SeHun juró que sería la última vez que intentaría suicidarse, si arrojarse desde el techo de su edificio de departamentos, no lo mataba, no sabía que lo haría, veinte pisos de una caída que esperaba fuera mortal. Por ello estaba parado en la orilla, pensando si esta vez podría descansar y olvidar lo sucio que estaba, una fuerte ventisca lo trataba de empujar hacia atrás, como tratando de salvarle, pero realmente la voluntad de morir era más fuerte, pues tenía más razones para morir que para vivir. Fijó sus pies en el borde, cerró los ojos y se tiró al vacío. Mientras caía miró al cielo y sonrió con la esperanza de poder estar en paz al fin. Su cuerpo cayó sobre un auto, destrozándolo, enterrando los vidrios del parabrisas en su cuerpo y quitándole todo el aliento. Tenía una suave sonrisa plasmada en su rostro, porque creyó que al fin había funcionado.

(...)

DongHae estaba sentado en la sala, miraba a Chanyeol quien estaba arrodillado frente a él con la cabeza gacha.

—No voy a regañarte, hijo— le dijo para calmar al menor— Sólo necesito preguntarte algunas cosas.

—Estás enojado, la corona de flores en tu cabeza ahora es una de espinas y cada que pisas alguna zona del bosque, esta se marchita— dijo en tono bajo.

—No lo estoy contigo— explicó— Sólo dime si has visto algún demonio en tus extensos paseos por el bosque, y no, antes de que lo digas, no me refiero a ti.

—No he visto a ningún demonio— le escuchó gruñir desde el pecho, levantó un poco la cabeza para ver a su padre, el mayor estaba mordisqueando sus uñas, las espinas de su corona crecían y afilaban.

—Bien, tu padre y yo iremos de nuevo al reino hoy, por favor — le tomó las manos— Si ves a un demonio, escóndete.

—Claro.

Se paró en la entrada viendo a sus padres irse, HyukJae tenía a la vista sus patas de macho cabrío, y DongHae seguía marchitando cuanta maleza se le atravesaba en el camino. Jamás los había visto tan molestos, parecían unos locos. Esperó por un momento para poder escaparse al mundo humano, de alguna forma se sentía ansioso.

Se sumergió en el lago y nadó hasta aquel punto brillante del fondo, salió en el mundo humano, allí el clima no parecía estar a favor de ellos, ya que estaba lloviendo torrencialmente, pero no sólo era lluvia, también eran truenos que hacían retumbar el cielo. Caminó extrañado por el clima, juraba que iba a estar soleado por ser verano, vio a un grupo de personas reunidas frente al edificio de SeHun, se acercó curioso, pero cuando sus ojos captaron lo que los humanos veían, sintió que el alma se le iba a salir, corrió empujando a todos.

—¡SeHun! — tan pronto llegó al cuerpo lo levantó en sus brazos— ¡Oh mierda!

Pidió desesperadamente la dirección del hospital más cercano, una vez obtenida corrió por la calle hasta que perdió de vista a las personas y pudo desplegar sus alas de dragón para llevarle más rápido, realmente quería salvar a ese precioso humano.

(...)

SeHun abrió los ojos, lo primero que vio fue un techo blanco, sonrió al pensar que tal vez estaba muerto, su felicidad no duró mucho cuando escuchó los pitidos de una máquina, se giró en aquella dirección y vio la máquina de electrocardiograma, sus latidos estaban tranquilos, suspiró al saber que no estaba muerto. Miró sus brazos, uno de ellos tenía una intravenosa con suero y la otra una pincita. La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Chanyeol.

—Claro, tenías que ser tú— su voz salió ronca y seca.

—El doctor dice que tuviste suerte al no lanzarte de la cima del edificio o estarías muerto— ignoró el primer comentario y se sentó en el sillón de la habitación.

—Chanyeol— el aludido le miró— Me lancé de la cima del edificio.

Ambos se miraron un buen rato, los dos tenían el pensamiento "¿Por qué seguía vivo?"

(...)

DongHae movía el pie nerviosamente, HyukJae pasaba sus manos por la espalda de su amado, para que se tranquilizara un poco.

—He ordenado a algunas hadas que vinieran a dar su testimonio sobre nuestras sospechas y todas concuerdan que BaekHyun ha estado visitando a Chanyeol, y un informante en el reino de los demonios, me ha dicho que solicitó que buscaran el libro de hechizos, sospecho que quiere saber cómo romper la barrera mágica del bosque— El rey JongIn comenzó a hablar en cuanto llegó, tras de él venía WonHo— Como prometí asigné a WonHo para cuidar de Chanyeol y el lago, pero los demonios son escurridizos.

—Lo sabemos— DongHae se levantó y se acercó a JongIn— ¿Debo preocuparme por mi hijo? — sus ojos demandaban una respuesta negativa.

—Ellos no van a llegar a él— le prometió.

—Eso espero, porque estoy dispuesto a manchar mis manos si eso significa que Chanyeol va a estar a salvo.

—Estamos dispuestos— HyukJae apoyó su mano en el hombro de su pareja.

—Lo entiendo, pero la magia que protege el bosque es tuya DongHae, eres fuerte, tranquilo, WonHo seguirá resguardando el área.

WonHo les hizo una reverencia, sus cuernos brillantes y blancos eran una muestra del honor, fuerza y valentía que poseía—Protegeré al señorito Chanyeol con mi vida.

DongHae le creía, se giró a JongIn —¿Tu informante entre los demonios es confiable? — sus cejas se fruncieron con duda.

—Bueno— miró de reojo a WonHo— Yo confío en que es honesto, ¿cierto? — miró a WonHo, quien titubeo un poco antes de asentir con las mejillas ligeramente teñidas de rojo.

—Entiendo.

—Haremos lo mejor que podamos— prometió.

—¿Qué hay del Rey JunMyeon? — Preguntó HyukJae— ¿Se está manteniendo neutro?

—El rey de los monstruos no tiene nada que decir sobre este tema.

Los otros formaron una mueca, desde hace veinte años que el rey se apartaba de los problemas, nadie sabía la razón, simplemente se mantuvo neutro y alejado de los problemas.

La reunión terminó, JongIn regresó a sus labores como soberano, DongHae, HyukJae y WonHo caminaban al pueblo.

—Así que, conoces al informante en el reino de BaekHyun— HyukJae codeo juguetón al Lamasu.

Las pálidas mejillas se volvieron a teñir de un suave rojo, pero no respondió aquel comentario que buscaba exaltarlo, las bestias como él eran mesuradas.

Todos realmente esperaban poder cuidar bien de Chanyeol.

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¿Teorías?