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Cuarenta y Seis





—¿Entonces lo conociste? —le susurró Sehun a su mayor, ambos sentados en el escritorio cada uno de un lado.

—Si, pero no es para nada agradable. Humilló a mi padre —contestó en voz baja.

—Dicen que es un hombre terrorífico y feo, y que además un montón de gente loca siempre lo sigue a todos lados —comentó con interés. —Me gustaría verlo y verificar si todos esos rumores son ciertos.

—No te lo recomiendo, es muy raro. Trató de llevarme a la conferencia, es mejor que no lo veas y si lo vez, haste el loco si te pregunta sobre los Super Humanos. Los pasantes como tú no deberían de saber nada —dijo con seguridad mientras su mano tiene un lapicero el cual mueve en su explicación.

—Apurate y termina de revisar.

—Oh sí —se acomodó los lentes que usa para leer y sigue revisando el Capítulo Cinco de la tesis del menor, el último. Pasan unos minutos silenciosos mientras Suho tacha algunas oraciones, encierra en círculos a otros y deja ciertas anotaciones del borrador del menor. —Eres realmente bueno y talentoso, tu problema es redactando. Aunque has mejorado bastante desde el primer capítulo, felicidades, Hunnie.

Sonriendo le entrega la resma de hoja.

—Corrección, el problema es que tú eres más quisquilloso que todos mis profesores de lenguaje —sercionó tomando sus papales y guardándolos en una carpeta. —Gracias por tu ayuda, al menos se que tendré la nota más alta.

—De por si la tienes.

—Tengo que ser un futuro científico ejemplar.

—Cuandos hagas la conclusión me lo pasas para leerlo, creo que con eso ya lo tendrías todo listo, ¿no?

—Si, en una semana... —como un niño cuenta con sus dedos. —el viernes, ¡Si, el viernes! Por fin me iré de aquí y tu renunciarás pero la entrega de mi trabajo de grado y su defensa será en dos semanas.

—Aun así ve preparando tu ida a la NASA.

—Ya lo hice, lo hablé con los coordinadores el otro día para aceptar la invitación —asume positivo. —Pronto me llegarán respuestas, ¿Y tú? ¿Ya redactaste tu renuncia?

—Si —rebusca en uno de sus cajones y le extiende un sobre el cual tiene todo. —Aquí está.

—Me alegro —asiente más tranquilo. —Bueno ya tengo que ir a mi piso.

—Te acompaño —se levantó al instante.

—No es necesario, puedo volver solo.

—El SORAS es más peligroso de lo que piensas, un paso en falso y te quedarás para toda la vida —dijo con seguridad mostrando su preocupación. —Te acompañaré hasta tu laboratorio para que no veas nada ni escuches algo que no debas.

Sehun suelta un suspiro cansador. —Esta bien.

Cerrando su bolso, se lo pone en sus hombros y sale junto al mayor.

Ambos caminan a la par. Pero a penas saliendo notaron como unos cuantos científicos corren y chocan con sus hombros. Además de unos agentes, por ahí venía el Comandante Choi.

Suho se apresura y lo toma de la manga de su camisa deteniéndolo.

—¿Qué está pasando? —preguntó directo.

—Capturaron un Super —contestó y esbozando una coqueta sonrisa levanta su mano para arreglar un mechón del cabello ajeno. —Me tengo que ir bombón, luego nos vemos.

—No le hagas nada —dijo rápido pero el mayor no le respondió ya que se había ido, aún así está seguro de que le escucho.

—Pobrecito, ¿Podemos ir a ver?

—No, claro que no —negó eufórico Suho. Lo toma de la muñeca y apresura su caminata hasta llegar al elevador. —Tienes que irte.

Se abrieron las puertas y el castaño tocó el botón del primer piso, dejando al pelinegro solo.

—¿No vendrás conmigo? —cuestionó el menor con el ceño fruncido.

—Tengo algo que hacer.

—¿De repente? ¿Justo cuando traen a un Super? —soltó en voz baja con cierta molestia y confusión. —Me dijiste que no hiciera nada para que no cabaran mi tumba aquí mismo, pero tú te estás arriesgando mucho. ¿Y si no puedes irte conmigo?

—Lo haré, te aseguro que lo haré.

—No te creo.

—Confia en mi.

Dicho esto las puertas del elevador se cerraron, con el menor bufando por la ira y con el mayor volviendo a su oficina con algún indescifrable pensamiento en su mente.










Una alarma resonó nuevamente en el hogar de NCT poniendo sus pelos de punta. En pleno desayuno a las diez de la mañana, después de lo que pasó en la madrugada no pensaron que algo volvería a sonar.

—¿De qué es esta alarma? —preguntó Xiào con un tenedor en la mano izquierda y un cuchillo en la derecha, comiendo galante.

—Un Super Humano —respondió Taeyong terminando su plato de un momento a otro y corre por los pasillos.

Todos los miembros, entre curiosos, emocionados y preocupados se dirigen al Panel de Control.

El líder junto al canadiense van tecleando entre varias computadoras sin tener casi éxito.

—Lo tiene el SORAS, otra vez —aseguró Mark.

—Intenta hackear su cuenta, necesitamos la ubicación exacta de esa persona —demandó Taeyong.

—¿En serio es alguien o será una trampa como la otra vez? —se atrevió a preguntar Jungwoo preocupado.

Lucas a su lado, viendo a su mayor con la mitad del rostro vendado, su corazón vuelve a doler. Pasa el brazo alrededor de su delgado hombro y le acaricia el cabello. Y le respondió:

—No lo sé.

—¿No es muy peligroso hackear el SORAS? —Xiao se ve algo preocupado.

—Mark hasta lo hace con los ojos cerrados —comentó Taeil sin preocupación, —es más fácil de lo que parece.

—Listo —dijo el canadiense y justo toca el botón del teclado que dice "Enter".

Una imagen de un chico peliblanco, ojos azulados y piel extremadamente pálida, un albino asiático. Una belleza sumamente irreal y bastante fascinante.

—Osaki Shotaro de diecinueve años, nacionalidad japonesa y poder de hielo —leyó Mark en voz alta, aunque aún así se podía ver todo desde la pantalla.

—Oh, Yuta por fin tienes con quien entenderte —rió Haechan.

—Secuestraron a unos de mis hermanos de raza, hay que salvarlo —dijo el japonés con entusiasmo. De por sí, siempre pone todo de su parte para salvar a los Super Humanos pero está vez es un poco diferente, por fin después de tanto, tendrá a alguien de su nacionalidad, alguien que lo pueda entender y hablar su tan olvidado japonés.

—Ya se emocionó —asumio Ten esbozando una sonrisa.

—Parece que lo tienen en el laboratorio del propio SORAS —siguió hablando Mark.

—¿En serio? ¿Por qué? —Taeyong frunce el ceño.

Justo en ese momento un signo de peligro se forma en el computador. El canadiense preocupado teclea. Un virus, dos virus, tres virus.

—¿Qué está pasando? —cuestionó Doyoung acercándose.

—Nos hackearon.

Taeyong lo ayuda a tratar de evitar esta situación.


"Compartir ubicación a las Coordenadas mencionadas en proceso" dijo la máquina.

—¿¡Qué!? ¿Al SORAS? —abre los ojos como platos Jaehyun.

Todos sus demás compañeros muestran su preocupación sin saber qué exactamente hacer para evitar la situación.


"En proceso"



—¡Doyoung funde la computadora antes de que lo envíe! —exclamó Taeyong.

—¿Qué? Pero...

—¡Destruyelo todo ahora!

El pelinegro nerviosamente colocó sus manos encima de unos teclados. La verdad es que no tuvo que hacer mucho esfuerzo ya que estaba asustado y ansioso, y en estás situaciones su poder se sale de control. En solo unos segundos, un cortocircuito y mini explosiones fundió por completo todos los aparatos tecnológicos del Panel de Control sin dejar ni uno solo en funcionamiento.

Los miembros de NCT se taparon los rostros y algunos se agacharon.

Luego de que todo pasara se levantaron y miraron todo destruido. Ningún computador se salvó.

—¿Qué haremos? ¿Cómo podremos ir al SORAS de esta forma? —preguntó temeroso Kun.

—Nosotros conocemos todo con exactitud, sabemos dónde los encierran, cada entrada y pasillo —aseguró Taeyong.

—Un momento —intervino Hendery. —Ellos dijeron que es peligroso salir, el Sr. Kang...

—Siempre ha sido peligroso salir de aquí, pero lo hemos hecho. No es la primera vez que nos embarcamos en una difícil misión en donde no sabemos si volveremos con vida. Es lo mismo está vez, con o sin el Sr. Kang siempre ha sido peligroso.

Jaehyun agrego algo además de lo dicho por su líder: —De igual forma solo tiene a un hombre de Dragón, si vamos seis personas es mas que suficiente. El Comandante y sus agentes los puede noquear Lucas fácil.

—Si duró cuatro años dormido, debe de estar desprevenido —dijo Xiào con una mano en su barbilla. —Pero si vamos, es mejor ir prevenidos en vez que nos encontremos con una sorpresa para nada agradable.

—Hace como tres o cuatro meses que no vamos a una mision —asumió Yuta. —¿Cómo le haremos?

—No vamos a ir todos, eso es seguro —contestó Taeyong. —Iremos los escenciales y más importantes, y los extras.

—Ya yo sé, que yo iré —suspira Chenle obvio.



Después de hablarlo un poco y discutirlo entre todos. Llegaron a una decisión final, quienes irán y quiénes no. Agarraron un poco de cada grupo para poder nivelar sus capacidades y no estar indefensos.

De los Nintels solo irán Taeyong, Jeno y Ten.

De los Clouts irán Jaehyun, Johnny y Yuta.

De los Nintels Lucas, Chenle y Jungwoo.

Y de los nuevos, a pesar de no estar muy seguros, se llevaron al trío.

De igual forma no todos entrarán al Edificio, solo serán unos pocos y los demás quedarán de reserva escondidos en la van negra. Por ejemplo Yuta estará todo el tiempo de conductor, Chenle se quedará en el auto para teletranportar. Jungwoo servirá como de batería extra si lo llegan a necesitar y así pues, se dividieron los papeles y solo cuatro personas entrarán al SORAS: Jaehyun debido a que sus ondas pueden alterar un poco las máquinas de detección de poderes de los pasillos, Taeyong por su sentidos avanzados y buena habilidad para esconderse, Ten ya que puede hipnotizar o ayudar a alterar algún equipo y el pequeño Yangyang por si necesitan entrar a lugares sumamente pequeños.

Los demás se quedarán en el auto esperando alguna señal.

Y así fue. Se vistieron, se prepararon y no olvidaron ponerse los chalecos antibalas y una tela negra con huecos en los ojos y boca para que no los reconozcan.

—Cuidense mucho, por favor —pidió Mark con suma preocupación.


Entrar a aquel edificio es como volver al pasado. Hace cuatro años que no han vuelto a ir. Los recuerdos y la nostalgia abrazan sus corazones. El rencor y la molestia a otros.

A fin de cuentas, mucho de ellos pasaron prácticamente su vida entre aquellas cuatro paredes y volver era como enfrentarse a ello, enfrentar su pasado. Podría ser tanto bueno como malo.

Esperaron a que el sol cayera y cuando se hizo la media noche partieron. Se supone que a esa hora no debe de haber nadie por los pasillos, solo los agentes y el Rehene.



—¿Cómo te sientes? —preguntó Lucas con preocupación. Se haya sentado en la segunda fila de asientos de la van, a su lado Jungwoo mira a través de la ventana admirando las estrellas que adornan el oscuro cielo.

—Bien, ¿Cómo debería de sentirme? —lo mira ladeando la cabeza.

—¿Te sigue doliendo? —extendió su mano al aire y acaricio la piel del mayor a través de las vendas.

—Hace horas me dejó de doler, ahora no siento nada —reveló pensativo.

—Lo quería revisar antes de salir pero no tuve tiempo —dijo Taeyong sentado al frente de ellos, se gira un poco y los ve. —Después de la misión te lo revisaré.

—Ya hicimos las revisiones en la mañana, no es necesario revisarlo hasta el día siguiente, le aplicare hiervas y cremas —agregó Jeno.

—Woo es más sorprendente y mágico de lo que te imaginas —aseguró Johnny sin dudar.

—¿Entonces hará uso de sus poderes hoy? —preguntó Yangyang el cual se haya sentado en el regazo de su novio de forma descarada. Hay espacio pero no, armó un alboroto y se sentó en las piernas del mayor mientras este reía y le daba caricias al cabello (de paso lo zigue haciendo).

—Ojala no —dijo esperanzado el pelirrojo.

No es que no quisiera a Jungwoo en la misión. Debido a su inexperiencia pero gran habilidad no pueden evitar no traerlo a la misión. Lo malo, verdaderamente malo es que siempre hace uso de sus poderes en una situación crítica hasta el punto de implicar casi la muerte.

La primera vez fue cuando hirieron a Jaehyun con una bala en la esquina de su pulmón, un pedazo de vidrio incrustó el abdomen de Kun y Chenle tuvo un peligroso ataque de asma. Y la segunda vez fue la peligrosa caída que ocasionó Jaehyun en el helicóptero, varios miembros como Winwin y Kun recibieron disparos en sus piernas o brazos y lanzaron a Woo a un río aún cuando esté no sabe nadar. Claramente hubieron más heridos en ambas misiones, pero por no mencionar a todos se dijo las más graves.

¿Qué pasará está vez?

¿Explotara un radiactivo y por fin la vida se llevará a algún miembro?

De suerte han sobrevivido a las últimas veces. Aunque sinceramente, si "alguien" no hubiera desobedecido en ambas, tal vez las tragedias no hubieran sido tantas. Primero fue Lucas, después Jaehyun ¿Quién será esta vez? ¿Lograrán tener el éxito en esta misión?

Taeyong se muerde las uñas con cierta ansiedad.

Jaehyun lo nota. Le toma la mano y la entrelaza con la suya para dejarle un besito.

—Tranquilo, todo saldrá bien —le susurró mientras le regala una sonrisa tranquilizadora. —Esta vez, te seguiré a todos lados, si llegas a tener problemas será por Lucas.

—¡Ey! —exclamó ofendido el mencionado. —Lo haré bien, desde la última misión lo he estado haciendo bien.

—Eso veremos —pone los ojos en blanco Johnny.

—Ya estamos llegando —dijo Yuta logrando callar a todos, el ambiente se tenso un poco.

La van se adentra a un oscuro callejón a dos calles del SORAS.

—Los dejo aquí, no puedo ir más cerca —culminó el japonés aparcando el auto detrás de otro para pasar desapercibido.

Taeyong mira a través de la ventana una cámara en lo alto de un farol de luz. —Ten.

Con solo decir el nombre del tailandés y apuntar, este uso sus poderes para dañarla.

Tengan cuidado, chicos —se escuchó la voz de Mark en la radio.

—Eso haremos —aseguró el líder. Abrieron la puerta del auto pero antes de que esté saliera de pronto se detuvo, se gira y posa su vista en el pelirubio. —Woo, ven aquí.

—¿Si, Hyung? —se levantó de su asiento y se acercó.

No fue el único que se sorprendió cuando siente los brazos del mayor rodear su cuerpo en un abrazo.

—¿Pasa algo, Hyung? —preguntó con preocupación.

—No nada, solo quería abrazarte —se alejo y sonriendo, se marchó.

—Esto se le llama favoritismo —mascullo Chenle cruzado de brazos en una esquinita receloso como crío.


La misión empezó y con ello los corazones agitados de más de una docena de chicos. Con miedo a ser descubiertos, a no lograr salvar a ese pobre chico o peor aún, que alguien no volviera con vida a casa. Dejar ir a ese cuarteto fue una decisión difícil y más para Xiaojun, el cual conociendo las inseguridades de su pareja quiso negarse pero sabe que esto es lo mejor. Necesitan más del menor que de él en esta ocasión.

El cuerpo de los cuatro chicos desapareció entre las sombras del callejón. Caminando en silencio y sigilo, con sus sentidos al máximo.

Taeyong es el que comanda el camino, Ten y Yangyang le siguen por detrás y Jaehyun cuidado las espaldas del resto.

Pasaron unos minutos hasta que lograron llegar a la parte trasera, estando a varios kilómetros de distancias vislumbraron una puerta de metal cellada.

—¿Cómo entraremos? Se ve muy bien cerrado —cuestionó temeroso el más pequeño de todos siendo aún menor de edad. Su cuerpo tembloroso y sus ojos mirando a todos los lados de los nervios. Siente un airesito pasar por su nuca y con la piel de gallina se sobresalta, chillando.

La baja risa del tailandés detrás suyo le hace enojar, el mayor se está burlando de él.

—Niño miedoso.

—T-Tú... tu no puedes asustarme —quiso responder algo inteligente pero no pudo y solo pareció un pequeño.

Ten iba a decir algo más pero Taeyong intervino. —Ten-hyung no te burles y Yangyang, en esta misión por favor no tengas prejuicios estúpidos contra Ten-Hyung, por favor.

A regadientes el menor asintió como niño regañado.

Taeyong mira a los lados y sin moros en la costa le dice a Jaehyun con los ojos que haga lo que tenga que hacer, él asiente y sale del escondite hacia una tapa de alcantarilla cellada en el piso. Intenta abrirla pero ésta parece pegada con cemento.

Saca un cuchillo y con cuidado intenta romperlo, de vez en cuando da unos cuantos golpes. Bufa al llevar varios minutos en eso, no puede usar sus poderes y tampoco hacer mucho ruido porque pueden descubrirlo.

Luego de su insistencia logró abrirlo y levantarlo con fuerza, sus músculos se tensaron por debajo se su apretada camisa negra, marcándose a la perfección. Ten muerde su labio inferior mirándolo a detalle hasta que recibe un golpe en el hombro de parte del pelirrojo, el cual luego se cruza de brazos un poco incómodo.

—Listo —aviso en susurro Jae. —Bajare primero —los demás se acercan y asienten ante lo dicho por él. Con cuidado entra al hoyo y baja las pequeñas escaleras, a mitad del camino saca una linterna.

Taeyong siente una mala vibra y antes de darse cuenta de la situación se inclina y le toma del hombro a su pareja. —Sube.

—¿Qué? No es...

Escuchan unos extraños sonidos venir de abajo, pisadas húmedas y un peligro inminente. De pronto las pisadas se volvieron rápidas y un cuerpo choca justo debajo de los pies del peligris.

—¡Sube! —exclamó Taeyong preocupado.

Por el impacto las escaleras temblaron y casi hace que el peligris pierda el equilibrio. El pelirrojo tembló a la idea de lo peor.

Suena algo escurridizo y parece intentar subir, Jaehyun apresura y escala con las manos de su novio jalandolo hacia arriba. Cuando sale del hoyo apunta hacia abajo con la linterna para ver lo que había abajo.

Cocodrilos.

Y varios de ellos, más unos cadáveres a lo largo del pequeño camino de agua sucia. Ya saben del porque del asqueroso y extraño olor.

—¿Qué hacen unos cocodrilos en plena ciudad? —cuestionó Yang con sorpresa.

—Apuesto a que los tienen oculto, saben que en algún momento regresariamos —asumió Taeyong.

—Pero igual esta potente, ¿Cómo vamos a entrar? —dijo el tailandés.

—Es arriesgado pero podríamos ir por encima de los cocodrilos —pensó el líder.

Jaehyun no lo piensa dos veces y asiente. —Soy el más fuerte, iré de primero —se acerca al bolso que carga el chino y lo abre rebuscando entre las cosas que trajeron.

Saco un gancho, una cuerda y unas cuchillas, que con la ayuda de Taeyong las reparten y las cuerdas las enganchan en cada cinturón.

—Hare unos pequeños orificios en el camino, ustedes solo claven donde yo ya lo hice, el asfalto es muy fuerte.

Dicho esto el peligris fue el primero en bajar, solo unos cuantos escalones, mientras abajo los cocodrilos se tiran uno encima del otro tratando de subir y alcanzar a lo que ven como su comida.

Con un gancho para escalar lo clava en lo más alto de la pared de la alcantarilla y de un salto deja caer su cuerpo en el aire logrando escuchar un chillido de parte del pelirrojo, el cual está asomado con cuidado.

Jaehyun con una cuchilla en su mano libre la clava un poco más adelante, con ello empezando así el camino.

Taeyong es el siguiente en bajar y seguirlo. Luego Yangyang y por último Ten para no dejar al más chiquillo en las espaldas de todos.

Siguen el camino que le fue brindado por aquel líder, el cual se ve el más firme de todos. Taeyong y Ten no tan acostumbrados a usar la fuerza física sin siquiera una pizca de poderes, y Yangyang parece desmayarse de los nervios en cualquier momento, chillando como niño cuando siente como un cocodrilo trata de subir a la pared en su dirección.

—No mires hacia abajo —le dijo Tae al menor, notando su miedo.

Yangyang asiente pero por alguna razón hipnótica del mundo, cuando te dicen "no" tu cerebro lo toma como un "sí". Temeroso baja la vista y escucha como uno de pronto ruge e intenta con fiereza subir. Sin evitarlo suelta un grito y trata de avanzar más rápido para salir del campo de visión del depredador. Pero solo logra empujar al pelirrojo y jalar al tailandés detrás suyo, haciendo perder un poco el equilibrio. Clava su cuchilla en una parte plana en donde Jaehyun no lo hizo, pero eso solo se quedó como inútiles intentos debido a que no poseía la fuerza para hacerlo.

Sus manos sudan y los nervios atacan. Y sin evitarlo cae.

—¡Yangyang! —gritó Taeyong entre preocupado y enojado contra el menor.

El chino se tapa el rostro esperando impactar contra el suelo pero solo queda colgante. Debido a que cayó con fuerza, Ten no pudo sujetarse bien por el impulso de la cuerda y también cae con sus manos heridas, trato de agarrarse con fuerza pero no lo logró.

Para no caer más abajo que el chino, lo abraza contra si y quedan en la misma altura.

—¡Ahh, suéltame! —exclamó como crío.

—¡Estúpido niño, esto es por tu culpa!

—¡Dejen de gritar y de moverse! —ahora está vez alzó la voz Taeyong con los pelos de punta. Ejerce toda su fuerza para tratar de no caer y sostener el peso de sus compañeros pero le es bastante difícil. Además de que estos se andan moviendo y gritando como si hacerlo no significará ser descubiertos.

—Jae, avanza.

El nombrado asiente y sigue con su líder detrás y los dos extranjeros colgantes.

Un cocodrilo intento saltar y alcanzar los pies de ellos, Yang grito y abrazo como mono al mayor.

—Sueltame.

—N-No... —temblo y hace un tierno puchero con sus labios. —Tengo miedo —murmuró en un hilo de voz.

Ten suspira abarrotado, dándose cuenta de que el chiquillo que se la pasa insultándole y haciéndose el todo hombre grande, en realidad es mucho más sensible y temeroso de lo que pensaba. Pasa sus manos alrededor del delgado cuerpo contrario y lo abraza como un bebé.

—Tonto, puedes transformarte en un cocodrilo pero les tienes miedo —dijo soltando una leve risa que no es de burla, si no más genuina.

No paso mucho cuando Taeyong se cansó, a pesar de tener un cuerpo medianamente atlético, aún así soportar el doble de su peso es bastante complicado y más cuando están justo en esa situación. Sería más fuerte si pudiera usar al menos una pizca de sus poderes pero no puede, no ahora que están muy cerca del SORAS.

Justo en aquellos momentos se ponía a pensar en lo que realmente valen sus habilidades extraordinarias. Sin ellas ninguno llegaría dónde están, los hacen más fuertes, rápidos, audaces hasta invencibles. Pero cuando no tenían los poderes protegiéndolos del pellejo como en ese momento, la debilidad e inseguridad atacaba. Se dependieron tanto de ellos que no se dió cuenta de lo ansioso que estaría una vez por no usarlos.


«Cuando volvamos a casa pondré un horario de abstinencia» Pensó el líder con decisión, incluso hasta para el mismo.

—Intenten subir —demandó.

—Ah eso vamos —respondio el tailandés.

Ambos chicos se agarran de la pared e intentan clavar la cuchilla sin éxito.

—Estamos tardando al esperarlos, casi llegamos ¿Y si cuelgan, Tae? —opinó Jaehyun.

—No tengo tanta fuerza, prácticamente estoy sosteniendo a estos dos estúpidos.

—¡Oye, más respeto! ¡Cuando no está Xiào conmigo todos me hablan como quieren! —se quejó como niño pequeño moviéndose.

—¡Claro, eres un tonto y él siempre te mima y nunca te dice nada! —respondió Ten a la defensiva. —Deja de moverte.

—¿Y si no quiero?

—¡Dejen de empujarse! —se quejó Taeyong. —Si siguen así yo... —no pudo soportar la carga de los dos menores, sus manos se resbalaron y cayó bruscamente contra ellos. Los cocodrilos parecieron gustosos por ver a sus presas cada vez más cerca.

Jaehyun casi se suelta debido a la repentina y brusca caída de su líder, pero logró sostenerse a duras penas, la cuerda tensionada lo jala hacia abajo para caer con sus compañeros.

—¿Y si usamos nuestros poderes? ¿Solo un poco...?

—No, nos descubrirán —negó Tae al menor.

—Pero ¿Moriremos? —sus ojos se llenaron de lágrimas mientras mira temeroso hacia abajo. —Yo no puedo morir así, yo... Usemos solo un poco.

—Los sacaré de aquí —interrumpio el peligris, el único que aún sigue de "pie" por decirlo así. Con decisión y la sangre circulando de forma rápida por todo su cuerpo debido a la adrenalina y un cierto miedo que no quiso aceptar, siguió. Por él, por Taeyong y por todo el equipo.

Lo bueno es que desde el accidente que tuvo la última vez que vio a su hermano mayor, decidió hacer más ejercicio. Se podría decir que está en su mejor época. En aquel momento cuando se dió cuenta que no era nada sin los poderes, no quiso sentarse haciendo nada. Debía luchar, valerse por si mismo. Además buscaba los alagos de su ahora pareja, algo que nunca llegó.

Llegar con éxito a las tuberías salvaría su pellejo y el de sus compañeros y tal vez, solo tal vez, Taeyong por fin viera sus músculos con algo más de emoción. Tiene que verse fuerte y capaz para recibir halagos de él.

Con un arduo trabajo fue clavarando las cuchillas con fuerza formando un camino, sus nudillos blancos y las venas de sus manos resaltantes. Algo que no pasó desapercibido el pelirrojo fue ver como la sangre cae de las palmas de su novio.

—Jae, te está lastimando. Déjanos subir y...

—¿Estás dudando de la fuerza de tu novio? ¿Para que me la paso en el gimnasio todo el día con Johnny? —aun en este crítico momento, cuando hay cocodrilos hambrientos saltando y buscando morder sus piernas, el peligris bromeó y esboza una pequeña sonrisa orgullosa.

—Confia más en tu novio, está como Dios manda y mejor, con esos paquetes en cada pecho...

—Es mi novio, más respeto —Taeyong frunce el ceño con molestia mirando al tailandés, se cruza de brazos indignado.

—¿Qué? Solo te estoy diciendo lo que todo el mundo ve menos tu, dale algunos halagos a tu JayJay —se ríe a lo último, mientras ve como las orejas de su líder se ponen rojas de la molestia.

—Tonto —mascullo y dejo de hablar sabiendo que sería lo mejor callar.

Jaehyun no dice nada más y sigue. Llega hasta un orificio en la pared, la cual es la tubería que llega al edificio del SORAS. Lo malo es que está más abajo de él, cerca de los últimos extranjeros.

—Tienen que balancearse para entrar —les dijo el peligris.

—Es peligroso, ¿Tienes suficiente fuerza? —Tae se preocupó.

—Claro fue si — «No». Forzando una sonrisa mira hacia abajo a los hambrientos animales, pensativo.

«Si Ten y Yangyang entran primero, estarán llevándose a Taeyong por la fuerza de la correa pero no podrá llevarme a mi» Pensó y recapacitó. Una idea descabellada hurgo su mente y sabe con exactitud que el pelirrojo no lo dejara llevarla, aún así lo hará sin decirle nada. «Cuando ellos entren a la tubería, voy a soltar mi correa y dejaré ir a Tae con ellos. Si, es lo mejor. Unas mordidas de cocodrilo no me afectaran si caigo»

—Esto es medio incómodo —asume Yangyang con su cuerpo aun pegado al tailandés.

—Todavia eres un niño.

—¡No soy un niño!

—Si, si, claro —rueda los ojos.

Ayudándose con la pared van balanceando la cuerda. El menor aterrado se agarra bien fuerte del mayor casi asfixiandolo. El rugido de los cocodrilos hambrientos no hacen más que asustarlo.

Taeyong los mira y luego a la tubería que tratan de llegar, analiza la situación y sospecha, abre los ojos por la sorpresa y abre la boca para detener a sus compañeros pero ya era tarde.

Con un último balanceo más fuerte que el anterior, ya daba a la idea de que llegará al orificio por lo que Jaehyun va aflojando su cuerda.

Ten se agarró de la punta de la entrada de la tubería y se apoyo con fuerza. Por obvia gravedad Taeyong siente como es llevado con sus compañeros. Mira hacia arriba y ve la sonrisa tranquila de su pareja.

—¡Jaehyun! —grito su nombre desgarrando sus cuerdas vocales, no solo debido al miedo y angustia si no tambien con molestia.

Su cuerpo choca contra la tubería y antes de caer es agarrado por los extranjeros y jalado hacia adentro.

Asustado se asoma y mira hacia arriba notando la debilidad del peligris. Visiblemente algo cansado por haber estado cargando a tres cuerpos colgantes y la fuerza que debe ejercer para no caer. Su corazón se rompió al ver como sus manos se llenan de sangre hasta el punto de poder ¡Ser resbaladizas!

—¡Jae, ¿Qué te dije sobre hacerte el héroe?! —exclamó con furor. —¿Ahora cómo te salvaré, tonto?

—No necesitas salvarme —contestó a la ligera. —Yo puedo llegar a donde ustedes.

Con sumo cuidado el muchacho fue clavando las cuchillas en dirección hacia abajo, descendiendo, lo malo es que su situación se ve inestable.

Tae tensa su mandíbula mientras su mente máquina pero ésta parece fundirse sin obtener alguna buena acción a realizar para ayudar a su pareja.

Jaehyun se va acercando y los talones de sus pies rozan la punta superior de la entrada.

—¡Jae, ya estás aquí! Solo falta poco, no pierdas tus fuerzas —dijo ansioso. Extiende sus manos y lo toma de los pies.

El peligris siente que casi lo está logrando, solo debe de bajar unos cuantos centímetros y así no será devorado. Pero antes de que cante victoria, sus manos resbaladizas no parecen estar de su lado. Sin querer suelta las cuchillas para caer.

—¡Jae!

Al cerrar los ojos con fuerza lo único que pudo escuchar fue el grito de pelirrojo. Casi cree caer entre los depredadores como su dulce presa, pero algo toma de sus pies quedando colgado de cabeza.

Escuchando quejidos algo lo jala y más manos se unen. Abre los ojos y lo primero que ve son los ojos cristalinos del pelirrojo, su corazón se oprime ante tal vista.

—Dame la mano —le dijo extendiendo su palma.

Jaehyun instintivamente lo toma de la mano sin siquiera pensarlo ni una vez, el mayor lo jalo y así es como el menor cayó dentro justo encima de su pareja, sonríe cuando siente el cabello ajeno hurgar su nariz, inhala profundo dejándose llevar por el aroma.

—Ya quítate —el pelirrojo quito las manos ajenas que se hayan en su cintura, algo ruborizado de la pena pero con el orgullo intacto. —Última vez que quieras darte del héroe sin mi permiso Jae —regañó.

—Si, si, claro. Siempre dices lo mismo —suelta una pequeña risa gélida y recarga sus manos en el piso, pero al instante un agudo dolor lo hace sobresaltarse.

—Vendas, ¡necesitamos vendas! —el líder con preocupación se apresura hacia la mochila del chino y saca unas vendas. —No tenemos mucho tiempo para curarte toda la herida, pero con esto debe de ser suficiente. Máximo estaremos aquí una hora, así que soportarlo, por favor.

—Esta bien, igual me han pasado cosas peores.

Tae con cuidado toma de su novio y le va vendado su mano, tiene dos cortadas algo profundas en ambas palmas, tomó el cuchillo por la parte afilada, pensó. No sabe si sentirse realmente honrado y orgulloso por tener un novio de tanta buena fe, luchador, justiciero y amable o tener mucho miedo porque sabe que es modesto, hace todo este tipo de actos sin decirle a nadie. Teme por él.

—Listo, ahora sigamos.

Debido al espacio reducido fueron gateando por las tuberías, comandando el camino Taeyong, Jaehyun con Yangyang ayudándolo un poco ya que sus manos duelen y Ten de último.

No paso mucho tiempo cuando llegaron a una rejilla.

«Tontos, nunca supieron por dónde escapamos hace años» Pensó victorioso el pelirrojo.

En su momento burlaron la seguridad del SORAS y escaparon limpiamente sin dejar ni un solo rastro. Esperaba que en esta ocasión también lograrán irse ilesos.

Meterse al SORAS es como entrar a la boca del lobo, está es la fuente de poder del mal, donde las cabezas principales crean sus estrategias para matarlos, en donde fueron torturados y maltratados. No se dió cuenta de cuanto su pasado le afectaba hasta cuando tomó las rejillas con sus manos para abrirla. Sus manos temblaron de forma notoria sin su permiso. Está ansioso, mucho más ansioso de lo que espero.

No sabe cómo sentirse con respecto a volver al lugar que fue su "hogar" durante tantos años. Aún así nadie mejor que él conoce este lugar, bueno tal vez Jaehyun, Lucas o Johnny. Pero debido a que llevan años sin venir, la memoria puede fallar menos la de Taeyong.

Tomando una gran bocanada de aire sube, aceptando todas las abversidades que llegarán a partir de ahí. Su corazón late de forma tan apresurada y arrolladora hasta el punto de ser asfixiante, recordarlo todo lo es. Volver a adentrarse a ese oscuro pasado que ha dejado atrás para seguir adelante. Sinceramente duele, duele porque desterró aquellos grandes y destructivos pensamientos de si mismo en lo más profundo de su corazón sin darse cuenta de que en realidad tal vez, nunca lo superó.

Al subir se ve en una pequeña bóveda, llena de polvo. Los demás miembros suben con él.

—¿Listos?

—Aunque no lo estemos, ya es tarde para arrepentirnos —asumio Ten.

Ellos con sigilo salen del pequeño viejo y deshabitado lugar, abren la puerta y se encuentran con un estacionamiento. Con sus rostros ocultos, evitan las cámaras de seguridad siendo unos expertos.

Son más de la media noche, nadie debería de estar en el edificio además de unos cuantos guardias de seguridad. Y algo que no pasó desapercibido el cuarteto fue ver un moderno auto estacionado. No dijeron nada y solo siguieron pero Jaehyun se quedó pegado.

Reconoció ese auto o cree hacerlo.

«¿Es de Junmyeon-hyung?» Pensó. Recuerda vagamente la última noche en que vio a aquel sujeto, cuando lo salvó al escapar por hacer trampa. Nunca le prestó atención al coche en que fue llevado pero ahora que sabe de quien se trata ese hombre y en dónde trabaja, estos detalles hacen la diferencia todo. Sin estar seguro y deshaciendo la idea de que el destino hará que se encuentren de nuevo, se niega. De tantos autos del mismo modelo y de tantos días y el horario, es prácticamente imposible que se encuentren justamente ahí.

Subiendo las escaleras de seguridad en donde saben que usualmente no ponen cámaras ahí, están más tranquilos.

—Tengo miedo —asumió Yangyang entre el mudo silencio aterrador que hace entre las oscuras escaleras. Su voz resuena como eco por más bajo que haya hablado.

—Estarás bien, con nosotros aquí no te pasará nada —dijo Jaehyun confiado, aún cuando su corazón se siente inquieto.

—Se siente raro —murmuró Ten ladeando la cabeza.

—¿Raro? ¿El qué? —preguntó el líder.

—No lo sé, mi Neo dice que no estamos solos —reveló con seriedad.

Jaehyun suspira y mira los últimos escalones. —Ya estamos llegando al quinto piso, ¿No es muy tarde que hables ahora?

—De por si es peligroso venir hasta acá, además no estaba seguro antes pero ahora sí —se detuvo unos instantes para contemplar desde abajo la puerta del quinto piso. —Creo que algo estuvo bloqueando mis poderes...

—¿De qué hablas? —Yangyang tembló.

—Yo... —antes de que pudiera terminar las palabras, sus agudos sentidos captaron algo fuera de lugar que nadie más notó. Viendo a Taeyong, Jaehyun y Yang más arriba que él, supo de inmediato el peligro que los acechaba. Sube de prisa sin pensarlo mucho. —¡Cuidado!

Justo antes de que terminara de hablar, la puerta es azotada por un fuerte viento y de ahí sale una extraño lagarto casi del tamaño de un humano. Ten se abalanza encima del animal y ambos caen rodando dentro del piso.

El trío no pudo articular palabra ante lo presenciado y solo corrió hasta adentrarse por la entrada. Ven en el suelo con una pierna arrodillada a Ten, mientras limpia con la manga de sus manos la sangre que cae de su boca, no se sabe si es de él o del reptil, sus colmillos filosos y sus ojos convirtiéndose en algo verdosos miraban hacia el enfrente, atento y preparado para atacar.

Se quedaron sin aire cuando ven enfrente suyo a más de una persona, que digo, ¡Varias!

—¿Q-Q-Quienes...? —intenta preguntar Taeyong temeroso, sintiendo el aura pesada y el peligro tocar la puerta de su destino. Inmediatamente reconoció al viejo hombre del centro, Kang Kap-soo, el temible villano que lo hizo ser quien es.

Su sonrisa bochornosa le hace querer ir y partirle todos sus malditos huesos pero se detuvo, no por el ni por su seguridad si no, por los cinco cuerpos que los rodean.

Reconoció al hombre del dragón que tanto nombran como la mano derecha y el más fiel seguidor del Sr. Kang, su aura sería y distante, poderosa y más que nada peligrosa.

Sospechaba que se encontrarían solo a ese hombre, el único que los podría nivelar en poder pero ver a cuatro figuras desconocidas y una más temible que la otra, le causó escalofríos.

Una chica mitad momia. Un rubio con sonrisa de bastardo. Un peliverde lagarto. Y un pelinegro con pintas de Drácula.

—Bienvenidos a su nuevo hogar NCT —habló con lentitud saboreando cada palabra dicha con sorna, el Sr. Kang. —Porque no pienso dejarlos ir —su voz y ojos oscurecieron notablemente en el transcurso de la última oración.

Porque cuando quiere algo, sus súbditos se lo traerán y hoy, quiere llevarse al menos al chico pelirrojo para seguir con lo que dejó a la mitad.












¿Qué pasará en la misión?
¿Cómo los miembros de NCT se enfrentarán a los súbditos del Sr. Kang?
¿Lograrán salvar a Shotaro?
¿El auto que Jaehyun vio, será de verdad de Suho?
¿En serio piensan que es normal el hecho de que Taeyong haya abrazado a Jungwoo y a nadie más?

Todo esto y mucho más en la siguiente parte 😏



Siento la tardanza😢
Tenía una idea de cómo sería la misión pero de pronto no supe plasmarla y me quede pegada. Espero que les guste✨

El siguiente capítulo lo tengo casi listo, ¿Lo quieren para hoy o para mañana? Ustedes me dicen 😏

Los escribí juntos por si quería remodelar algo de la misión y que no se vea en desacuerdo o algún choque.








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