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Treinta

Aviso:
Capítulo largo y
con bastante drama.


















Después de despertarse temprano, como típicamente acostumbra a hacer nuestro querido Kim Suho. Su mañana fue lo bastante monótona como para alargarla, se baño, cambio, hizo su desayuno, limpio y salió de su hogar cargando su maletín.

Condujo hasta el edificio del SORAS y saludo a todo aquel que conoce durante su caminata hacia su oficina en el quinto piso. Tal vez no muchos lo sepan pero no todos lo que están en el Edificio trabajan para atrapar a los Super Humanos. La mayoría solo hacen cualquier investigación científica, trabajos y algunos son prestigiosos profesores de Ciencias en grandes Universidades y Academias. Solo pocos saben el lado oscuro de aquel gran Convenio.

Por ejemplo, Sehun solo vino por una Pasantía para poder graduarse dentro de dos o tres meses meses. Suho espera ansioso que aquel menor se largase y no siguiera dentro. Conoce mucho más de lo que debería de saber y es bastante peligroso. Ni él mismo conoce todos los secretos del SORAS, no sabe quién es peor que quién y tampoco la cabeza principal en busca de los Super Humanos, solo sabe que existe un tal Sr. Kang del cual no ha prestado absolutamente nada de atención ya que no es su problema. Él solo está ahí para buscar el culpable de la muerte de su hermano, cuando lo descubra y haga pagar al culpable de todo se irá, o eso espera hacer...

A veces se pone a pensar en lo miserable que se ha vuelto su vida y en lo difícil que le cuesta seguir existiendo, es realmente cansino cuando sientes que no tienes nada, cuando lo que más amas te fue arrebatado. Se ha aferrado tanto buscando a un asesino que si se pone a pensar en otras cosas, se da cuenta de que no hay nada. ¿En serio sigue viviendo? ¿Esto se puede llamar vida?

Con su típico café mañanero entra a su oficina con multiples pensamientos agobiándolo como de costumbre. ¿Tal vez debería de acabar con esto ya? En realidad aunque nadie lo sepa el posee muchos más secretos de lo que aparenta. Hay algo dentro de él y ese algo no le permite vivir de forma normal, aún así trata de evitarlo a toda costa pero todos los días está ahí, atormentándole y recordándole que no es como los demás. Tienen razón para llamarlo tonto e ingenuo, ya que lo es. Él sabe que puede usarlo pero teme por lo que podría pasar a futuro, prefiere no alterar nada y quedarse como un muñequito perfecto tratando de descubrir con sus propias manos sin ayuda de exteriores o interiores para lograr saber qué le pasó a Yoonoh.

Pone su maletín en el escritorio como normalmente hace y dándole un sorbo tranquilo a su café, sus ojos pasan por cada esquina de la oficina analizando cada detalle.

Se encamina hasta un cuadro específico en la pared y lo saca de ahí. En la parte trasera, dentro donde se pone la batería la destapa para ver la mini cámara y grabadora de voz, quita todo eso y saca de su bolsillo colocando unas exactamente iguales pero manipuladas por él mismo.






«Me enferman» Pensó refiriéndose al SORAS en general.




Por suerte él es lo bastante astuto para conocer todas las localizaciones de cada cámara en el Edificio. Nunca lo van a cachar espiando o hablando de más, es imposible. Lo malo es que tiene doble dolor de cabeza ya que en estos días ha estado tratando de cuidar a Sehun sin que se diera cuenta, verificando las grabadoras las cámaras, borrando y editando algunas cosas que hace. Necesita darle un alto a ese chico antes de que se meta en serios problemas.

Vuelve a colgar el cuadro y cuando se gira para sentarse en su escritorio detiene su paso al instante, su mirada queda clavada en el estante de libros. Se acerca con el ceño fruncido con una mirada seria y atenta.


Camuflado entre la madera saca con facilidad una camara secreta, una que nunca vio en la vida.

















Entre los pasillos del primer piso se encuentra un alto pelinegro saliendo de un laboratorio a paso apresurado. En su mano carga temeroso su celular en el cual se ve la oficina de su primo gracias a la cámara secreta, la cual fue descubierta.


—¿Qué crees que haces, Sehun?



Aquella oración salida de la boca de un Suho muy enojado logró causarle un escalofrío por toda su espina dorsal por el extraño tono que uso. Definitivamente no confía en su primo y cuando lo vio tomar la cámara y salir por la puerta en su búsqueda, no perdió ni un minuto y salió del Laboratorio sin importarle dejar a un superior hablando solo, luego lidiaría con él.

No sabe específicamente qué hacer, piensa en esconderse de Suho pero sabe que no podrá durar toda su vida así.

Llega al ascensor y toca el botón numerosas veces ansioso, sin evitarlo pasa su mirada a los lados temiendo que su mayor apareciera por ahí. Pero mala idea. Cuando las puertas del ascensor se abrieron mostraron el cuerpo de Suho dentro mirando al menor con una ceja alzada.

—¿Se puede saber a dónde vas? —preguntó irónico.

—Y-Yo... Emm... —murmuró con un sudor frío. Sin poder evitarlo su cuerpo tiembla del miedo. ¿Será que conocerá una nueva faceta de su primo? ¿Estará lo suficientemente enojado como para mostrarla?

Sin pensarlo mucho sale corriendo por los pasillos escapando de él. Suho lo persigue por detrás tratando de llamarlo por su nombre intentando detenerlo, cosa que no sucedió al principio.

Sehun dobló por un pasillo y se da cuenta de lo extrañamente vacío que se encuentra éste, sigue corriendo pero de pronto la mano de Suho tomándolo por el cuello de su bata lo sobresalta y lo adentra a la fuerza a una puerta, el cual resultó ser un cuarto de conserje.

El menor se encuentra impresionado. Se supone que él va más tiempo al gimnasio que su mayor, es más alto y fornido. Entonces ¿Por qué Suho se lo llevó con tanta facilidad como si fuese una pluma? Eso le hace acordarse del extraño pero pequeño suceso de hace unos días con las pastillas, no sabe si es que esté exagerando pero en aquel momento su primo de un momento a otro la había quitado las pastillas, fue una rapidez jamás antes vista por sus ojos ¿O es qué en realidad él es bastante lento?

—¿Qué quieres lograr poniendo cámaras dentro de mi oficina, eh? ¿Te has vuelto loco? ¿Y si te descubren? ¡Maldita sea, ellos todos los días revisan cada rincón de este maldito Edificio! ¡Te pueden descubrir! —exclama entre susurros el mayor retando a su menor. Se ve enojado, frustrado y preocupado. No quiere que nada malo le pase a la única buena persona de su familia pero aquel ser parece no querer cooperar en nada.

—¿Por qué finges preocuparte por mi? En realidad, creo que eres más peligroso que todo este Edificio. ¿No te has puesto a pensar en lo raro que te comportas frente de mi? —se pone a la defensiva mientras se cruza de brazos sin flaquear.

—¿Qué? ¿Acaso te escuchas? —Suho se ve perplejo y hasta ofendido.


Osea ¿Lo ve a él como el enemigo y no a Sooman o Hyunsuk? ¿En qué clase de mundo vive Sehun? ¿Está loco?


—Viviste durante casi veinte años fuera del país, ni siquiera te conozco y llegaste aquí proclamando ser mi primo e hijo de mi Tío Sooman. No sabes lo feliz que se puso mi tío al haberte vuelto a ver hace cuatro años y pensé lo mismo de tí. Pero gracias a esta pasantía que estoy haciendo me doy cuenta lo bastante raro que eres y como te comportas. El Tío te quiere mucho, no hagas algo para lastimarlo o yo mismo te enfrentaré —Sehun se ve decidido entre cada palabra que saca de su boca dejando confundido a su mayor.


Suho no sabe cómo sentirse ante aquella situación. Desde la percepción de su primo ¿Él es el que lastima a su padre? Que tonto, pensó. Mentiría si dijera que no le dolió cuando en realidad si lo hizo, lo llamo desconocido, raro y prácticamente malo mientras a su padre parece tenerlo en un altar.


—¿Por qué? —soltó de pronto. —¿Por qué crees eso sí Sooman está metido en el mismo bando que yo, que digo, hasta peor?

—Él solo tiene una ambigua percepción de los Super Humanos pero si lo intento podría intentar llegar a un acuerdo con él sobre aquellos seres.

Sin evitarlo el mayor suelta una agria risa. —¿En serio crees que lograrás hacer cambiar de opinión a Sooman?

—¿Desde hace cuando lo dejaste de llamar padre?

—Desde que empezaste a entrometerte —le recriminó con la mirada. —Me estás culpando sin conocerme, Sehun. Sin saber la verdadera historia.

—Entonces dimela, si tienes razón me disculpare contigo.

Suho se lo pensó. ¿Qué debería de hacer con Sehun? ¿Contarle o no contarle? ¿Decirle todas las cosas atroces que ha hecho Sooman? ¿De lo mal que habló de su hermano pequeño la otra vez después de fingir delante de todos lo tanto que extraña a su hijo menor? Él sabe perfectamente que si le cuenta causará un gran alboroto y tendrá como enemigo a su tío. Sooman no debe de enterarse de ese comportamiento de Sehun, no debe.

Cuando abre la boca y piensa en hablar, una alarma de seguridad suena a todo volumen logrando alertar a ambos muchachos.



—Código 3312, repito, código 3312.

Escuchar aquello destabilizo al mayor, quien al instante mira como si quisiese traspasarle el alma a Sehun.

—¿Cuántas cámaras pusiste en el Edificio? —cuestionó con seriedad.

—¿Por qué tendría que decírtelo? —se cruza de brazos negando.

—Te descubrieron, Sehun.

—¿Qué?

3312 significa: Traidor.























Mientras tanto, en el hogar de NCT aquel último día de Mayo se encuentran haciendo algo un tanto diferente. Los miembros se hayan en el sótano, el cual posee las paredes oscuras. Ese es un lugar al que no entran mucho, solo una vez cada cierto tiempo para suministrar poder. Cada uno crea una Bola de poder y se la pasan a Taeyong, quien se encarga de poner dichas esferas dentro de una extraña vitrina en forma de cilindro encima de unos aparatos tecnológicos, las deja flotando, cierra el cristal y el poder se queda dentro flotando para hacer su trabajo.

Esto que ellos hacen es muy necesario para su sobrevivir. No todos los miembros crean una Bola de poder, solo los necesarios para proteger la casa o brindarle algo necesario, por ejemplo: Renjun es de la invisibilidad y su esfera hace perder de la radio el hogar para no ser descubiertos; Doyoung le da electricidad y Yuta hace que sea rápida; Jaehyun agrega ondas por todo el perímetro por si acaso para cuando los encuentren hacer que pierdan el tiempo por un rato; Johnny hace las paredes resistentes a todo; Ten con su hipnosis ayuda a camuflar la entrada y salida además de impedir que sus poderes sean localizados dentro de su hogar; Taeyong por sus sentidos avanzados agrega una alerta por si hay alguien acercándose al área y por último Lucas, de él sacan el agua, las frutas y verduras, además de mantener a pie su hogar poniendo rocas e innumerables raíces rodeando por completo toda la extensión y facilita la entrada de aire.



—Woah... Fascinante —murmura Jungwoo boquiabierto. Le dijeron que hoy sería un día algo diferente y vaya que era cierto, desde hacía dos horas cada miembro crea una extraña bola de poder y las colocan dentro de cristales. Taeil se encargó de explicarle el porqué hacen esto y asintió sorprendido, aunque se preocupó al ver que después de que creaban las esferas se ven más débiles, algunos como Lucas quien casi se desploma contra suelo y si no fuera porque corrió a su rescate hubiera caído. —¿E-Estás bien? —cuestionó mientras lo ayuda a levantarse.

El nombrado se apoya de la pared y asiente mientras truena su cuello. —Si, si... Solo me cansa un poco.

—Mhm... —asiente y sin decir más nada lo ayuda a sentarse en uno de los sofá.

—¿Qué le parece está nueva experiencia, Hyung? —le preguntó Mark curioso a su mayor.

—No tengo palabras —contestó con admiración. Alza su dedo pulgar y le sonríe. —Es muy bueno, son muy inteligentes y fuertes.

El canadiense ríe con cierta timidez mientras se rasca la nuca. —Gracias...

—Pero... ¿Yo puedo ayudar en algo? ¿Mi poder no les sirve?

—Hasta el momento estamos bien —interviene Taeil y nota el rostro de decepción del menor —, no te sientas mal, no todos hacen esto.

Woo asiente con sus labios apretados y después de pensarlo bien decide que eso no es algo en lo que debería de preocuparse o sentirse mal.

—Bueno chicos —aplaude dos veces Taeyong llamando la atención de los presentes. —Ya pueden irse, está todo listo.

—Que bueno —se estira los brazos Ten satisfecho. —Ahora Yuta, ven conmigo, necesito uno de tus gloriosos masajes.

El Japonés asiente pero rápidamente el líder se acerca tomándolo del brazo e impidiendo que se fuera con el tailandés. —Necesito algo de él antes que se vaya.

—Esta bien, que sea después —le resta importancia el moreno.

—Johnny, hazle el masaje a Ten.

—¿Qué? —mira perplejo a su líder, quiere negar pero aquel no le dejó.

—Ve ahora, no me hagas repetirlo —dice entre dientes un tanto amenazante.

—John lleva tiempo escapando de mi, no importa, puedo esperar a Yuta —asume el Tailandés con relajo.

Taeyong mira con los ojos entrecerrados al estadounidense, quien suspira abarrotado y asiente.

—Esta bien, vamos, Ten. ¡Pero no intentes violarme, por favor!

—¡Me doblas de tamaño y fuerza ¿Y aún así me tienes miedo?! —se carcajea el extranjero mientras se encamina hacia la salida con el gigante detrás.


Mientras Jungwoo va saliendo junto a Lucas roza sus hombros accidentalmente con su líder pelirrojo, no sabe porqué pero un extraño hormigeo pasa por su espina dorsal dejándolo aturdido y con una mala espina. Inmediatamente se gira hacia su líder quedando cara a cara con su ceño fruncido.


—¿Sucede algo, Woo? —le preguntó con voz suave.

El menor avergonzado niega de forma rápida pero aún con algo extraño acechando sus instintos. Mira por última vez a los ojos de su líder, el cual de pronto se ve con una expresión diferente, no a la usual. Pero agita su mente y decide no prestar atención, tal vez este exagerando. Niega y le sonríe a su mayor para alejarse. Él no sabe sobre las personas, sus planes ni sentimientos solo Taeil-Hyung puede hacerlo...

Woo con curiosidad se gira hacia su mayor notando como este mira de forma desconfiada a su líder pero parece negar y toma sus cosas para dirigirse hacia la salida en donde él está.




«¿Taeil-Hyung también se dió cuenta?» Se preguntó aturdido. Tal vez deba de preguntarle en la salida o esperar a ver qué sucederá con su amigo japonés.

Todos salen del sótano dejando al líder junto al extranjero, ambos se ven tranquilos ya que, no existe brecha entre ellos. Cuando Yuta piensa en abrir la boca, las palabras de su líder fueron más rápidas.


—¿Qué piensas que haces? —la voz de Taeyong salió dura, molesta y cortante como si le estuviera sermoneando al menor.

—¿De qué habla? —frunce su ceño sin entender, la verdad es que no lo hacía.

—¿Qué les enseñe? Dime, ¿¡Qué maldita sea les enseñe a ustedes!? —de pronto exclamó mientras golpea la mesa bruscamente. —No quiero gritarte y no quiero que te molestes conmigo pero verte me enferma.

Yuta no entiende pero tal vez, muy en el fondo sabe de lo que se está refiriendo su líder y aquellas palabras, dolieron...

Hyung...

—¿Por qué de pronto te volviste tan egoísta, Yuta? ¿Crees que no se lo que está pasando? Kun dejó a WinWin para evitar discusiones y que se derramen más lágrimas de las que había pero dime ¿qué tú hiciste? Empeorarlo por tu maldito egoísmo.

—Y-Yo, solo... —intentó hablar, de defenderse pero tarde se dió cuenta de que no tenía palabras para lo que había hecho.

—Nos estamos desmoronando como equipo por culpa de sus romances que los vuelven débiles. Dime ¿Qué pasará si mañana nos toca estar en una batalla con el SORAS? Dímelo —habla muy enojado el líder, tratando de que su menor entendiera. —Andan muy distraídos con un trío amoroso rompiendo este grupo que con tanto esfuerzo cree. No voy a permitir que por tu culpa o la de alguien más por una razón tonta acabemos mal en un futuro.

—Lo lamento... —baja su mirada arrepentido, lágrimas se deslizan por sus mejillas y caen al piso como gotero. El arrepentimiento y la culpa lo carcome, su líder tiene razón, toda la razón. Por su culpa se está arruinando una amistad y el equipo de los Clouts, no pueden tener esta clase de problemas por mucho tiempo mas, debe de arreglarlo y por más que le duela tal vez... ¿Deba dejar a Win? —Q-Quería ser feliz...

Soltó un sollozo involuntario.

—Q-Quería v-vivir, s-ser como una p-persona n-normal...

—Pero no lo somos, lo sabes desde hace tiempo pero haces oídos sordos —honesto pero un tanto cruel soltando las palabras sin escrúpulos.

—Y-Yo... N-No lo sé —se pasa sus manos por su rostro y cabello con frustración. No sabe qué hacer, qué decir o cómo desahogarse.

—Fuiste egoísta pensando que podrías tener algo que no es tuyo, Winwin no te ama, no te engañes a ti mismo, esos besos que tuvieron no significaron nada para él, te uso para olvidar a Kun —soltó y mientras las palabras salen de su boca caen como cuchillos para el dañido corazón del japonés, quien muy en el fondo sabe que todo lo que le dijo su líder es la verdad, la única y triste verdad que no ha querido admitir en voz alta.

—¿P-Por qué...? ¿P-Por qué n-no me q-quiere...? —cae arrodillado en el piso mientras se tapa su rostro sollozando con dolor.

Le quema, le duele, le lástima.






«¿Por qué?

¿Por qué tengo que vivir así?
¿Por qué acepto las migajas del corazón roto de Win?

¿Por qué no puedo aceptarlo ya?
¿Por qué no nací normal?»




Nadie merece amar la mierda de persona que en ese momento sentía que es y él tampoco merece querer a alguien si eso significa comportarse como un maldito egoísta. Aquel que beso al chico que ama pero a su vez, por el que su mejor amigo sufre.

—¿Q-Qué hago...? ¿Q-Qué debo de hacer, T-Tae...? —pregunta angustiado.

El nombrado yace parado mirando con una extraña expresión en su rostro al extranjero arrodillado en el piso, como si estuviera pensando y analizando la situación, su mente trabajando como computadora buscando la mejor respuesta.

—Alejate de Sicheng, eso es lo mejor que puedes hacer —dicho esto da varios pasos a la salida con intención de dejar al japonés solo.

—¿Y K-Kun?

—Yo me encargare...

Taeyong toma la perilla de la puerta y sale del sótano dejando a su compañero sufriendo entre la soledad y oscuridad de entre aquellas cuatro paredes. No sé detuvo ni vaciló para cerrar la puerta detrás de sí y subir por las escaleras con un rostro decidido, su lengua reclame su labio inferior y su mirada oscurece de forma extraña. No pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa de bastardo cuando escucho perfectamente como los sollozos del japonés se hicieron más fuertes.

















Hyung~~ —un empalagoso Haechan corre por los pasillos hasta llegar a los brazos de su mayor preferido dándole un fuerte abrazo que casi hace caer a ambos.

—Oh, tranquilo, pequeño —ríe nervioso y un tanto sorprendido Taeil tratando de que el pegostoso rubio lo soltará aunque muy en el fondo disfruto aquel tacto que hace días le hacía falta.

Ño —frota su rostro en el pecho del mayor mientras los chicos de a su alrededor, los cuales salieron del sótano junto a él, se le quedan mirando soltando risas y cuchicheos.

—Woah, realmente te extraña —asume Lucas con sorpresa. Este sonríe mientras a su lado se posa Jungwoo.

—Por fin he terminado con mi castigo, así que podré verte más. Taeyong-Hyung es malo, no me ha dejado verte casi nada en estos días —hace un tierno puchero a los ojos de su mayor, quien le acaricia el cabello.

—Él no es malo —refutó —El mejor castigo para ti no es limpiar los baños, sino alejarme de ti. Así que pórtate bien a partir de ahora para que no vuelvas a extrañarme, Chan.

—¿Qué tú crees que le haya dicho a Yuta-hyung? —cuestionó de pronto Woo con duda, algo que compartió con Taeil.

«Creo que use el poder de Taeil-Hyung  por unos momentos. Él tocó mi hombro hace rato, debe de ser eso» Esa fue la conclusión inteligente del menor.

—Ay, yo que sé, que me importa eso —Yuhkei hace un ademán de manos sin darse cuenta de la situación.

Jungwoo le envía una mirada a Taeil, como si quisiese respuestas. El mayor frunce el ceño y ladea su cabeza mirándolo con confusión tratando de entender a qué se refiere el rubio. Pero un escandaloso Haechan lo toma del brazo y lo hala bruscamente por los pasillos mientras le pide o más bien le ordena que vaya a comer dulces con él.

El chino nota la expresión de desilución de su amado y le toma de la mejilla tratando de hacer que levantará la cara.


—¿Qué sucede? —con la yema de sus dedos acaricia la pálida piel del contrario mientras lo mira con sus labios fruncidos de forma tierna.

—Y-Yo... No es nada.

—¿Quieres un besito mío? —preguntó con picardía.

—N-No... —ríe nervioso bajando la mirada.

—¿Quién te viera? Tan "tímido" y ya me has robado dos besos —se burló y el mayor le da un golpe en el hombro avergonzado.

—H-Hablas mucho —dicho esto se gira y camina por el pasillo.

—¿Me puedes dar otro, si? —apresura el paso hasta llegar al alcance del pálido, lo toma del brazo y lo gira hacia el para apuntar sus labios con puchero. —Te extraño, Hyung.

—Yo no a ti —arrojó con una malvada sonrisa y se zafa del agarre del moreno dramático para seguir caminando dejándolo atrás. De pronto se detiene y se gira enviándole una tímida sonrisa. Se acerca y nuevamente le roba un piquito a los labios del moreno.

Trata de alejarse pero el chino pasa sus fornidos brazos rodeando la delgada cintura de su mayor apretándolo hacia si y continua el beso dando suaves movimientos.

No paso de eso y cuando se separaron sus mejillas se encuentran ruborizadas.

Ellos todavía no saben lo que exactamente son pero les gusta a dónde está yendo todo eso. Jungwoo se siente con más confianza, tanto así que puede robarle besitos a su menor, avergonzado pero lo hace. Mientras más los días pasan, más se da cuenta de aquellos persistentes sentimientos de su corazón.







«¿Debería... De darle el si?» Se preguntó con ilusión.





Aunque no sea un príncipe, su estadía con Lucas es como un cuento de hadas. Cada momento se queda grabado en su corazón, sus besos le dejan pidiendo más y desea estar todo el día entre los brazos del menor. Lo adora, realmente lo ama. Siempre lo amo, solo que antes no se sentía tan seguro para decirlo en voz alta pero ahora, ahora siente que podría morir ahogado si no lo dice ya.






















Después de decirle a Sehun que saliera y se comportara como normalmente lo hace Suho le promete que le sacará de ese gran aprieto. Sin decirle cómo se aleja dejando a su menor con múltiples dudas y preguntas las cuales quiere una respuesta.

Suho maldice internamente por la estupidez de su primo, ahora le toca limpiar sus platos rotos como si hace unos momentos no le dijo que desconfía de él.

En su carrera por el pasillo toca innumerables veces el elevador y para su suerte se abre, los de planta baja tal vez estén esperando que baje. Suho apresura y toca todos los pisos para que aquellos hombres pierdan su tiempo, luego se sale y deja que se haga su trabajo.

Sehun le dijo que colocó tres cámaras en total, una en su oficina, otra en la oficina de su padre y la tercera en un pasillo, la cual descubrieron. Probablementa ahora los encargados se monten al elevador y se dirijan a la sala de vigilancia, por suerte conoce un atajo para llegar a él y sin espera se apresura por las escaleras de emergencias. Y no solo eso, si no unos cuantos trucos por si aquellos agentes piensan en subir por aquí, tranca la puerta del primer y segundo piso.

Le toca subir hasta el tercer piso, por lo que corre como alma lleva al diablo sin pensarlo mucho, mala suya. Ya que en la puerta se haya el Comandante Choi recostado contra la pared con su celular en mano.

—Woah, ¿Debería de sospechar? —se hace el sorprendido impidiendo el pase del contrario poniéndose en frente de la puerta.

—Quitate de mi camino, no tengo tiempo —con molestia se acerca y trata de empujarlo, algo que al principio no logra.

Él hizo sus cálculos abajo cuando estaba con su primo, un minuto, eso es lo que tardarán los guardias de subir del primer piso al tercero y ahora solo le quedan treinta segundos ya que no está seguro de cuánto tiempo pueda ganar con lo que hizo.

—Necesito que te quites ahora —sentenció entredientes. Si no le hace caso en cualquier momento definitivamente le romperá el rostro.

De pronto escuchan los guardias golpeando la puerta del segundo piso, queriendo entrar y subir. Suho se ve temeroso e intenta empujar con fuerza al Comandante. Un sudor frío cae sobre su frente cuando aquel ser lo empujó y lo tumbó al suelo.

No importa si puede deshacerse de Choi en el camino, de igual forma lo descubrió y le puede decir a los demás la verdad.

—Tienes suerte de que sea amante del show —sonríe de lado aquel hombre mientras escucha a los suyos pataleando abajo. —Y no tenga un lugar fijo.

Abre la puerta detrás de sí y deja pase al menor, el cual frunce el ceño y lo mira con desconfianza.

—Anda, no tienes tiempo para pensarlo mucho —comentó. Justo en ese momento escuchan la puerta del segundo piso caer contra el suelo y las voces de los guardias.

Suho se levantó de un tirón y entra al tercer piso cerrando la puerta detrás de sí, Choi se encarga de trabarla mientras él aprovecha ese momento para empezar una carrera, que pronto el mayor le seguiría.

Ambos llegan a un pasillo del lugar pero ven a unos guardias enfrente de la puerta.

—¿Ahora qué haremos? —cuestionó el mayor en el oído del menor erizando el bello de su cuerpo.

—Primero, espacio personal —lo hecha hacia atrás con asco.

—Mhm... Te pongo nervioso, eh —sonríe como bastardo mientras le envía una mirada pícara.

—Claro que no, déjame —rueda los ojos con fastidio.

—Claro que si, mira co...

—¡Escondete! —Suho exclamó/susurró y rápidamente abre la primer puerta que se le atravesó adentrándose junto al Comandante, quedando a solas en un vacío Laboratorio.

Los guardias que vigilan la puerta del centro de cámaras al parecer fueron llamados por los demás para que les abrieran la puerta del tercer piso, cruzando por dónde justo antes se encontraban nuestros dos "fugitivos" y se alejan de ahí apresurados.

—Nuestra oportunidad —murmuró Suho el cual abre la puerta con cuidado y prácticamente trota hacia la entrada.

Choi lo sigue por detrás y el menor sin esperarlo se adentra rápidamente encontrándose con una para nada agradable sorpresa. Dos guardias de seguridad adentro a espaldas de él, todavía no lo han visto ya que parecen ensimismados con su conversación.

Siente un chosquilleo en su cintura y quita con molestia los dedos del contrario de ahí. Choi solo sonríe y silencioso le señala a los hombres, queriendo decir que cada uno acabe con uno.

Rápidamente y a la cuenta de tres con sus dedos, Suho toma una barra y golpea en la cabeza a un hombre mientras Choi lo hace con su pistola. Ambos quedan insconcientes y los arrastran hacia afuera para limpiamente cerrar la puerta con llave.

—Wow, prácticamente estoy traicionando a mis propios hombres —asume mientras se palmea las manos.

—¿En qué bando estás? —le preguntó Suho, por un segundo mira al contrario a los ojos confundido pero rápidamente rompe el contacto visual para hacer lo que tenía que hacer de forma rápida.

Se adentra a la pequeña habitación llena de innumerables pantallas y se sienta enfrente de ésta empezando a borrar y editar.

Toma su teléfono celular y llama a su menor, el cual contestó al primer tono.

—¿Qué exactamente estás haciendo Hyung? Tal vez, es mejor dejarlo así y yo...

—¡Cállate! Necesito que en este momento corras como mcqueen y te deshagas de la cámara de la oficina de Sooman, digo, mi padre. Ahora, tienes menos de un minuto —apresuro a decir con sequedad. —Me envías un mensaje cuando lo tengas.

Sin esperar respuesta le cortó. Mientras que espera el aviso decide ir borrando por completo cuando se captó a Sehun poniendo las cámaras y toda la carrera que hizo con Choi para que no los descubran.

—Eres rápido e inteligente, chico —asume el mayor viendo con sorpresa como el castaño se desenvuelve rápidamente en la computadora. —En serio, ¿debería de sospechar? Ni se a qué bando le estoy ayudando —ríe sarcástico.

—Primero que nada no soy un chico.

—Para mi si lo eres.

—Tengo veintiocho años, estoy cerca de los treinta así que no me fastidies.

—Sí, en definitiva eres un delicioso bebé para mí.

Suho toma una carpeta y se la lanzó a aquel hombre quien solo se ríe.

—Infantil.

—Maldita sea, ¿Por qué me ayudaste? —el menor deja lo que está haciendo y se gira al contrario con cierta molestia y confusión.

—Porque hubieras necesitado mi ayuda, ¿no crees?

—Hablo en serio.

En ese momento se escuchan golpes en la puerta, los guardias llegaron y están tratando de abrirla a la fuerza mientras les gritan a los que están adentro.

—Solo... —Choi se lo piensa un poco mientras saca un cigarrillo de su bolsillo. —Quise hacerlo, creo. Al carajo las reglas y los "equipos" me importa una mierda, solo hago lo que quiero.

—Pero firmaste un contrato y si los traicionas estarías permitiendo que te maten.

—¿Matarme? ¿A mí? —se carcajea, exhala el humo del cigarro y mira con diversión al chico. —Por favor, ¿sabes a cuántas cosas he sobrevivido? Mis oídos y ojos han visto tanta mierda humana y política, tanta gente ha querido deshacerse de mi y como mínimo me mandaron a la cárcel pero rápidamente me sacaron ¿y por qué? Porque soy la mismísima mierda que necesitan, no hay mucha lógica. Pero, si en algún momento muero, espero que sean en manos de aquellos Súper Humanos, woah, una muerte digna de un villano.

—Eres raro... —Suho le mira con una ceja alzada. Una notificación suena, Sehun lo logró. Rápidamente termina de borrar todo lo que le falta. —¿Entonces me estás diciendo que eres un alma libre y haces lo que quieras hacer no importa si sea malo o bueno?

—¿En serio crees que te estoy haciendo una obra caritativa? Ojo por ojo, diente por diente; bebé.

—No me voy a acostar contigo ni te voy a besar —intervino con decisión.

—Creo que debería de abrir la puerta y dejar que te atrapen, mocoso —toma una calada de su cigarrillo con relajo.

—Estamos juntos en esto, tu decidiste ayudarme —amenazó el menor, el cual terminó de borrar todo y además de bugguear las cámaras durante varios minutos para que no grabará su escapada. —Si caigo, caerás conmigo.

—Por si acaso, prefiero caer arriba y tú abajo... —le mira con picardía y termina la frase mientras expulsa todo el humo de su boca chocando contra el rostro del menor —de mi.

Suho tose y se aleja con cierta molesta, se cruza de brazos. ¿Por qué de todos justamente tenía que ser ayudado por... ese ser? ¿Ahora que haría? ¿Cómo callaría a esa bestia andante?

—Tranquilo, solo juego —da unos pasos hacia el frente acercándose mucho al menor, otra vez invadiendo su espacio personal. —Luego veremos cómo me pagas, primero lo primero, tenemos que escapar de aquí. ¿Cómo?

—Vamos.

El menor se dirige a una esquina, logrando confundir un poco al mayor, el cual solo ve una pared, o lo que se supone que era. Suho da un golpecito en el lugar exacto y una puerta secreta se abre.

—Fascinante...

—Solo calla y entra —lo empuja hacia adentro con él y cierran la pared de nuevo. Ahora sí, están salvados o bueno casi. —Sigueme.

Pasaron por varios pasillos e incluso subieron unas cuantas escaleras dejando a un asombrado y desorientado CheolKang mientras que Suho parece de lo más tranquilo conociendo todo el camino.

—Pareces un espía de esos Super o que sé yo.

—No estoy con los Super Humanos pero definitivamente tampoco estoy con el SORAS. Es algo así como tú, estoy en mi propio bando —explicó. Se paró enfrente de una pared y mira al mayor. —Apaga ese cigarrillo que está prohibido fumar adentro.

—¿Ahora es que me lo vienes a decir? Si ya me lo termine.

—Que bueno, dámelo, yo lo botare —Suho extiende su mano y el contrario sin protestar le da el pequeño objeto. Luego sin espera toca la pared y una puerta se abre, se adentra a lo que es su oficina.

Ambos entran y se encuentran de primera instancia a un alto pelinegro, desconocido para el mayor pero familiar para el menor.

—¿Quién es este niño y porqué se parece a ti?

—Yo no soy un niño —Sehun abulto sus mejillas con molestia. —Tengo veinticuatro años y me llamo Oh Sehun, primo de Suho-hyung.

Extiende su mano hacia el mayor presentándose con respeto pero aquel ignora su saludo.

—Que digo, eres un feto.

—Ya deja de fastidiarlo —Suho cierra la puerta secreta volviendo a verse como una simple pared sin nada peculiar. —Molestar a los críos es peor que a los adultos.

—¡Soy un adulto!

—¡Un adulto que solo sabe crear problemas! —le grito con enojo, pone sus manos en el escritorio y le envia una mirada para nada agradable —Tienes suerte de tener a un primo tan amable y paciente como yo, aún sabiendo la mierda con la que me tratas tuve que salvar tu maldito pellejo de aquellas bestias y lo peor deberle a este degenerado.

—En efecto —asiente con relajo Choi, quien va sacando de su bolsillo una caja de cigarrillos pero rápidamente el castaño se lo arrebata de las manos y lo tira al basurero.

—Creo que dejaría de fastidiarte tanto si me contarás la verdad —Sehun se mira decidido pero su cuerpo tiembla un poco cuando ve a aquel hombre desconocido dar unos cuantos pasos hacia el con amenaza.

—Creeme, niño, ni hasta yo se lo que está pasando en este extraño edificio.

—¿En serio? —Suho lo mira con desconfianza sin creerle.

—¿Verdad que es un extraño edificio?

—Sehunnie, no te emociones por algo así. Más bien, deberías de lárgarte de aquí lo antes posible.

—Si, antes de que se despierte la verdadera bestia —asiente Choi con una mano en su barbilla para luego sonreír. —Se ve tan ingenuo que sería gratificante verlo arruinado.

—¿Qué clases de compañeros tienes, Hyung?

—No es mi compañero ni nada mío —nego rápidamente. Toma del hombro al Comandante y lo hecha hacia atrás alejándolo de su primo. —Sabes que no puedes meterte conmigo y por ende, con mi familia tampoco, bastardo.

—No responderé nada ante eso porque creo que debería irme ya a buscar al "traidor" —mira el reloj de su muñeca mientras habla sarcástico. Cuando se gira y da unos pasos hacia la puerta la voz de Suho interviene.

—¿Qué verdadera bestia?

El hombre se gira y sonríe con sorna. —No lo sé, lo oí está mañana antes de encontrarte, algunos están renunciando para largarse a la mierda y otros exigen que les suban la paga. Incluso mis hombres se están desaparenciendo pero nadie quiere explicar o más bien, pareciera que casi nadie sabe exactamente la verdad, solo tienen miedo, que tontos. Bueno, me voy, mis principes.

Se despide inclinándose hacia adelante con elegancia sarcástica y se larga de ahí dejando a los menores confundidos.

—¿No sabes nada?

—¿Qué voy a saber, Hyung?

—Si te la pasas puerta en puerta escuchando todo.

—Como si tú no hicieras lo mismo —se burló.

—Si puedes escuchar algo hazlo y dímelo, necesito saber qué esta pasando.

El mayor se sentó en su escritorio y abre una carpeta con unos papeles. Se pasa la mano en su frente.

—¿Tú en serio no sabes nada? —Sehun se sienta en la silla del frente quedando cara a cara contra su primo con una mesa en medio.

—Un poco más que tú tal vez, pero no pienses que mis conocimientos son tan grandes. Es peligroso.

—¿Y por qué sigues aquí?

—Para buscar el asesino de Yoonoh.

—Solo sabemos que fue un Super Humano pero eso no significa que todos sean así, aunque traigan a uno con vida no te dará derecho de lastimarlo para remediar tu rencor.

—Lo sé pero si tengo que destruir a unos cuantos bastardos con el fin de encontrar al culpable, no me importara.

—No todos los Super son malos, Hyung.

—Cuando me refería bastardo hablaba en plural, Humano o no, conocerá mi ira —aprieta sus manos en forma de puño con rabia.

Encontrar a su hermano es simplemente su única razón de vivir, de sentir. Ya no le quedaba nada por lo que arriesgar su vida, no será en vano.

—Si no eres lo suficientemente malo, no sobrevivirás en este mundo. Las personas aplastan a los más débiles, tontos e ingenuos y tú, mi querido Sehunnie, eres un blanco bastante fácil. Tristemente el respeto se gana del miedo y la reputación del chisme.

















Las horas fueron pasando y la noche cayó con el reloj marcando la media noche. Entre el silencio de los oscuros pasillos del hogar de NCT sale de una habitación un singular moreno, delgado y bajito.

Su vestimenta un tanto llamativa debido a que viste unos apretados pantalones negros de cuero y corte alto. En la parte superior tiene un suéter/crop top llamativo de franjas negras y amarillas con estampado de tigre. Su cabello arreglado a un lado con una melena cayendo sobre su frente y rostro maquillado viéndose como un lujoso y seductor tigre.

Se encamina hacia la cocina y al entrar ve a su líder, el cual parecía estarlo esperando.

—¿Vas a ir, no? —preguntó el mayor, quien tiene en una mano una jarra de agua y en la otra un vaso, vierte el líquido y le extiende el objeto al extranjero.

Ten acepta el agua y traga todo de un tiro. Su corazón late fuerte y se siente ansioso, hace mucho tiempo que no lo hace, poco más de un año para ser exactos. Intentó soportar la tentación que su otro lado siempre le hace sentir y controlo todo su vil cuerpo animal durante tanto tiempo. Pensó que podría, que era más fuerte que ella pero se equivocó. Y mirenlo ahora, tratando de cubrir su falta fingiendo que todo está bien, que adora acostarse con cualquier persona voluptuosa que encuentre en los bares, que lo único que pasa por su mente es sexo y nada más como si no si fuera capaz de sentir, como si no quisiera algo más que simple placer.

Porque si, Ten quería algo más por eso ignoró todos los pedidos de aquel ser e hizo de su cuerpo suyo durante un largo tiempo, todo por alguien específico, alguien alto, pelinegro, sorprendentemente fuerte, nacido en los Estados Unidos, el cual se rompió ambos brazos y cuido con tantas atenciones posibles. Y todo, para siempre ser rechazado.


Se cansó de esperar que Johnny se de cuenta de que está ahí para algo mas, que se de cuenta de sus toques sutiles, atenciones y el brillo en su mirar que lo ve más que una "presa" para solo tener sexo. ¿Por qué no se da cuenta que necesita ser salvado? ¿Por qué no se da cuenta que no le gusta lo que hace? Le asfixia, su otro yo le asfixia.

Al principio acepto el pacto, era lo mejor para él pero en aquel momento quería ser un alma libre sin compromiso verdadero con alguien pero las personas cambian, cambian bastante a lo largo de los años y más cuando de pronto encuentran el amor.

Nunca en su vida pensó que algo así sucedería. Tal vez debió de haberlo sospechado cuando entró al grupo que Johnny no sería solo un amigo o una presa para sus trucos. Ten cuando supo de la existencia de NCT no le interesó en lo más mínimo unirse hasta que lo vio a él, ella le dijo que tenía que tenerlo. Buscando su mero placer entro al grupo pero aún así fue cambiando de varios pasatiempos mientras Johnny nunca fue cayendo. Estando atento a él pudo conocer sus gustos, disgustos, su torpe personalidad amable y un tanto orgullosa. Es tan divertido y toma todo con calma, sin apuro ante la vida. Poco tiempo después se dió cuenta de que en realidad cayó enamorado de un estúpido gigante que parece tener una mala percepción de si mismo y aspira a qué siga siendo así porque, al final perdió la batalla y por más que doliera tenía que volver al Ten que todos conocen.



—Si, iré —asintió después de pasar su brazo por sus labios limpiando los restos de agua que cayeron. Deja el vaso en el mesón y suspira.

—¿No quieres, verdad?

—¿Por qué no querría? —esboza una sonrisa picarona. —Te sorprendería ver a los hombres y mujeres que ella escoge, es fascinante...

—Si es así entonces ¿Por qué llevas tiempo sin ir? —aquella pregunta logró erizar la piel del moreno. Se suponía que nadie debía de saber eso, no deja que la confusión tome su rostro y sigue con la misma expresión despreocupada, abre la boca queriendo responder algo inteligente contra eso pero es interrumpido por el mismo. —Johnny... ¿Fue un juego o fue real?

—Un juego —arrojó sin pensar. —Un juego que no me hizo caso y por ende, dejaré atrás. Necesito seguir con mi vida, mis conquistas y placeres.

—Eso es bueno —asiente Taeyong. Este se acerca sutilmente al contrario quedando frente a frente. —Haré como que te creo pero asegúrate de que nadie se entere de tu abstinencia, vuelve a domar tu otro yo, lo necesitaremos y no dejes que tus tontos sentimientos lo arruinen.

El pelirrojo extiende su mano al rostro moreno y acaricia suavemente su mejilla mirándolo sin expresión.

—Está bien —asiente sintiendo pesadez en su corazón. Los tontos sentimientos estaban haciendo que casi perdiera su batalla contra si mismo, no puede dejar que eso suceda, NCT lo necesita, necesita de sus poderes para poder seguir y él no debe de preocuparse por cosas tontas como el "amor verdadero" ya que no le hace ningún bien.

—Pobrecito, estás sufriendo... —murmuro el pelirrojo con un tono de voz extraño. No sé podría saber si era de pena o sarcasmo.

Ten se deshace del agarre de su mayor y se aleja.

—Iré a hacer lo mejor que se hacer, mañana mismo hablaré con el otro lado de Jungwoo, prepara todo hasta entonces —dicho esto se despide con voz casi inaudible y sin esperar respuesta se gira sobre sus talones para salir de ahí.




No quiero.

Detenganme.

Taeyong, detenme.

Hazlo ahora.

¿Alguien?







El sonido ruidoso de la música retumbó sus oídos. Bebidas tras bebidas pasan por su garganta llevándose todo su sentido de la razón perdiéndose entre agrias sonrisas de dolor. Choque de piel contra piel. Vista borrosa y caminar vacilante. Unos ardientes labios rozando peligrosamente contra los suyos mientras aquellos musculosos brazos rodean su cuerpo apretándolo contra sí. Por alguna razón aquella complestura le recordó tanto a Johnny y no pudo sacarlo de su mente hasta su último segundo de control porque al final, cerró sus ojos y los volvió a abrir para demostrar que Chittaphon ya no estaba ahí sino unos venenosos iris verdes.

Ella tomó el control mostrando sus colmillos en la malvada sonrisa que surco sus labios, cuando aquel hombre le arrastra a una de las habitaciones.










»Tendremos una larga noche,
mi querido tailandés «






























¿Lograrán hablar con el otro lado de Jungwoo?
¿El sacrificio de Ten habrá valido la pena?
¿Sehun seguirá causando problemas? ¿Confiará en Suho?



Pareja por pareja voy destruyendo😈 ¿Cuál seguirá? ¿Qué creen que pasará?







Imaginé la ropa de Ten tipo así:

¿Alguien por aquí sigue a ACE?

Si no es así, deberían ir a darles un vistazo, tienen buenas canciones, buenas coreos y son super akaisjwkaka 🥺💕






























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