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11. ¡¡A POR LAS MEDALLAS!!

Fueron directamente hacia el guardia de la puerta sin pensarlo dos veces. Jolyne le tiró flechas a la cabeza pero no consiguió darle con ninguna de ellas, Liz fue a darle una lanzada pero paro la punta con dos dedos de la mano derecha a modo de pinza y no conseguía hacer que la soltarse. John fue cuerpo a cuerpo con su espada, e intentando asestarle un mandoble con todas sus fuerzas mientras sujetaba la lanza de Liz.

El guardia no intentó esquivar la espada, es su lugar puso su mano plana y con un golpe en el canto de la mano cortó la espada a la mitad, con la otra mano levantó a Liz sujetando la punta de la lanza con los dedos, y la lanzó hacia Jolyne, la cual soltó el arco para agarrarla. John en un último intento de golpearle, fue a embestirle con el escudo como protección, el guardia pateó con fuerza el suelo, haciéndole perder el equilibrio y luego pateó a John elevándolo del suelo y siendo enviado varios metros hacia atrás.

- Liz: ¡John, deberíamos rendirnos!

- John: ¡puedo seguir!

- Liz: te ha roto la espada con su mano mientras me levantaba con la otra sin tocarme, nos ha vencido en cuestión de segundos.

- Jolyne: intentemos conseguir las medallas.

- Liz: Jolyne tiene razón, será mucho más fácil que intentar vencerle, está a un nivel muy superior a nosotros.

- John: volveremos con las medallas. Las necesitamos.

- Jolyne: de momento vayamos a por una nueva espada para ti.

- John: de acuerdo, vámonos.

Se levantaron para volver hacia la herrería para comprar una nueva espada. Tardaron más esta vez en llegar debido a la pelea, les había cansado más de lo que pensaba.
Al llegar se dirigieron directamente hacia el herrero.

- Herrero: buenas tardes, me alegra volver a verlos. ¿Que desean esta vez?

- John: desearía comprar una espada.

- Herrero: lo siento, pero no me queda ninguna hecha, puedo hacerle una lo antes posible con los materiales que prefiera.

- John: ¿cuánto tardaría en hacerla?

- Herrero: depende del material y la calidad por la que pague.

- Jolyne: la mejor espada que pueda crear, el dinero no es problema.

- John: ¿estas segura?

- Jolyne: nada es lo suficientemente caro si por la calidad te puede costar la vida.

- Herrero: en ese caso podría tenerla lista en una semana, pondré los mejores materiales y mi mayor esfuerzo en ella.

- John: muchas gracias señor, le vemos en una semana.

Salieron de la herrería para idear un plan y conseguir las medallas.

- Liz: necesitamos conseguir una medalla cada uno, y no será fácil.

- John: no estamos preparados aún, pero tenemos una semana para intentarlo en los dojos hasta que tenga mi espada, tardar más nos haría perder mucho tiempo.

- Jolyne: habrá un hotel cerca dónde quedarse, cada día iremos al dojo que elijamos cada uno para intentar conseguir la medalla, y nos reuniremos a la noche de nuevo en el hotel.

- Liz: si queremos conseguirlo, hay que intentar ir cada uno a un dojo donde crea que pueda acabar ganando con práctica.

- John: primeros buscaremos un hotel para registrarnos y llevar nuestra carreta hacía allá, no me fio de dejarla por la ciudad sin vigilar.

Se fueron en busca de un hotel en la ciudad y tardaron poco más de una hora en encontrarlo, se registraron en él y dejaron las cosas para buscar un dojo para entrenar y acabar consiguiendo una medalla. Tras mucho buscar cada uno acabó en el dojo a su elección.

John fue al dojo de Shuai Jiao, un arte marcial chino de defensa personal basado en sujetar y derribar al contrario. Liz optó por el dojo del Sojutsu, un arte marcial japonés que consiste en el uso del Bo. Jolyne fue la única en elegir una modalidad que no consistía en la lucha, ella eligió el dojo del Shogi, también llamado ajedrez japonés, un juego de alta dificultad para principiantes.

Se pasaron el día entero en el dojo y más tarde a la noche se volvieron a reunir en la habitación del hotel.

- John: ¿cómo os ha ido en el dojo?

- Liz: me han dado una paliza alguien más joven que yo, pero he ido cogiéndole un poco el tranquillo.
¿Y a ti?

- John: más o menos bien, pero no he conseguido ganar ninguna de las veces. ¿Qué tal te ha ido a ti Jolyne?

- Jolyne: yo ya he conseguido mi medalla.

- John: ¡¿como la has conseguido?!

- Liz: ¿a cuál has ido?

- Jolyne: al de shogi, jugaba mucho contra mí padre de pequeña.

- Liz: perfecto, entonces ya tenemos una de las tres.

- John: nosotros nos esforzaremos en conseguirlo cuanto antes.

- Liz: yo estoy muy cansada, me voy a dormir para estar lista para mañana.

- Jolyne: debéis descansar todo lo que podáis.

- John: tienes razón.

Todos acabaron dormidos en poco tiempo y se volvieron a levantar temprano para volver a los dojos a entrenar mientras Jolyne se quedaba paseando por la ciudad o quedándose en el hotel a descansar.
Fueron pasando día tras día, hasta que llegó el quinto día fue el gran día para ambos.

Durante ese día en el dojo con John.

- John: ¡vamos allá! Esta vez me veo preparado.

- Artista marcial: vamos aspirante, inténtalo las veces que quieras.

- John: menos hablar y más pelear.

Ambos se pusieron en guardia y John se dispuso a atacar e ir hacia él, su contrincante lo sujetó y lo tiró hacia el suelo, John se levantó rápido y fue hacia él de nuevo y siguieron así durante un rato hasta que John consiguió atraparlo y tirarlo haciéndole una llave para inmovilizarlo.

- Artista marcial: no soy capaz de escapar, me has ganado.

John le soltó y el contrincante salió un momento y volvió con un objeto parecido a una moneda pero de mayor tamaño.

- Artista marcial: aquí tienes tu medalla, enhorabuena.

- John: ¡lo conseguí!

Mientras tanto en el dojo con Liz, se iba a enfrentar esta vez a un aprendiz más joven.

- Liz: ¿no voy a pelear contra el mismo de días anteriores?

- Aprendiz: tranquila, hoy no está aquí pero soy su compañero.

- Liz: como sea, empecemos.

Empezaron a pelear dando vueltas en círculos uno enfrente del otro girando en guardia y sin atacarse por el momento. Comienza el enfrentamiento y empiezan a chocar los palos con fuerza y firmeza, ninguno de ellos cede, Liz intenta asestar una estocada a la cabeza como si de una lanza se tratase, pero el aprendiz lo esquiva y le ataca a la pierna consiguiendo que Liz acabe arrodillada con una rodilla tocando el suelo. El aprendiz le hace un ataque vertical hacia abajo apuntando a la cabeza para derrotarla cuanto antes, pero Liz lo bloquea poniendo el suyo en horizontal. El aprendiz repite el movimiento desde distintos ángulos pero Liz los bloquea poniendo el suyo en perpendicular al de su oponente mientras sigue arrodillada. Con la otra pierna en ángulo recto se impulsa hacia arriba sorprendiendo a su oponente lo que provoca que pierda el equilibrio y caiga de culo.
El aprendiz intenta reponerse pero desde el suelo tiene la desventaja, Liz le asesta un golpe en una de las manos y acto seguido en la otra, provocando que el contrincante soltara el arma. Liz se puso frente a él y colocando la punta de su Bo en el cuello del oponente le pide que se rinda.

- Aprendiz: de acuerdo, me rindo. Te has ganado la medalla, buen combate.

- Liz: muchas gracias, han sido unos días duros entrenando y fijándome en los demás para aprender algunas técnicas.

- Aprendiz: tienes una base de combate, es normal no haber tardado mucho en alcanzar a alguien de primer año.

El aprendiz se levantó del suelo con ayuda del Liz y fue a buscar la medalla, se la entregó y felizmente se fue de allí de vuelta al hotel.
Cuando llegó John también acababa de llegar y Jolyne se encontraba allí pasando el día.

- Jolyne: chicos llegáis temprano, ¿lo habéis conseguido?

- John: yo si, aunque me ha costado en estos días.

- Liz: yo también la tengo.

- John: al final has sido la última.

- Liz: pero si también acabas de llegar.

- John: pero he llegado antes que tú.

- Liz: ñiñiñiñi.

Los tres se echaron a reír, parecían niños pequeños compitiendo pero así demostraban la felicidad de haberlo conseguido.

- Jolyne: pues ya las tenemos chicos, lo conseguimos.

- John: y antes de lo esperado, así que mañana iremos a hablar con el gran maestro.

- Liz: mejor, que hoy estoy cansadísima.

- John: yo estoy igual.

- Jolyne: que descanséis abueletes.

- Liz: jaja, que no se te olvide tomarte el biberón antes de dormir.

- John: si necesitas pañales voy a buscarlos antes de dormirme.

- Jolyne: que graciosos sois.

- Liz: el ser mayores nos hace tener más práctica, tenemos réplica para todo.

- Jolyne: bueno que descanséis, y mañana de camino al palacio.

Todos se fueron a descansar felices por el logro conseguido tras cinco días de intentos y esfuerzo al entrenar, con la ilusión de poder encontrar algún tipo de información útil con el gran maestro.

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