Tras un silencio que, mentiría si dijera que no había sido incómodo, Ni-ki habló.

─ Siento mucho haberme puesto así. ─ Comenzó a decir, viendo como su menor negaba con la cabeza. ─ Pero es algo cercano y me siento tan culpable.

Ni-ki hizo puños con sus dos manos, que se encontraban sobre sus muslos.

─ Lo único que recuerdo después de aquello, es a mi madre gritando y un coche que venía a alta velocidad hacia nosotros, al parecer mi padre se metió en el carril equivocado, por mi culpa.

Ni-ki suspiró y secó una lágrima traicionera que había resbalado por su mejilla, prosiguiendo con su habla.

»Fui el único sobreviviente, ni siquiera la familia que iba en el otro auto esta viva.

─ Lo siento mucho, Riki.

Jake tomó la carita de Ni-ki entre sus manos, besó su frente porque sintió la necesidad de hacerlo y lo volvió a abrazar con fuerza.

─ Jake... muchas gracias.

─ Kinnie... mírate, tienes los ojos todos rojitos e hinchados, ven, vamos a mi casa, esta cerca de aquí, haremos palomitas y veremos películas.

En aquel instante, el pequeño rubio agradeció a la vida por haber hecho que conociese a una persona tan bonita y amable.