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06

──¡Para, para, Sana! ──la castaña seguía riendo.──no, no, no respiro, Sana.

──vamos Chou, no aguantas nada.──la gótica seguía encima, ambas estaban recostadas en el sillón de piel.──eres una bebé.──dejo de hacer cosquillas relajándose aun encima de la menor.

──no, en serio, Sana, creo... creo que debes quitarte de encima.──habló la morena su rostro está ruborizado "malditas hormonas..."

──¡Oh por Dios, Chou!──la japonesa se quitó de encima, Tzuyu salió corriendo hacia al baño, dejando a la pelinegra riendo sin parar en el sillón.──es decir, ¿en qué estamos? ¿la pubertad? ──dijo con gracia para secarse unas lágrimas de risa y sentarse.

──¿Qué le paso? ──preguntó Riki.

Sana levantó una ceja y con una sonrisa burlona dijo.──nada... se le paró.

──¡Sana! ──reprochó la castaña saliendo del baño.

──¿Qué cosa? ──preguntó algo confundido el hermano.

──Solo olvídalo.──pidió la morena.

──Pero es mujer.──inquirió Riki, no prestando atención a la petición de la castaña.

──Si te digo que se le paró, ¿qué significa? ──pronunció con indiferencia la mayor.

──Oh, que Tzuyu tiene pene.──dijo el joven hermano caminando al refrigerador, sacó dos botellas de refrescos de éste, vio a Sana asentir con la cabeza.──da igual.──subió sus hombros con indiferencia y le dio un refresco a la morena.

"Si, en definitiva... son familia" pensó para tomar la soda que le ofrecía.──gracias. ──dijo para dar un trago intentando quitar el nudo que había formado en su garganta y evitar el calor de su rostro.

──Vamos Chou no es para tanto.──habló aún con gracia la pelinegra.──a mi hermano no le importa.

──En serio. ──afirmó Riki.──no importa, no me gustas, así que, el que tengas pene, no es problema para mí.──sonrió con simpatía.

Tzuyu en ese momento deseaba que la tragara la tierra.──cambiemos de tema.

──La noche es fresca, ¿quieres salir a jugar futbol? ──propuso el joven pelinegro.──me ayudarías a entrenar.

La castaña miró a Sana en busca de afirmación.──vamos.──pronunció la pelinegra.

Los tres salieron al patio de la casa Minatozaki, césped y algunas flores lo cubrían, las estrellas llenaban el cielo y había luna llena.

──Entonces practicaré unos lanzamientos.──pronunció el menor Minatozaki para colocar el balón parado en el césped.──tú vas por él, y después te toca a ti.

──Claro.──afirmó la morena tomando posición.

Sana se sentó a observar desde una banca blanca del mismo patio, Riki empezó a patear, algunas muy buenas, otros tiros pésimos, no faltaban los comentarios sarcásticos y burlones de la mayor, era el turno de la castaña.

"Contrólalo, ocultalo, suprimelo" pensaba mirando con determinacion mirando el balón.──solo patea.──fue la voz de Riki.

──Vamos Chou, ¿no sabes cómo patear? ──fue la burla de la pelinegra.

Seguido de eso, la morena dio unos pasos, y pateó, a pesar de su esfuerzo el balón salió fuera... muy por fuera del patio, los ojos totalmente abiertos de los hermanos Minatozaki eran de esperarse.

──Lo siento.──se disculpó Tzuyu.──voy por él.──con eso salto la barda blanca del patio Minatozaki, con cuidado de que no la vieran, uso su velocidad y lo encontró algunos kilómetros adelante, en unos segundos volvió al patio.──lo encontré.

──Vaya, deberías jugar.──inquirió Riki con admiración.──esa fue una buena patada.

──Si, yo creo....──pronunció la morena pasando el balón al menor.── que estás exagerando.

──¿estaba muy lejos el balón? ──preguntó la mayor.

──No, apenas unos metros después de la barda.──respondió tranquila la morena.

──Chicos.──salió el señor Ryuto llamando a sus hijos.──su madre ya llegó.──sonrió.──Tzu, sigues aquí.

──Sí, lo siento, no había visto la hora.──habló la castaña.──supongo que es mejor que me vaya.

Los cuatro pasaron a la casa Minatozaki, Tzuyu tomó unos papeles del suelo, y pasó a la sala, donde se encontraba una mujer castaña de espaldas. Al voltear, obvio la madre de Sana, su piel era blanca y como Riki sus ojos miel, era increíble el parecido con su hija, al ver a la morena esbozó una gran sonrisa.

──Tú debes ser Tzuyu.──pronunció acercándose.──soy Sumire, madre de Riki y Sana.──extendió su mano.

La morena tomo la mano, con calidez la estrechó.──Si soy Tzuyu, puede decirme Tzu, soy... amiga de su hija.──pronunció con encanto.──un placer conocerla.

──Ryuto me habló un poco de ti.──inquirió Sumire.──fuiste a ver una película con mi hija.

──Si, fuimos al estreno de libranos del mal, ese día no tuve la dicha de conocerla, ahora que la conozco, se porque Sana es tan hermosa.──dicho esto la menor mostró una atractiva sonrisa viendo a la japonesa quien tenia un pequeño rubor en sus mejillas.

──¡Aww! eres un encanto.──pronunció la señora Minatozaki pellizcando una mejilla de la castaña.

──Hey ¿quieres quedarte a cenar? ──preguntó Riki con simpatía.──y de paso me puedes decir cómo pateas.

──Me gustaría mucho, pero tengo que llegar temprano a mi casa, quede de ayudar a papá con el campo de maíz.──respondió la morena.──pero, sabes donde vivo puedes ir a visitarme cuando quieras, te ayudaré a practicar.

──¡Genial! ──exclamó el menor Minatozaki.

──Un gusto conocerla, Sumire.──pronuncio cordial Tzuyu.──hasta luego.──se despidió para dar media vuelta y abrir la puerta.

──¡Hey, Chou! ──llamó Sana, haciendo voltear a la latina.──gracias por ayudarme.

La sonrisa en el rostro de la castaña era de esperar.──cuando quieras.──pronunció con simpatía para salir.

En cuestión de segundos llegó a la granja, no le tomó mucho hacer el trabajo que le encargo su padre, entró a la casa. Vio la luz de la cocina encendida, fue a ella encontrando a Yizhou intentando alcanzar algo detrás del refrigerador.

──¿Qué haces? ──preguntó la castaña.

──La batería de mi celular cayó atrás.──pronunció con fastidio la mayor Chou.

──¿Te ayudo?

──Ya era hora.──bufó Yizhou.

Tzuyu sin ningún esfuerzo cargó el refrigerador, Yizhou tomo la batería de su celular, y la morena puso el congelador en su lugar.

──Uno de los beneficios de que mi hermana tenga súper fuerza.──dijo con simpatía Yizhou.

──Para hacerte favores.──dijo la menor abriendo el refrigerador para sacar pan y jamón.──Sí, típico de mi hermana.

──Oye, también para llegar temprano a la escuela.

──Tienes razón.──comentó la morena, ambas sonrieron.

Al día siguiente, Tzuyu traía pantalones blancos, unos supra negros, y una camisa gris de manga larga y cuello blanco, le quedaba bien, ese día decidió ir caminando a la escuela. A mitad de camino, vio a una niña llorando y se acercó a ésta.

──Oye.──la llamó.──¿Qué pasa, pequeña?

──...es que, mi gato, se subió al árbol.──dijo la niña entre llanto.──y no puede bajar.──con sus pequeñas manos frotaba sus ojos con lágrimas.

──Oye... no llores.──suplicó la latina.──mira ──quitó las manos del rostro de la niña para que la viera.──, solo cierra los ojos.──pidió con una sonrisa, la pequeña hizo lo pedido.──no los abras.

En eso, Tzuyu saltó unos metros para trepar una rama y tomar al pequeño gato café, con cuidado bajo sin hacer mucho ruido.──ahora, puedes abrirlos.──pronunció.

La pequeña abrió los ojos llorosos, para encontrar de enfrente a su gato, quien lamió su nariz, una escena muy tierna.──¿cómo? ──tomó al felino en sus brazos.──¡gracias! ──exclamó con sonrisa.

──Cuídalo.──dijo la castaña, para tomar su mochila del suelo, ponerla en su hombro y seguir con su camino.

Una señora corría hacia la pequeña.──hija, me tenías preocupada.──inquirió esta.

──Es que Boris, trepó ese árbol y no podía bajar.──explicó la niña.──pero vino un héroe, me dijo que cerrara los ojos y lo bajo... ¡Cómo en los cuentos! ──habló con simpatía.──Boris le agradece a su héroe.──vio el camino por donde se fue la morena.

La madre tomó la mano de su hija. "niños... y su imaginación" pensó.

La latina llegó por un café, poco después a JYPE, la gótica se encontraba en su casillero tomando algunos libros para la primera clase.

──Buenos días, Sana.──saludó con ánimo.

──Chou.──fue el simple saludo de la pelinegra.

──Ten te traje un café.──dijo la castaña para poner el vaso enfrente de ella.──negro con dos de azúcar y... está hirviendo.

Sana lo tomó entre sus manos para dar un sorbo, comprobando su sabor y el ardor en su garganta, era delicioso para ella.──no esperes un gracias.

──no lo hacía.──dijo riendo la morena.──¿entonces?

──¿entonces? ──preguntó la japonesa alzando una ceja.

──¿me acompañas a un concierto? ──preguntó con gracia la menor.

──No.──respondió la pelinegra para empezar a caminar por los pasillos, la castaña la seguía a prisa.

──Vamos.──insistió ésta.──son VIP.──sacó los boletos de su bolsillo.──es la banda Simple Plan.

La japonesa se detuvo en seco.──¿simple plan?

──Esa misma.──dijo la castaña.

──¿Cómo los conseguiste? ──preguntó todavía asombrada Sana.──es decir, debieron costarte una fortuna.

──No es para tanto.──contestó la morena, "Solo un mes de trabajo en la granja" pensó.

──No te gusta este tipo de música, Chou.──habló la mayor recordando un poco de los gustos de la morena.

──No mucho, pero si no me equivoco a ti sí.──pronunció con una atractiva sonrisa Tzuyu.──¿me acompañas? ──preguntó.

──Nunca te rindes ¿cierto? ──dijo la pelinegra tomando un boleto de la mano de la castaña.

──Cierto.──afirmó la menor.

Un pelirrojo se acercó con determinación, tomo el cuello de la camisa de Tzuyu, sin darle tiempo a hablar la empujó duro y aprisionó contra los casilleros.

──¡Qué te pasa imbecil! ──pronunció con enojo la castaña.──¡suéltame! ──en estos momentos sus pies se elevaban y no tocaban el suelo.

Sana estaba en un estado de shock. Jongin tenía una gran sonrisa en cara, pero no de las bonitas, era maligna, enferma, mostrando casi toda su dentadura.──mira, pequeña lesbiana escúchame bien.──empezó diciendo.──se tu maldito secreto... ──su rostro tomó mas brillo, mientras que el de la morena volvió pálido, llegaron mas jugadores de fútbol, sus risas resonaban por todo el pasillo.──¿o no?... fenómeno. ──susurro con burla el capitán, para de un solo tirón tirándola al suelo

La gente en los pasillos se iba con miedo a ser otra victima "no, no, no, por favor, no... no me puede estar pasando" Con pesadez la castaña sacudió su pantalón y se paro. ──vamos Jongin, no lo dirías, n..no te pasarías de esa manera. ──fue la súplica que dijo entre dientes.

──Pruébame. ──contestó el pelirrojo dando un primer golpe, un puñetazo en el pómulo de la morena, un rodillazo en el abdomen y ya la tenían de rodillas, se agachó para acercarse a su oído. ──intenta defenderte, y veré como todo mundo se entera. ──murmuró.

──No la toques. ──inquirió con una voz inquebrantable la japonesa saliendo de su estado de shock.

Jongin rió perversamente, con un gesto dio señal a dos jugadores, tomando a Sana de los brazos, para retenerla. ──Solo observa. ──con esto los golpes siguieron, patadas, puñetazos, cachetadas, el capitán estaba sudando y el cansancio se hacia notar, pero la menor no tenia ninguna marca, pero debido a su resistencia de usar su invulnerabilidad, el dolor era presente, los gestos en su rostro lo demostraban.

──¡Déjala! ──gritó la japonesa que con sus tijeras amenazo a los que la retenían, con molestia se acercó al pelirrojo. ──¡¿Te lo vuelvo a decir?! ──apuntó.

──Ya jugué mucho con el fenomeno. ──dijo con rabia el capitán. ──¿que tal jugar con la noviecita? ──los siete jugadores se aproximaban a la pelinegra.

──Sana, no te metas en esto. ──habló la castaña. ──por favor. ──suplicó.

──Aww, pero que linda, no quiere que la lastimemos. ──era la voz de un jugador robusto. ──observa como tocamos a tu novia. ──tomaron a la morena por los hombros de rodillas inclinando su cara para ver a la pelinegra. ──mira atenta... fenómeno.

Otro jugador bruscamente tiró las tijeras de la mano de la gótica. ──veamos cuanto resistes. ──la tomó del brazo con rudeza.──... Bonita.

Un gran estruendo se formó, el impacto del cuerpo robusto estrellado contra los casilleros. El ceño fruncido, la pasión en la mirada y la rabia al rechinar de los dientes era la morena. ──podrán meterse conmigo... ──pronunció con voz áspera. ──pero, si tocan a Sana... aunque sea un poco ──apretó con fuerza sus puños, sus nudillos se tornaron blancos con la presión. ──, me asegurare de llevarlos al infierno y que cada uno muera ──tomó las camisas de cada jugador cercano a la gótica.── ...lentamente. ──y los aventó haciéndolos retroceder o impactar contra el suelo. ──Lo juro.

La mirada de terror que irradiaban los jugadores era épica, salieron corriendo uno por uno, por último el pelirrojo que tenía la cara roja de furia.

──¿estás bien? ──preguntó Tzuyu.

──Si, no te preocupes ¿tú?

──Estoy bien. ──respondió la menor.

Después de eso las clases transcurrieron normal, la castaña debía pasar a la casa Minatozaki a las ocho de la noche pues el concierto sería a las nueve, era mejor llegar temprano, mientras en la casa de Sana;
"¿Qué me pasa?, no me puede gustar, no, no, no, no esta pasando y no va pasar, ¿por qué?, simple.. por que no soy lesbiana, soy heterosexual, no me deslumbra el brillo de su sonrisa, no me conmuevo con sus detalles, no me gusta lo marcado de su abdomen y el pequeño de su espalda, no me fijo en la forma en que su cintura acentúa sus caderas, ¡Agh!... y sobre todo a mi no me gusta Chou" era el pensamiento de la pelinegra mientras veía que ponerse para el concierto, una sonrisa pícara salió de sus labios al recordar "...a Chou se le paró, se excitó por mí, por hacerle cosquillas, ¡Dios!" empezó a reír.

Mientras tanto en la granja Chou; Tzuyu tomaba un baño, después de esto y con las gotas en su cuerpo decidía que ponerse. "Es un concierto... de rock, entonces" tomó unos jeans negros subiendo y doblando un poco el último de éstos, una camisa blanca con cuello en "V" y una chaqueta de cuero negra con cierres, unas botas grandes negras y por ultimo unos guantes dejando ver sus dedos, se veía rebelde y sexy, si me permiten decir, una excelente combinación.

Bajó las escaleras encontrando a su padre. ──Entonces ¿tendré hoy la camioneta? ──preguntó la castaña.

El señor Yicheng meneó unas llaves en sus dedos. ──solo porque se que es especial. ──Tzuyu tomó la llaves. ──mucha suerte, hija.

──Gracias papá. ──agradecía la morena.

──Dios ¿quién es esta estrella de rock en mi casa? ──era la voz de Yenling entrando a la sala desde la cocina. ──suerte, bebé. ──con eso dio un abrazo a su hija.

──Suerte con Maléfica, hermanita. ──medio animó Yizhou con burla.

──¡Que no es Maléfica! ──reprochó la morena.

Luego de los ánimos de la familia, Tzuyu subió a la camioneta que le dio Namjoon encendiéndola al instante "Licencia tengo, carro no tenía, ahora lo tengo, vamos a esta cita" se alentó la castaña mentalmente.

Llego a la casa Minatozaki a las 7:45 y tocó tres veces la puerta. Espero un momento para ser atendida por la señora de la casa.

──Buenas noches, Sumire. ──saludó cortés la morena.

──¡Oh, pero a quién tenemos aquí, Tzu! ──fue el saludo de la señora Minatozaki. ──pero mira qué guapa estás, pasa.

Con eso la menor paso a la sala. ──Sana bajará en un instante. ──habló el señor Minatozaki que bajaba las escaleras de la casa.

──no hay problema, espero. ──dijo con tranquilidad la menor.

──¡Hey, Tzuyu! ──fue el grito de Riki que bajaba a prisa las escaleras. ──¿cuándo entrenamos?

──Tú dime. ──respondió la castaña.

──Paso por tu granja. ──dijo el joven pelinegro pensando. ──¿el fin de semana?

──Claro, con un poco de entrenamiento, serás un jugador en poco tiempo.

──¿tú crees? ──dijo con emoción Riki.

──Por supuesto. ──afirmó Tzuyu.

──Tzuyu. ──habló con voz grave el señor Minatozaki.

──m..mande.

──Cuida a mi hija, ¿si? ──pronunció ahora más suave Ryuto.

──Siempre. ──fue la rápida y segura respuesta de la morena.

Ambos padres sonrieron. El resonar de los escalones, hizo acto de presencia a la japonesa, el pantalón pegado con algunas rasgaduras dejando ver sus muslos, botas de cuero negras y blusa de igual color de botones le daba un aire rudo y sensual, también una buena combinación, ¿no creen?. Para asegurar tenemos a la castaña quien su pupila se dilató y agrando por lo que veía, su garganta seca y sus manos temblorosas.

──¿Reunión familiar con Chou? ──preguntó la pelinegra con burla.

──Estaba platicando con Tzu de los entrenamientos pero parece que cuando bajaste se quedó muda o algo así. ──habló Riki pasando su mano frente a la cara de la latina para ver alguna reacción. ──¡¿ves?!

──Chou. ──la llamó la japonesa. ──¿me escuchas? ──habló más fuerte.

──¡¿Eh?! ¡m..mande! ──reaccionó la castaña, todos la veían. ──l..lo lamento. ──se disculpó y sus mejillas tomaron color, con lentitud pasó la mano que mantenía en su espalda al frente, para mostrar una rosa. ──toma. ──dijo y el rubor era más notorio en su rostro.

──¿Una rosa? ──preguntó Sana.

──La he pintado de negro, porque sé que no te gustan las cosas normales. ──explicó Tzuyu mostrando una atractiva sonrisa.

La pelinegra tomó la flor con sus manos. ──Tienes razón. ──dijo alzando una ceja.

──La tengo. ──afirmó con gracia.

──No vuelvan tarde. ──inquirió el señor Minatozaki de nuevo mostrándose serio.

──Cariño, sé amable. ──reclamo Sumire. ──Tzuyu, vayan con cuidado y diviértanse.

──Si, gracias.

Con eso ambas subieron a la camioneta. ──¿No era que no tenías licencia? ──preguntó la mayor.

──Nunca dije eso, simplemente no tenía carro.

──¿Y la compraste?

──Digamos que... sí, algo así. ──pronunció la castaña con una sonrisa viendo el camino.

Llegaron al concierto y en las primeras filas, encontraron sus asientos, empezaron las canciones, la gente empezaba a pararse y cantar a todo pulmón, Sana y Tzuyu no eran una excepción. Pero hubo una canción.

I wish that I could tell you something to take it / Deseo poder decirte algo...

all away. / y llevar todo lejos...

En ese momento de la canción, la castaña miró profundamente a la japonesa.

Sometimes I wish I could save you / algunas veces desearía poder salvarte

there's so many things that I want you to know / Y hay tantas cosas que quiero que sepas

I won't give up till it's over / no voy a renunciar hasta que se termine

if it takes you forever, I want you to know / Si te lleva por siempre, quiero que sepas

Tzuyu con el grito de la gente y todo el alboroto, tomó con su mano cálida, la fría de la pelinegra, con fuerza pero con ternura, dando el sentir de protección.

that If you fall, stumble down / Que si tu caes, tropiezas,

I'll pick you up off the ground, / Te levantare del suelo,

If you lose faith in you, / Si pierdes la fe en ti,

I'll give you strength to pull through. / Te daré fuerzas para salir adelante.

Tell me you won't give up, / Dime que no te rendirás,

cause I'll be waiting here if you fall / porque voy a esperar aquí , si tu caes

you know I'll be there for you / tú sabes que estaré aqui para ti

Al terminar la canción fue el cierre del concierto, caminaron al estacionamiento aún sin soltarse la mano. La morena observaba a su acompañante muy detenidamente, el blanco de su piel, el carmesí y visiblemente suave de sus labios, como levantaba una ceja juguetonamente y la hacia temblar por dentro, viendo el avellana de sus ojos, no se podría cansar.

──Sabes. ──rompió el silencio la menor.

──¿Qué pasa?

──Eres realmente bella. ──aduló la castaña.

──No lo creo ──inquirió Sana con una sonrisa. ──me enojo con facilidad, soy muy, muy celosa, en realidad, si quiero algo soy muy egoísta con ello, me encantan las películas de terror y odio el amarillo, lo odio enserio. Y crees que soy ¿bella?

──Para mí lo eres. ──respondió con una sonrisa galante Tzuyu. ──para mí... hay belleza en todo lo que eres.

Abrió la puerta del copiloto para la japonesa, y después ella subió en la del conductor. El camino era tranquilo.

──Toma. ──inquirió la latina sacando un disco era de Simple Plan y estaba autografiado.

──¿q..qué cómo lo conseguiste?

──En el tiempo de descanso que dieron a la banda. ──habló la morena. ──cuando fuiste al baño, fui a camerinos, les pedí el disco ──"Y salvé a su vocalista de que le cayera un artefacto de luz" pensó. ──y me lo dieron. ──terminó por decir.

──Y ahí de nuevo. ──dijo en un suspiro la pelinegra. ──la misteriosa Chou Tzuyu.

Tzuyu sonrió ante el comentario, antes de sentir unos labios en su mejilla, al separarse volteó y vio lo muy cerca que seguía la japonesa, quien la atrajo del cuello para ahora tomar sus labios, un beso desesperado y apasionado, se separaban por un poco de aire y volvían a empezar.

"¿Es amor?"

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