Cap 16: El tornado parte 2
Su respiración era irregular pero no era por haber corrido probablemente veinte kilómetros en tan solo unos segundos, mas bien era por el hecho de que tenia frente a ella un tornado que arrastro sin piedad el coche negro de su novia.
Poche no se digno un minuto más a pensar, corrió y salto adentrándose en el fenómeno de la naturaleza, por ese instante se dejo llevar por el viento hasta toparse con la delantera del auto cual reconocía bastante bien. Una de las puertas se había desprendido, la castaña estaba en la parte baja de los asientos delanteros resguardándose. La peliazul entro aun con las fuertes ráfagas de viento, se sostuvo con firmeza del volante que por suerte todavía no salia volando.
Vio a Calle y por primera vez durante ese momento, se permitió respirar. No se percato que Calle había girado su vista hacia ella, entre su cabello no distinguía la mirada sorprendida de aquellos ojos avellana. Solo atino con el escaso tiempo que tenia logro posicionarse encima de ella, protegiéndola en ese pequeño lugar mientras el vehículo se desarmaba poco a poco. Con sus brazos tapo su cabeza de cualquier golpe, no iba permitir que se lastimara.
....
Juan Carlos Garzon seguía persiguiendo en ese mal clima al reportero, todavía este tenia una cámara con todo grabado, y no iba permitir que esa información sobre su hija saliera a la luz.
-¡DAME LA CÁMARA!.
Seguían en esa interminable persecución entre arboles y siembras. Cualquiera sabría que era un lugar desolado y antiguo. Pero de lo que no estaban nada previstos era de que una casa entera volaba y iba directo en caída hacia ellos.
El señor Garzon logro tomar de la camisa al hombre empujándolo hacia una cueva, y lanzándose ahí mismo. En pocos segundos la casa cayo tapando asi la entrada o salida de la caverna donde se habían metido.
...
Después de un sin fin de vueltas en esa bestia de viento, el cielo se había calmado pero el sol empezaba a asomarse. La morena con cuidado quito sus brazos para visualizar a su novia. Ahora estaban en tierra firme con muchos objetos de dudosa procedencia alrededor, pero estaban a salvo.
Calle aun despues de todo ese ajetreo se veía sumamente hermosa bueno al menos era el pensamiento de Poche, al verla tirada y con los ojos cerrados parecía demasiado... placida.
-Calle..- toco con suavidad el hombro de esta -Calle... por favor, escúchame- acomodo con cuidado un mechón de su cabello pasándolo por detrás de su oreja -Vamos... Despierta.
Viendo que no había ninguna reacción la tomo en brazos y corrió al hospital más cercano. El lugar estaba lleno de heridos, las camillas pasaban de haya para acá, algunos inconscientes y otros con lesiones. El personal estaba eufórico por tanta demanda.
Claro nuestra joven latina no iba permitir que no atendieran a su novia, por lo que camino hasta los pasillos más concurridos en busca de un doctor.
-¡Necesito un medico!- anuncio y viendo a una doctora le tomo del hombro con suplica en su voz -Ayúdeme.
Acostó a la castaña en la primera camilla desocupada que encontró, mientras la mujer hacia un chequeo en sus ojos.
-Las pupilas reaccionan, la respiración parece normal, el pulso tambien se pondrá bien. ¿Como se llama?.
Pero nadie respondió a esa pregunta, algo confundida la doctora miro de lado a lado y no encontró a nadie. No había rastro de la morena que había llegado con esa paciente en brazos.
...
-Por su gran idea ahora estamos encerrados en esta choza con una casa impidiendo nuestra salida. Moriremos aquí.
Abel seguía refunfuñando caminando de lado a lado, mientras Juan Carlos solo se sentó tranquilo en una esquina del lugar, no era por nada pero presentía que su hija lo podría encontrar y sacar, era cuestión de esperar.
-Si me da la cámara, lo sacare de este lugar.
-¡Antes muerto!.
-Usted lo pidió.
El tiempo pasaba y la mañana había llegado, el pueblo seria un desastre despues de todo lo ocurrido por el tornado, seria como en... la lluvia de meteoros.
...
Por su lado la peliazul llego a su casa, enterándose por su madre de todo el problema. No lo pensó dos veces cuando se cambio, pantalón de mezclilla y una simple camisa azul. Primero se dedico a buscar en el granero pero no había señal de vida por ahí. Hasta que alguien le llamo por la espalda.
-Maria Jose, hable con tu madre me dijo lo de tu padre.
Era Sebastian con su típico atuendo de empresario entrando con semblante preocupado. Tenia una mirada perdida y parecía estar inquieto.
-He buscado suficiente por aquí, ahora voy al bosque.
-¿Te acompaño?- ofreció
-Claro nunca viene mal algo de ayuda extra.
Así ambos se introdujeron al bosque, el lugar era un caos y seria dificil encontrar alguna persona entre arboles caídos, tambien había un carro colgando encima de un sembrado. El mas interesado en ese detalle fue el joven Villalobos que reconocía el coche por ser el de su reportero personal; Abel.
...
Juan Carlos cansado de esperar comenzó a inspeccionar la caverna con la esperanza de encontrar una salida, prendió con un cerillo una antorcha que hizo el mismo dándose asi un poco de luz.
-El mejor articulo de la historia y no voy a poder escribirlo
Fue la voz del reportero acercándose.
-Maria Jose no es un articulo, es mi hija. Y no pienso dejarle destrozar su vida mientras usted se hace famoso.
-¿Por eso me ha perseguido? ¿Que planeaba hacer usted, Juan Carlos? Iba a agarrarme... matarme y enterrarm-.
-¡Se mete en propiedad privada, no tiene derecho de estar espiándola!
-Tiene usted al ser más increible sobre la tierra haciendo tareas en su granja. ¿Porque se empeña en ocultarla?. ¡Debería dejar que el mundo le conociese!.
-Eso lo decidirá ella cuando sea mayor.
-¿Y cuando cree que sea eso? ¿Cuando tenga edad para beber?.
-Cuando este lista..
-Porque no deja de jugar al protector y reconoce la verdad, su mujer y usted se la quedaron por su propio beneficio, quieren sacarle provecho.
-Nos la quedamos porque Maria Jose es nuestra hija y le queremos.
Abel rio falsamente.
-Ella no es su hija- giro los ojos mientras mostraba una sonrisa cínica -No se haga ilusiones, ni siquiera es humana.
Juan Carlos no pudo contener mas su furia y disparo su puño a la cara del hombre, tumbándolo al piso sin problema. Camino hacia él mientras aun en el piso este retrocedía.
-Puede matarme por decirlo. ¡Pero sabe que es cierto!. Es usted un pobre hombre y el destino de su hija es demasiado grande para que lo comprenda.
El señor Garzon lo tomo de la camisa levantandolo con brusquedad hasta tenerlo cerca de su rostro. Aun asi él le sonrió con malicia.
-Maria Jose no le pertenece a usted, le pertenece al mundo.
...
Mientras tanto Calle despertaba en un cuarto blanco del hospital, se sentia un poco aturdida intentando recordar que rayos había pasado. Pasaron unos minutos para que una alegre rubia entrara a la habitación.
-¡Dani has despertado!- exclamo contenta Pau -¿No deberías seguir durmiendo?.
-No lo se, que fue lo que... ¿Que dijo el doctor?.
-Dijo algo de que solo era una contusión ligera, al parecer quedaste inconsciente despues del tornado. Dijo que tenias suerte, aun no sabe como es que saliste solo eso, es decir tu coche quedo destrozado. ¿Que paso?.
-Pues iba hacia la fiesta luego de dejar a Johann en casa, y empezó el viento un buzón me dio en el parabrisas y me salí de la carretera. El auto salio volando hacia el tornado, y luego... gire y gire.
-Estabas en pleno tornado y solo conseguiste un chichón en la cabeza, es increible Calle tienes mucha suerte.
-No... es imposible.
-¿Que?.
-Lo siguiente que recuerdo es que desperté aquí.
-Una de las enfermeras me dijo que alguien llego contigo en brazos, exigía con fuerza que te atendieran rápido, dijo que tenia las puntas azules, morena y con un hablaba con un asentó colombiano.
-Garzon...
...
Sebastian se había alejado de Poche para hacer una llamada al reportero, ella seguía buscando con dedicación llevaba horas asi, hasta llegar a una extraña casa derrumbada por el fondo del bosque. Mirando de lado a lado, con cuidado de que nadie le viera tomo la casa por una esquina y la volteo hasta otro lugar.
Con su mirada vio a través del suelo aun con dolor de cabeza, corrió hasta la entrada de la cueva. Vio a su padre tirado al parecer unos escombros habían caído sobre él.
-¡PAPÁ!- cuando iba ayudarlo a pararse su mano dolió, el lugar estaba lleno con el extraño meteoro verde, se veían sus venas y se debilito cayéndose al suelo.
-¿Que le pasa a tu hija?- pregunto el reportero levantándose del suelo.
-Hay fragmentos de meteorito, hay que alejarle... le afecta mucho. Vamos sácale de aquí.
Pero Abel en lugar de escucharlo tomo uno de los fragmentos y lo metió al bolsillo del pantalón de la morena. Ella parecía inconsciente aunque trataba de moverse, no podia. El reportero la arrastraba a la salida.
-¡¿Que hace?!- grito Juan Carlos.
-Tengo que conseguir todas las pruebas que necesito.
-¡No lo haga! ¡ABEL, VUELVA!.
Sin tomarle importancia el hombre arrastro a la castaña hasta afuera, buscando su coche con la mirada lo encontró destrozado en una colina. Poche se quejaba sentia el dolor punzante por tener la piedra dentro de su pantalón, la respiración le faltaba.
Juan Carlos logro salir lanzándose hacia Abel, encima del él le propino unos puñetazos directos al rostro.
-¡No va. A quitarme. A mi hija!- pronunciaba entre cada golpe.
Pero el reportero logro golpearle y tumbarlo de encima, propinándole una fuerte patada lo derribo hacia un árbol. Cuando el señor Garzon iba defenderse noto que él tomaba un fierro afilado acercándose.
-Como dije el mundo tiene derecho a saberlo y ha diferencia de usted... Yo estoy dispuesto a matar por mis creencias.
Estaba a punto de encajar el arma en la cabeza de Juan Carlos cuando se escucho un disparo. Lo unico que alcanzo a ver con claridad fue como el reportero miraba su pecho y enseguida caía directo al suelo.
Atrás de él estaba nada mas ni menos que Sebastian con un arma y el rostro complacido. Sin dejarse impactar el señor Garzon corrió hasta su hija viendo como estaba pálida y débil.
-¿Señor Garzon, esta bien?- pregunto el joven Villalobos.
-Si- susurro mientras lo veía cuando vio que se distrajo volteo hasta su hija para quitarle el meteoro del pantalón -Poche... ¿Estas bien?.
La aludida comenzó a despertar, mientras las venas se escondían de nuevo y su bronceado natural regresaba. Estaba algo desorientada pero tenia el cristal suficientemente lejos para estar bien.
-Sobreviviré.
No tardo más de una hora cuando ya estaba una ambulancia, y una funeraria se llevaba el cuerpo de Abel. Estaban checando a Juan Carlos, tambien estaba Vale y Martha demasiado preocupadas.
-Vaya parece que solo me he roto una costilla- aclaro el señor Garzon saliendo de la camioneta de cruz roja -Soy un hombre resistente.
-Claro que si lo eres, cariño- musito Martha besando con ternura a su esposo.
-Hermanita bebé parece que no tardaste en encontrarlo, es un alivio tenerte en la familia - hablaba Vale mientras pasaba un brazo por los hombros de la peliazul -Solo asegúrate de tenernos informadas a la próxima, no estas sola. Podríamos ayudarte.
-Gracias, Vale.
-Ese hombre era un lunático, mira que haber intentado matarte- inquirió Martha con pesar -Menos mal que llego Sebastian.
-Sigo sin confiar en ese muchacho- fue la voz dura de Juan Carlos -Creo que podría tener contacto con ese hombre, solo para su propio beneficio.
Poche lo miro con las cejas alzadas.
-La pregunta que tienes que responder es... ¿Quien trato de matarte y quien te salvo la vida?.
Unos segundos en silencio donde paso el joven Villalobos arreglando todo el asunto legal con la policía, pero dedico unos minutos para la familia Garzon.
-Señor Garzon- pronuncio formal extendiendo su mano y al ver que no era tomada añadió -Oiga..
-Sebastian- interrumpió Juan Carlos -Me salvaste la vida y quiero darte las gracias.
-Volvamos a empezar.
Y asi compartieron un apretón de manos como perfectos hombres de negocios, o nuevos aliados, compañeros, compadres, ustedes entienden mi punto.
Con una sonrisa toda la familia se subió a la camioneta, la radio tenia muchas malas noticias por lo que Martha decidió apagarla, iban en un silencio cómodo hasta que Martha hablo.
-¿Que paso en el tornado, con Calle?.
-Hija estamos aquí, sabemos todo de ti puedes hablar con nosotros si quieres.
-Vamos, hermanita no es tan dificil yo siempre estoy hablando.
Mirando la carretera con la mirada perdida la latina se decidió a hablar.
-He pasado muchas cosas, pero estar en el tornado... nunca había estado tan asustada. No veía nada y las cosas me golpeaban no podia controlarlas, sé que pudo ser el viento pero de pronto fui hacia el coche. Y me sentí como si pudiera hacerlo... sentí que volaba.
Después de eso, Valentina la abrazo por los hombros recostándola en su regazo y dejandole un tierno beso en la frente. Mientras sus padres las miraban con una sonrisa brillante.
Llegaron a la granja mientras sentían como alguna presión caía de sus hombros, la peliazul para despejarse de todo, fue a su lugar especial. En el granero se dedico a mirar como las estrellas empezaban a poblar el cielo negro.
-¿Que haces, Garzon?.
La voz de cierta castaña le hizo voltear.
-Pensando- contesto con una sonrisa.
-Parece que te escondes.
-¿No deberías reposar?- pregunto preocupada haciendo un espacio a su lado -Ven, siéntate.
-Me siento bien, y pensé que otros ocupaban la camilla mucho más que yo asi que salí antes de lo planeado.
Sentadas asi una al lado de otra, juntaron sus manos entrelazando sus dedos que encajaban a la perfección.
-Me alegra que estés bien. No sabes lo que sentí cuando escuche las noticias, todo me daba vueltas y sentia que... que, bueno me sentia perdida.
-Me dijeron los chicos que no pudieron detenerte incluso tumbaste a Laura para salir por la puerta, me contaron todo lo sucedido y la mirada decidida en tu rostro, aun no entiendo... siendo tan peligroso.
-Es que no entiendes... Si te pierdo a ti, lo pierdo todo.
Solo con esa frase logro que el corazón de la castaña se acelerara con fiereza, la abrazo con fuerza mientras esas palabras volaban por su mente retumbando cada vez mas fuerte.
-¿Como me encontraste?.
-F-Fue pura suerte- de nuevo mintió -Estabas cerca de la carretera, debiste caer de el coche antes de que este saliera volando.
-¿De verdad paso eso?.
-Si, ¿Porque?.
-Es porque guardo un recuerdo que no tiene ningún sentido, el coche estaba atrapado en el tornado y tú... estabas... a mi lado, pusiste tus brazos a mi alrededor y me dijiste que todo iba salir bien- la morena iba negar pero agrego -Lose, es una locura. Pero empece a pensar en aquella vez en la excursión donde tú... bueno ese árbol que ninguno de todos los chicos pudo mover y simplemente, lo tomaste con una mano. Para protegerme. Pensé tal vez hay algo más en esa misteriosa Maria Jose Garzon... de lo que no conozco.
«decirle solo seria ponerla en peligro.» pensó la morena mientras se paraba y daba unos pasos hacia la ventana recargándose ahí mismo.
-Tienes razón, es una locura. No hay nada mas en mi de lo que vez.
-Garzon... Poche, ¿Sabes que puedes contarme lo que sea?.
-Lo se, Calle. Pero y si eso fuera más grande de lo que imaginas, si con decirte eso podría ponerte en peligro a ti, a todo lo que te rodea, si eso es algo mas que mi decisión porque solo es mi deber hacer lo correcto. Y si eso implicara mantenerte a salvo, que me dirías.
-Tú y yo estaremos juntas por siempre. No importa que digas, hagas o seas, estoy contigo, no importa nada mas.
-Sabes que solo quiero protegerte.
-Entiendo, pero si no me tienes confianza, no comprendo el punto de la relación. Las parejas de eso se conforman, miedos y inseguridades compartidos entre ambos para complementarse entre si.
-Confió en ti, no confió en las otras personas de fuera.
-Tengo que conocerte por completo, y quiero hacerlo, no me importan los problemas que esto me pueda traer, simplemente estaré a tu lado, pero si no te conozco como esperas que este contigo.
La castaña se paro con una mueca de enfado en el rostro, pero antes de tocar el primer escalón para bajar la tomaron de la muñeca por detrás.
-No me dejes por favor. Quédate aquí, a mi lado.
-¿Confiaras en mi?.
-Dame un poco de tiempo, lo prometo. Primero seras tú pero tambien quiero que los chicos lo sepan.
-Creo que tenemos un trato, Garzon.
Se acercaron en busca de juntar sus labios en una batalla entre aguantar la respiracion y pegarse aun mas. Se separaban buscando una calada de aire y volvian al juego. La latina en un momento termino por aprisionar a la castaña contra unos bloque de paja, donde ella cayo placidamente llevandose encima a la morena.
Entre caricias y mimos las prendas caian por cualquier parte del piso, con algunos moviemientos torpes se rozaron entre si. Mientras la excitación de ambas crecia la latina no podia evitar sentir como tomaba con fuerza la mano de su amante, teniandola segura asi para ella.
-Creo que...
Hablo la morena separándose un poco mientras buscaba en unos cajones de la repisa, papeles, bolígrafos, herramientas, no, no, y no pero cuando se daba por vencida en el ultimo cajón estaba... un condón.
-Parece que ya estas preparada... no tardaste en aprender, Garzon.
-Eres lo peor.
-Pero me quieres.- no reprocho esa respuesta cuando bajo su boxer para abrir con su mano el paquete de aluminio, paso el preservativo por su miembro, ante la atenta mirada de su novia que a decir verdad le ponía nerviosa.
Se besaron con la pasión que el momento a meritaba, mientras su cuerpos se unían mas y mas en abrazos y caricias, se tomaban la mano con firmeza mientras daban pequeños apretones entre cada gemido.
La peliazul tomo con delicadeza los muslos pálidos de su pareja, acariciándolos, familiarizándose con ellos, mientras ella se metía en el medio de ellos. No podia dejar de ver el contraste de ambas pieles, ella era pálida como el papel mientras la otra tenia un tenue bronceado canela.
-Solo dime si es que te lastimo, por favor.- susurro con delicadeza mientras dirigia su miembro exitado a la entrepierna de su amante.
-Solo hazlo.
Las embestidas comenzaron suaves, con el unico sonido de su cuerpos al chocarse, sus respiración agitada demostraba la lujuria de todo. La castaña paso sus manos por la espalda delgada de su novia, clavándose ahí mismo rasguñando con sus uñas ese lugar, marcándolo como suyo.
-Poche... p-puedes ir más rapido... Poche...
Haciendo caso del pedido la morena aumento el ritmo, sentia como su rostro se calentaba solo por ver el ser desnudo de la castaña. Su cuerpo desprendía miles de diminutas gotas de sudor, sin embargo ella parecía intacta sin mencionar la sonrisa burlona que tenia cuando terminaba de pronuncia un gemido.
-Jamas te vayas de mi lado, amor.
Con esas palabras al oido, termino por tener un orgasmo. Unas movimientos mas por parte de la castaña y esta tambien toco el extasis del placer. Termino por tirar el preservativo lanzandolo al bote de basura mientras se hacia espacio entre la paja aun respirando con dificultad.
Mientras intentaba calar algo de aire para sus pulmones, la castaña se acerco con cautela tomándola del rostro para unirse en lo que ahora era un beso tranquilo y pacifico, con dulzura, con tiempo... largo pero sin ser desesperado, como la sensación de comerte la cereza de un pastel.
Pequeño, dulce y exquisito, dando por supuesto el toque final.
-¿Sabes que me gusta de hacer el amor contigo?- pregunto con una sonrisita saliendo de sus labios Calle mientras se acomodaba encima del cuerpo de su novia, tomando con sus manos su rostro delineando con sus dedos las facciones de su rostro, hasta ver como de poco a poco sus mejillas se encendían en un rojo profundo -¿Sabes que es?.
-¿Que es?- pregunto interesada la morena mientras le regalaba una sonrisa tímida.
-El que solo somos tú y yo... Todo lo demas simplemente desaparece. Y me encanta. Como me tomas entre tus brazos como si pudieras romperme,- delineo con un dedo pasándolo por todo su abdomen -Me gusta tu sudor, y como tu rostro se acalora cuando me vez a los ojos, me gusta que mientras me das caricias o besas, nunca te olvidas de tomar con firmeza mi mano, y la aprietas un poco cuando entras en mi... Por eso me gusta hacer el amor contigo.
Se miraron unos segundos mientras el calor ambiental las fundia en una misma. Su aroma se pegaba una en la otra, dejando su propia marca personal. Se dieron un pico de beso antes de sonreír ampliamente.
-¿Escucho a Daniela Calle ser cursi?.
-Joder, Garzon. Eres una idiota.
-Pero soy tu idiota.
Compartieron una larga carcajada mientras se vestían, entre empujones amistosos, besos robados y sonrisas, pasaron horas sin darse cuenta. Porque cuando estaban juntas, el tiempo real no se sentia.
-Por supuesto que si. Eres MI idiota.
Continuara...
Si, si lo se soy puta por no actualizar JAJAJAJJAJJ
Bueno puto el que no vote
Ten un camaron 🦐
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro