6.
JunMyeon estaba leyendo algunas peticiones de su reino, estaba bastante concentrado, hasta que la conexión con su pareja le hizo estar alerta.
—¿A qué has venido, JongIn? — le preguntó sin mirarle.
—Podrías comenzar diciéndole a tu esposo que deje de seguirme— chasqueó la lengua.
—YiFan, ya te he dicho que el rey JongIn no es un riesgo para nosotros— De entre las sombras salió un lobo gigante, que gruñía en dirección a JongIn—Ya, suficiente.
El animal se transformó para adquirir una forma humanoide, estaba desnudo pero no se cohibió, realmente no tenía razón para hacerlo, estaba en su castillo y el intruso era el rey que apestaba a agua salada.
—Estoy aquí porque de alguna forma siento que pronto estallará una guerra nueva, entre el reino de los demonios y el reino de las bestias míticas— JunMyeon dejó sus papeles y miró al menor— Necesito saber qué posición vas a tomar.
—Ninguna, pediré a Xiumin que conjure una barrera de protección.
—Tu brujo no aceptará que hagas oídos sordos.
—No voy a meterme en sus problemas JongIn— se encogió de hombros— Tengo mis propias luchas.
—Yo te veo muy cómodo en tu palacio— rodó los ojos irritado.
—Estoy en busca de algo que perdí hace veinte años— admitió —Todo mi tiempo es consumido en esto.
—¿Qué perdiste? — preguntó.
—No te incumbe.
—Puedo ayudarte a buscar eso que perdiste— insistió.
—No, esto es algo que sólo yo debo hacer— se giró de nuevo, tomó sus papeles—Así que por favor vete.
JongIn frunció el entrecejo, pero decidió no insistir, hizo una suave reverencia, se retiró siendo escoltado de nuevo por YiFan.
(...)
Chanyeol miraba a SeHun con atención, el doctor le dio el alta bastante rápido, ya que de alguna forma todo parecía estar bien, a pesar de que sus huesos debían estar molidos.
—SeHun— el menor le miró con los ojos cansados— No creo que seas humano.
El otro soltó una risa estruendosa— ¿Y qué soy? — se secó las lágrimas de risa— ¿Un alíen?
—No lo sé, eres hermoso, pero no tienes los ojos rojos a pesar de tener la piel pálida, no eres un demonio, podrías ser también un monstruo o una bestia mítica. — comenzó a divagar en sus pensamientos.
—Estás loco Chanyeol— negó incrédulo— Seguro tengo alguna condición médica.
—No, todo esto puede ser real— le tomó las manos y le miró con esperanza—Confía en mí.
—Ajá, ¿cómo se supone que voy a saberlo? — trató de quitar sus manos, pero el agarre del otro era fuerte.
—Yo voy a ayudarte.
—¿Cómo?
Chanyeol soltó sus manos y se dio cuenta de que la ayuda no sería posible a menos de que le mostrara lo que realmente era. Se acercó a la puerta del departamento, la cerró con pestillo y luego rompió la perilla.
—¡Oye, vas a pagarme la reparación de eso! — gritó molesto.
—Claro, te daré un poco de oro— se paró de nuevo frente a él y suspiró— No grites, sólo observa—Frente a él cambió el color de su piel, cabello y ojos, le vio retroceder pero no gritar— Esta es mi forma de demonio, ahora quiero mostrarte mi forma de quimera, pero necesito que des diez pasos hacia atrás— Boqueando el menor retrocedió— No te asustes— sus huesos comenzaron a crujir mientras su cuerpo cambiaba, su cuerpo era el de un león, tenía dos colas, la de un dragón junto a la de un león, en el lomo sobresalían un par de alas de dragón y dónde debía estar una sola cabeza había tres, en el medio la de un león, al lado izquierdo la de un macho cabrío y del izquierdo la de un dragón.
—Ay santo Jesús— sus ojos bailaron y se desmayó.
Chanyeol regresó a la forma que usaba con los humanos y le cargó para llevarlo a su cama, tal vez necesitaba que descansara, había mucho que tenía que procesar. Se retiró dejando una nota explicando que le dejaría digerir las cosas, luego volvería.
Regresó a su mundo, consciente de que su larga ausencia le había ganado un buen regaño. Cuando salió del lago dos maripositas se pararon en su nariz, por suerte no le vieron cuando salió, escuchó a su padre correr en su dirección, sus pezuñas hacían crujir la ramas y hojas, pero prefería que fuera HyukJae.
—¡Maldita sea Chanyeol! — gritó al verlo.
Lo atrajo a su cuerpo, le dio un abrazo tan fuerte que sus huesos tronaron, bien, HyukJae no le había dicho nada, pero su calma se fue cuando sintió el suelo del bosque temblar, ya sentía la presencia de DongHae.
—Va a arrancarte la piel— le dijo en un susurro.
—¡Chanyeol! — era un grito rabioso. HyukJae se alejó de él, palmeó su hombro y se fue a sentar sobre una piedra—¡¿Dónde diablos estuviste?! — le tomó del cuello de su camisa de manta, pero Chanyeol no podía decir la verdad—¡¿Saliste del bosque?!
—S...Sí— sintió que su corazón se rompió cuando vio las lágrimas en los ojos de su padre. —Pe...perdón.
—¿Cuál fue la primer regla que te enseñé cuando eras niño? — preguntó con la voz temblorosa.
—No sa...salir del bosque— su voz salió casi queda.
—¡¿Y por qué mierda me desobedeciste?! — sus manos dejaron el cuello de la camisa para poder tomarlo del rostro.
—So...sólo tenía curiosidad de saber lo que había en el exterior— en realidad no tenía curiosidad, sabía que era peligroso.
—Hay muerte, Chanyeol— aquello salió tan bajo, que su piel se erizó. Su padre tomó una rama de su corona— Dame la mano— hizo lo pedido, ató la ramita alrededor de su muñeca, colocó su palma sobre la misma— Con esto no podrás dejar el bosque, la rama no dejará que vayas más allá de este bosque.
—Pero— la mirada penetrante de DongHae le hizo callar.
—Vamos a casa.
DongHae no les esperó, caminó con rapidez a través del bosque.
—No sé, pero creo que habría sido mejor decir que estabas en el mundo humano— HyukJae caminó a su lado.
—Eso habría sido peor, no estoy seguro de si podré ir al mundo humano con el hechizo de papá.
—¿Por qué te gusta ir? — preguntó.
—Porque conocí a la más bella flor— suspiró enamorado— ¿Recuerdas la leyenda de los lazos de vida? Siento que él tiene el otro extremo de mi lazo.
—Es un humano.
Quería debatir esa afirmación, pero ni él mismo sabía que era SeHun.
—No importa de todos modos, él me rechaza, siente repudio porque no lo dejo morir.
Esa declaración hizo que HyukJae detuviera su paso.
—Espero que puedas verlo de nuevo.
—Yo también lo espero.
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