Se encontraban frente aquella gran puerta de piedra.

- Rin: no sabemos que habrá al otro lado de la puerta. ¿Estáis preparados para hacerlo?

- Jolyne: estará la última prueba antes de llegar a la sala del tesoro.

- Yukio: ¿y como saldremos luego con el tesoro? ¿Deberemos pasar por el laberinto con ese guardián inmortal?

- Rin: seguramente haya una puerta trasera para que el creador de la mazmorra pudiera entrar y salir sin tener que pasar por todas esas trampas.

- John: creo que deberíamos entrar pronto para enfrentarnos a lo que sea que nos esté esperando.

- Liz: estad totalmente alerta, si es la última prueba debe ser la más difícil de pasar.

- Yukio: en la última prueba nos tuvimos que enfrentar a un esqueleto de dos metros con habilidades de espadachín profesional y una gruesa armadura, después de pasar por la criatura inmortal. ¿Que será una prueba aún peor?

- Rin: será mejor no pensarlo mucho y entrar ya.

- Liz: de acuerdo, entremos.

Todos tiraron de la puerta con fuerza y consiguieron abrirla, pero en su interior estaba completamente oscuro y no se podía diferenciar nada. Entraron despacio con sus armas dispuestos a defenderse de cualquier amenaza.
Tras pasar la puerta, se cerró y desapareció dejándoles en un lugar con oscuridad absoluta donde no se podía distinguir nada ni nadie.

- John: chicos, ¿seguís ahí?

- Rin: yo estoy aquí junto con Yukio.

- Jolyne: yo estoy con Liz.

- John: tened mucho cuidado, si vienen a por nosotros no les veremos acercarse.

- Rin: formemos un círculo para defender todos los ángulos.

Todos andaban despacio para encontrarse unos a otros e hicieron un pequeño círculo pegando sus cuerpos y apuntando sus armas hacia fuera.

- Jolyne: cuidado, empieza a aparecer algo extraño.

Se trataba de una masa oscura con forma humana que emitía una luz blanca a su alrededor además de una luz brillante que salían de sus ojos. El cual estaba quieto sin hacer ningún movimiento ni acercase hacia ellos.

- ???: Bienvenidos aventureros, a la última sala.

- John: ¿qué eres? ¿Cómo salimos de aquí?

- ???: soy el guardián del tesoro y el poder sagrado.

- Rin: ¿cómo podemos derrotarte o pasar la prueba?

- Guardian: solo aquellos de voluntad fuerte y pura, salvará a los demás de la mazmorra oscura. Para pasar la prueba y sobrevivir, uno de vosotros deberá morir.

- Yukio: deja los poesía enigmática y las rimas de profecía. ¡Explícanos como salir de aquí!

- Guardian: uno de vosotros debe sacrificarse por el resto y morir aquí, es el precio a pagar para salir con el tesoro.

- Jolyne: ¿habría alguna forma de salir todos vivos aunque fuera sin el tesoro?

- Guardián: uno debe morir para poder salir. Si no elegís estaréis aquí eternamente encerrados. El elegido debe ser sacrificado por voluntad propia.

- Rin: ¿cómo vamos a elegir quién de nosotros muere? Es inhumano, somos un equipo.

- Yukio: no es justo, todos tenemos un sitio al que volver y no quiero que ninguno de vosotros muera.

- Liz: no hace falta que ninguno elijáis, lo haré yo.

- John: ¡que estás diciendo! ¡¿Te has vuelto loca?!

- Jolyne: John tiene razón, ¿por qué ibas a tener sacrificarte tu?

- Liz: ellos dos son muy jóvenes aún para morir y le prometimos a tu padre llevarte de vuelta sana y salva.

- John: esto es un juego, no puedes morir por esto, debes encontrar a Zoro y volver a casa.

- Liz: ¡no me importa que sea un juego! Tienen vida, familia y sentimientos.

- John: si tu mueres, moriré contigo.

- Liz: si yo muero debes encargarte de salvar a Zoro por mi, y tienes que volver con Irina y tu futuro bebé.

- John: no pienso dejar que te sacrifiques.

- Rin: nosotros tampoco.

- Yukio: hemos venido por propia voluntad, no decidas que debes morir por nosotros sin hablar nada antes.

- Liz: debo ser yo. John, yo te traje a esta locura de aventura, y Jolyne, decidiste acompañarnos pero no debes jugarte la vida por nosotros.

- Jolyne: no eres nadie para decidirlo, no quiero perder a mi amiga por un estúpido tesoro.

Siguieron peleando y discutiendo durante mucho tiempo, Liz seguía pensando que debía ser ella y los demás seguían en contra de elegir quién se sacrificaba por demás.

- Liz: lo siento chicos.

Puso su lanza en horizontal, y con ella empujó a sus compañeros hasta hacerlos caer al suelo debido a la sorpresa, pudieron evitar perder el equilibrio. Acto seguido, Liz fue corriendo hacia el guardián antes de que pudieran levantarse.

- Liz: ¡rápido! Yo me sacrifico voluntariamente.

- Guardián: si así lo deseas así se hará.

- John: ¡Liiiz! ¡Noooo!

El guardián tocó a Liz en la cabeza y empezó a emitir una luz alrededor de ese cuerpo cada vez más potente. Cegando a cada uno de los presentes, hasta que aquella luz cesó, dejando ver una sala llena de oro y riquezas y todos estaban completamente a salvo, incluso Liz.

Se encontraban en una sala totalmente rodeada de oro, joyas, armas antiguas, jarrones y otras antigüedades.

- Liz: ¿dónde estamos? ¿Por qué no he muerto? Di algo.

- Guardián: mi antiguo señor, rey y protector del bosque no creó la mazmorra para proteger su tesoro, sino para buscar un sucesor.

- Liz: ¿sucesor?

- Guardián: solo aquel ser o criatura con una voluntad valiente y pura, para sacrificar su vida a cambio de sus camaradas. Sería digno o digna de suceder su posesion más preciada.

- Liz: ¿que quieres decir con posesión más preciada?

- Yukio: ¿todo el tesoro es suyo?

- Guardián: el tesoro solo es una riqueza que se gana y se pierde, que carece de verdadero valor.

- Yukio: ¿entonces nos podemos quedar el oro?

- Rin: ¡cállate Yukio!

- Yukio: jo, solo era por preguntar.

- Liz: guardián, entonces si toda esta riqueza no tiene valor, ¿cuál era su tesoro más preciado?

- Guardián: su espíritu, su alma, su energía vital.

- Liz: ¿quieres decir que me va a acompañar un fantasma? ¿Me va a poseer o algo parecido?

- Guardián: a usted no, joven sucesora. A su arma, para poder proteger al sucesor y prestarle su poder.

Entonces el guardián tocó la lanza de Liz y comenzó a emitir una luz parecida a la anterior, y cuando se apagó, la lanza se había transformado por completo. Aquella gastada lanza tras cada batalla del camino, se había convertido en una brillante y dorada arma, con tonos dorados y negros, y con una ligereza y filo que impresionaron a su portadora.

- Yukio: ¡que pasada! ¿Me dejas tocar?

- Liz: claro.

Yukio emocionado empezó a tocar la lanza, asombrado por el gran cambio.

- Liz: guardián ¿qué tiene de especial esta lanza?

- Guardián: la energía del rey hace que la lanza sea indestructible, siendo incapaz de ser rota, fundida o destruida por ningún ser.

- John: ya era hora de renovar la lanza, le tienes desde nuestro primer pueblo.

- Liz: tienes razón, y con esto seré capaz de volverme aún más fuerte.

- John: justo lo que queríamos.

- Liz: ¿que pasaría si la usara otra persona?

- Guardián: según la profecía de nuestro rey, solo aquel que sea digno será capaz de obtener todo el potencial del arma. Y tras cumplir mi misión, desapareceré.

El guardián se desvaneció, y comenzó a temblar la mazmorra y a caer algunas pequeñas rocas del suelo.

- John: ¡¿qué está pasando?!

- Rin: la mazmorra se desmorona.

- Jolyne: ¡ahí hay una puerta!

- Liz: coged todo lo que podáis y salgamos de aquí.

Sacaron los sacos que tenían guardados y comenzaron a guardar tesoros de todo tipo, y tras llenar cada uno de ellos salieron lo más rápido posible por unas escaleras que se encontraba tras la puerta. Estuvieron subiendo durante bastante tiempo, incluso dejó de escucharse el sonido de los escombros cayendo que convirtieron la mazmorra en una ruina más, dejando inaccesible cualquier tipo de entrada.
Pudieron salir sanos y salvos por las escaleras y al salir a una zona del bosque se encontraban totalmente perdidos en él.