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Cuarenta y Nueve













Llegar al sexto piso con rapidez fue lo primero que hizo aquel chiquillo de cabellera castaña. Pasando desapercibido como un ratón el cual camina por los conductos de ventilación, se asoma por cada rejilla. Subir hasta ahí no fue fácil y menos lo es buscar a un chico encerrado en alguna habitación desconocida.

Tiene miedo, nunca en su vida tomó una decisión sin pedir la opinión y permiso de Xiaojun o de alguien más, sigue siendo menor de edad, un estudiante entrometido en la isla con un novio al que mandaron a una misión.
Aunque más que miedo es inseguridad, se siente desprotegido sin Xiào o Hendery, depende de ellos.

De pronto suena unos zumbidos del auricular, se hurga lo oreja con fastidio y contesta.


—¿Qué paso? ¿Quienes llaman?

—¿Yangyang? Dime qué estás bien —sonó la preocupada voz de Jeno.


—Si, pero la situación no tanto...

Llevamos rato tratando de comunicarnos con alguno de ustedes, igual esta línea no es tan buena —habl9 y con ello ciertos recortes de voz por la mala señal, o más bien bloqueada. —Yang, te tengo un pedido antes de que se corte.

—Dime.

En el sexto piso, pasillo seis... Por favor... —la línea empezó a cortarse —Ja... Salvalo... —hasta que al final se cortó por completo dejando a un confundido chino en forma de roedor.





«¿Salvar a quien?» Se preguntó. «Pasillo seis, pasillo seis, ¿Dónde estará?»



Se gira sobre sus talones y se devuelve, sabiendo que al menos ya sobrepaso ese pasillo. Creyó estar cerca cuando escucha unas voces, se asoma en una rejilla y queda boquiabierto con lo que está presenciando.

El extraño hombre castaño con buenos sentidos apuntando a su compañero Jaehyun y este a su vez apunta al horripilante Sr. Kang. Parece una cadena sin fin y bastante peligrosa en donde un movimiento en falso y se llevará dos cabezas.

—Tengo que ayudar —murmuró perplejo.

En un momento determinado Jae bajo el arma y escucho varias palabrerías. Acepto la culpa, toda la culpa.


«¿Qué asesinato? ¿Quién es Yoonoh?»


Dándose cuenta de que el tiempo está jugando una mala pasada con la vida de su compañero, se transforma en una pequeña mosca y sale de la rejilla para acercarse lo más rápido posible al drama de telenovela, lo que no se espero fue escuchar como la pistola es preparada.

—¡No! —exclamó a la par mientras vuelve a ser un humano con pies y manos, pero había llegado tarde, solo faltaban tres simples pasos para llegar y detener el arma.


Un costado del traje del Sr. Kang se mancha de la sangre ajena y sin preocupación, saca un pañito para irlo limpiando con un toque de decepción en su rostro.

Jaehyun queda mirando un punto fijo sintiendo como un infernal dolor pasa desde su hombro derecho y se exparse por su cuerpo. Baja la vista confundido y nota que en realidad no fue disparado en la nuca, sino a un costado de él.

—¿P-Por qué...? —cuestionó bastante ido. Por alguna razón se siente débil y sus piernas flaquean.

Suho tardó en responder y cuando lo hizo bajo el arma, cambiando su endurecida expresión a una más triste. —No soy un asesino, nunca he matado a nadie, ¿Cómo puedes matar? ¿El corazón te da?

—La vida me ha obligado a eso... —lágrimas desbordan de sus ojos y aprieta sus labios mirando hacia arriba para tratar de evitar la caída de estos. No mató porque quiso, en realidad nunca fue su intención. De pequeño le ordenaban hacerlo para medir sus capacidades, un niño de once, ocho y hasta seis añitos siendo obligado a ver la sangre que salpica cuerpos ajenos, todo por su culpa. Y actualmente, por más que eviten arrebatarle la vida a ciertos agentes, las cosas de vez en cuando no se pueden evitar.


Si realmente tuviera la oportunidad de cambiar algo en su vida, cambiaría esto porque en realidad el SORAS a veces tiene razón en llamarlo asesino.


—Que aburrido y desesperante, de verdad pensé que por un momento le dispararías. Que decepción... —asumio el viejo pensativo.

—¿Decepción? —la voz de Yangyang hizo que el trío se diera cuenta de su presencia. —Te mostraré lo que es decepción, abuelo.

Y sin espera se acercó rápido y golpeó en primer lugar a Suho, el cual evitó mucho de sus ataques. Pero al menos logró dejar caer el arma.

—Yo me voy —Kang solamente giró sobre sus talones y se marchó.

—¡Realmente eres un...! —Yangyang no supo como completar la oración y la dejo al aire. O el insulto es demasiado ofensivo hasta al punto en que Xiaojun le regaña para que no lo dijera más o demasiado suave comparado con el sujeto que tiene en frente.

—Primera puerta del segundo pasillo del lado izquierdo —soltó Suho sin más, dejando sorprendido a los menores.

—¿Qué? —Yang se giró a verlo confundido.

Jaehyun solo presiono su herida con la mano y baja la vista, aún de espaldas contra el castaño.

—No lo sé, averígualo —se encoge de hombros mientras se acerca a la pistola en el suelo y la guarda en su cintura. —Los hombres del Sr. Kang se ven más peligrosos de lo que piensas, si no actúan rápido morirán.

—¿Y eso que tiene que ver contigo, ah? ¡Estuviste a punto de matar a mi compañero!

—Porque los necesito vivo para saber del paradero de mi hermano menor.

—Él murió, él lo hizo —aseguró Jaehyun algo exasperado. ¿Por qué seguía pregunta y pregunta? ¿No sé lo dijo ya?

—¿Por qué creo que me estás mintiendo estúpido Súper Humano? —contestó a la defensiva. —No sé con que fin lo haces pero basta, basta de su embrollo. —suspira abarrotado. —Los dejaré irse con la condición de que saquen a ese chiquillo, no es a juro el que descubra quien lo mató, igual me iré...

—¿Irte? —un deje sentimiento de decepción sonó de la voz del peligris.

—No voy a quedarme más en este infierno, me iré de este maldito país —dicho esto no volvió a hablar y se marchó en dirección del Sr. Kang.


«¿Se va? ¿En serio se irá? ¿Será a los Estados Unidos? ¿Ya no me buscará más?»




—Vamos, Jae. Tenemos que ir rápido —Yangyang lo tomó del brazo y halo de él.

Volviendo a la realidad, sacude sus pensamientos y dejándose llevar por el menor, camina.

De igual forma, las indicaciones de su hermano mayor son acertadas. Algo que justo en este momento cuando se están acercando al lugar se va percatando.


¿Cómo sabe el lugar donde dejan a los Super Humanos?

—Espera un segundo —se detiene por un segundo dejando a Yangyang confundido.

—¿Ahora que pasa?



«En primer lugar, ¿Qué hacía aquí arriba?»


Sin pensarlo dos veces sus piernas se mueven por inercia y corre hasta el lugar y abre la puerta rápido. Frunce el ceño al ver la reja abierta en donde se supone que tienen al Súper, aún así está ahí sentado abrazando sus piernas en una esquina temblando del miedo. Junto a él se puede vislumbrar un asqueroso líquido con feo olor.

—Vinimos a salvarte —dijo Jae una vez dentro, se acercó con una mano presionando su herida.

—Hay que irnos rápido —apresuró a decir el menor y mirando a Shotaro le sonríe. —Por cierto soy Yangyang y tengo la misma edad que tú, él es Jaehyun pero tienes que llamarlo Hyung porque es coreano.

—Solo me llamas Hyung enfrente de tu novio —retificó el peligris con cierto humor.

Yangyang solo ríe algo nervioso.

—S-Soy Shotaro... —tartamudea mientras arruga su nariz, se seca las lágrimas del rostro y se va levantando con temblor y con algo de inestabilidad.

El chino se apresura a ayudar a levantar el japonés mientras Jaehyun se acerca al líquido. —¿Vomitaste?

—S-Si, pero...

—Entendido —simplemente contestó no dejándolo terminar de hablar ya que supo de inmediato el contenido de lo que ingirió el menor, por suerte lo vómito, pensó. —Vámonos.

Con el peligris comandando el camino, detrás se haya Yang abrazando al cohibido japonés demasiado pálido para ser normal. Más bien, todo gritaba "diferente" a simple vista. ¿Un asiático albino? ¿Es acaso posible? Sin duda alguna Mark se vivirá haciendo nuevas teorías y pruebas con esta hazaña genética.

—Tranquilo, este Hyung es muy poderoso y esa herida que tiene no le hace el más mínimo daño —trato de consolar el chino esbozando una tranquilizadora sonrisa, más confiado por estar rodeado con su especie.

—Soy un Super Humano, no un ser inmortal —argumentó el mayor al menor.

—Shh... no lo asustes, estoy tratando de tranquilizarlo.

Jaehyun negó y siguió vigilando. La herida le duele de forma infernal y sabiendo que a pesar de no morir con un pequeño hoyo hecho por una bala lo hará si sigue dejando que se desangre. Rompe un pedazo de tela de su camisa e incómodamente venda su hombro.


«¿En serio pensé morir en un momento? ¿Tan egoísta fui por un momento?» Pensamiento así inundan la cabeza del mayor algo arrepentido.


—Y-Yo... —habóo Shotaro un poco tímido, deteniendo su caminar cuando nota como sus salvadores de dirigen hacia las escaleras.

—¿Qué sucede? —preguntó suave el mayor.

—P-Puede ser peligroso bajar por ahí, conozco un lugar... —asume jugando nerviosamente con sus dedos.

—¿Un lugar? ¿Dónde?

Shotaro no responde y mirando hacia adelante pasa de largo las escaleras de emergencia. Jaehyun y Yangyang algo confundidos lo siguen. Doblan por dos pasillos hasta que el menor se detiene enfrente de una pared y algo inseguro extiende la palma de su mano en la misma.

—¿Qué estás...? —el castaño no pudo terminar de articular la pregunta cuando una puerta secreta se abre dejándolo asombrado. —¡Wow, ¿Qué es esto?!

—¿Cómo lo encontraste? —cuestiona Jae desconfiado.

—Entren primero —el peliblanco miró a los lados con miedo y empujo con suavidad al dúo. Cuando entraron dicha puerta se cerró en su plenitud como si nunca hubiera sido abierta.

—¿Ahora nos dirás?

—U-Un Hyung amable me estuvo a-ayudando —balbuceo tímido moviendo su cuerpo como un niño. Esboza una sonrisa que enternece el corazón de los chicos, parece emocionado cual crío balanceando su cuerpo hacia adelante y hacia atrás desde el talón y los dedos de sus pies sucesivamente. —É-Él me dijo que confiara en las personas que vendrían a salvarme.

—¿Un Hyung amable? ¿El fue el que dejó la reja abierta y te hizo vomitar? —una vez preguntó recibe un asentimiento tierno de parte del menor. Más preguntas inundan su cabeza, no tanto por el "¿Quién lo hizo?" Ya que es más que obvio de quién es el personaje de todo sino el "¿Por qué lo hizo?"






«No me mató cuando pudo.
Tampoco nos dificultó la tarea, más bien nos está ayudando.

¿Qué es todo esto? ¿Por qué es tan contradictorio todo?»





—¿A dónde iremos de aquí? —preguntó Yangyang.

—Vamos al auto, los dejaré ahí y luego subiré con nuestros compañeros para ayudarlos —respondió. Luego mira el largo pasillo de enfrente, el cual parece profundo y confuso. —El único problema es encontrar la salida.



























Jungwoo estaba subiendo las escaleras temeroso, pero en un momento determinado se detuvo en el cuarto piso al escuchar dos puertas más arriba a alguien saliendo y bajando las escaleras. Con temor, se adentra a los pasillos de la planta y se esconde no queriendo ser visto.

Escucha a alguien tomando unos papeles a unas oficinas de distancia y luego como ese ser parece bajar las escaleras. Alguien se está yendo del edificio, una persona desconocida de la que no sabe si es bueno o malo.

Aún así más aliviado sale de su escondite y cuando quiere volver a las escaleras de emergencia ahora escucha unos pasos resonando como eco, poniendo sus pelos de punta.

Se abraza a si mismo mientras gira su rostro a múltiples direcciones ansioso. Hasta que siente como alguien toca su hombro por detrás, se sobresalta en su sitio y se gira alejándose de la persona.

Su ceño se frunció y su boca queda seca. Ese señor se le hace horriblemente familiar, hasta el punto de causarle escalofríos en su espina dorsal. Su maliciosa sonrisa, sus ojos brillantes como si hubiera encontrado el más valioso tesoro del mundo, ambas manos toman el bastón de enfrente recargandose en el. Su limpio y pulcro traje demuestra claramente su clase.

—¿Sr... —tiene miedo de completar la pregunta, de que de verdad ese sujeto sea el causante de absolutamente todos sus problemas y el sufrimiento de sus compañeros. ¿Cómo alguien como el está parado tranquilamente y sonriendo mientras más de una docena de personas están al posible borde de la muerte? —Kang...?

—¡Si, ese mismo! —exclamó alegre soltando una risa que solo da mala vibra. —Han pasado muchos años desde que nos vimos, me sorprende que te acuerdes de mí. Ven aquí, pequeño —intento acercarse y abrazar al menor pero este retrocedió.

—No creo que tengamos esta clase de confianza —se negó con múltiples emociones agobiando su corazón. Desde el miedo hasta el odio clandestino que posee hacia ese hombre. Nunca pensó tener tanta rabia de alguien que prácticamente no conoce y todo lo que sabe es a base de cuentos de los demás. Pero de lo que está seguro es que su madre escapaba de ese ser, su madre sufrió mucho por culpa de aquel hombre que le sonríe falsamente, de aquel que trato de hacerle algo a su cuerpo de pequeño y del dueño de todas las desgracias. —¿Dónde está mi madre? —cuestionó con seriedad mirando fijamente al sujeto de enfrente sin flaquear.

Si fuese el Jungwoo de hace seis meses cuando recién se llevaron a su madre, tendría tanto miedo que ni podría articular palabra, lloraría y pediría a gritos que alguien lo salvará de ese enfermo. Pero no, ahora es el Jungwoo que minutos atrás por fin venció una ronda su Neo, el que creció mentalmente por los conocimientos de Taeyong y físicamente por las pequeñas clases particulares de Johnny. No va a temerle a un hombre con bastón, por alguna razón sabe que él no es el que debe de dar más miedo, si no las personas que hacen todo el trabajo sucio. Es solo la cabeza de todo el mal.


—¿En serio no le vas a dar ni un abrazo a tu tío? Wow, que seco —dice con falsa indignación.

—¿Es tu hermana menor? —preguntó curioso. Escuchar la palabra "Tío" no le sorprendido tanto, ya lo ha escuchado en sus sueños, nunca le dijo nada a sus compañeros porque todo ha sido muy vago quería verificar y ahora que sabe que comparte la sangre con aquel horripilante clase de ser humano, su estómago se revolvió.

El Sr. Kang oscurece su mirada durante  varios segundos diciendo. —Ni a mi hermano menor le tuve piedad, ¿Debería dársela a su mujer que no comparte mi sangre? —se encoge de hombros obvio.

Jungwoo no sabe cómo sentirse exactamente ante la leve mención de su padre. Es extraño, siente algo raro en su interior.

—¿Qué le hiciste a mis padres? ¿Qué... me hiciste a mi? —se señaló aturdido tratando de cobrar la compostura.

Kap-soo suelta una ruidosa carcajada que resuena como eco por los silenciosos vacíos, no hay nadie más que ellos en ese cuarto piso. Ríe tanto hasta el punto de tener que secar las gotas de lágrimas que cayeron de sus ojos. Una vez más tranquilo mira con humor al chico de enfrente, el cual tiene los ojos temblorosos y cristalinos, se ve el miedo y la pizca de esperanza que el mayor ansió por destruir.

—¿Por qué preguntas por los muertos? ¿No es mejor que preguntes por los vivos? —dijo suavemente, saboreando cada palabra salida con maldad de su boca.





"¿Por qué preguntas por los muertos?"



Una oración que terminó rompiendo por completo el mundo del pelirubio. Sus ojos clavados en el Sr. Kang pero sin siquiera verlo, ya que se haya perdido en su propio mundo. En un estado chocante en donde no sabe distinguir si es un sueño o una realidad.


«¿Mi mamá murió?» Se preguntó una y otra vez tratando de entender aquella inflables palabras.


Sabía lo crueles que podía llegar a ser el SORAS pero nunca pensó que matarían a una persona, un ser humano normal solo por mera maldad y gusto. Nunca pensó que de un momento a otro se la arrebatarían y con esperanza creyó que simplemente estaba perdida, creyó tontamente que de verdad estaría viva. ¿Qué ganarían esos hombres matándola? ¿Qué ganarían con hacerlo sufrir y arrebatarle lo único que tuvo durante casi 22 años de su vida?

No puede pensar con claridad, nisiquiera se dió cuenta cuando empezó a llorar, solo sabe que de un momento a otro sus mejillas se mojaron y como las gotas se deslizan hasta su barbilla para caer.

Doloroso y cruel. Así es el mundo.


—M-Mi m-mamá... —sollozó con dolor mirando al hombre de enfrente, buscando piedad en esos ojos, alguna negación.

—¿Tengo que explicártelo con manzanas y peras para que entiendas? —cuestionó con algo de fastidio, sin importarle en lo más mínimo ver como aquel joven chico se desmorona por completo justo enfrente de sus ojos.

Jungwoo tiene que apoyarse de la pared porque siente que en cualquier momento caerá, sus piernas flaquean y su cuerpo tiembla. No cree poder soportar el miserable hoyo que se abre en su corazón, es tan profundo que duele.

Su madre, la que no solamente lo amamantó de pequeño y lo protegió de todo el mal del mundo. Sino también su única compañía durante 22 años de su vida, fue no solamente su mamá, también su papá, su prima, su amiga, su maestra, su abuela y su confidente hasta el final. La primera persona que lo salvó, la primera persona que se encargo de darle un techo y comida, la primera que se preocupo en tratar de darle una vida.

Llora por el hecho de saber que no la volverá a ver, que no podrá fundirse en sus brazos en un cálido abrazo, que no volverá a escuchar sus regaños de niño cuando dejaba las verduras verdes a lo último o rompía un juguete, no podrá esperarla horas en casa hasta que vuelva cansada de su trabajo pero a pesar de todo y lo pegostoso que se pone siempre esboza una sonrisa por más cansada, dolida o triste que este.

De un abrir y cerrar de ojos creció y se dió la oportunidad de ver las arrugas que empezaron a formarse en su delicado rostro femenino. Sus ojos cansados por toda la vida pero aún así luchando por él, todo es por él.




«Es mi culpa, todo lo es. Murió por mi culpa»



Pasa sus manos en su rostro lleno de frustración. Es un dolor tan arrollador que las lágrimas no es lo suficiente como para calmarlo.


El Sr. Kang se rasca por detrás de su oreja y carraspea. —Si te hace sentir mejor, ella murió solo hace unos días —dice tranquilamente. —Antes de matarla, le dije que su querido hijo estaba bien y que no se preocupara porque lo encontraré en estos días para volverlo a su hogar. Este es tu hogar así que... —mientras fue diciendo la última oración se acercó al pelirubio y trato de tomarle el hombro pero en cambio recibe un fuerte manotazo.

—T-Tú... La mataste... —afirmo en un susurró, dirige una oscura mirada al hombre de enfrente. —Tú lo hiciste, ¡Tu me la arrebataste!

—Eso es, siente el odio y repudio, ódiame todo lo que quieras pero no podrás cambiar los hechos, lo único que puedes hacer es sacar ese lado oscuro y demostrarme de lo que estas hecho —dijo sin preocupación sino más bien emoción.

—T-Tú no tienes s-sentimientos, no los tienes —murmuró casi al borde de la locura. Se jala de los cabellos sintiendo como algo en su interior, algo que pudo vencer momentos atrás está haciendo aparición absorbiendo la poca cordura que le queda.



«Este es mi cuerpo, este es mi cuerpo, es mi cuerpo...»


—¡Dejame! ¡Déjame en paz! —grito al aire volviéndose loco enfrente de un hombre el cual lo mira con admiración. Intenta dar unos pasos y alejarse pero sus pies le pesan tanto que cae bruscamente contra el suelo. Pasa sus manos por su cuello con ansiedad no pudiendo respirar.





»¿No quieres ver al hombre que mató a tu familia retorciéndose del dolor?


¿Qué llore y suplique tu piedad?

Como Rey no debes dejar que inferiores se atrevan a hacer algo en tu contra, déjame demostrarle quién es el verdadero ser del mal«









Jungwoo hasta los últimos suspiros se negó, negó rotundamente todo clase de maldad en su cuerpo. Intentó luchar hasta sus últimos momentos de cordura, cerrando los ojos a fuerza de voluntad y sumergiéndose en una oscuridad que no quiere.





«No, no quiero»


»Muy tarde«






—Woah, esto se pondrá bueno —aplaudió Kap-soo con emoción y chasquea los dedos con relajo. No le tiene miedo a esa clase de bestia, no cuando creo a más seres de maldad que llegan a ser peores que aquel ser amarillo de enfrente.



Solo pasaron dos segundos cuando gran parte del techo por detrás de sus cabezas se cae destruyendo el piso de arriba. El viejo se limpia el polvo de sus hombros y se gira dando pase a sus súbditos.


De arriba cayeron todos los hombres que estaban luchando, algunos lo hicieron de pie y otros perdieron el equilibrio. Enfrente de todos se haya Ravi, el cual escucho el llamado de su líder y sin perder ni un segundo golpeo con su puño el piso derrumbándolo todo.

Se levantó palmeando sus manos mirando hacia el frente, directamente a la amenaza.


—¿Qué... Qué fue todo esto? —quito una roca de encima suyo Johnny confundido.

—No lo sé... —respondió Hendery a su lado quitándose el polvo.


—¿Ravi se puede saber porqué lo hiciste? ¡Toda mi ropa se ensucio! —exclamó V horrorizado.


Seonghwa levanta su bastón y apunta hacia el frente. —Nuestro Rey ha hecho su aparición —solt9 con simpleza.

Todos se giraron por inercia, unos más confundidos y otros aterrados por la singular apariencia del pelirubio.


—Woo... —murmuró Lucas con miedo.


Ese no parecía ser Jungwoo y menos se parecía a la última transformación que tuvo. Hay algo extraño, se ve diferente a la última vez que se dejó ver.

Sus iris amarillos y los vasos sanguíneos de los ojos rojos. Su piel pálida amarillenta. Una garras casi del mismo color de su cabello rubio, puntiagudas. Unas dolorosas venas carmesí se hacen camino subiendo desde adentro de su camisa hasta los ojos. Y su cabello, tirando a una melena de un poderoso color anaranjado.

Jungwoo truena los huesos de su cuello y pasa una mirada hacia todos los presentes. —¿Qué? ¿No van a inclinarse ante su rey?

Los de NCT rápidamente lo hacen, saliendo inconsciente de parte de ellos. Xiaojun es el más temeroso sintiendo su Cisne completa sumisión y Ten arregadientes hace una reverencia con su cabeza, su serpiente flaqueo un poco dándose cuenta de la poderosa aura que emana esta vez.

Mina se quedó quieta, Kai vaciló un poco y es rápidamente detenido por Song a su lado antes de que haga una inconsciente reverencia. Ravi ni se inmuta mientras V es el único que lo hace.


—¿¡Qué haces!? ¡No debes! —exclamó Kai. —¡Es nuestro enemigo!

—Lo dice el que casi hace lo mismo —retificó Song con molestia.

—Bueno...

—¿No dijeron que el Rey se unirá a nuestro bando? —preguntó V con confusión. Se vuelve a parar derecho y se rasca sus cabellos dándose cuenta de que había hecho mal.

—Estamos en negociaciones —intervino el Sr. Kang dirigiéndose hacia sus súbditos. —¿Verdad, mi Rey?

—¿Negociaciones? ¿Alguien como tú acaso es digno? —preguntó Woo con una voz un poco más grave de la usual que tiene, barre con la mirada al viejo y al Dragón.

—¿Dominar el mundo? ¿No crees que es algo bueno? Matar todo lo que quieras y causar terror.


—Mm... Podría ser una buena idea —pone una mano en su barbilla y cruza la otra pensativo.


—¡No! —exclamó Lucas interfiriendo. Intenta dar un paso al frente pero recibe miradas de amenaza que lo hacen detenerse si es que de verdad quiere preservar su vida. Su cabellos desordenados, su ropa llena de polvo, unas cuantas heridas y cortes alrededor de su cuerpo incluyendo en la mejilla derecha y su labio inferior, los cuales limpia la sangre pasando la tela que sobra de sus mangas.



—Woo, tu no eres así —dijo Taeyong con mirada temerosa.


—Pero yo no soy Woo —contestó el pelirubio haciendo un gesto de pena falsa. El Sr. Kang sonríe gustoso pensando que de verdad por un momento hizo ceder al ser más poderoso de la tierra, claro, canto victoria antes de tiempo. —Aun así, no voy a rebajarme lo suficiente como para unirme al ser que osó tocar un solo pelo mío —la sonrisa del mayor se esfumó mostrando una expresión de desagrado. —A los enemigos los hago pagar y bien caro.

—¿Con qué vas con esas, no? Veo que no te apetece probar ni un pedazo de carne humana.

Jungwoo dió pasos lentos hacia el viejo y pasa apetitosamente la lengua por su labio inferior, humedeciéndolo. —Ahora que estoy aquí, no me apetece probar simple carne humana, frente a mis ojos hay una presa bastante singular.


Sin espera el menor corre para intentar abalanzarse contra el mayor, pero la mano derecha más confiable de Kang se apresuró y salto encima del pelirubio. Ambos cayeron rodando contra el piso, separándose en algún momento.

Se levantaron con rapidez y llenos de rabia y cierto deseo por destrucción corren hacia el otro empezando una poderosa lucha digan de ver.

—¿¡Cómo te atreves alzarte ante tu Rey!? ¡Mereces la muerte absoluta! —exclamó lleno de odio Woo una vez fue empujado contra la pared. Se recompuso rápido y corre intentando atacar pero el Dragón es más ágil de lo que esperaba.

Numerosos golpes le son llegados hacia su persona hasta que cae al piso.


—¡No puedo dejar que le hagan esto! —Lucas corre e intento meterse en dicha pelea pero el enemigo con complejo de lagarto se lo impide.


Otra pelea inicio con los chicos tratando de ir a auxiliar al pelirubio. En serio creyeron que podría, pero por más poderoso que se haga ver ante el Dragón a pesar de darle numerosos golpes no se comparaba a lo que recibía.

—No sabía que sus habilidades serían tan inferiores —indicó el Sr. Kang con sorna.

—¿Inferiores? ¡Puff! —Jungwoo se levantó indignado. —Esto es culpa de la maldita droga, sin ella ya verán como soy capaz de...


—Mientes —esboza una sonrisa maliciosa haciendo que el pelirubio lo mire en seco junto a todos los demás, que detuvieron la pelea en algún momento pero aún siguen con las aguas tensas.

—Miente, ni un carajo —exclamó Lucas defendiendo al rubio, dejándolo un poco desconcertado. —Tú no sabes nada de lo poderoso que es, anciano.

—¿Por qué no les dices, eh? —inquirio Kap-soo con burla.

—¿Qué? ¿Hay algo que revelar? Adoro los chismes —dijo algo intrigado V arreglando el cabello por detrás de su oreja.

—Vi la grabación de tu anterior demostración, no se compara en nada con esta vez, realmente me decepcionaste. Pensé que vería algo más —solto con veneno, haciendo que la sangre del menor hierva de la rabia y más aún porque sabe que tiene razón. Está vez no es tan poderoso que antes y se debe a una razón específica que conoce.

—Maldito... —susurro con fiereza y corre hacia el pero nuevamente Ravi interviene.

Está vez lucha con más fuerza e intenta hacerlo solo, pero mientras más golpes recibe más se da cuenta de que esto puede acabar mal para él, todo por culpa del chiquillo que está dentro de su interior fastidiandolo con querer volver. En un momento de su batalla Lucas logra zafarse de los demás con ayuda de sus compañeros y se acercó sin pensar para ayudarlo.

En un momento determinado construye un escudo de raíces protegiendo al mayor de un ataque del hombre de dragón.

Jungwoo quiso abrir la boca para demostrar su molestia y lo innecesario de aquel acto del menor, pero el escudo es destruido y Ravi con los puños llenos de una energía oscura intento golpearlo. Lo esquiva de suerte echándose a un lado.

Ahora parecen el gato y el ratón, con un moreno interviniendo a veces recibiendo uno que otro empujón del rubio.



—Aun así eres algo bueno —asumió Ravi frotando sus nudillos, el contrario iba a responder pero el enemigo levantó sus puños al aire y golpea fuertemente el piso.

Se forma un camino de grietas hacia nuestros protagonistas, los cuales no pudieron salir de ahí antes de que el piso se abriera dejando sus pies al aire y una caída irrefutable.

Lucas no perdió ni un segundo y antes de que todo se desbordara, tomó la muñeca del pálido y abrazo el delgado cuerpo contra si protegiéndolo de todo, del polvo y del duro piso que chocó contra su espalda.

El rostro del Neo queda justo encima del fornido pecho del moreno, escuchando como el órgano muscular bombea. Se aturde por la cercanía de sus cuerpos, sintiendo el calor que emana el contrario. Su rostro se calienta y su corazón late de forma apresurada con un extraño nudo en el estómago. Aunque esas, claramente no son sus emociones, si no de Jungwoo, pero aún así siente que estás lo atontan un poco.

Cuando un Super Humano tiene un Neo, estos son uno, casi el mismo ser no importa si es maligno o no. Sus sentimientos se mezclan y por ende las emociones también. Jungwoo está enamorado de Lucas y su Neo, ciertamente no puede negarlo.



—Tonto... —murmuró con rabia, levantándose de encima del menor. Mirando hacia arriba se encuentra con la oscura mirada del Dragón. —¿Compartes el mismo odio hacia el? —le preguntó a su compañero de al lado.


Lucas mira la dirección donde ve el menor, encontrándose con Ravi bajando de un salto hacia su piso, quedando justo enfrente a cinco metros.

—Probablemente...

«Si no puedo usar mi poder, haré que otro lo usé por mi» Con aquel pensamiento rápidamente toma la mano de Lucas sorprendiéndolo y como batería le recarga al cien por ciento en solo segundos.

Lucas siente como una extraña energía se adentra a su ADN, exparciéndose por cada minúscula célula de su organismo. Todo en él se siente más renovado, más fuerte. Tanto así que teme, por un momento echarlo a perder todo por el choque y descontrol que tiene su cuerpo.

—Destruyelo por mi —le dijo suavemente como un murmuró en su oído, erizando los bellos de su cuello. No lo pensó mucho, cuando acato la orden de su amado.




























¿Qué está pasando con el Neo de Woo?
¿Por qué no puede usar sus poderes al 100%?
¿Cómo lograrán salirse de esta?
¿Por qué creen que Suho los ayuda y no le disparó a Jaehyun?
¿Tienen alguna idea del animal de Woo?
¿Se creyeron la casi muerte de Jaehyun?















¿Saben algo mis cochituras? 🥺
No falta mucho para que esta historia termine, cada vez nos acercamos al final y con ello habrán muchas situaciones, revelaciones y más acción. Faltan unos 15 capitulos o hasta menos😢













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