyne, ¿sabes hacia dónde está Nabat?

- Jolyne: debemos cruzar el desierto completo para llegar. Nabat es de las últimas ciudades de él y la más importante. Pero sólo podremos viajar de noche.

- Liz: ¿de día no se puede ir? ¿Hay alguna criatura peligrosa o algo que nos pueda poner en problemas?

- Jolyne: tranquila en este desierto no podría vivir ninguna criatura. Por la noche mantiene una temperatura ambiente de unos veinte grados pero durante el día la arena absorbe todo ese calor y podría llegar a sobre pasar los cincuenta o incluso llegar a los cien grados de temperatura.

- John: ¡pero eso es un horno! ¿Cómo es posible que haya personas viviendo en este desierto?

- Jolyne: las ciudades tienen una capa protectora parecida a una atmósfera local que provoca que el calor no pueda entrar fácilmente y las personas puedan vivir con normalidad.

- John: entonces será mejor darse más prisa y encontrar una de esas ciudades cuanto antes. O podríamos llegar a tener varios problemas ya que los neumáticos no aguantarían el calor y acabariamos tirados aquí.

- Jolyne: tenemos que procurar que eso no nos pueda ocurrir, o puede que no sobrevivamos.

- John: pues vamos a darle un poco de caña al coche.

John empezó a pisar el acelerador para avanzar más rápido y poder llegar a una ciudad antes de que se hiciera de día. Estuvieron toda la noche conduciendo hasta que comenzo a amanecer.

- Jolyne: no nos queda tiempo, debemos llegar a algún lugar antes de que el sol llegue a la parte más alta o no sobreviviremos.

- John: voy lo más rápido que puedo, mirad si hay algún lugar donde podemos quedarnos.

- Liz: solo se ve arena por todos lados, pero ninguna ciudad a la vista.

- John: seguid mirando, cualquier sitio donde podamos estar, aunque sea una cueva con sombra.

- Jolyne: debería haber lugares para que las personas pudieran viajar, pero no se nos acaba el tiempo.

- Liz: debe ser porque salimos tarde de la ciudad, estuvimos de noche en Arcadia y entramos en el laboratorio. Todo ese tiempo durante la noche es tiempo restado de viaje.

- John: encontramos algo pronto o estaremos acabados en unas horas.

Iban contrarreloj intentando buscar un lugar donde quedarse antes de que empiece a volverse peligroso seguir en el camino. Hasta encontrá algo en el camino dónde podrían estar.

- Liz: ¡allí! ¡Hay árboles y parece una laguna!

- Jolyne: ¡es un oasis!

- John: iremos hacia allá y nos quedaremos allí durante el día.

Entraron al oasis con el coche dejándolo en en los alrededores. No era un lugar muy grande pero había algo especial, al entrar notaron como la temperatura se reducio para ser un ambiente agradable.

- John: ¿que ha pasado? El ambiente es muy agradable incluso con el sol saliendo.

- Jolyne: debe ser por las barreras mágicas que os dije. Eso explicaría porque puede haber agua y vegetación.

- Liz: no parece que haya nadie aquí, ¿para que habría una barrera mágica? Debería haber una ciudad cerca para los viajeros.

- John: busquemos si hay alguien por aquí cerca.

Estuvieron caminando por el oasis mirando por los árboles alrededor de la pequeña laguna que había. No encontraron a nadie por ningún lado, así que intentaron pasar el día allí para esperar a que anocheciera y poder proseguir con su camino, así que se quedaron junto a unos árboles hablando.

- John: este sitio es muy agradable, está bien poder descansar un poco. Creo que incluso podría dormir agusto.

- Liz: no hemos dormido en toda la noche, quizás deberíamos hacerlo.

- Jolyne: dormid si queréis, yo he podido dormir un poco en el coche.

- John: entonces, ¿no te importa si lo hacemos?

- Jolyne: nono adelante, hay que estar descansados para continuar el camino de noche.

- Liz: si se nos hace tarde, despiertanos cuando empiece a anochecer.

- Jolyne: tranquilos yo me encargo.

Jolyne se puso a pasear por allí intentando no aburrirse durante el día. Esta vez notó algo raro, había pisadas en la arena pero no era de ninguno de ellos, las podía diferenciar ya que las pisadas eran de un pie desnudo y los demás llevan zapatos. Las empezó a seguir hasta que encontró a un anciano delgado y una larga barba sentado en el suelo junto a un árbol, tenía un palo en una mano y un pájaro en la otra.

- Jolyne: ¡¿quién eres?! Habíamos revisado el oasis por completo.

-???: lo mismo podría preguntarte, yo he creado este oasis con mi magia. Soy un mago errante.

- Jolyne: ¿cómo lo has creado? ¿Y cómo te has ocultado de nosotros?

- Mago errante: es fácil crearlo para quien conoce la magia. E igual digo con ocultarme de vosotros, es un simple truco de reflexión de luz.

- Jolyne: ¿por qué te has dejado mostrar ahora? ¿Por qué ante mi?

- Mago errante: estaba aburrido, llevo unos días aquí solo. Y ante ti por que me parece una chica de palabras y que le gusta aprender.

- Jolyne: ¿aprender sobre qué? ¿Magia?

- Mago errante: es algo complicado de explicar un rato. Pero, no te preguntas ¿por qué hace esa temperatura en esta parte del continente? ¿La historia detrás de todo eso?

- Jolyne: ¿que historia es esa?

- Mago errante: la guerra entre los dioses y reyes contra el rey supremo actual. Es una historia que ha pasado de generación en generación.

- Jolyne: ¿eso tiene que ver con la temperatura?

- Mago errante: tiene que verlo todo. Todo comenzó cuando empezó los enfrentamientos entre reyes y dioses de otros reinos. Apareció un humano solitario que nadie supo de dónde vino ni sus habilidades. Comenzó a matar a los reyes y dioses de todo el mundo. Cuanto más mataba más poderoso se volvía hasta que algunos dioses empezaron a temerle, algunos se escondieron y sobrevivieron a la guerra pero otros intentaron matarlo.

- Jolyne: ¿cómo llegó a ser este lugar así? ¿Cómo era antes?

- Mago errante: nadie sabe cómo era antes. Sólo como llegó a ser así el desierto. Ra el dios del sol creó este desierto como barrera capaz de fulminar a cualquier ser vivo excepto al dios. Pero no funcionó contra el rey.

- Jolyne: ¿qué pasó? ¿Cómo logró atravesar la barrera que creó Ra?

- Mago errante: era el dios del Sol, pero a la noche no pudieron hacer nada. Cuando el actual rey supremo llegó, el dios intentó detenerlo durante la noche hasta que llegara el día y poder matarlo cuando mayor poder tenía Ra. Acabó cayendo ante el rey y muriendo antes de levantar el poder sobre el desierto. Así que este desierto quedó para siempre con esa temperatura.

- Jolyne: pero tras eso, ¿cómo han construido ciudades en el desierto? debería ser imposible.

- Mago errante: tras la guerra muchos se unieron al rey supremo o se sometieron a él. Entre los supervivientes hubo grandes magos que crearon espacios neutros que anularan el poder de Ra sobre el desierto. Y así pudieron construir ciudades en esos nexos para atravesar el desierto. Hay muchas de ellas colocadas en lugares para moverse entre ellas y poder atravesarlo.

- Jolyne: ¿podría decirme que sabe sobre Nabat? Nos tenemos que dirigir hacia allí.

- Mago Errante: Nabat, es un bonito lugar de casas sencillas y estructuras increíbles como pirámides y obeliscos. Gobernado por Sabark, uno de los mejores magos de tierra que hay en la zona.

- Jolyne: ¿tan fuerte es? ¿Lo ha conocido alguna vez?

- Mago errante: lo conocí una vez en persona, fui consejero de su padre hace mucho. Es fuerte y con talento, cuando su padre murió por una enfermedad, él ocupó el trono. Deberíais ir a conocerle cuando paséis por allí, conoce todo lo que pasa en la ciudad.

- Jolyne: entonces debería sernos de mucha ayuda, gracias por la información. ¿Podrías decirme algo más?

- Mago errante: lo siento, pero es hora de la despedida.

- Jolyne: no lo entiendo.

El mago errante se desvaneció de donde se encontraba y Jolyne pasó las manos por donde estaba el extraño mago pero había desaparecido por completo. No entendió que había pasado pero volvió a donde se encontraban sus amigos y se quedó allí hasta que empezó a caer el sol, momento en el que comenzó a despertar a sus compañeros.

- Liz: esta comenzando a anochecer deberíamos prepararnos para salir pronto.

- John: iré poniendo el coche en marcha cuando el sol se ponga por completo y saldremos de aquí.

- Jolyne: cuando nos pongamos en marcha debo contaros algo.

- Liz: ¿de qué se trata?

- Jolyne: os lo cuento cuando estemos de camino, es algo complicado de explicar al principio.

- Liz: de acuerdo.

Se montaron en el coche cuando se hizo de noche y prosiguieron su camino hacia la ciudad más cercana a través del desierto.

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