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Tres




Lucas quedo impactado viendo como enfrente a sus ojos crecen desde el piso gigantescas rocas cubriendo por completo la cama en donde se encontraba su, ahora nuevo, "enamorado". Los gritos del chico lo aturdieron y el solo recordar con que ojos lo había visto le daba impotencia, lo miró como si le tuviera miedo, como si fuera la peor cosa del mundo, como si fuera un monstruo...

No pasó mucho tiempo para que la sala se llenara por sus compañeros rudiosos, quienes entraron con rapidez preocupados por aquel grito escuchado.

—¿¡Qué pasó!? —preguntó Taeyong viendo a Lucas al lado de una gigantesca montaña de rocas.

—Y-Yo s-solo vine a verlo, no se que pasó, juro que no lo sé... —decía perplejo sin entender aquella situación, estaba aún asimilándolo pero aquello simplemente no entraba en su cabeza. —Parecía como si me tuviera miedo, se volvió loco cuando me vio.

—Debe de estar pensando que lo hemos secuestrado —opinó Mark siendo la teoría más convincente.

—¡N-No me hagan daño, por favor! —se escuchó como gritó el chico desde adentro. —¡N-No quiero, por favor! ¡N-no más! —los sollozos se escuchaban fuerte y claro, aquel llanto lleno de temor, sufrimiento y dolor como si de verdad lo hubieran lastimado.

—No te haremos daño, nosotros somos los buenos. Por favor, sal de ahí —dijo Lucas sonando compasivo colocando su oído entre las rocas buscando escuchar mejor.

—¡N-No! ¡M-Me van a lastimar! ¡M-Me lastimarán como se lo hicieron a mi mamá! ¡M-Me harán daño, m-mucho daño! —su voz, rota y sufrida. Tenía mucho miedo, él quería salir de ahí lo más pronto posible pero se sentía encerrado, nadie lo ayudaría.




«Nadie me salvará...»



—Yo te salvé —soltó Lucas dejando confundido al chico ya que había acertado justo con su pensamiento. —Yo fui el que te sacó de aquella casa, yo te traje aquí para que te curen e incluso tu estás usando mi ropa, si no me crees pues mira bien, en alguna parte de la prenda tiene escrito mi nombre "Lucas". Buscalo, ¿lo viste? Se que soy ingenioso.


El joven pálido con temblor miró la holgada ropa que tenía puesta, un suéter rojo con un mono blanco, en las puntas de las mangas estaba escrito "Propiedad de Lucas" y en el bolsillo derecho del mono también. Ver aquella evidencia lo dejo un poco aturdido, empezó a dudar en si confiar o no en aquella extraña persona que le estaba hablando desde afuera.



—Ya lo viste, ¿verdad? Yo sé que lo hiciste —dijo seguro de sí mismo el moreno sabiendo el "" de antemano. —¿Tú enserio no reconoces mi voz? Hace unas horas me pediste que te salvara.

El pobre chico rubio quedo aún más confundido y entre su escasa memoria trató de recordar si aquello es cierto, pensó detalladamente y recordó esa voz ¡Sí, era la misma!


—No volverás a estar solo nunca más, me tienes a mí y a mis quince amigos acompañándote, vas a estar bien con nosotros y te cuidaremos. No sufrirás más, te lo prometo —insistió el moreno pero nada, el rubio no parecía querer responderle.



¿Había sido muy rudo?
¿O muy directo?


Se quedo pensativo teniendo una pizca de esperanza de que aquel discurso no muy bien planificado le haya ayudado pero el caso no parecía ser así o eso creía...
Entre tanto silencio de espera por fin el rubio cedió.


—Y-Yo... —balbuceo incómodo el chico sintiéndose un poco avergonzado de lo que estaría próximo a decir. Tomó una gran bocanada de aire y con sus mejillas sonrojadas que nadie veía decidió hablar —Te creo pero, no se c-como quitar e-esas rocas...

—¿No sabes? —preguntó perplejo Lucas.

—N-No...

—¿Tu lo podrás quitar? —preguntó Taeyong hacia el moreno. —Digo, tus poderes son similares, creo que puedes.

—Los puedo hechar a un lado pero el punto es devolverlos a su lugar, solo el dueño lo puede hacer —mordió su labio inferior el llamado pensativo hasta que por fin accedió pues, no le quedaba de otra.

Lucas puso sus dos manos sobre la roca y al sentir su poder fluir algo extraño abrazo su piel o más bien, algo totalmente familiar. Frunció el ceño aún con sus párpados cerrados e intentando logró lo que quería. Por alguna extraña razón logró hacer que todas las rocas volvieran a su lugar de origen dejando totalmente limpio el área de la clínica/laboratorio.

Los demás chicos quedaron confundidos ante lo ocurrido.

El moreno abrió los ojos y se encontró delante de él al pequeño rubio sentado en la cama con una mirada de cachorrito como si tuviera vergüenza, sus mejillas y orejas se encontraban rojas, algo que lo hizo ver muy tierno a los ojos del castaño.

—Que bueno que todo se aclaro —suspiró Taeyong acercándose hacia los dos nombrados.

El rubio pasó una mirada sobre todos los miembros de la habitación sintiéndose expuesto. Son demasiadas personas para su gusto, con diferentes estilos, alturas, colores y contextura. Mucho para sus pobres ojos logrando incomodarlo a lo que bajo la mirada apenado. Aún no les tiene suficiente confianza, sigue con un miedo, algo en su corazón que le sigue repitiendo lo mismo «Te harán daño» «¡Escapa de ahí!» «¡Corre!»



—¿Y cómo te llamas pequeño? —le preguntó curioso Lucas encorvándose un poco para llegar a la altura del menor, quien se encontraba sentado de piernas cruzadas cual niño.

—J-Jungwoo... —balbuceo tímido.

—Chenle anota —dijo rápido Taeyong y al instante el llamado apareció a su lado derecho con un cuaderno y lapiz, algo que sorprendió al extraño del grupo.

—Aquí estoy, mi camarada —dijo con humor empezando a escribir los datos.

—¿De dónde eres? —preguntó nuevamente el mismo pelirrojo.

—De... ¿Aquí?

—¿Seguro?

Jungwoo asintio rápidamente.

—Bueno, ¿Edad?

—Veintiún años —al responder aquello sorprendió un poco a los chicos y más a Lucas, el juraba que el chico era menor, su aspecto indefenso, su rostro tan dulce y delicado, todo en el chico le decía que era más pequeño.

—Bueno, las apariencias engañan —rió Chenle asintiendo.

—¿Y tú poder? —habló nuevamente el líder.

—No lo sé... —susurró confuso.

—¿Como que no lo sabes? —preguntó curioso Jaehyun acercándose un poco más.

—C-Cambia m-mucho... —balbuceo. —E-Es raro, n-no lo entiendo.

—Bueno, nosotros nos encargaremos de descubrir tu poder para que logres entenderlo, así que tranquilo —sonrió honestamente el líder, aún con su delgado rostro amenazante lleno de maquillajes oscuros, cabello pelirrojo con extensiones negras y cadenas colgando de sus orejas se veía muy amable; sí, aún con esa oscura mirada el podía llegar a verse demasiado gentil con un simple y pequeño acogedor gesto que logró llegar al corazón de Jungwoo confundiéndolo un poco.



«¿Cómo alguien con esa apariencia tan aterradora puede llegar a verse tan amable?»


Una duda de la que estaba dispuesto a resolver en algún momento.

En aquel momento de silencio Taeil se acercó con una gran y dulce sonrisa hacia el chico ya sabiendo su misión.


—Hola, soy Taeil. El mayor del grupo —justó cuando dijo aquello se escuchó de fondo a un Haechan gritando "El mas viejo" algo que no prestó atención y siguió hablando —Me encargaré de guiarte, conocerte y que tu nos conozcas a nosotros como personas. Se podría decir que seré tu psicólogo, cualquier problema principalmente emocional me lo puedes contar con seguridad, ahora si es malestar físico te lo dejaría en manos de Mark.

—Sí, yo, Mark. —se acercó el moreno bajito también con una sonrisa para proseguir con el mini-discurso —Yo me encargaré de demostrarte y explicarte todas las subunidades y a nosotros como grupo, ya sea de misiones, estrategias y algunos resúmenes de cualquier situación.

—Em... S-Si, g-gracias... —tartamudeó el rubio riendo un poco de los nervios.

—Si quieres puedes levantarte y te guiaremos a tu habitación —demandó Taeyong y al instante como si se tratará de un perro recibiendo órdenes el menor se levantó con torpeza de la cama viéndose muy indefenso.

Lucas lo miró con ternura, algo que no pudo evitar hacer y que fue notando por algunos cuantos miembros atentos.
























—Veo que te quedarás a dormir con nosotros —asumió coqueto Haechan guiñándole un ojo al extraño del grupo. —Y de paso, serás mi vecino de abajo.

Jungwoo solo se ruborizó apenado agachando la mirada mientras acomoda las sábanas de su cama de dos plantas.

—¿T-Te m-molesta d-dormir arriba...? —le preguntó apenado sintiéndose culpable. Pues, cuando él había llegado le dijeron que su cama sería la de arriba pero por su miedo irracional a las alturas se tuvo que negar pidiendo así, intercambiar con el que estaba durmiendo abajo, quien es Haechan.

—No, en realidad yo antes dormía aquí arriba pero el de las estafas locas se molestó y como se puso bipolar me obligo a dormir ahí abajo, así que gracias a ti, volví a mi mundo —explicó de forma despreocupada haciendo referencia a su líder pelirrojo. Haechan no respeta a sus mayores aún cuando debe de hacerlo, simplemente es libre y dice todo sin importarle las consecuencias o siquiera pensarlo, algo totalmente diferente hacía nuestro tímido Jungwoo.

—¿Sabes que te escuchó, no? —preguntó Renjun obvio mientras no le quita la vista a su celular jugando un videojuego de carreras. Él se encuentra del otro lado de la pared acostado en la cama de la planta de arriba junto a Chenle a su lado, los dos dormían juntos y abajo de ellos esta Jisung, bien callado sin emitir algún sonido como siempre.

La cama de Haechan y ahora Jungwoo se encuentra en una lateral, y la de aquellos revoltosos en la otra lateral dando en conclusión de que la última cama estaba en la pared del centro, ahí Jaemin duerme abajo y Lucas arriba.

—Deberíamos de pedir más camas —asumió Jaemin viendo lo apretado que estaban.

—Chenle, necesitamos más camas —demandó Haechan riendo mientras miraba al pelinaranaja del otro lado.

—Espera que mi papi me deposité en este mes —contestó juguetonamente. Él se arropó junto a Renjun, quien se encontraba distraído aún con su teléfono. —Vamos a dormir, muero del sueño.

—Ya va, dame dos minutos más —replicó el pelinegro a su lado.

—Toma, mañana iremos a comprarte ropa así que usa esta por ahora —se acercó Lucas a Jungwoo, extendiéndole una pillama para que el rubio pudiera usar y dormir.

—G-Gracias... —agradeció tímidamente sin mirarlo a la cara y así tomar la prenda con una reverencia. Jungwoo un poco tímido miró hacia todos los presentes y carraspea incómodo —¿D-Dónde me p-puedo cambiar?

—Aquí mismo, de igual forma todos somos hombres. Todo lo que tu tienes también lo tenemos nosotros —contestó pícaro Haechan mirándolo desde arriba.

—Tal vez necesite acostumbrarse a nosotros —comentó el moreno para luego con su dedo señalar una puerta —Ahí esta el baño, te puedes cambiar ahí.

Jungwoo solo asintió y tímidamente (evitando lo más posible a Lucas) se dirigió hacia el baño. Unos minutos después salió de ahí con una camisa de botones azules y unos pantalones también del mismo color, aunque la ropa le quedaba un poco grande y floja pero nada mal, lo holgado lo hacia ver más pequeño algo que por alguna razón Lucas disfruto ver.


«Es muy tierno»


Las horas horas iban pasando y el silencio se hizo presente ante aquellas cuatro paredes, todos parecían haberse dormido menos el tímido de Jungwoo, quien se encontraba muy paranoico atento a cualquier minúsculo movimiento a su alrededor. Se sentía temeroso, aún seguía sin confiar en aquellos extraños y para nada normales chicos, aquel mundo era algo nuevo para él, nunca antes había visto un lugar tan moderno, limpio y diferente; para su desgracia estaba acostumbrado a la mugre, a lo viejo y a que todo lo malo le viniera encima, sentirse temeroso en aquella situación tan extraña y aparentemente muy buena, era obvio.

Con temblor se levantó de la cama evitando hacer un mínimo sonido y usó unas pantunflas de conejo que le prestaron sus menores, y así listo salió de la habitación en dirección a la cocina, recordando más o menos por cuales pasillos cruzar y así por fin llegar con inseguridad.


—¿Dónde estarán los vasos...? —se preguntó frunciendo tiernamente sus labios, de tantos nervios las horas pasaron volando y su boca sedienta logró hacerse presente. Rascándose la cabeza pensativo fue buscando los vasos gaveta por gaveta empezando por las de abajo.

Jungwoo iba tan distraído en su mundo que no se dio cuenta cuando alguien se asomó en la puerta recargándose en la pared y que éste lo estuvo mirando por varios segundos.

—¿Qué haces? —la ronca y somnolienta voz de Lucas hizo eco por toda la cocina logrando espantar del susto al mayor y que se sobresaltara en su sitio chocando su gacha cabeza contra mesa y así logrando hacer caer un plato rompiéndolo a su costado por la mitad.

—A-ah... —jadeo con dolor quedándose sentado en el piso mientras con sus manos tocaban su cabeza adolorida.

—Lo siento, no era mi intención asustarte —se apresuró a acercarse el moreno agachándose a la altura de su Hyung, con preocupación trató de tomar la pequeña cabellera rubia pero al instante su mano fue azotada por el contrario.

—L-Lo s-siento, no fue mi intención. S-Solo buscaba agua, n-no quería m-molestarte —decía Jungwoo con hipo mientras empezaba a sollozar encerrándose a si mismo en forma de feto no queriendo ser maltratado por el contrario. —P-Por favor, no me h-hagas daño...

—¿Qué? ¿Por qué te haría daño? —preguntó perplejo el flaco sin entender cómo podría querer hacerle daño a una visita tan hermosa y tierna. —Ven, levantate. Ten cuidado con los vidrios.

Lucas tomó a Jungwoo de las muñecas y con delicadeza lo levantó del suelo sintiendo como el contrario temblaba e hipaba, posó una de sus manos en la mejilla del rubio empezando a limpiarle las lágrimas.

—No te voy a lastimar por un plato roto, es algo ilógico y tonto —soltó de forma comprensiva haciendo lo mejor posible de que su voz sonara cálida y suave pero aún así Jungwoo no se había atrevido a mirarlo siguiendo con su temor irreal de ser golpeado. —¿Piensas... qué te voy a golpear?

—Pienso q-que me vas a lastimar, m-me vas a d-dañar, n-no me mientas y has de una v-vez lo que quieras hacerme —susurraba apretando sus puños contra su ropa con miedo, cerró los ojos con fuerzas queriendo desaparecer, que aquel sufrimiento suceda de una vez. Quería salir de eso ya.

Lucas fruncio el ceño sin entender aquellas extrañas palabras, vagamente llego a sospechar lo que quería decir el chico pero no quiso creerlo, son tontas sospechas sin sentido a la que no quería llegar. Sacudió su mente y se negó, solo pensó y quiso obligarse a pensar que el tierno rubio solo estaba ligeramente dañado.


—Esta bien, acepto tu oferta pero recuerda que tu mismo fuiste el que se metió en este hoyo —sonrió ladinamente de forma coqueta y juguetona el moreno pasando peligrosamente su lengua por su labio inferior. —Ven, sigueme —Demandó sonando cual líder nato, se encaminó hacia la nevera siendo seguido por el tembloroso de Jungwoo, quien estaba a punto de romperse ahí mismo.


El moreno con una sonrisa abre la nevera y de ahí empieza a tomar unos helados, pepitos y refrescos para luego tirarselo a Jungwoo, quien los agarró de forma torpe. Lucas siguió su caminata saliendo de la cocina, pasando por unos cuantos pasillos hasta llegar con una puerta nada diferente de las anteriores pero si muy lejana de los dormitorios.

—Entremos —apresuró a decir abriendo la puerta dejando a Jungwoo entrar con él y luego cerrarla con lentitud, algo que aterró al rubio.

—¿Q-Qué... Haremos? —preguntó temeroso viendo cada uno de los movimientos de su acompañante, relajado y esbelto con un andar salvaje como si no le tuviera miedo a nada, algo que simple y llanamente Jungwoo quería tener.

—Tranquilo, te aseguro que disfrutarás. —Lucas solo se atinó a sonreír presionando unos botones prendiendo ligeramente unas cuantas luces demostrando el gran lugar en donde se encontraban, el rubio miro su alrededor realmente confundido quedando fascinado de tal hermosa vista.

La sala era completamente oscura pero con los botones presionados logró hacer que muchas pequeñas estrellas se alumbraran desde diferentes direcciones por el techo y las paredes ambientando el lugar como si de una constelación se tratase con mucho brillo y colores ligeros.

Una vista simplemente hermosa.

Ante aquel hermoso brillo dejo ver bien que era lo que había en la sala, era una especie de cine pero propio para el grupo con muchos asientos.


—Sientate en donde quieras —le dijo el moreno al rubio, quien asintió con rapidez y con temor a cometer algún error caminó rápido y se sentó en el centro de todo. —Buena elección —le sonrió fugazmente. Este tomo una tablet y con ello se acercó al puesto del contrario para sentarse junto a él.

Lucas empezó a teclear en el aparato electrónico dejando boquiabierto al rubio, quien se veía muy fascinado ¡pues claro, sí el nunca había visto algo tan mágico y diferente en toda su vida! Desde las extrañas puertas metálicas y utensilios muy delicados a los mini-aparatos que Renjun llamaba "Celular" y la gran pantalla que tenía enfrente pegada a la pared.

—Vamos a ver una película —avisó el menor.

—¿P-Película? —se preguntó extrañado. Recordaba en su infancia haber visto de esas "películas" pero eso fue en cajas extrañas parecidas a un microondas entonces de pronto pensó ¿por dónde verían la película?

—Veremos Rápidos y Furiosos 9, llevo tiempo queriendo verla pero siempre se me olvida, apuesto a que tu también quieres verla. Dicen que es muy buena, veremos si es cierto —dijo Lucas con total naturalidad.

Jungwoo apenado de decir que no la conocía en absoluto se tragó sus palabras y solo asintió mirando hacia abajo, el contrario tomó las bebidas y abrió una para cada uno colocando un pitillo, luego tomó los helados dándole uno a su temeroso rubio.

—Toma, comela rápido antes de que se derrita —apresuró a decir esperando a que su compañero lo tomará pero aquel chico solo lo miraba perplejo sin entender de donde tanta tranquilidad. —¿Qué sucede?

—¿Qué es esto...?

—Un helado, ¿no sabes lo que es?

—N-No hablo de eso... —su rostro se ruborizó mientras agachaba la mirada apretando sus puños por reflejo. No quiere que le mientan tan descaradamente, sigue pensando que el moreno le veía la cara de estúpido, que en cualquier momento se aprovechará de él por ser tan tonto, tan inservible y horrible en todo sentido.

—Primero que nada tu eres mayor que yo, tú eres el que debería de regañarme porque te estoy faltando el respeto al no llamarte Hyung. Segundo, no se que clase de personas hayas conocido pero me doy cuenta que ni soy la mitad de lo que ellos eran contigo, no me gustaría imaginar lo que te hacían, no quiero pensar en lo que pasaste y creo que tu tampoco deberías de hacerlo, el punto es que con nosotros eres libre y no volverás a sufrir. Olvida el pasado y sigue adelante que nosotros te estaremos guiando en todo —aquellas palabras, tan sinceras y honestas sonaron llegando al frágil corazón de Jungwoo, quiere intentar confiar aunque sea un poco. Disfrutar de aquella "película"  y olvidar, por lo menos, el pasado durante aquella noche.





«No importa lo que me haga mañana, podría intentar olvidar todo hoy»





Aquel pensamiento, persistente como ninguno. Le duele pensar aquel tipo de cosas pero estaba acostumbrado a esas situaciones, rostros lindos que con el pasar del tiempo se volvían atroces monstruos que no poseían ni pizca de piedad.

Jungwoo asintió de forma temblorosa a lo que Lucas sonrió tendiéndole nuevamente el helado. El rubio tomó el dulce y ahora el moreno satisfecho por lo sucedido prende la pantalla así empezando la alocada película de acción.

Las horas pasaron y la película logró enloquecer al joven rubio, quien se sorprendía por cualquier escena de acción. La película le pareció totalmente sorprendente logrando sobreselatarse en su asiento, gritar y al final soltar risitas nerviosas de lo apenado que se encontraba. Estaba tan sumergido en la película que no logro darse cuenta como su acompañante lo veía de una forma muy particular.


En ese momento Lucas se dio cuenta de lo tanto que le encanta escuchar la risa de Jungwoo y decidió que en su futuro seguir siendo el causante de esta.




















Los de la presentación:


➡️Moon Taeil
24 años
Empatía
Dato Adicional: Es el mayor del grupo, sabio en las emociones de los demás.

➡️ Lee Mark
20 años
Inteligencia
Dato Adicional: Es el más inteligente del grupo y hasta se podría decir del grupo pero torpe en su hablar.

























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