Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo











—Ya es hora —susurró Lucas haciendo salir entre sus manos una pequeña llama que a los pocos segundos se convierte en una gran y poderosa espada de fuego. En aquel escondite estaba más que listo para salir y encarar a todos aquellos hombres que se encontraban rodeando el objetivo, el cual se basaba en una casa vieja y sucia, en la que él debía de ingresar.

—Creo que no, no nos dijeron nada —interrumpió sumamente preocupado e inquieto un castaño llamado Jaemin, quien le tomó el hombro al mayor queriendo detenerlo de cualquier locura que estaba a punto de hacer. Sí, él también estaba ansioso por la larga espera, llevan horas escondidos detrás de los arbustos esperando el momento de salir y atacar pero aún siguen esperando que sus dichosos compañeros le dieran la señal.

—¡Vamos, Lucas! ¡Tú puedes! —susurró/gritó Haechan a su lado levantando su puño con emoción eufórico ante la situación, este a pesar de estar en un momento muy crítico se demostraba aún enérgico y explosivo, ya que especialmente le encantaba apoyar a su mayor ante cualquier estupidez que estaba previsto a realizar.

Aquel recién nombrado sonrió ladinadamente, de esas sonrisas que matan mostrando orgullo y emoción, sacó del bolsillo de su pantalón un radio para comunicarse con los otros dos líderes. —Voy para allá —soltó sin más ni preámbulos.

—¿¡Qué!? —se escuchó como exclamó Taeyong del otro lado.

—No, tú no puedes... —las palabras que estaba diciendo Jaehyun fueron cortadas, Lucas había apagado la radio a mitad del sermón que estaba a punto de tener y volvió a guardar el objeto con rapidez en el bolsillo de su pantalón.

—Iré a sacar ese niño —y así decidido salió del arbusto disparando hacia aquellos dos guardias de seguridad que protegían la puerta de madera destruida y vieja, llena de grietas por todo sus exteriores.

—¡Lucas, Taeyong dice que no...! —trató de detenerlo Jaemin con su radio en mano pero ya era tarde, su mayor había entrado a aquella casa abandonada sin haberlo escuchado ni un poco —¡Rayos!

—¡Listos o no, allá voy! —exclamó con emoción Haechan duplicándose en tres y corriendo hacia la puerta ya despejada por su superior.

—¡Ash, Lucas te mataré! —se escuchó decir a Taeyong a través de la línea del radio maldiciendo al menor un sin fin de veces cansado de todo como si no fuera la primera vez que aquel ser se atenía a hacer alguna idiote —Jaehyun y su grupo van para allá, procura que Lucas no haga ninguna locura, cambio y fuera.




















Lucas entró a la casa corriendo por los pasillos, disparando por aquí y allá, y si algo no le alcanzaba usaba sus poderes aplastando a los tipos contra las paredes, haciendo que se tropiecen con ramas inexplicables que salían del suelo o simplemente parándolos con algunos puñetazos y patadas.

Sí, aquello le gustaba. Se sentía como un alma libre, alguien realmente poderoso que podía hacer lo que quisiera, en serio le gustaba patearle los traseros a aquellos agentes del gobierno, le causaba mucha gracia y se reía en sus caras, solo estaba jugando con ellos, divirtiéndose en sus caras guiñandoles un ojo a cada uno de forma coqueta.

Uno de aquellos agentes logró aparecer por detrás de Lucas tomándolo del cuello ahorcándolo con una cadena presionando tanto a tal punto de hacer resaltar sus venas, el rostro de nuestro moreno se coloró y con rapidez tomó las cadenas entre sus manos volviéndolas arena que cayeron desvaneciéndose en el aire. El chico satisfecho se giró encontrándose con aquel hombre corriendo buscando escapar y sin dejarlo ir chasquea los dedos junto a su sonrisa ladina.

Enormes cantidades de raíces salieron del suelo levantando la madera de la casa destruyéndola toda, estos con rapidez fueron persiguiendo al tipo vestido de negro tomándolo de los tobillos empezando a arrastrarlo hacia Lucas.

—¡No, por favor! ¡Piedad, piedad! —gritaba aquel hombre con un temor evidente, el cual crecía por cada centímetro que se iba acercando al joven hasta que por fin quedo a sus pies, las raíces tomaron sus cuatro extremidades arrodillandolo hacia el moreno—¡Por favor, t-te lo suplico! —tembló con temor al punto de llorar.

—¿Cuál piedad, eh? —canturrea con sarcasmo Lucas tomándo al hombre de la barbilla examinando aquella expresión de temor con burla —Dime, no te quedes callado ¿cuál piedad? ¿La que me ibas a dar? —preguntó haciendose el ingenuo soltando una genuina pero sarcástica risa apretando las mejillas del hombre.

—P-Por favor, si me dejas no volveré a molestarte —pidió teniendo temor a lo que le pudiese pasar.

—Ash... Que miedosos son los humanos —susurró con risa para luego tomar su radio y prenderlo.

—¿¡Ahora es que vienes a contestarme, eh!? ¡Estúpido pendejo de mierda! ¿¡No escuchas cuando te hablo o qué!? ¡Si el plan se llega a arruinar ya verás como destrozaré todos tus malditos huesos uno a uno con ladrillos! —Lucas tuvo que alejar la radio de su oreja cerrando los ojos de tantos gritos que estaba oyendo, en algún momento sus tímpanos llegarían a romperse si Taeyong seguía gritando tanto.

—¡Ya callate, tengo a uno! —exclamó el rebelde logrando así callar a su mayor. Lucas con rapidez jaló los cabellos rubios del rehene acercando la radio hacia el. —¿Dónde esta el niño? —soltó entre dientes logrando así asustarlo más —Si me lo dices considerare no matarte.

—¡E-Están escapando por el sótano! —contesto con rapidez.

—¿Cuál sótano? —preguntó Taeyong a través de la línea —No veo ningún sótano en la computadora. ¡Ten, no es momento de seducir a la planta!

—Es la c-conexión que tiene con las alcantarillas, ahí dicen ser tubos de agua pero en realidad son pasillos —explicó el hombre con rapidez tartamudeando queriendo ya salir de ahí. —Es una táctica, es una mentira para ustedes y así poder e-escapar.

—¡Ah, sí! Es cierto —exclamó el pelirrojo encontrando todo el camino en la gran computadora —Ahora sí, Lucas sueltálo y dejalo libre.

—¿No puedo jugar un poco con él?

—¡Ya te dije que no! ¡Y tampoco irás a ayudar, ya envíe a Jaehyun y su grupo así que no te molestes ni en aparecerme en frente! Cambio y fuera.

—Suertudo... —vociferó con puchero el moreno soltando al hombre, quien con rapidez salió disparado del lugar con caídas y tropiezos temblando de los nervios.

—¿¡Por qué lo dejaste ir!? —llegó Haechan exclamando como un niño pequeño cruzando los brazos viéndose tierno —No hemos podido jugar con él.

—Diselo a tu madre, esa rata loca estafadora me dijo que no —también se cruzó de brazos aburrido soltando un suspiro para luego, unos segundos después sus ojos emitir un extraño brillo peculiar dando a entender que se había inspirado para una nueva travesura —Pero podemos ir a molestar a Jaehyun, ¿me acompañas?

—¡Eso no se pregunta, vamos camarada!

Y los dos sin esperar corrieron por los caminos predichos del hombre, Lucas iba de frente y Haechan siguiéndole los talones riéndose a carcajadas de la emoción.

—Taeyong nos matará a ladrillazos —bromeó él menor con risa.

—Nah, ya no me asusta ese cuento.


Después de todo Taeyong no era tan poderoso como Jaehyun ¿por qué tenerle miedo? Eso era lo que pensaba pues, aquel pelirrojo era un cerebrito y estaba en el equipo tal cual para él, siendo el líder de: Ten, Doyoung, Mark y Taeil. Estos cinco conformaban la subunidad Nintels, los supehumanos con dones referentes a la inteligencia rodeando todo lo que tenga que ver con cuentas, electrónica y computadoras; es decir, como lo mencionado antes, los cerebritos y las cabezas de NCT.

Después de unos segundos llegaron al acantilado encontrándose a Jaehyun y su subunidad los cuales la conformaban: Jhonny, WinWin, Yuta, Kun. Estos cinco muchachos conformaban el equipo Clouts, los superhumanos más fuertes, con poderes alucinantes y explosivos capaces de destruir todo a su paso, es decir, los fortachones y más poderosos de NCT.


—¿Qué pasó? —se preguntó Haechan desilusionado viendo como los mayores estaban normales sin andar batallando, como había suponido.

—Creo que ya los acabaron, era obvio que fuera rápido. Es muy posible que los humanos estaban algo desarmados y los agarraron desprevenidos —asumió Lucas acercándose hacia aquellos chicos llamando su atención un pequeñin de cabellera pelinegra. Ese era el niño que tanto andaban buscando.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó Johnny encorvando su espalda a la altura del menor de ojos pequeños y finos, los cuales miraban el suelo con temor arrugando a cada cuando su nariz engorrosa que derramaba moco mientras limpiaba sus castas lágrimas.

—J-Jisung... —respondió torpe haciendo que todos lo miraran con ternura.

—Uhh... Lindo nombre —asintió pícaro Chenle apareciendo de pronto, algo que asustó al menor pero que los demás pasaron desapercibidos pues, estaban acostumbrados. Este tenía entre sus manos una libreta y lápiz, listo para anotar todo. —¿De dónde eres?

—D-De Seúl.

—¿Cuántos años tienes?

—C-Catorce...

—¿Y cuál es tu poder?

—L-Los espejos... —en ese momento todos lo miraron con incógnita no entendiendo la respuesta, era un poco extraña para lo que estaban acostumbrados a escuchar, unos segundos después para librar la pregunta en el aire el menor siguió hablando —P-Puedo atravesarlos y llegar a otro lugar, también v-ver a t-través de ellos.

—Mm... Un raro caso de "raros" —rió con broma terminando de escribir. —No se lo que tengas pero cuando te vea la cabeza nos lo explicará en su idioma —y con sus humorísticas palabras sonrió a lo grande haciendo tranquilizar un poco el temor de aquel niño.

Lucas sonrió satisfecho y además, al final del día se dio cuenta de que aquel niño miedoso estaría integrado en su subunidad, siendo un nuevo miembro de los tantos chiquillos que poseía pues, entre ellos estaban: Chenle, Haechan, Jaemin, Renjun y este nuevo llamado Jisung. Simple y llanamente: un nuevo integrante a la familia payaso. Esos, ahora seis, conformaban los Tengirs, los Superhumanos con dones para ocultarse y ser básicamente la carnada, los únicos tontos que se arriesgaban para que los fortachones y los cerebritos se llevarán todo el crédito.

Pero la realidad es que a Lucas no le importaba, mientras que pueda seguir jugando y divirtiendose en las caras de aquellos agentes marica, todo para él era perfecto. No le importaba ser perseguido toda su vida y convertirse en un maldito marginal, no le importaba matar y asesinar a aquellos agentes que se hacían llamar humanos, no le importaba vivir de aquella forma despreocupada y llena de un rencor inigualable que adornaba su nefasto corazón pero, ¿saben algo? Las cosas, las situaciones y los momentos siempre cambian y en alguna circunstancia de nuestras vidas todo se vuelve patas arriba arruinando nuestra comodidad. Estaba predestinado que a Lucas se le arruinara todo y con ello se destruyera su corazón.

















¿Qué les pareció?




















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro