24. Entrada a las Ruinas
Los cinco aventureros se dirigían hacia el interior de las ruinas para llegar a la entrada de la mazmorra.
Y fueron hablando durante el camino.
- Rin: se que no nos conocemos de nada, pero sería mejor si eso cambiará para trabajar en equipo.
- Jolyne: tienes razón, ¿de dónde sois chicos? Parece que os conocéis de hace mucho tiempo.
- Yukio: nos conocemos desde pequeños, somos amigos de infancia y somos de Soufrabi.
- John: Liz y yo nos conocemos desde hace mucho pero a Jolyne la conocimos de camino a pueblo Curioca de donde es ella.
- Rin: ¿qué os trajo hasta la tribu?
- Liz: íbamos de viaje hasta que vimos que no eramos lo suficientemente fuertes y decidimos entrenar con ellos.
- Rin: entonces es parecido a nosotros.
- Jolyne: al principio nos dirigíamos a Soufrabi pero tuvimos problemas en el camino.
- Rin: ¿intentareis pasar por la gran barrera?
- John: ¿que es la gran barrera?
- Yukio: se refiere a la montaña Kukuroo, hay un gran portón y solo dejan pasar a los que tienen un nivel de combate suficiente.
- John: ¿no se puede pasar por otro lado?
- Yukio: hay una gran cordillera a la que llaman la gran barrera, y es inescalable. Se dice que tras ello se encuentra un nuevo mundo con nuevas criaturas y razas de todo tipo.
- Liz: entonces deberemos pasar la prueba para seguir con nuestro camino.
- Rin: no os preocupéis, seguro que lo conseguís. Aunque si fuera vosotros estaría más tiempo en la tribu entrenando porque solo dejan un intento al año para pasar la barrera.
- Yukio: tiene razón, nosotros estaremos hasta cumplir el mes en la tribu antes de intentarlo.
- John: ¿por qué decidisteis entrar?
- Rin: queríamos probar nuestra fuerza y cuanto habíamos avanzado con ellos. ¿Y vosotros?
- John: Welfin dijo que sería lo mejor para nuestro entrenamiento y confiamos en él.
- Liz: yo espero terminar cuanto antes y volver.
- Rin: entonces estas de suerte, ahí veo ya la primera bajada.
Fueron hacia unas escaleras que bajaban en forma de caracol, desde arriba no se podía distinguir el fondo, pero comenzaron a bajar y bajar hasta llegar al fondo de la escalera y llegar hasta un tunel de piedra con columnas y sujeciones, todo estaba rodeado de plantas y musgo.
- John: tened mucho cuidado, ya estamos dentro de la mazmorra y no creo que podamos pasear sin más.
- Rin: y sacad vuestras armas, por si hiciera falta.
Cada uno sacó sus armas e iban andando despacio, en la parte de delante del grupo estaba John luego los dos nuevos compañeros, y atrás Liz y Jolyne. Todo parecía ir bien hasta que John pisó una roca la cual se hundió un poco y sonó un clic mecánico.
- Jolyne: cuidado.
Rin agarró a John de atrás y tiró de él para salvarlo de una ráfaga de fuego que salía de una de las grietas del techo.
- John: gracias por salvarme.
- Rin: no es nada, somos un equipo. Debemos tener más cuidado, parece que hay trampas y mecanismos.
- Jolyne: ¿cómo lo haremos?
- Yukio: podemos pasar corriendo a toda velocidad antes de que se activen las trampas.
- Rin: no creo que sea buena idea, no sabemos que tipo de trampas puede haber.
- John: podemos empezar a tirar rocas en el camino para ver si se activa alguna.
- Rin: probemos eso.
Todos comenzaron a coger rocas del suelo, posiblemente creadas por la erosión del tiempo de aquella antigua cueva. Luego las tiraron contra el suelo de forma que algunas rebotaran y pudieran cubrir más huecos. Pero no se activo ninguna de las trampas.
- John: no funciona.
- Rin: se han activado cuando la has pisado, seguramente necesite más peso o fuerza para activarlas.
- Liz: creo que a mi se me ha ocurrido otra idea. Podemos intentar presionar cada roca del suelo con nuestras armas para que si se activa alguna tengamos tiempo de reacción.
- John: creo que es una buena idea, pero debería hacerlo solo uno, por si al esquivar una trampa activamos otras por accidente.
- Liz: yo lo haré. Tengo una lanza y tendremos mucha más distancia entre la trampa y nosotros.
- Jolyne: ¿no hay ninguna otra opción?
- Liz: tranquila estaré bien.
- Rin: estaremos aquí para procurar que estés a salvo.
- Liz: vamos allá.
Liz fue delante de los demás, y le dieron algo de espacio para que pudiera esquivar las diversas trampas. Poco a poco caminaban mientras Liz iba pulsando las rocas con su lanza y fueron saliendo diversas trampas por el camino, el primer momento fue el fuego pero con los reflejos de Liz no pasó nada. Más tarde, comenzaron a salir flechas desde las paredes y éstas eran bloqueadas por los tres espadachines del grupo, en algunas de las trampas solo se activaban una vez y salían púas del suelo.
- Rin: cuidado, parece gotear algo de las púas.
- Yukio: podría ser veneno o tranquilizante, sea lo que sea, será peligroso.
- Liz: tendré cuidado, apartad un poco.
- Rin: ya queda menos, ahí ya se ve la siguiente escalera.
Siguieron un poco más y los últimos metros del camino no hubo ninguna trampa y fueron más tranquilos.
- Liz: menos mal, ya se ha acabado el camino de trampas.
- John: lo has hecho muy bien.
- Liz: gracias.
- Rin: no os relajeis demasiado, hay más pisos y cada uno de ellos será más complicado que el anterior.
- Jolyne: tiene razón, además no nos hemos encontrado ninguna de las criaturas de las que hablaron Welfin y Basho.
- John: son criaturas de quinientos años de antigüedad, no sabemos su aspecto ni como será de peligrosos.
- Yukio: podremos contra ellos, estoy ansioso por ver que nos encontramos. Deben ser espeluznantes.
- John: es hora de bajar.
Todos se dispusieron a bajar las escaleras de caracol que había tras la sala llena de trampas mortales. Tenía la misma profundidad que la anterior y llegaron hasta una especie de red de túneles compuestos por rocas.
- Yukio: lo que faltaba, un laberinto subterráneo.
- Rin: lo prefiero a la sala de trampas.
- Yukio: ¿cómo encontramos el camino?
- John: no tengo ni idea de como encontrar la salida, pero si de como intentar no perdernos.
- Jolyne: ¿cuál es el plan?
- John: ir todos juntos e intentar buscar el camino, pero en cada columna o pasillo por el que pasemos grabar una marca. Así sabremos con seguridad si hemos pasado por allí.
- Rin: no es algo infalible pero ayudará bastante.
- Yukio: bien, hagamoslo.
Entonces se adentraron en aquella red de túneles sin tener idea de cómo sería capaz de que llegar hasta el final. Andaron durante horas pero no eran capaces de encontrar la salida.
- Yukio: cuando seremos capaces de encontrar la salida.
- Liz: empiezo a echar de menos las trampas, al menos costaba menos llegar.
- Rin: no es para tanto, siempre hay cosas peores por ahí.
- Yukio: ¿peor que dar vueltas sin parar? Preferiría luchar contra alguna criatura si con eso salgo de aquí.
- Rin: espero que no se cumpla, prefiero salir rápido pero es mejor que hacerlo con peligro.
- John: a lo mejor Yukio tiene suerte.
- Jolyne: ¿por qué lo dices?
- John: silencio, intentad escuchar eso.
Se escuchaban como unos leves pasos en la roca, pero en ese momento todos estaban parados sin moverse.
- Rin: ¿por qué siempre tienes que acertar? ¿No podrías haber deseado encontrar el tesoro?
- Yukio: no lo controlo.
- John: parece que os pasa alguna vez que otra.
- Rin: es gafe.
- Liz: bueno, miremos de dónde provienen esos pasos.
- Yukio: vamos a ello.
- Jolyne: vamos a ir despacio, poneos en guardia.
Siguieron el sonido de los pasos a través de los túneles, con cuidado de no encontrarse de frente a la criatura desconocida. Hasta que llegaron a verla, se trataba de una criatura realmente espeluznante de unos dos metros de altura incluso moviéndose sobre cuatro patas con garras, no tenía ojos y en su espalda había decenas o cientos de calaveras con velas sobre cada una de ellas.
- Yukio: ¿que diablos es eso?
- Jolyne: es una de las criaturas de la que nos hablaron.
- Rin: hay que tener cuidado, no sabemos de lo que es capaz.
- Liz: cuidado, se dirige hacia nosotros.
La criatura se dirigía despacio hacia ellos y se apartaban lentamente de su camino.
- Rin: cuidado.
El monstruo giro la cabeza en dirección a ellos tras hablar Rin.
- Liz: shh, parece ciego pero se guía por el sonido.
- Rin: vamos a probar esa teoría.
La criatura cada vez estaba más cerca de ellos y Rin cogió una piedra y la lanzó hacia el lado opuesto donde se encontraban y el monstruo siguió el sonido.
- Yukio: tengo un plan, lanzad piedras hacia allí, y cuando se encuentre de espaldas le atacamos.
- Rin: no lo tengo muy claro, pero mejor derrotarlo antes de que nos detecte.
Yukio fue lanzando rocas hacia el mismo lugar que antes hasta que la criatura estuvo de espaldas le comenzaron a atacar. Jolyne le disparó dos flechas, Yukio y Rin le cortaron en las patas traseras y Liz y John le atravesaron el cuerpo con sus armas.
- Yukio: ¡no sangra! ¿Por qué no sangra?
- John: tenemos un gran problema, se empieza a regenerar, no le hacemos ningún daño.
- Jolyne: ha estado aquí durante mas de quinientos años, es normal tener ciertas habilidades.
- John: ¿que hacemos?
- Liz: había una puerta de donde ha venido, debemos pasar antes de que nos cojas.
- Yukio: debemos darnos prisa, está terminando de curarse.
- John: ¡atacadle con todo!
Todos empezaron a atacar al monstruo mientras seguía de espaldas, le intentaban crear algún daño y cortarle y atravesarlo en ese cuerpo hecho de una materia extraña.
Siguieron hasta que el monstruo se arrodilló. Pero la criatura consiguió agarrar a Yukio con su garras delanteras.
- Yukio: ¡ayudadme! No se que me está pasando.
- Rin: ¡suéltalo!
Yukio empezo a envejecer poco a poco y a quedarse sin fuerzas cuanto más tiempo le sujetaba el monstruo.
Los dos espadachines comenzaron a usar la espada contra la pata que sujetaba a su amigo hasta que consiguieron cortarla del todo.
En ese momento, comenzó a volver a la vida, con toda la juventud y energía que le quitaba.
- Jolyne: que no os agarre, si lo hace absorberá nuestra energía vital.
- Yukio: y hacedme caso, es muy desagradable sentirse así.
- Rin: salgamos de aquí ya.
Fueron corriendo hacia la puerta que se encontraba de donde venía el monstruo mientras él les perseguía.
Tras llegar abrieron la puerta y al pasar la cerraron rápidamente.
John: menos mal, acabamos de librarnos.
- Liz: que poco nos ha faltado.
- Yukio: era lento, pero si te coge puedes estar perdido.
- Rin: ¿dónde estamos? No hay escaleras.
Se encontraban en una gran sala circular con muchos pasillos, aunque diferente a la anterior sala. Era de roca lisa, con unos símbolos extraños en el suelo y unas cortinas azules que caían del techo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro