[16]
—Del uno al diez, ¿qué tan malo sería arrepentirme ahora? —pregunté, pinchando la comida que tenía en el plato. Thomas me miró de reojo.
—Catorce.
— ¿Sería tan malo? —nerviosa tragué—. ¿En serio?
Decidir las cosas enojada y con impotencia era una mala opción, nunca las pensaba bien. No había podido dormir mucho esa noche, despertando a Claire varias veces probando mi anomalía y tratando de no romper nada a mi alrededor, tenía que esconder mis bostezos de Thomas que parecía muy emocionado por mí. Quería que entrenara y me estaba cuidando lo suficiente para que todo saliera bien. Claire y Jacob, al enterarse del suceso del atardecer de la noche anterior, también tuvieron sus ojos puestos en mí.
Se terminó riendo de mí al escucharme, concentrándose en terminar su comida. Habiéndome ayudado a hacer mis deberes ordinarios, donde él cargo ambos baldes de agua a pesar que debía ser yo, no me permitió agotar ni una gota de energía. Hasta me había agregado comida de su plato que terminé dándoselo de vuelta por lo nerviosa que estaba.
Mis dedos jugaron entre sí.
— ¿Y si no funciona? ¿Si me vuelvo una ridícula y desaparezco otra vez? —Comencé a preguntar, los nervios enredándome la lengua—. ¿Y si no sirvo-?
—Taylin —me interrumpió Thomas, apoyando su plato vacío en el pasto y girándose al verme para agregar—: Todo va a salir bien, ¿sí? Te recuerdo que ayer lanzaste prácticamente como un rayo de luz. Créeme, sirves.
Pensar en ese suceso parecía irreal, poderoso en cierto lado y desconocerlo me ponía más nerviosa. Había pensado que era un simple haz de luz, ¿pero que había sido eso? Me acordé del choque luminoso contra la anomalía de Thomas, la forma potente en la cual pareció expulsarse de mis manos y empujar a Thomas. No tocamos mucho el tema por más que él había parecido muy entusiasmado en la cena y le había contado al resto lo que había pesado. En mi cabeza solo se cruzaba la pregunta de; ¿Qué se me cruzó por la cabeza?
Claire a su lado asintió, dándole un mordisco a una manzana.
—Me encantaría haber visto eso... —suspiró, puchereando sus labios—. Pero no quería volver a terminar en el piso, gracias.
—Lo mismo digo —Jacob agregó, Aiko y Luna a su lado asintiendo. Poco a poco nuestra ronda parecía sumarse—. Pero, sí me gustaría verlo hoy con Logan.
— ¿Qué tanto tienes en contra de él? —Quiso saber Claire.
—Es un imbécil.
—Ya hay otro de esos... —suspiré para mí misma, la cara del amargo Parker cruzando por mi mente. Mis ojos volando hacia la ronda donde estaba Sue Lee almorzando, lo encontré masticando su comida y escuchando la conversación que estaban teniendo—. Lamentablemente.
Thomas me había preguntado que había sido lo de la noche anterior, sus ojos curiosos de porqué su hermano parecía actuar tan amargo conmigo, pero yo decidí no comentar sobre cómo lo había atacado prácticamente. Así que me encogí de hombros, solo diciendo que no sabía y él no presionó más. A su favor, él era muy inteligente y su hermano muy bocón, así que iba a ser cuestión de tiempo antes de que se enterase.
Escuché que los demás estaban compartiendo ideas de cómo ayudarme, algo que tendría que haberme quedado escuchando, pero enredada en mis pensamientos, los ojos duros de Noah me encontraron mirando en su dirección. Levantó el mentón, su mandíbula marcada al masticar y levantó una de sus cejas. La adrenalina surgió en mi pecho al pensar en donde estaría en minutos, y peleé por no bajar la mirada, copiando el gesto de alzar la ceja. Hasta le sonreí de costado, y por más que el nudo en el estómago parecía querer hacerme vomitar, volví a mi grupo apenas Luna se inclinó para que pudiéramos escucharla.
Si vomitaba en la ronda, él no tenía por qué ver.
—Entonces, la idea es así... —comenzó, su dedo señalándome al instante—. Tú vendrás con nosotros, convenceremos a Sue Lee de que hagas la prueba y practicaras con Thomas qué, ya sabiendo y teniendo una idea de lo que ocurrió hacer, sabe cómo sacar esa reacción increíble.
—Es simplemente molestarme...
— ¿Podría considerarlo un alago? —apareció la cabeza de Thomas a mi lado y lo empujé en una risa.
—El tema es que pasa si me ponen con otra persona, si me hacen probar con alguien que verdaderamente puede o herirme o yo a ella —me dejé caer contra el tronco a mis espaldas, bufando—. Tom pudo defenderse, con lo cual no sé qué tan gravemente puedo herir a alguien, y es lo último que quiero.
Jacob meneó la cabeza.
—Todos saben defenderse en ese grupo, créeme —aclaró, y señaló a otro grupo que estaba lejos de nosotros, quienes parecían ser del grupo de entrenamiento—. Lo más destacables son Logan y Anna, mientras que uno es extremadamente fuerte, ella es ágil. Muy rápida y sabe moverse.
Entrecerré mis ojos al mirar a la chica, de piel como la de Luna, cejas bastantes parecidas, pero con un pelo rojizo oscuro que le caía en ondas. A su lado estaba el tal Logan que había reconocido, rubio de cuerpo robusto y alto. Desde lejos podía ver como aparentaban sentirse importantes, según Jacob eran los dos que siempre estaban en el podio de favoritos de Sue y Noah. "Nunca defraudaban".
Luna fingió una arqueada.
—De no ser por la supernova sería una lenteja —escupió, lo que me hizo girarme hacia ella.
— ¿Es ella tu prima?
—Debería ser adoptada, estoy segura.
La vi rodar los ojos para cuando me giré de vuelta a la ronda, la tal Anna riéndose y levantando su pelo en una coleta. ¿Qué habría pasado entre ellas para tal odio? No quise preguntar tampoco, no la conocía lo suficiente para tocar tal herida, pero el desprecio a su prima me intrigaba.
Tres aplausos llamaron la atención de todos, los que ya conocía, y Sue Lee señaló hacia el Oeste.
—Mi grupo, a entrenar.
Sentí que me tropezaba en mis propios pies al levantarme y Claire me ayudó a recoger los platos y llevarlos rápidamente a la cocina. Escapándome del deber ese mismo día, me escabullí entre la gente que se había levantado en dirección al entrenamiento, Claire haciendo lo mismo atrás mío, y a mi suerte me pude meter entre Thomas y Jacob que seguían al resto.
Con el vientre frunciéndose de los nervios, respiré hondo unas pocas veces al paso que nos íbamos acercando al lugar. Claire a mi lado parecía estar nerviosa también, probablemente por estar metiéndose en el grupo cuando sabía que tendría que estar ayudando en otro lado. Me dio ternura que quisiera acompañarme, era muy dulce conmigo y eso me hacía recordar mucho a Jamie. La sonrisa vino sola y pensar en mi mejor amiga me hizo olvidarme de los nervios. Si ella estuviera ahí, de seguro me estaría apoyando con todo.
Al llegar al campo de entrenamiento, una ronda se formó alrededor de Sue Lee y Noah, que se cruzaba de brazos mirándolos a todos. Thomas se encontraba delante de mí, su altura gigante y hombros anchos escondiéndome de la vista de los dos. La escuché carraspear su garganta antes de hablar:
—Como siempre, hoy vamos a entrar en calor con dos vueltas al campo y después unos ejercicios para mantener la forma, ¿sí? —fue lo primero que dijo, caminando en el círculo formado—. También quiero poner en práctica de pelea a los más nuevos, necesitamos más gente para poder explorar el bosque y para las guardias. Mientras más, mejor.
Todos parecieron asentir a mí alrededor, Claire a mi lado acercándose más cuando alguien pareció empujar a unos pocos para poder pasar. No me sorprendió reconocer el pelo rubio del tal Logan. Era un poco más bajo que Thomas, pero yo parecía ser un enano a comparación de todos ahí.
—Así que mientras entrenen, voy a ir llamando de a poco algunos para ver su progreso, ¿entendido? —Siguió Sue Lee, y después que todos respondieran "entendido" en un coro, ella dio un asentimiento breve—. Noah les dirá bien qué hacer mientras que yo voy llamando...
De reojo noté la cabeza de Logan girarse hacia atrás, una mala sensación recorriéndome el pecho al darme cuenta que me había encontrado entre el montón. Sue Lee estaba diciendo otras cosas, pero él parecía no respetar su momento de hablar.
— ¿Desde cuándo lucecitas está en el grupo?
No me sorprendió que todos los ojos cayeran en mí, hasta los de Sue Lee que tuvieron que inclinarse por sobre Thomas para encontrarme. Decir que le quería arrancar el pelo a Logan ya por solo el apodo era poco, también entendía los comentarios de desprecio de Jacob hacia él. Quedé a la vista de todos cuando Sue Lee le hizo un ademán a Thomas para que diera un paso al costado.
Se cruzó de brazos apenas me vio.
— ¿Puedo ayudarte en algo, Taylin?
Con los nervios enredándome la lengua, los ojos curiosos todos en mí y algunas sonrisas cómplices, no pude decir nada por unos segundos. Sentí que Thomas me pellizcó levemente el codo, presionándome a hablar, y las palabras salieron como balas sin puntería.
—Quiero hacer la prueba para entrenar.
Las risas que comenzaron a mi alrededor, la carcajada de Logan siendo la principal, me hicieron sentir pequeña en el círculo. Me ardió el pecho con vergüenza, probablemente mis mejillas también y mis ojos cayeron a mis manos que comenzaban a desaparecer en el momento que sentí el raro cosquilleo. Me obligué a respirar hondo, lo que me faltaba era que eso me sucediera de vuelta, y a mi suerte mis dedos volvieron a aparecer ante mis ojos.
Sue Lee los cayó a todos de un chisteo antes de volver a mí.
— ¿Quieres probar para entrar? —volvió a preguntar, como si no hubiese entendido lo que había dicho. Lentamente asentí, una risa por lo bajo atrás mío irritándome todavía más—. ¿Ya sabes que es entonces?
—No —contesté y me mordí el interior de la mejilla—. Pero el Doc me había dicho que las energías nos defienden, y siendo que la mía aparenta protegerme, creo que para desarrollarla más tengo que entrenar.
Logan no parecía ser una persona callada cuando se trataba de una conversación ajena.
— ¿Y con qué te vas a defender? ¿Con las lucecitas? —Anna a su lado sonrió, sus cejas en lo alto y unos gestos que me molestaron más de lo que ya estaba. Logan me miró con la cabeza ladeada—. ¿O desapareciendo?
— ¿Es que no cierras nunca la boca? —saltó Thomas, su voz lo suficientemente seca como para dejar en claro que estaba molesto. Vi de reojo como Noah se comenzó a acercar al instante. Los gemelos parecían reconocer ciertas reacciones del otro.
Logan dio un paso hacia él.
—Ven y trata de cerrármela, Parker-
—Pruébalo y yo mismo te la cierro —se acercó Noah, una mano en el pecho de Logan y empujándolo levemente hacia atrás—. Deja de joder al resto.
—Me tienes que estar cargando...—se rio de vuelta de una forma amarga. Verdaderamente no se daba cuenta que era detestable—. ¿Enserio van a considerar sumarla al grupo? No sabe ni lo que hace.
—Tiene una anomalía increíble, no tuviste la suerte de verlo —la escuché a Luna salir del montón—. Así que solo cállate, la decisión no está en ti.
—Siempre del lado de lo patético —por primera vez escuché la voz de Anna, que solo en dos segundos más dejó en claro que tampoco le agradaba yo. ¿Era mi presencia? ¿Mi nombre? Ya tres personas no me querían ahí—. No me sorprende...
Sue Lee parecía cansada de sus alrededores. Probablemente vivía con estos comentarios todos los días, dejando en claro que a pesar que una catástrofe natural había cambiado el mundo, los problemas estúpidos siempre iban a estar en el medio. Otra vez volvió a chistear, sus cejas fruncidas y sus manos a cada lado de su cadera.
—Les recuerdo que la secundaria se terminó para todos ustedes, tengan la edad que tengan —escupió, más que irritada—. Estamos para sobrevivir, estamos para ayudar al otro. No me vengan con problemitas adolescentes estúpidos, ¿eh?
Era la primera vez desde que había llegado que la había escuchado tan seria, molesta. Parecía ser una mujer que mantenía bastante la compostura, pero eso no significaba que no tenía su límite. Viendo como manejaba el campamento y tenía a todos cumpliendo sus órdenes, no quería ponerme en su lado malo.
Se volvió una vez más hacia mí, sus facciones relajándose un poco.
—Si quieres hacer la prueba, está bien —dijo, soltando un largo suspiro—. Pero si no sale bien, si no eres lo que necesitamos, volverás a los trabajos que aclaramos. ¿Queda claro?
—Son los que le quedan bien...
Ya está. Fue un instante justo, el pecho ardiéndome el doble al escucharlo al rubio una vez más y me giré en mis talones en dos segundos antes de mirar en su dirección y soltar la adrenalina en el pecho. Vi el haz de luz, la sonrisa suya desapareciendo y no tuvo tiempo de reaccionar que voló metros hacia atrás hasta caer en su espalda. De lejos lo escuché gruñir por el impacto, peleando por levantarse.
Un silencio se formó en la ronda, pero sentí la sonrisa de mis amigos dirigidas hacia mí. Sue Lee se quedó mirando en la dirección que Logan estaba intentando de pararse, y compartió una mirada con Noah que no parecía sorprendido. Él había estado en el lugar del rubio hacía unos días.
Escuché primero los pasos pesados y apurados antes que su voz.
—Pequeña hija de-
Vi que Thomas quiso intervenir, pero la mano de su gemelo lo detuvo y el rubio pasó entre ellos rápidamente. Al mismo instante que lo vi acercarse a mí, el haz de luz me rodeó hasta detenerlo y lo vi chocarse contra él, dando un paso hacia atrás. Intentó golpearlo, empujarlo y hasta lo pateó, su enojo siendo más grande que él. Yo me quedé quieta, concentrándome en mantener el haz de luz, y una vez que lo vi cansado, en un sacudón lo volví a sentar en el piso. No sabía lo que era, pero iba a dejar en claro que ya no eran unas lucecitas.
El pinchazo en mi cabeza me hizo fruncir el ceño, no teniendo la misma intensidad que la noche anterior pero lo suficiente como para molestarme. Sentí la mano de Sue Lee sobre mi hombro, una sonrisa de aprobación en sus mejillas y la emoción corrió por mis venas.
—Creo que ya probaste suficiente —soltó, sus ojos mirando como Logan se levantaba más que enojado y sus ojos fijos en mí. Solo fue una rápida mirada de Noah y él se quedó en su lugar—. Avanzaste lo suficiente con tu anomalía para probar, pero eso no significa que no vayas a tener que esforzarte para aprender todavía más. Hay una segunda que no conoces, te recuerdo.
Sabía que me faltaba aprender, tenía en claro que recién iba por un cuarto de lo que tenía que aprender de la primera y desconocía como usar la segunda. Sus palabras tiraron un poco mi autoestima, pero sabía que tenía razón. No dudé en asentir, ella me sonrió una vez más y palmeó mi espalda.
Caminó hasta Logan con pasos lentos y sin sacarle los ojos de encima.
—Por los comentarios absurdos, quiero que des siete vueltas al campo sin parar y vas a tener guardia toda la noche de hoy y mañana —le ordenó, su voz manteniéndose en calma pero dejando en claro que no había lugar para discutir—. Eres una persona fuerte, bastante diría. Creo que tienes la fuerza para mantener tu boca cerrada, ¿o no?
Logan asintió, su mandíbula apretada, y Sue Lee dio un aplauso con el cual él se giró y desapareció de mi vista al comenzar a correr las vueltas dichas.
—Tú empiezas mañana —suspiró, pasando a mi lado y cruzándose de brazos—. Siendo que ya conoces a Thomas, él te ayudará con el entrenamiento básico y después veremos cómo progresas. ¿Queda claro?
No llegué a asentir de vuelta antes de que volviera a aplaudir unas cuantas veces, todos alrededor comenzando a apurarse para seguir al rubio que no había ni dado mitad de la vuelta. Jacob pasó a mi lado, con sus manos formando un corazón y haciéndome reír. Thomas me dio un pequeño codazo y Luna una sonrisa, y los vi alejarse para comenzar a correr.
Claire y Aiko se quedaron paradas ahí sin saber qué hacer y Sue Lee no hizo más que bufar.
— ¿Alguna más que quiera sorprenderme con una anomalía fuera de lo normal? —las dos negaron al mismo momento, las mejillas de Claire un poco rojas. Sue Lee rodó los ojos y caminó hacia donde todos estaban corriendo—. Entonces vuelvan a sus trabajos. Gracias.
Aiko nos sonrió en una mueca antes de desaparecer, Claire regalándome los pulgares en alto antes de comenzar a apurarse hacia donde debería haber estado. Satisfecha con haber logrado mi objetivo, cuando apareció en mi campo de visión no pude no alzar mis cejas en su dirección. Pareció asentir levemente, sus brazos todavía cruzados.
—Bastante bien para haber aprendido eso en los últimos días —comentó—. Pero te queda mucho que aprender.
—Tranquilo, lo sé —le respondí, demasiado emocionada como para permitir que me irrite—. Para eso vine acá.
A mi sorpresa, sonrió en una mueca.
—Esperemos que dures, entonces.
No dijo nada más antes de darme la espalda y dirigirse hacia donde Sue Lee estaba. Con las palabras justas en la boca, me sentí más orgullosa todavía.
—Ya me probé a mí misma lo suficiente —le grité, él deteniéndose unos segundos—. Vine para quedarme.
Se quedó quieto solo los segundos necesarios para escucharme y siguió su camino. No iba a rendirme tan fácil.
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