Lunares
El bullicio de las risas y griterío de sus familiares, tenían a Yoon'Yuor frustrado.
Pero lo que colmaba su poca paciencia era tener que presenciar como todos a su alrededor halagaban a Jim'Shug mientras les contaba sobre su labor como domador de Pegasos salvajes.
Yoon'Yuor solo reviraba los ojos mientras miraba a otro lugar, cada que la voz de aquel tipo sonaba.
Su madre quien estaba al lado de él, le daba leves golpes en las costillas con su codo para que disimulara su reaccionar. Pero no podía. Simplemente aquello era muy difícil de hacer cuando todos creían que Jim'Shug era la gran cosa cuando la realidad es que era una basura de persona.
- ¡Oh enserio! Siempre he querido ir a uno de los torneos de Pegasos - exclamó uno de los primos de Yoon'Yuor - Te agradecería mucho si podrías conseguirme un lugar en primera fila.
- ¡Beom'He! - le llamó la atención una de sus tías.
La risita que soltó Jim'Shug solo logró irritar más a Yoon'Yuor, haciendo que sus dos lunares de entre cejas se pusieran rojos.
- Descuide señora Jen'Yn está bien, de hecho eso estaba por decirles, puedo conseguirles puestos en primera fila para el próximo torneo, si desean claro.
Todos soltaron un jadeo seguido de sonrisas y muchos "si, si, si" "eres el mejor Jim'Shug"...
- Te lo agadecemos mucho Jim - habló Tae'Glen mientras acariciaba su codo "casualmente" - De verdad fue una buena idea que pasaras las vacaciones festivas con nosotros, ¿no es así Yoon?
Todos lo que rodeaban la sala miraron a Yoon'Yuor, quien se había quedado un poco pasmado por la mención de su nombre, ya que había permanecido a raya de la conversación que mantenían sus familiares con ese tipo.
Tae'Glen sonreía maliciosamente, y Jim'Shug lo veía con mucha intensidad, tanto así que sus oscuros ojos carmesí parecían consumir a Yoon'Yuor.
- ¿Yoon'Yuor? - preguntó su primo Beom al ver que no respondía.
- Uhh...iré a tomar agua - susurró, levantándose y alejándose de la sala. Sentía que se estaba ahogando bajo la mirada de todos.
En la sala, hubo un incómodo silencio de unos segundos, el cual fue roto por Jim'Shug.
- Bueno, entonces, ¿todos quieren ir?
- ¡Si claro que si! - respondió Beom.
Chan' Ye, uno de los tíos de Yoon' Yuor habló. - No malinterpretes la actitud de mi sobrino Jim, Yoon'Yuor siempre ha tenido una actitud cortante y reservada, casi yéndose para lo tímido.
- Descuide tío... - respondió Tae - ...ya le he hecho un resumen de cada uno de ustedes a Jim, antes de que viniera - rieron.
- No pienso mal acerca de Yoon'Yuor, quizá con el paso de los días pueda ganar su confianza, después de todo, sigo siendo un desconocido para ustedes y él.
- Tienes razón, pero a mi primo se ve que le caes mal - rió Beom, recibiendo un pellizco de su madre - ¡auch!
Jim'Shug rió - Puedo cambiar eso, no se preocupen.
Leyendo uno de sus libros favoritos, Yoon'Yuor pasaba la tarde en su jardín. Recostado en una de las lisas piedras de topacio sobre el césped.
Aquel libro era un hermoso regalo de su padre, que este le trajo cuando fue de viaje a la tierra. "Vuelta al mundo en 80 días".
Ese día, su familia había ido al torneo de Pegasos salvajes, obteniendo asientos en primera fila tal como Jim'Shug les había prometido.
Yoon'Yuor con varias excusas se salvó de ir. Y es que, si Jim'Shug no estuviera involucrado, hubiera ido con todo gusto. Aquellos torneos se le hacían muy emocionantes, más aún él, que por alguna extraña razón, podía estar cerca de los pegasos salvajes y salir ileso, sin ser un profesional. Pero aquello era un secreto, que solo lo sabía su fallecido padre.
Suspirando, cambió la página del libro. Sus lunares brillaban en un color turquesa debido a la emoción que tenía al ir leyendo, tanto así que sonreía sin darse cuenta.
Estaba tan sumido en su mundo, que no notaba la presencia de Jim'Shug, quien lo miraba desde una corta distancia en el ventanal.
Jim'Shug delineaba el perfil de Yoon con su mirada, embelesado por la sonrisa que no podía haber visto en él.
El torneo de Pegasos había culminado hace unas dos horas, costandole mucho a Jim'Shug disimular su frustración cuando supo que Yoon'Yuor no iba a ir. La familia de Yoon quiso quedarse más tiempo en el festival después del torneo, pero él, con la excusa de que estaba cansando por el trabajo que tuvo que hacer, logró llegar a la casa.
Llevaba algunos minutos observando a Yoon'Yuor en silencio. Aquel sesvhen causaba en él algo inexplicable, con tan solo mirarlo.
Yoon'Yuor cerró el libro y se acomodó en la piedra lisa, ladeando un poco su cabeza. Se había quedado dormido. Jim'Shug sonrió por aquella escena. Yoon era un hombre de 27 años, pero en ese momento parecía un tierno e inocente chiquillo dormido.
Jim'Shug se acercó a él sin apuro alguno, lento y sutil, ya que no quería despertarlo. Se puso de cuncliyas a un lado de él, y lo detalló más de cerca. Estando este despierto sería muy difícil poderlo apreciar de esta manera.
Los lunares en medio de sus cejas, tintineaban con un leve color rosado. Jim'Shug se quedó casi hipnotizado por aquello. Tenía entendido que aquellos lunares, similares a dos estrellas, cambiaban de color o tintineaban depende del estado de ánimo de Yoon'Yuor, y en este momento él estaba relajado y tranquilo, por eso brillaban en un color suave.
Jim'Shug sonrió ensimismado por aquello que hacía a Yoon'Yuor diferente a los demás a pesar de ser un sesvhen. Y fue eso mismo, lo cual llamó su atención aquel día cuando lo vio por primera vez junto a su esposo.
- Sin el ceño fruncido, y con tus lunares tintineando, te ves más hermoso que cuando te enojas - susurró Jim'Shug, tomando el atrevimiento de estirar su mano, y rozar los brillantes lunares.
Bajando lentamente sus dedos por su pequeña nariz, hasta llegar a sus labios. Su dedo pulgar delineó aquellos finos labios. Jim'Shug se acercó un poco más, sintiendo el delicioso aroma del cabello de Yoon.
Entonces, Yoon'Yuor ladeo su cabeza, despertando tras varios parpadeos. No esperaba para nada encontrarse con aquel odioso hombre, y a tan corta distancia.
Asustado y enojado, Yoon'Yuor se puso de pie rápidamente, empujado a Jim'Shug. Se sintió mareado por haberse levantado de imprevisto, por lo cual casi se cae, pero Jim'Shug se levantó y lo sostuvo.
- Ten cuidado...
- ¡Sueltame! - Yoon volvió a empujar a Jim. - ¡¿Qué crees que haces?! ¡Te dije que no quiero que te acerques a mi, y mucho menos que me toques!
Yoon'Yuor estaba muy enojado y eufórico. Sus lunares tenían ahora un azul intenso, y ya no tintineaban, resaltando en su ahora rojiza cara.
- Me lo dijiste, pero yo nunca dije que te haría caso - aquella respuesta causó más ira en Yoon, y Jim'Shug lo sabía.
- Recuerda que tu vida y la de tu amante dependen de mi - Yoon se agachó y tomó su libro, dispuesto a alejarse de él.
- ¿Se supone que tengo que temer a la amenaza de un sesvhen?
Yoon se detuvo ante aquella pregunta, quedándose de espalda y con su libro pegado a su pecho. Tragó grueso y suspiró.
- No me importa lo que pienses. - susurró. - Solo, no vuelvas a estar cerca de mi.
La risa de Jim'Shug lo tenía harto. Jim'Shug sabía que solo se estaba ganando el odio de Yoon, pero al pasar palabras con él, se le hacía difícil controlar lo que decía.
- No lo voy a hacer.
Yoon volteó otra vez hacia él, viéndolo incrédulo. ¿Por qué ese tipo insistía en hacerle la vida difícil? Él no le había hecho nada.
- Bien, puedes seguir comportándote como un imbecil si quieres, te dejo la casa a tu disponibilidad y la de Tae, yo no pienso seguir bajo el mismo techo que ustedes.
Dicho esto, Yoon siguió su camino, pero fue detenido bruscamente por Jim.
- ¡Déjame! - Yoon luchó por soltarse del agarre en sus antebrazos, haciendo caer su libro. - ¡Dejame ya!
- ¡No! ¡Tu no te irás de aquí! Esta es tu casa, tu lugar es este. Deja de ser un cobarde que solo huye.
Yoon había detenido sus movimientos, observando los oscuros ojos de Jim. - Eres un...un... - jadeó, tratando de no llorar. No lo haría frente a ese idiota.
- ¿Soy un que? - Jim lo agarró más fuerte, pegando sus cuerpos y acercando su cara a la de Yoon.
- ¿Por qué me haces esto? ¿Qué te he hecho? - susurró nervioso. La extrema cercanía con Jim'Shug le asustaba.
- ¿Qué me has hecho? Yo también quiero saberlo...
Jim'Shug soltó su agarre, pero solo para volver a tomarlo esta vez de la cintura, y unir sus labios en un beso que llevaba mucho tiempo deseando.
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