🕸️ Capitulo 6
Hola! Otro cap de snl. Disfrútenlo
⸻Gris
20 de Marzo de 2005
Jungkook sus cosas una vez que la clase terminó. Ya había terminado la primera semana de segundo año de Psicología. Le parecía tan interesante el hecho de estudiar el comportamiento humano, la salud mental y las emociones de las personas y estaba seguro que aquello le iba ayudar a complementar su habilidad. Ya que además de la universidad, estaba tomando por las tardes de los días jueves estudios de fenómenos paranormales.
Él tenía claro que su don era por alguna razón y que no estaba completamente loco, y no se equivocaba, porque cuando tomo por primera vez sus clases con el maestro Kim Seokjin, un gran investigador especialista en fenómenos paranormales, que se dedicaba a investigar y documentar estos fenómenos, liberándolos con rituales y canalizando el tipo de energía presente.
Cuando Jungkook se presentó por primera vez con Seokjin, el supo al instante que el joven era igual que él, y no se equivocó cuando pudo analizar el don de Jungkook, es por eso que sin dudarlo le ofreció sus enseñanzas y su sabiduría al respecto.
Salió del aula y se dirigió a sus casilleros; Mientras caminaba, él podía percibir las auras sobre las personas, algunos brillaban con más intensidad que otros de unos tonos de colores que para Jungkook, aun no podía descifrar.
Cuando llegó a su casillero, terminó por guardar sus cosas, pero de repente la mirada penetrante de alguien que lo observaba desde lejos le hizo cerrar su casillero y mirar en dirección a quien lo observaba. Un chico de piel canela, guantes y un abrigo negro lo miraba con intensidad. Jungkook se inquieta al sentir su mirada, sin embargo ambos no dejaban de mirarse. El aura del chico era de un color azul oscuro e índigo, aquello le llamaba tanto la atención a Jungkook, es por eso que con valentía, se acercó hasta él, apoyándose contras el muro apartando la mirada hacia otro lado.
— ¿No hace mucho calor para llevar guantes y abrigo?—preguntó con una media sonrisa.
— Me veo con estilo —Jungkook soltó una risa irónica.
— Amigo, ese no es el tipo de estilo que atrae a las chicas —El de aguantes sonrió de medio lado y se cruzó de brazos viendo a Jungkook de pies a cabeza, eso lo puso completamente nervioso.
— No es precisamente para las chicas —contestó. La intensidad de sus miradas lo decían todo, ambos sabían que de alguna manera habían tenido una conexión apenas pudieron encontrarse y ninguno de los dos sabía porque —Soy Taehyung, por cierto
— Jungkook, del área de psicología —respondió con una sonrisa en sus labios.
Jungkook nunca en su vida había coqueteado con alguien o se había interesado, tampoco nadie había mostrado interés por él, pero en este instante, él quería ser coqueto, porque el hombre que estaba frente suyo era terriblemente guapo, con esos cabellos cayendo sobre su rostro, esos labios que no podía dejar de mirar y esa mirada que le penetraba el alma.
— ¿Quieres venir conmigo? —pregunto casi de forma tímida, Taehyung alzó una ceja mirándolo incrédulo, Jungkook se sonrojo por eso. — Solo si quieres... Te estaré esperando en el piso cinco de la universidad
— ¿En el cinco? Ese piso no se puede entrar
— Yo siempre voy cuando quiero estar solo... —dijo encogiéndose de hombros. Aquellas palabras tenían una pequeña indirecta que Taehyung no pudo pasar por alto. Jungkook se mordió el labio y sonrió tomando su bolso y comenzando a caminar hacia el lugar, Taehyung lo siguió a sus espaldas.
Las escaleras del piso cuatro y cinco estaban completamente desiertas y en silencio, cada paso que Jungkook y Taehyung daban resonaba suave, sonando solamente sus risas y miradas cargadas de complicidad. Ambos subían casi juntos, Jungkook apenas unos peldaños por delante, mirando a Taehyung por sobre su hombro encontrándose siempre con la sonrisa coqueta en sus labios.
Pero justo en ese momento, cuando estaban apunto de llegar al último tramo de escaleras, Taehyung se detuvo de golpe, sus ojos oscureciendo hasta volverse de un gris frío y distante de la realidad.
Jungkook lo notó de inmediato cuando volteo y lo miró, su expresión cambió enseguida, preocupándose de ver de aquel modo a Taehyung. Era como si la chispa de sus ojos parecía haber sido reemplazada por un vacío inquietante.
— Taehyung —murmuró, algo alarmado, pero Taehyung no respondió ni reaccionó, su mirada estaba fija en algún punto invisible frente a él.
Jungkook se acercó hasta él, tomando con suavidad su mano enguantada. Al tacto, Taehyung salió de su trance de golpe, respirando agitado, como si acabara de despertarse de una pesadilla. Sin pensarlo, apretó la mano de Jungkook y lo jalo hasta el, aferrándose desesperadamente en el.
— No podemos subir ahí —susurro Taehyung, su voz cargada con urgencia — Por favor vámonos... lo mas rápido posible
Jungkook lo miró, desconcertado por completo. La súplica en los ojos de Taehyung, ahora de vuelta a su tono natural, fue suficiente para hacerlo asentir. Aunque no comprendía del todo, obedeció, guiándolo rápidamente hacia la salida.
Momentos después, ambos estaban en el auto de Taehyung, estacionados en el aparcamiento de la universidad. Taehyung aún parecía aturdido, su respiración un tanto irregular mientras miraba fijamente el volante, perdido en sus pensamientos. Jungkook estaba incómodo con el silencio, no comprendía el porqué de la situación.
—¿Es que... no te gusto? —preguntó, con una sonrisa juguetona que apenas disimulaba su inquietud—. ¿No soy de tu tipo?
Taehyung lo miró rápidamente, sus ojos aún brillando con la intensidad de alguien que había visto demasiado.
—¿Qué? No, no... Jungkook, eres el chico más hermoso que he visto en mi vida —respondió sinceramente, sus palabras saliendo casi en un susurro. Su mirada reflejaba una mezcla de admiración y preocupación que hizo que Jungkook sintiera un calor extraño en el pecho.
—Entonces... ¿por qué no subimos? —insistió Jungkook, mirándolo con interés. Algo en la actitud de Taehyung le decía que no se trataba de un simple capricho.
Taehyung desvió la mirada, nervioso, su mano temblando ligeramente sobre el volante.
—Es que... me da miedo que pienses que estoy loco si te lo cuento.
Hubo un instante de silencio en el que Jungkook lo miró, sintiendo que algo encajaba, como si acabara de descubrir una pieza crucial del rompecabezas.
—No estás loco, Taehyung. —dijo finalmente, su voz baja pero firme—. No puedes ser más loco que yo, quien ve espíritus por donde que sea que pise
Taehyung lo miró, sorprendido, y en ese momento sintió que había alguien que realmente podía entender su verdad oculta.
— Yo... tengo visiones —confesó finalmente mirando a Jungkook — Y cuando me quito los guantes y tocó a una persona, puedo ver su futuro, incluso su final
— ¿Eso fue lo que pasó? ¿Tuviste una visión? —pregunto, Taehyung asintió mirando sus dedos. — ¿Y qué viste? —Jungkook estaba intrigado.
— Había algo en ese piso que nos estaba observando, lo se porque se que te diste cuenta. No tengo imágenes claras de lo que era pero...No era humano —confesó. — Y tu imagen... tu podías verlo, eso explica muchas cosas ahora que me lo dijiste..
— Yo... Puedo ver a estas personas desde que era pequeño. Pero nadie me creía. Mis padres me abandonaron porque les di miedo
De repente, ambos sintieron que habían encontrado al fin a alguien que los entendía, que era igual de extraño como ellos. Y aquella vez, fue la primera vez que ambos experimentaron lo que era querer y gustar de alguien.
Con el paso de los días ambos fueron teniendo un tipo de relación que no se denominaría extraña o comprometedora, simplemente eran ellos dos disfrutando el momento, disfrutando los placeres de lo que era amar intensamente a alguien.
— Esto ocurrió en el pueblo de Yandong. Es un fenómeno bastante raro, pero se decía que hace miles de años una bruja maldijo el pueblo y luego se suicidó en una cueva cerca de él. Su sangre fue sumergida entre las tierras de Yandong y desde entonces comenzaron a pasar los fenómenos paranormales —explicó Seokjin mientras le mostraba las imágenes a sus cuatro estudiantes, uno de ellos Jungkook. — Pero era mucho más que un fenómeno paranormal
— ¿A qué se refiere? —preguntó una chica que alzó su mano. Seokjin sonrió y cambió las imágenes del proyector a los periódicos e imágenes del pueblo.
— ¿Alguna vez han escuchado de los fenómenos Supernaturales? —preguntó captando qué sus estudiantes fruncieron el ceño. Su mirada se enfocó en Jungkook, quién lo miró y alzó su mano y Seokjin le dio la palabra.
— He leído un poco y tengo entendido que lo supernatural va más allá de las leyes naturales del universo ¿No?
— Exactamente. Lo supernatural va mucho más allá de las leyes del universo, es decir, que no pueden ser explicados por la ciencia o las leyes físicas que ya se conocen. Es una dimensión mística, que trasciende lo humano o lo terrenal ¿Pueden deducir de lo que estoy hablando? —preguntó Seokjin mirando con atención cada expresión de sus estudiantes. —Estoy hablando de demonios, ángeles, milagros o criaturas místicas —explico.
Cuando su profesor hizo la sola mención de aquellas criaturas, algo en Jungkook se encendió en sus ojos, Seokjin pudo percibir su curiosidad desde su lugar, es por eso que cambió las imágenes del proyector y lo que se mostró dejó perplejo a sus estudiantes.
— La maldición de esta bruja no solo trajo desgracias al pueblo, sino que trajo criaturas místicas que jamás en mi vida había visto. Me dirigí a Yandong por una familia que creía tener un espíritu en su casa, pero cuando llegue al pueblo me di cuenta que los habitantes me habían traído como sacrificio para una criatura que acechaba en las noches y anunciaba su llegada a media noche con el sonido de la campana. Se suponía que esta criatura cuidaba al pueblo, pero a cambio exigía un sacrificio en alma.
— Maestro ¿Cómo pudo darse cuenta de esta criatura? —preguntó Jungkook intrigado.
En realidad, el relato de su profesor tenía la atención de cada uno de sus estudiantes.
— Mi estadía en Yandong no fue solo para la investigación. Hice una sabia amiga allá que me advirtió sobre los planes del pueblo y sobre esta criatura. Sin ella no creo que hubiera sobrevivido
— Entonces ¿Usted se enfrentó a la criatura? —preguntó uno de sus estudiantes aturdido por la historia. Seokjin suspiro soltando los recuerdos de su aventura en Yandong.
— Descubrimos porque fue creada esta criatura mediante la maldición de la bruja. Un antiguo vigilante del campanario fue condenado injustamente y asesinado por la misma gente del pueblo. Desde entonces, esta criatura aparece al sonar la campana. Cuando llevo la noche, enfrentamos a la sombra con la verdad de su historia —explicó— Para este caso, la sombra tenía un objeto significativo que al mostrarlo simbolizaba su redención, fue entonces que lo liberamos —concluyó mirando las imágenes en la proyección que mostraba la campana partida en dos con los pueblerinos a su alrededor.
— Maestro ¿Qué paso con la maldición de la bruja? — Seokjin soltó una risa al escuchar la pregunta de uno de sus estudiantes.
— Deje que se encargaran ellos, si me querían ofrecer como sacrificio, no veo el porque ayudarlos con eso —respondió haciendo reír a la mayoría —Bueno jovenes, hasta aquí será la clase de hoy, los veo el próximo jueves —se despidió de sus alumnos uno por uno, intercambiando palabras sobre la lección del día de hoy.
Jungkook permaneció en su lugar, guardando sus cosas lentamente, esperando a que el último compañero cruzara la puerta despidiéndose de su profesor.
Cuando la sala quedó vacía, se levantó con decisión y se acercó al escritorio de Seokjin, quien aún organizaba sus apuntes.
—Profesor, su clase fue fascinante —comenzó Jungkook con admiración genuina. Sus ojos brillaban con una mezcla de entusiasmo y curiosidad—. Me interesa mucho todo lo relacionado con lo sobrenatural, las criaturas místicas... Me gustaría, algún día, convertirme en investigador de lo paranormal.
Seokjin lo miró por encima de sus gafas, estudiándolo con una mezcla de interés y precaución. Guardó silencio por un momento antes de cerrar su cuaderno.
—Jungkook, entiendo tu fascinación —respondió con un tono serio, pero no carente de empatía—. Pero lo sobrenatural no es algo que recomendaría explorar tan de cerca. Estas criaturas y fenómenos no siguen las leyes de nuestro universo. Son... impredecibles. Y, en muchos casos, peligrosos.
Jungkook, lejos de sentirse disuadido, inclinó ligeramente la cabeza con una sonrisa resuelta.
—Eso es lo que lo hace tan emocionante, profesor. No quiero investigarlo solo por curiosidad, quiero entenderlo. Hay algo... algo que siento que debo descubrir.
Seokjin lo observó con atención, percibiendo más de lo que Jungkook decía en palabras. Sabía del don del joven para ver espíritus, pero también podía sentir en él un poder latente, algo que ni siquiera el propio Jungkook parecía comprender del todo. Con un suspiro, recogió su maletín y se dirigió a la puerta, haciendo un gesto para que Jungkook lo acompañara.
—De acuerdo —dijo mientras caminaban por el pasillo vacío—. Nos encontraremos aquí el sábado. Una clase privada, solo tú y yo. Si estás decidido, te entrenaré. Pero debes prometerme algo.
—¿Qué cosa? —preguntó Jungkook, sorprendido pero emocionado.
Seokjin se detuvo y lo miró directamente a los ojos.
—Prométeme que nunca te subestimarás frente a lo desconocido. Tu curiosidad es admirable, pero también puede ser tu perdición si no aprendes a controlarla.
Jungkook asintió solemnemente, y ambos intercambiaron un apretón de manos antes de despedirse.
Cuando Jungkook salió del edificio, el aire frío de la noche lo envolvió, pero algo cálido lo esperaba a la distancia. Taehyung estaba apoyado contra su auto, con una sonrisa tranquila que iluminaba la oscuridad.
—¿Cómo estuvo tu clase? —preguntó Taehyung con un destello de humor en los ojos.
Jungkook no pudo evitar sonreír, sintiendo cómo su pecho se llenaba de calidez por verlo ahí. Ajustó su mochila sobre su hombro y corrió hacia Taehyung, rodeando su cuello con los brazos antes de unir sus labios en un beso lleno de amor y emoción.
Taehyung lo sostuvo por la cintura, correspondiendo con la misma intensidad, como si el mundo a su alrededor se desvaneciera.
—Me alegra verte tan feliz —murmuró Taehyung, apoyando su frente contra la de Jungkook mientras ambos recuperaban el aliento.
—Lo estoy —respondió Jungkook, con una sonrisa que parecía brillar bajo las estrellas—. Y más ahora que estás aquí. —dijo fundiéndose en los brazos de su amado.
Taehyung dejó escapar una risa suave, rozando con su nariz la de Jungkook antes de abrazarlo con más fuerza.
— Siempre voy a estar aquí para ti, bebé. —Jungkook sonrió mirándolo a los ojos, acariciando las mejillas suaves de Taehyung — ¿Te parece quedarte a dormir en mi departamento? Compre pizza de pepperoni
Jungkook abrió sus ojos con sorpresa y río.
— ¡Claro que sí! —festejo. Ambos se besaron por última vez y Taehyung le abrió la puerta del copiloto.
Ambos se subieron al auto, entonces Taehyung comenzó a echar a andar el motor. Jungkook miró por la ventana, su mente aún estaba girando en torno a la conversación que había tenido con su profesor. Sabía que estaba dando un paso importante, que lo que estaba por aprender podría cambiarlo todo.
— ¿En que piensas? —preguntó Taehyung, robándole una mirada de reojo mientras giraba en dirección hacia su departamento.
— En lo que me dijo mi profesor. Va a entrenarme... Pero siento que él sabe algo más. Algo que no me ha estado diciendo
— ¿Sobre qué?
Jungkook mordió su labio inferior, dudando un poco.
— Sobre mí. Sobre mi poder
Taehyung frunció ligeramente el ceño, pero no dijo nada de inmediato. En cambio, bajó un poco la velocidad mientras las calles eran iluminadas por los faroles.
— No importa lo que Seokjin sepa —dijo Taehyung finalmente, su voz suave pero firme —Lo importante es que aprendas a manejarlo. Sea lo que sea, eres tú quien decide cómo usarlo
Jungkook volteo su rostro para mirarlo al haber escuchado aquellas palabras, una pequeña sonrisa genuina se formó en sus labios sintiendo la calidez del apoyo de su chico
— Por eso me gustas, Tae. Siempre sabes que decir
— Lo sé —bromeó Taehyung, guiñándole un ojo antes de tomar una curva.
Cuando llegaron al departamento de Taehyung, Jungkook dejó su bolso sobre el sofá de la sala mientras que se dirige hacia su pareja que había entrado a la cocina para sacar la pizza del horno.
— ¿Vino? —preguntó mientras sacaba dos copas.
— ¿Vino con pizza? —Jungkook dijo con diversión aceptando la copa en sus manos. — ¿Sabes? Tu también podrías venir a clases con mi profesor, se que él no tiene mucho conocimiento de tu don pero se lo he comentado y me dijo que conoce a alguien que podría ayudarte —menciono mientras se sentaba en su puesto y abría la caja de pizza.
Taehyung se quedó en silencio por un momento, bebió de su copa y luego miró a su pareja.
— Sabes que prefiero no profundizar mucho sobre eso —confesó. Jungkook apretó sus labios y suavizó su mirada comprendiendo el porqué.
— Lo se, pero tu mismo me has dicho que enfrente mis propios miedos y me apodere de ellos — Taehyung sonrió de forma divertida al oír a Jungkook decir eso — Deberías aplicarlos para ti también
Taehyung lo sabía. Las palabras de Jungkook resonaron con una verdad incómoda, pero cierta. Él siempre había evitado profundizar en su don porque conocía el peso que traía consigo. Ver el futuro no era un regalo; era una carga, especialmente cuando implicaba conocer el final de quienes amaba.
Taehyung suspiró y dejó la copa de vino sobre la mesa, moviendo la caja de pizza para sentarse más cerca de Jungkook.
—Es diferente, Jungkook —respondió suavemente, mirándolo a los ojos—. Lo que tú haces es entender a los espíritus, ayudar a los que ya no están. Pero lo mío... lo mío me obliga a ver cosas que no puedo cambiar.
Jungkook dejó su copa a un lado y tomó la mano enguantada de Taehyung entre las suyas, acariciándola con el pulgar.
—Tal vez no puedas cambiar lo que ves, pero aprender a controlar tu don podría ayudarte a vivir con ello. No tienes que hacerlo solo, Tae. Además ¿Quién dice que no puedes cambiarlo?
Taehyung bajó la mirada, observando cómo Jungkook jugaba con los bordes de su guante. Había algo reconfortante en su toque, algo que siempre lograba calmarlo incluso en los momentos más oscuros.
—¿Y si veo algo que no quiero saber? —murmuró, casi en un susurro.
—Entonces lo enfrentaremos juntos —respondió Jungkook con firmeza y dedicándole una cálida sonrisa.
La sinceridad en su voz hizo que Taehyung levantara la vista. Había tanta convicción en los ojos de Jungkook que por un momento, sintió que tal vez, solo tal vez, no estaba tan solo en esto como había creído.
—Siempre tienes una respuesta para todo, ¿verdad? —bromeó Taehyung, su sonrisa apenas perceptible.
—No para todo, pero para ti siempre trataré de encontrarla —respondió Jungkook con una sonrisa que logró arrancar una risa suave a Taehyung.
El momento se sintió más ligero, pero aún había un peso en el aire que ninguno de los dos pudo ignorar. Taehyung tomó un trozo de pizza y le dio un mordisco, pensando en lo que Jungkook había dicho.
—¿Crees que tu profesor realmente podría ayudarme? —preguntó finalmente, rompiendo el silencio.
Jungkook asintió con entusiasmo.
—Seokjin conoce a mucha gente en este mundo, Tae. Si dice que hay alguien que puede ayudarte, yo confío en él.
Taehyung dejó su pizza sobre el plato y miró sus propias manos, el cuero negro de sus guantes era una barrera entre él y el mundo, pero también un recordatorio constante de lo que llevaba dentro.
—Está bien —dijo con voz queda, aunque había determinación en ella—. Haré el intento.
Jungkook sonrió ampliamente y tomó la mano de Taehyung de nuevo, apretando con suavidad.
—Eso es todo lo que necesitaba escuchar.
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