JunMyeon se frotaba la frente, miraba a SeHun dormir mientras se preparaba para regresar al palacio por las armas y sus antiguas armaduras. Costó que ambos menores se quedasen dormidos, pues estaban ansiosos sobre lo que sus padres harían, no querían llevarlos, sólo irían por las cosas necesarias para armarse y para cuando sus hijos despertasen, ya estarían para preparar el desayuno. Se alejó de su hijo cuando YiFan le avisó por medio de su lazo que era hora de irse, viajarían a pie, DongHae y HyukJae se veían tan serios que le recordó el pasado, las guerras y muertes que sirvieron para la paz que llevaban hasta el momento. JongIn miraba el relicario que portaba siempre, era una foto de su esposa muerta, como si no creyera salir con vida.

—Vamos a estar bien— Miró a su esposo que le tomó la mano con suavidad— Nuestro cachorro es fuerte también, está con Chanyeol y Fenrir, si no estamos unas horas, no pasará nada.

—Temo no volver a verlo ahora que lo he encontrado— apretó el agarre— Ni siquiera lo he escuchado llamarme padre.

—Es por eso que lucharemos, nos mantendremos con vida y SeHun va a llamarte padre y vivirá en nuestro palacio.

—Es lo que más anhelo.

Llegaron al palacio, todo estaba en silencio, YiFan podía ver en la obscuridad por lo que iba guiando el camino, como lo imaginaron, ya había revisado el palacio, las armas divinas de los dioses ya no estaban, las armaduras, incluyendo la de BaekHyun seguían en sus aparadores, pues estaban hechizados y nadie que no fuera JunMyeon podría tomarlos, incluso los lugares donde reposaban las otras armas forjadas por Modi eran imposibles de sacar.

—Pudimos vencerlos antes, podemos ahora, no importa que recuperaran sus armas, en el pasado con ellas cayeron— DongHae tenía razón, en el presente es posible vencerlos más rápido, ya que estar en el tártaro los ha debilitado.

La pareja del bosque podría parecer dulce, débil incluso, por ese tema de que DongHae es una ninfa, pero eran buenos guerreros, la magia y la fuerza eran una mezcla perfecta que sirvió en cada batalla. A YiFan nunca lo vio pelear, pero es un gran guía, en aquel tiempo debió haber sido un gran combatiente.

Tomaron las armaduras, llevaron las armas en cofres que el hombre lobo cargó, seguían en sigilo, con la obscuridad como manto protector, pudieron llegar al bosque de forma segura y justo cuando el sol comenzaba a salir de entre las montañas entraron a la cabaña. Chanyeol y SeHun seguían dormidos, por lo que prepararon un desayuno como si fuera lo más normal del mundo como si una guerra no estuviese a punto de estallar en sus caras.

SeHun abrió los ojos y lo primero que vio fue la pared, su padre estaba acostado a su lado y ahora no estaba, se levantó de golpe. Sintió algo de pánico, bajó las escaleras y en la cama improvisada de la sala estaba acostado Chanyeol, también solo. Estaba por llorar.

—¿Pasa algo? — era la voz de su padre, se giró y observó a los cuatro adultos en la cocina—¿SeHun?

No le respondió, sólo le abrazó, nunca había sentido tanto miedo por perder a alguien, JunMyeon lo sitió.

—Tranquilo, no ha pasado nada, estoy aquí, mi precioso tesoro— le besó la frente con dulzura.

—Pero algo pasará.

—No importa lo que venga, voy a luchar por ti, por mí y por la vida que siempre he querido ofrecerte.

Se quedaron un rato abrazados, el resto les observaba en silencio, sin duda que todo parecía amargo.

(...)

Heechul estaba en el refugio donde el resto de las criaturas se escondían, allí WonHo le dijo que los otros estaban en el bosque de la tierra de nadie.

—Quédate aquí por si necesitan protección extra— le dijo a ChangKyun, el incubo formó una mueca incomoda pero aceptó lo que su rey le decía.

Se paró en los límites del bosque de las bestias rebeldes, se propuso no mirar al Lamasu.

—Oye— sintió su cuerpo temblar cuando le habló— ChangKyun— se giró para caminar en otra dirección, pero WonHo estaba arrepentido y no re rendiría hasta hacerle saber que lo amaba y lamentaba haber sido un tonto. —Chang, sé que te lastimé, pero de verdad que para mí es muy difícil faltar a mis códigos de honor, en ese momento yo no sabía que podíamos estar juntos. — al ver que el menor no le miraba y seguía caminando, decidió tomarlo del brazo y ejercer algo de presión—Perdóname, formemos una relación formal.

—HoSeok— cuando escuchó su nombre real, supo que las cosas no estaban yendo bien —¿No te escuchas? — se giró y le miró con las lágrimas queriendo brotar de sus ojos—Estás diciéndome que si no hubieran aprobado la cruza especies, me habrías borrado de tu vida, yo haría lo que sea por ti, lucharía contra lo que sea por ti, pero tú no harías lo mismo por mí— dirigió su mano a la de WonHo, hizo que crecieran garras en su dedos y rasguñó la piel para hacer que le soltara—Concéntrate en lo que está pasando ahora— Sin más se alejó para llorar en silencio.

Nada parecía estar saliendo como imaginó, pero Chang tenía razón, tenían que concentrarse en lo que estaba por ocurrir.

(...)

—Deberíamos llevarlos a las tierras rojas, estoy seguro de que podremos pelear sin devastar las ciudades, reuniremos a algunos valientes de estén dispuestos a acompañarlos y las tropas de los dos reinos serían útiles para esto— YiFan les explicaba el plan que tenía en mente.

—De los tres reinos— HeeChul les observaba desde la ventana de la cocina—Porque ya les dije que soy bueno.

—Te creo, si no fueras bueno el campo que protege este bosque no te habría dejado entrar— DongHae le señaló la puerta— Pasa, que para esto necesitamos que los tres reyes se reúnan.

—Las legendarias tierras rojas servirán para hacer que este suceso sea más impactante— SeHun miró a su padre interrogante ante el comentario del rey demonio. —Se dice que la tierra se tiñó de rojo por la sangre de los Dioses que cayeron en ese lugar, sería maravilloso darle un color rojo más intenso.

—Pese a lo perturbador que sonó eso, llevaremos la batalla a ese lugar, porque es más seguro para nuestra gente y para que la destrucción sea mínima.

—Claro, eso también.

Chanyeol buscó la mano de SeHun para entrelazarla, no sabía cómo terminaría esto, pero podía sentir lo aterrado que su destino se sentía, sólo esperaba que ninguno de los seres que más amaba murieran en guerra.