[21]
No hizo falta que abriera los ojos para confirmar que no estaba sola en la tienda. Entre los susurros, una mano constante en mi brazo destapado y la intensa sensación de estar siendo observada, fue cuestión de enfocar mi vista en las tres cabezas sobre mí antes.
— ¿Está despertando-?
— ¿Tay?
— ¿Cómo estás?
Fue inconsciente la sonrisa que surgió en mis mejillas, las palabras de todos pisándose entre sí y parecía que sus cabezas peleaban entre sí para poder observarme mejor. Terminé frunciendo levemente el ceño.
—¿Tengo algo en mi cabeza o...? —quise bromear e intentar de sentarme, pero fue el dolor en mis músculos que me hizo fruncir las cejas y que los recuerdos de la noche anterior volvieran como un cachetazo. Hasta solté una bocanada de aire al sentir la memoria fresca y despierta.
Me habían tratado de ahogar. La mano en mi hombro pareció ayudarme a sentarme, mis rodillas deslizándose cerca de mi pecho por instinto y tragué en seco el nudo nervioso que se había formado en mi garganta. De no ser por Noah, yo me habría unido a Jamie.
Thomas se sentó frente a mí, sus manos sin dejar de agarrarme, como si quisiera asegurarse de que estaba ahí.
—Taylin, no lo puedo creer... —fue lo primero que me dijo, las palabras pesadas en su boca y preocupado—. Noah me contó lo que pasó, apenas fue la madrugada Claire nos vino a buscar también...
No supe si dijo algo más, el recuerdo del agua a mi alrededor y la bolsa en mi cabeza me hizo sentir que estaba ahí de vuelta. Mis dedos se enterraron en la manta sobre mí, recordándome donde estaba y que ya me habían sacado de ahí, pero seguía sintiéndose tan presente que no pude hacer más que obligarme a mentalmente enterrar los pies en la Tierra.
Quería evadir el pensamiento, el sentimiento. Quería enterrar el miedo que había sentido, no sabía que sería de mí al encarar el día y temía que acordarme del suceso me hiciera caer en mis rodillas del pánico. Siquiera podía todavía procesar que por poco no volvía a respirar, menos acordarme que había sido causado por alguien que convivía conmigo ahí.
Luna se cruzó de brazos cuando Thomas habló en su dirección.
—¿Dijo quién podría haberlo hecho?
—No quiso decirme, dijo que tenía que asegurarse primero antes de sacar conclusiones... —mis ojos cayeron sobre el pelo oscuro de Thomas, mi corazón latiendo desaforado en mi pecho. Noah no le había dicho porque sabía que yo no lo haría—...pero apenas me entere, voy a ir a buscar a los hijos de-
Destapándome y apoyando mis pies contra el piso en un rápido movimiento, volví a respirar hondo. Todos se habían girado en mi dirección, sorprendidos por mi movimiento, pero atentos todavía.
—Dejé los cubiertos cerca del río...
No había notado tal detalle hasta que mis ojos atraparon mi viejo anillo en los dedos de Jacob, que se había tomado la molestia de quedárselo, y solo pude dejar salir un suspiro. Había ido a lavar unos estúpidos cubiertos y terminé con una bolsa en la cabeza. ¿Cómo me lo habría esperado y reaccionado?
Jacob compartió unas miradas con los otros antes de volver a mí.
—Tay, eso- eso no es lo importante —murmuró, sin poder creer que me había centrado en eso solo—. Puedo hacer otros sin un problema, ¿cómo...?
Dándole una rápida mirada a todos, encontrando a Claire sentada en su cama con sus brazos siendo abrazados por flores que parecían pequeñas a comparación de las usuales, terminé mordiendo el interior de mi mejilla al pararme y sentir mis músculos tensarse una vez más. No fueron ni dos segundos que todos estaban a mi lado, una vez más pisándose con sus palabras.
— ¿Qué estás haciendo?
—Siéntate...
—Cuidado, Tay...
— ¡Déjenme respirar! —brotó de mi boca apenas sentí manos querer agarrarme, un instinto que desconocí en mi pecho y que hizo que todos saltaran al escucharme. Sintiendo el cosquilleo en mis manos, las llevé a mi pecho rápidamente antes de actuar sin pensarlo. Ellos no van a hacerme nada, me recordé, ellos solo quieren cuidarme.
No me animé a mirarlos a los ojos cuando sentí el silencio que se formó en la tienda, una tensión incómoda formándose. Mientras que ellos no sabían que hacer ni que decir para no agobiarme, yo no hice más que respirar hondo y tratar de calmar el cosquilleo que siguió moviéndose por todo mi cuerpo. ¿Qué me pasaba?
La respuesta fue clara cuando, escuchando suspiros y susurros, me animé a mirarlos y sus cabezas giraban de lado a lado. Al no encontrar mis pies, ni mis piernas ni nada, rodé los ojos sin pensarlo. ¿Dónde estaba esa anomalía cuando lavaba los cubiertos?
—Taylin, ¿sigues aquí? —Claire se levantó de su cama, mirando al piso en busca de mis pisadas. No dijo nada al encontrarme, su mueca torcida siendo obvia, pero esperó a que respondiera—. ¿Tay?
Estiré una de mis manos hacia ella, lento y tentando mi respiración, y agarré con suavidad su muñeca. Al momento, las flores que rodeaban sus brazos empezaron a enlazarse por el mío. Por alguna razón, la inocencia del hecho calmó un poco mi corazón acelerado, lo cual significó que al mismo tiempo que el ritmo cardíaco volvía a un ritmo ordinario, mi cuerpo volvió a ser visible para todos. Claire solo se quedó mirándome, una sonrisa dulce y confiada que me hizo acercarme más a ella, como si su aura me mantuviera al margen, y les di una ojeada a todos.
—Perdón, no- —me pesó el pecho al suspirar y traté de sonar lo mejor posible—. No quiero hablar de lo que pasó, solo... solo sigamos con el día.
Era obvio que no iban a estar de acuerdo, sabían que quien había sido el culpable estaba ahí fuera en el mismo campamento y no hablarlo sería esconder lo que había hecho, pero no era su lugar hacer algo por mí. Entendía que querían cuidarme, que querían saber quién era la persona para darle su merecido. Una vez más, no era su lugar hacerlo. Era el mío.
Thomas de igual forma me sonrió de costado, siendo el primero en acercarse a la entrada de la tienda y nos abrió el paso.
—Vamos a desayunar entonces, ¿eh? —su tono de voz endulzado, toda la vibra a nuestro alrededor cambiando y haciéndome sentir menos la presión en el pecho. Todos comenzamos a caminar fuera de la tienda, las flores que me habían rodeado el brazo cerrándose en una pulsera que me hizo sonreír levemente, pero fueron cinco segundos de calma antes de que mirara al resto de los integrantes.
Todos caminaban apurados en la misma dirección, las facciones de gran parte de los integrantes parecían fruncidas por la preocupación. Compartí una mirada confundida con el resto de mis amigos, ninguno teniendo la menor idea de lo que estaba pasando, hasta que la familiar bata blanca del Doc pasó a mi lado y tuve el valor de acercarme a caminar a su lado.
—Doc, ¿Qué está pasando?
El pobre tipo estaba tan apurado que siquiera se giró a verme.
—Un grupo nuestro fue atacado por militares.
Peleé por no quedarme parada como una estúpida. ¿Militares? ¿Cerca? Por un momento olvidé lo que me había pasado hacía menos de medio día, me olvidé del miedo que abrazaba mi corazón y fue un impulso comenzar a seguir al resto para encontrarme con la ronda que estaban formando. Apenas me pude hacer paso entre el rejunte de personas que trataban de mirar lo que había en el medio, en el momento que mis ojos cayeron en la cabellera de una mujer que estaba más que golpeada, Claire a mi lado llevó sus manos contra su boca.
Sue Lee la cargaba en sus hombros con otro integrante ayudándola. La estaban arrastrando para poder meterla en la tienda de enfermería y ponerla en una de las camillas. Reconocí a una de las sanadoras que me había ayudado cuando Anna me había dado una paliza, Olivia, que se arremangaba la blusa que llevaba puesta lista para comenzar con su paso a paso.
Los murmullos y chillidos no tardaron en llegar, preocupados o furiosos, desesperados o sin saber qué pensar. La mujer que habían traído parecía estar en un estado de inconciencia, no del todo desmayada pero desconcertada de sus alrededores. Estaba en el equipo de entrenamiento, debía ser del grupo que le había tocado asegurar los alrededores del campamento. Y habían sido atacados, con solo una sobreviviente llegando a volver en el mejor estado que había podido.
Thomas se había parado detrás de mí, sus cejas fruncidas al haber visto a la pobre mujer.
—Esa mujer apenas está viva, ¿y fue emboscada en las afueras del campamento? —Inquirió sin poder creer, dándonos una rápida mirada antes de volver a dirigirse a donde había desaparecido Olivia y la mujer—. Están a dos pasos de encontrarnos a todos...
Escuché que Jacob y Anna, unos pasos más atrás, habían soltado otros comentarios, pero apenas reconocí el pelo de Noah acercándose a la ronda a lo lejos y haciéndose paso hasta entrar a la tienda también, no tuve que esperar mucho antes de verlo de vuelta al salir. Se notaba enfadadísimo, mucho más de lo que habría pensado que estaría, y al pararse frente a los integrantes curiosos, sus ojos cayeron en mí.
Sus facciones se relajaron por unos segundos antes de comenzar a hablar:
—Como muchos ya habrán escuchado, un grupo nuestro fue atacado hoy... —empezó, más murmullos escuchándose al paso que más integrantes llegaban—. Perdimos a cinco de nosotros y solo uno pudo volver.
Cinco. Cinco personas que había visto por el campamento, sobreviviendo y tratando de cuidarse del mundo exterior. Cinco personas que habían salido del campamento para cuidarnos a todos. Habían sido capturados por querer protegernos, por hacer lo que era su deber. Se me apretó el corazón al pensar que esos cinco podrían haber sido Thomas, Jacob, Luna, Noah, o yo. Yo también podría haber sido capturada de haber cumplido mi guardia la noche anterior.
No que haya habido alguna diferencia con la pobre mujer que estaba siendo tratada.
—Vamos a tener que armar... más turnos de guardia —suspiró Noah, claramente no feliz con la decisión que estaba tomando pero sabiendo que era lo que nos tocaba—. Así que muchos de ustedes van a tener que despedirse de las noches libres.
Más murmullos siguieron, demasiados diría yo, tantos que hasta Noah rodó los ojos. Probablemente fue más por los bufidos molestos que por los comentarios que soltaban. Pero, en mi caso, fue una risa la que me hizo tensarme en mi lugar y querer darme la vuelta y querer correr hacia el otro lado. Amarga y clara, el recuerdo volvió como un flash y fue impulso dar el paso hacia atrás.
Thomas a mi lado se inclinó para mirarme, pero mi mirada estaba perdida al paso que la risa se volvía más intensa en mi cabeza y mi pecho se contraía.
— ¿Tay...?
La voz de Logan fue como la gota que rebalsó un vaso que no sabía que estaba llenándose.
—Tendremos que asegurarnos que sean buenos para defendernos, ¿eh?
Noah se había girado a él con una rapidez que hasta el rubio dio el mismo paso hacia atrás que había dado yo, alterado al ver como el otro lo miraba. Thomas y Claire me seguían hablando, pero mis oídos habían parecido cerrar todo tipo de sonido, el comentario de Logan repitiéndose como un eco en mi cabeza que me hizo desorientarme hasta prácticamente desconectarme de mi mente.
Habiendo sido con doble intención o no las palabras dichas, fue lo suficiente para que en mi cabeza se hiciera un clic. Fue como si hubiese sido empujada en mi cabeza, que alguien más tomara el control de mis decisiones y, antes de que me diera cuenta, comencé a caminar en dirección de donde la risa y comentario había venido. El sentimiento en el pecho llegando hasta agobiarme, pero con el puño cerrado y sin que Loga pudiera reaccionar, lo lancé directo a su rostro. Con mi mano rodeada del haz de luz que siempre emanaba, no hice nada más que verlo volar a unos cuantos metros.
Muchos jadearon sorprendidos, y quienes quisieron acercarse para ayudarlo fueron detenidos por el haz de luz que mi anomalía formó a nuestro alrededor. Yo no estaba controlando lo que estaba haciendo, parecía que algo más en mí estaba haciendo las suyas, pero no iba a quejarme al ver como los ojos de Logan me miraban asustados y sin saber qué hacer.
A pesar que escuché mi nombre ser llamado, continué caminando hacia él para agarrarlo del cuello de su remera y acercarlo a mí por más que seguía arrodillado en el piso. Sin una gota del miedo que había tenido al despertarme y una determinación surgiendo en mi voz que me hizo sentir fuerte.
—Y también nos vamos a tener que asegurar que no quieran atacarnos por la espalda, ¿eh? —Escupí, tan cerca de su nariz que había comenzado a sangrar y que él no había hecho nada más que seguir luciendo estático—. Si quieres pelear conmigo, que sea cara a cara, cobarde. Y sólo, no teniendo más respaldo que tu contrincante. Van a tener que asegurarse, también, de no alistar cagones como tú.
En mi mente solo me senté y miré lo que mi cuerpo hacía y decía por sí solo. Había pensado que mi anomalía había estado ausente en el suceso por mi culpa, cuando en sí había ahorrado la suficiente energía para explotar en el momento que el miedo no estuviera en mi pecho y sabiendo que no iba a ser como él. Yo no iba a buscar más gente para apoyarme.
De un empujón lo dejé caer contra la tierra, su rostro yendo directo contra el pasto y escuchando su quejido al impactar.
—No me vuelvas a joder, Logan —murmuré, solo para que él lo escuchara—. Ni tú ni tu grupito. Serán lucecitas lo que yo hago, pero por esas mismas estás acá en el piso, tarado-
— ¡Taylin!
El volante pareció volver a mis manos apenas escuché la voz cerca de mí, y habiendo recuperado el control, toda barrera que había puesto se deshizo. Noah apareció a mi lado, tomando uno de mis brazos y alejándome de Logan, Anna habiendo corrido hacia él para ayudarlo a levantarse. Sentía la mirada de todos sobre mí, mis mejillas reaccionando al instante pero no podía sacudir el orgullo que se había formado en mi pecho.
No sabía que había sido ese descontrol pero había venido bien para mí.
— ¿Se puede saber que fue eso? —Noah se acercó a mí, sus cejas fruncidas... ¿preocupadas? ¿Atónitas?
Tratando de buscar una respuesta coherente, un carraspeo de garganta nos llamó la atención. El Doc estaba cruzado de brazos a mis espaldas, mis amigos prácticamente estáticos a lo lejos al ver que había pasado y habiendo unido las fichas entendiendo el porqué, y me señaló.
—Ven conmigo al laboratorio, por favor.
[...]
Ninguno emitió ni una palabra en el camino a la tienda de su laboratorio, yo peleando por no arrastrar los pies atrás del Doc. Con mi mente todavía tratando de comprender el descontrol que había sucedido recientemente, no hice más que continuar caminando detrás de Noah y el Doc hasta que los tres nos metimos dentro de la tienda.
Esperé que me comenzaran a dar una reprimenda, que lo que había hecho no estaba bien (aunque Logan lo haya buscado por su cuenta) y que iban a exigirme porqué. Pero apenas me hicieron sentarme en uno de los banquitos, el Doc apareció con su linternita que había usado el primer día que había llegado al campamento y Noah se cruzó de brazos al lado suyo.
El Doc carraspeó su garganta, tomándome de la perilla y encendiendo la linternita que me cegó un ojo al ponerlo sobre él.
—Dime, pequeña, ¿Qué fue lo que pasó ahí fuera? —preguntó, sus ojos fijos en los míos pero al mismo tiempo, atento a lo que respondiera—. Comprendo que ese muchacho no sea justo el santo del campamento, pero para haberlo hecho volar así de un puñetazo... ¿cuánta energía acumulada tenías por furia?
Fruncí la boca sin saber qué responder y traté de mirarlo a Noah en busca de alguna respuesta que pudiera dar por mí. A mi mala suerte, pensando que podría soltar una mentira para no poner en evidencia lo que había pasado, decidió ser honesto.
—Logan quiso jugarle un susto ayer en el lago y estuvo por ahogarla con una bolsa y en el agua —escupió, meneando la cabeza sin poder creerlo todavía—. Tuvo merecido el golpe, no le voy a mentir Doc.
La linternita había sido sacada de mis ojos cuando se volteó hacia el gemelo, cejas rozándose entre sí al fruncirlas—. ¿Me estás diciendo que Taylin fue atacada por un integrante de este campamento? ¿Y estuvo al borde de ahogarse?
Ni Noah ni yo respondimos, la respuesta siendo clara. El Doc lanzó un resoplido, una sonrisa molesta en sus mejillas y terminó sentándose en otro de los banquitos.
—Se supone que estamos tratando de sobrevivir a los otros que quieren atacarnos, ¿y me estás diciendo que uno de los nuestros trató de atacar a su mismo grupo? ¿Por qué?
—Porque me odia —decidí hablar al fin, los dos pares de ojos de vuelta en mí—. Cree que no merezco estar aquí, que hago lucecitas. Cree que no pertenezco al equipo de pelea y guardias, cree que soy débil e innecesaria-
—No. Es justamente lo contrario —me interrumpió Noah, meneando la cabeza—. Ayer me dijiste eso mismo cuando te saqué del agua, que quiere romperte, lastimarte y molestarte, pero no es porque eres débil. Es porque eres lo suficientemente fuerte, mucho más que él con su anomalía de fuerza, y eso le molesta. Lo intimida.
— ¿Y por eso quiso matarme? —Me mordí la lengua para no gritar frustrada, mi pecho apretándose ante el recuerdo y tuve que volver a respirar hondo antes de continuar—. ¿Por qué soy más fuerte que él? No tiene sentido-
—No se defendió cuando lo atacaste hace unos minutos —resaltó Doc, sus facciones fruncidas al estar pensando—. No fue por miedo, cómo dije siempre, las anomalías nos defienden. Pero la suya pareció...no estar, y él se dio cuenta de eso.
Recordando la situación, la vulnerabilidad y miedo que habían cargado los ojos de Logan, me miré las manos. La pregunta vino sola a la cabeza y Noah pareció haber tenido la misma.
— ¿Eso podría haber sido obra de Taylin? —preguntó, tan sorprendido como yo—. ¿Ella pudo haber eclipsado la anomalía de Logan?
El Doc suspiro, mirándome tan confundido como nosotros y se encogió de hombros.
—Creo que Taylin tiene tanto en sus manos que no sabe por dónde comenzar —respondió, entrelazando sus dedos entre sí—. Desconozco del todo que es lo que hay en sus manos, en su cuerpo, en su cabeza. Y desconozco los límites de su anomalía, no sabría decirte en sí que no puede hacer.
—Pero... —suspiré—. Tengo dos anomalías, una sí tiene un límite. Simplemente desaparezco...
Apenas reconocí la mirada curiosa del Doc en mí, me sentí como la primera vez que noté una de mis anomalías.
—Es que no creo que sean dos, pequeña —dijo, Noah al instante mirándome al comprender a donde iba el Doc—. Creo que es una sola y que no terminamos de comprender.
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