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Dean: Alguna vez colocaste tu mano suavemente sobre la mejilla de alguien y frotaste un poco su mandíbula, dejando que su cabeza descanse en tu palma. Entonces, una ve que este feliz y cómodo, ¿Le rompiste violentamente el cuello?
Gabriel: –Descansando su mejilla en la palma de Dean– ¿Asumo que todavía estás molesto?
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