29. De la Montaña al Océano
Se levantaron al amanecer como de costumbre, desayunaron junto con Rin y fueron hacia la gran puerta donde se despedirian de él y Yukio.
- Yukio: bueno, ahora ya sí es hora de despedirse.
- Liz: no lo digas tan serio, no es un adiós, tómalo como un hasta luego.
- John: tiene razón, nos volveremos a cruzar de nuevo, todos somos aventureros.
- Rin: ojalá tengas razón y volvamos a encontrarnos. Sino cuando termine la aventura podríamos venir de nuevo a las aguas termales juntos.
- Jolyne: me encantaría.
- Yukio: chicos, podrías venir a acompañarme y ayudarme a algo.
- John: claro, Liz y yo te ayudaremos.
- Liz: ¿por qué yo?
- John: confía en mí.
- Yukio: bueno, Jolyne quédate aquí con Rin, nosotros ahora volvemos.
- Jolyne: de acuerdo, pero no tardeis mucho en volver o se nos hará tarde.
- John: nono tranquila.
Los tres se fueron dejando a los dos solos.
- Jolyne: que raros estan hoy.
- Rin: Jolyne ahora que estamos solos me gustaría hablar contigo de algo.
- Jolyne: claro, de lo que quieras.
- Rin: se que nos conocemos de poco pero también hemos compartido momentos y aventuras.
- Jolyne: creo que se por donde vas.
- Rin: ¿de verdad?
- Jolyne: no es que no me puedas llegar a gustar, pero ahora quiero centrarme en la aventura y recorrer el mundo. No me planteo tener aún una vida sentimental con nadie.
- Rin: lo entiendo y lo sé. Por eso mi pregunta es, que cuando acabe la aventura con John y Liz y decidas volver a casa ¿te gustaría salir por ahí y probar?
- Jolyne: me encantaría.
- Rin: ¡perfecto! Bueno, espero que nos hagamos más fuertes antes de volvernos a ver.
- Jolyne: claro, seré la mejor arquera que conozcas jamás.
- Rin: no me cabe duda. Bueno, ahora deberéis iros.
- Jolyne: pero, los demás no están.
- Rin: espera, ¡chicos!
Salieron de detrás de una casa del camino por el que habían ido.
- Yukio: perdón por el numerito, pero quería dejarles intimidad.
- Rin: muchas gracias por eso.
- John: es momento de despedirse. Nos volveremos a ver y mucha suerte en la aventura.
- Liz: veréis que cuando nos encontremos de nuevo, seremos más fuertes que vosotros.
- Yukio: eso crees tu, ya veremos quién se vuelve más fuerte.
- Rin: cuidaos mucho.
- Jolyne: vosotros también.
Se fueron hacia la puerta de la gran barrera dónde se encontraban dos personas, un caballero y lo que parecía ser un mago, por su báculo y sobrero típico de las historias de fantasía.
- Guardia: buenas tardes, ¿es su primera vez en la barrera?
- Liz: así es.
- Mago: entonces os explicaré, en la puerta hay una barrera mágica que impide que personas sin el suficiente poder puedan pasar para evitar muertes innecesarias. Así que os invito a pasar, e id al fondo para daros una identificación.
- Jolyne: ¿identificación?
- Mago: tras la barrera hay muchas especies y razas, así que se necesita una identificación, os lo explicarán dentro.
- John: entendido, muchas gracias.
Pasaron por la barrera y no sucedió nada, así que continuaron el camino hacia delante hasta encontrar al encargado de las identificaciones.
- Encargado: bienvenidos aventureros, aquí tienen sus nuevos identificadores, echad una gota de vuestra sangre y decid vuestro nombre y lugar de nacimiento.
El encargado le dio una tarjeta a cada uno y siguieron las instrucciones dadas, la tarjeta se rellenó por completo con un código de barras, una escritura desconocida y con un símbolo en la parte superior.
- John: aquí no se entiende nada.
- Encargado: no se preocupe por eso, los únicos que pueden leerlo son los encargados de revisarlo, como los gobiernos o los sirvientes del rey supremo.
- Jolyne: ¿podría decirme cuál es el siguiente pueblo del camino?
- Encargado: el próximo es un pueblo pesquero es pueblo Ballena, para avanzar al siguiente debéis de cruzar el Grand Line.
- Jolyne: ¿qué es el Grand Line?
- Encargado: es un océano que recorre el planeta como una gran línea divisoria de agua salada, y conecta todas las rutas marítimas del mundo.
- Jolyne: muchísimas gracias por la explicación, que tenga un buen día.
Entonces pasaron y siguieron su camino atravesando la montaña y un pequeño bosque que había tras ella y prosiguieron por un camino de tierra hasta llegar a un hermoso pueblo pesquero. Había gaviotas, pequeñas casas con campesinos, algunos campos de cultivo, playa, un antiguo y sencillo faro además de barcas de pescadores y algunos grandes barcos anclados al embarcadero.
- Jolyne: me encantaa, nunca habia visto la playa en persona. Llevo soñando desde pequeña con ver el mar.
- Liz: no se si alegrarme por ella o sentir pena.
- John: ¿qué os parece si vemos un poco la playa y luego buscamos a alguien que nos lleve por el Grand Line?
- Liz: creo que sería una gran idea.
- Jolyne: muchas gracias chicos, por dejarme disfrutar el momento.
- Liz: no te preocupes, un día más u otro menos de descanso no matará a nadie.
Entonces fueron a la playa a pasar el tiempo, dejaron la carreta cerca en una pradera y disfrutaron de la arena y el tranquilo mar bajo el cielo azul.
Tras pasar toda la mañana en la playa corriendo por ella y dejando a Jolyne experimentar la sensación de estar en ella se dispusieron a irse a una taberna cercana al embarcadero para preguntar información de los propietarios de barcos.
- Tabernero: hola forasteros, ¿qué os pongo?
- John: veníamos a por algo de información.
- Tabernero: lo siento, pero sin consumir no puedo atenderos.
- Liz: póngale su mejor whisky.
- Tabernero: ahora mismo señorita, ¿que desean saber?
Se giró un momento para ponerle un vaso de whisky con hielo a John.
- John: buscamos algún navegante capaz de llevarnos a través del Grand Line hacia el siguiente pueblo.
- Tabernero: cada vez hay menos marineros que quieran salir del puerto.
- Jolyne: ¿por alguna razón?
- Tabernero: hay un nuevo peligro, hay una ola de piratas últimamente en el camino a las otras ciudades.
- John: ¿no hay nadie capaz de llevarnos? Pagaríamos bien.
- Tabernero: es difícil de decir, podríais salir al puerto preguntando si alguien se ofrece.
- John: de acuerdo, muchas gracias.
- Tabernero: vuelvan cuando quieran.
Salieron de la taberna para ir hacia los barcos y preguntar si alguno se ofrecía a llevarles, pero todos ellos daban una respuesta negativa debido al miedo de poder ser abordados por piratas. Así que pasearon por la zona pensando en algo que solucione su problema.
- John: no encontramos a nadie que se ofrezca a llevarnos.
- Jolyne: lo tenemos muy difícil, las personas del pueblo tienen miedo.
- Liz: hemos probado con muchas cosas, ofrecer dinero, trabajo e incluso nuestra protección, pero ninguno quiere correr riesgos.
- John: les entiendo, podrían perder las mercancías, el barco o incluso sus vidas.
- Liz: ¿entonces que hacemos? Incluso si compraramos un barco no seríamos capaz de navegar con él. ¿Alguno de vosotros sabe de navegación?
- Jolyne: he leído libros sobre las partes de un barco e historias sobre antiguos marineros, pero nada sobre navegar.
- Liz: parece que tenemos un gran problema.
- John: no es el único, alguien nos sigue. Lleva detrás de nosotros desde que vinimos al embarcadero. Sacad las armas despacio veremos que quiere.
Tras decir eso, se dieron la vuelta lentamente pero cuando la persona desconocida se comenzó a dar cuenta intento salir a esconderse, pero Jolyne sacó rápidamente el arco y disparo una flecha de advertencia causando que la desconocida parará en seco.
- Jolyne: la próxima vez te daré, da la vuelta lentamente y di porque nos sigues.
El desconocido se trataba de un muchacho medio pez con piel azul y pelo castaño, tenía branquias en el cuello, llevaba ropa de marinero además de una espada.
- ???: no dispares, me llamo Jimbei pero podéis llamarme Jim.
- Jolyne: ¡¿por qué nos sigues?!
- Jim: he oído que buscáis un barco, yo podría ayudaros con eso.
- John: ¿cómo puedes ayudarnos?
- Jim: mi hermana y yo necesitamos trabajo, con los piratas nadie nos contrata y sabemos navegar, pero necesitamos un barco y dijisteis que podríais comprar o alquilar uno.
- Liz: eso podría solucionar nuestro problema. Negociemos.
Jolyne bajó el arco y guardó la flecha, luego Jim se acercó para negociar los términos del acuerdo.
- Liz: ¿cuánto quieres por llevarnos?
- Jim: somos dos, así que cien monedas y que alquilen un barco.
- Liz: trato hecho.
- Jim: ¿de verdad? Que rápido, debería haber pedido más.
- Jolyne: no te pases.
- Jim: tranquilos era broma.
- Liz: vamos a alquilar un barco, nos vemos aquí en una hora, trae a tu hermana y os pagaremos tras terminar el trabajo.
- Jim: claro jefa, en una hora nos vemos.
Jim se fue a buscar a su hermana mientras los demás intentaban ir a alquilar un barco lo suficientemente grande para navegar el Gran Line y subir las cosas en su interior, y quedar en una hora para zarpar.
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