La polizón
Superhéroes vs Magical Girls
Capítulo 3: La polizona
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Haciendo un vaho sobre la fría superficie del vidrio, pudo empañar la ventana; acto seguido, la fina yema de un dedo índice, dibujó una calavera.
―Así como este dibujo está destinado a desaparecer, así también nosotras nos iremos como lágrimas ante el calor de un nuevo sol que nunca contemplaremos. Es trágico, pero poético; pobres de nosotras las mujeres, criaturas tan patéticas, destinadas al olvido.
―Lo que tú digas, Sweet Dark ―dijo con tono aburrido Net Pretty Angel, quien no sacaba su nariz de un libro muy grueso, el contenido la cautivaba.
―¿Qué quieres decir con eso? ―le contestó la magical girl de tipo gotic lolita. Su ceño fruncido no le restó belleza a ese rostro que parecía esculpido por un artista inspirado.
―Nada, nada. Net Pretty Angel no quiso decir nada, ¿verdad? ―dijo Lovely Canvas, tratando de calmar los ánimos. Con Sweet Dark, una tenía que tener cuidado al hablar.
―No necesito que hables por mí, Lovely Canvas.
―Ara, ara, por favor, no peleen ―dijo Lovely Canvas, cerrando los ojos y forzando una sonrisa, al mismo tiempo que levantaba las manos para indicarles a sus compañeras que no iniciaran una discusión.
―No te metas, Lovely Canvas ―le dijo Pincel, su gato mágico―. Mejor si pintas algo, fíjate en el paisaje que hay afuera.
―¡Es una buena idea! Amigas, ¿qué tal si ven como Pincel retrata el paisaje? ¿Quieren unas lindas flores?
―¡Oye! Eso no es lo que quería ―dijo Pincel, llevando su cola multicolor alrededor de su cuerpo en una clara muestra que no quería pintar nada para distraer a Sweet Dark y Net Pretty Angel.
―Por favor, con tu cola mágica puedes pintar unas lindas flores y sacaremos estás del lienzo para dárselas a las chicas.
―Mejor hazlo tú, después de todo, todos los dibujos que hago, solo se materializan por poco tiempo a diferencia de los que haces.
―Es que, estoy mirando otro tipo de arte.
―Pervertida ―le riñó Wire, el gato mágico de Net Pretty Angel.
―Oye, Wire, no le alces la voz a mi humana, eso solo puedo hacerlo yo. Además, ¿no es Net Pretty Angel, quien tiene metidas las narices en ese manga yaoi disfrazado de libro de historia? ― hizo notar Pincel.
―No me recuerdes la perversión sin fin de mi humana pervertida. Que desgracia tener una humana cochina que le gusten esas cosas sucias.
―Oye, oye ―le dijo con un tono de advertencia Net Pretty Angel sacando la vista del manga, pero Wire ni se dio por enterado o solo la ignoró de manera olímpica. Encrespó ese pelaje que más pareció estar hecho de electricidad. El gato de Net Pretty Angel era conocido por ser muy estricto contra los mangas yaoi y por tanto siempre se ponía enojón cuando su humana leía ese tipo de cosas, asunto que se repetía mucho. Net Pretty Angel era una otaku de ese tipo de material artístico como dijo Lovely Canvas.
―Oh, sí. Flores que se desvanecerán pronto como la nieve al comenzar el cruel calor de la primavera. Destino hermoso por ser tan breve la existencia ―dijo Sweet Dark juntando sus manos como oración y con los ojos brillantes de recibir las flores de parte de Pincel.
―Oye, Sweet Dark, ¿también estropeas la sana diversión de los demás cuando tratan de leer sus mangas yaoi en la vida real, cuando dejas de ser una magical girl? Durante todo el trayecto has estado recitando mala poesía gótica.
―Que vulgar. Wire, tu gato, tiene razón, esa cosa del yaoi no es un arte, es una perversión, si mi gato Dark, estuviera con vida, seguro opinaría lo mismo que Wire... ¡Todo el yaoi debería desaparecer y las pervertidas que lo leen, ser quemadas en la hoguera como las brujas que son! ―exclamó levantando ambos brazos al firmamento.
«Moo, desde que Dark murió en la guerra, Sweet Dark se radicalizó con varias cosas», pensó Lovely Canvas, quien mantuvo ese gesto de sonrisa con los ojos cerrados.
―¡Woa, no saques tus llamas, Sweet Dark! ―exclamó una niña de pequeña estatura de unos doce años, quien estaba en ese momento de civil.
―Tranquila, Gorgeous Amazon, no iba a quemarla, tal vez congelarla un poco.
―¡¿Qué dijiste?! ―gritó Net Pretty Angel. Su interlocutora incrementó las llamas azules que salían de un palmo arriba de sus manos, llamas que podían quemar o congelar, según el deseo de la gotic lolita.
―Ara, ara, ara, ara, ara ―decía Lovely Canvas.
―Y pensar que ustedes son las mayores aquí ―dijo ceñuda Gorgeous Amazon y con razón. Sweet Dark, Neet pretty Angel y Lovely Canvas, tenían quince, catorce y trece años.
―¡Tengo hambre! ―exclamó de pronto Manager, el gato mágico (y muy gordo) de Gorgeous Amazon.
―¡Es cierto! Si comen, seguro van a madurar, que lo necesitan un montón. Van a ser mujeres adultas y responsables como yo ―dijo la niña de doce años y luego de una secuencia multicolor cuya coreografía no mostraba desnudez alguna, pero sí siluetas carentes de vestimenta, se materializó lo que pareció ser una mujerona en sus medianos cuarenta años, con curvas muy generosas: Gorgeous Amazon.
Por el atuendo de la mujer se podía decir que era una luchadora de estilo libre en un ring, muy apropiado, después de todo, en la vida real, la pequeña niña era una fanática de la lucha libre mexicana y de Norteamérica. Gorgeous Amazon, parecía muy satisfecha consigo misma.
Net Pretty Angel y Lovely Canvas, la miraron un par de segundos y luego se rieron con ganas.
―Sí, como no. Tú, una mujer adulta ―le decían las dos y se carcajearon más al ver como la mujer cuarentona hacía un puchero de niña pequeña, cosa que era en realidad.
―Oh, desgraciado destino, tengo que compartir lugar con otakus pervertidas o miscelánea extranjera.
―Ara, ara, ara ―decía Lovely Canvas, tratando de apaciguar los ánimos pues esta vez Gorgeous Amazon se sumó a la intentona de hacer pelea―. Y dime, Sweet Dark, ¿por qué no tomamos un avión como las demás chicas?
―¿Que puedes ser más elegante que tomar el expreso siberiano hasta Vladivostok? Una vez allí, iremos en un barco hasta Japón.
―¡Nos va a tomar mucho tiempo! ―gritaron sus tres compañeras, cuyo justo reclamo pudo oírse a las afueras del tren, pero aquel fue acallado de inmediato por el estridente silbato del transiberiano.
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En una dirección opuesta y no sobre rieles, sino surcando los cielos en un avión supersónico para ricos, un grupo de superhéroes disfrutaba de las bebidas coloridas del bar.
―Euophrys omnisuperstes. Clase: arachnida; orden: araneae; suborden: araneomorphae; familia: salticidae... Oigan, creo que encontré un nuevo record para esta especie de araña, chicos, esto es increíble ―balbuceó Entomólogo, un superhéroe de treinta y dos años, nacido en Norteamérica y cuya pasión por no decir obsesión, era el estudio de los insectos. Algo muy propio para un superhéroe cuyo poder consistía en controlar cualquier tipo de insecto.
―¿Qué dices? ―preguntó Hechicero, cuyas vestimentas hacían juego con su nombre, claro que la bebida con sombrilla arruinaba el efecto de majestuosidad del hombre de cincuenta y tres años.
―Es increíble. Amiguito, ¿cómo llegaste hasta aquí?
―Decías cosas muy interesantes respecto a esa araña.
―Sí, la llaman omnisuperstes, que quiere decir...
―"La que vive por encima de todo". Una araña que vive en el Everest, el insecto que habita a más altura del planeta.
―¿Cómo sabes...?
―No me llaman Hechicero por nada, mi joven amigo.
―Hum, no soy tan joven, ya tengo treinta y dos. Y volviendo al tema, ¿averiguaste acerca de nuestra amiguita con tus poderes mágicos?
―No, solo que me gusta leer respecto a mi patria de origen, me nacionalicé como americano antes de que nacieras, así que discúlpame, pero voy a seguir refiriéndome a ti como si fueras un jovencito imberbe.
―Pues tú discúlpame que te corrija, mi viejo amigo, omnisuperstes quiere decir: "estando por encima de todo" y nuestra pequeña polizóna no es un insecto, pertenece al reino animalia.
―¿En serio? Que vergonzoso considerando que cometí un error en la traducción del latín, el lenguaje de los hechiceros.
―Será la edad, ¿no?
―Muy gracioso, Entomólogo ―se unió a la conversación Colorido, celebrando la gracia de Entomólogo. Hechicero, también celebró el chiste de su amigo, agarrando el vaso que hasta hace poco levitaba a la altura de su hombro y tomando un sorbo de la bebida hawaiana.
―Touché ―dijo Hechicero, levantando el vaso un poco más para dar la bienvenida a la charla al hombre de treinta años.
―No entiendo como esta belleza sin par está en este avión ―dijo Entomólogo, quien examinó al insecto con la mirada propia de un científico apasionado.
―Será mi culpa, estuve meditando en el Everest antes de venir a Estambul. Como ven, mi traje tiene muchos pliegues, nuestra querida polizona seguro encontró refugio en todo este tiempo.
―¿En serio vive esta cosa en el Everest?
―Así es, Colorido. Su dieta no es numerosa, vive de alimentarse de criaturas diminutas que viven a menor altura y que son traídas por el viento ―le informó Entomólogo.
―Una solitaria existencia.
―Pero segura, allá en las alturas, no tiene depredador o competencia alguna.
―Colorido tiene razón, es una solitaria existencia. Y hablando de eso, ¿Cómo vas, joven amigo, con tu esposa?
―Ex esposa, y no muy bien, tengo miedo de que el juez le dé la custodia de mis hijas.
―Eso es duro, amigo, dime, ¿qué edad tienen las gemelas?
―Ocho ya, me perdí su cumpleaños.
―Tu esposa te prohibió...
―No, yo me olvidé, yo estaba estudiando a mis insectos ―dijo y un gesto de vergüenza se reveló en su sufrido rostro.
―Ocho años, ¿no es ese el tiempo que has estado lamentándote como un cachorrito cada vez que Fantástica se aleja?
―¡Chist! ¡Cállate, que Fantástica te va a oír!
―Ay, muchacho, ten más pe..., valor. Iba a decir valor.
―Hola chicos, ¿me llamaban? ―dijo una mujer de respetable altura y cuya musculatura era atlética; su sonrisa, sin embargo, era lo que quitaba el aliento.
―¡No! Digo, yo, bueno, sí que te llamábamos, pero no, no hablábamos a tus espaldas ni nada por el estilo.
―Hablábamos acerca del divorcio de Entomólogo y como su esposa está a punto de quitarle la custodia de sus hijas. Queríamos saber tu opinión, respecto a si es justo que solo por ser mujer su esposa se va quedar con las gemelas y prohibirle a Entomólogo verlas ―intervino Hechicero, en ayuda de Colorido quien empezó a balbucear como lo haría un jovencito inocente ante las lides del amor.
―Cuanto lo siento, espero que tu esposa y tú concilien ante el juzgado familiar ―dijo con un tono de verdadera preocupación para luego endurecer no la voz, sino la mirada―. Hechicero, te aseguro que las mujeres no reciben actitudes paternalistas por parte de ningún juez. La ley dice muy claro que...
―¡La hija de puta me está desangrando! ¡¿Cómo voy a realizar mis expediciones si tengo que darle todo lo que poseo?!
―Por favor ―dijo Fantástica esta vez endureciendo el tono de su voz―, no te está desangrando ni te está quitando todo. Como el conyugue que más gana, es tu obligación mantener a tu ex para gastos relacionados a tus hijas. Eso solo va a cambiar si tu esposa empieza a ganar más que tú.
―Cosa que veo muy difícil, con los pingues sueldos con los que nos peinamos las barbas, por cierto, Fantástica, cincuenta por ciento de manutención, sí es una sangría y estas se hacen con sanguijuelas ―dijo Hechicero.
―¡Hombres! A ti te excuso porque ya eres un ancianito, eres un terco y estrecho de mente para varias cosas. Otra cosa es Señor Sombrío que se crio en Norteamérica y no es tan mayor, ese es otro terco.
―No soy ningún terco, mi niña, solo odio todo lo maligno, en especial el mal relacionado con lo sobrenatural, no es de extrañar, soy un mago. En cuanto a Señor Sombrío, pues él está cortado con mi mismo patrón, claro que él se dedica más a aborrecer el mal común y corriente de los hombres... y las mujeres, tengo que agregar esto último, no sea que digas que soy un misógino.
―Tranquilo, puedes decir hombres y punto, se sobreentiende que te refieres a todos ―dijo.
―¿Cómo está tu hija? ―preguntó Colorido, tratando de cambiar el tema de manera nada sutil.
―Bien ―fue la lacónica respuesta de la superheroína antes de retirarse.
Un gemido salió de Colorido. Hechicero negó con la cabeza.
―Sí, como un cachorrito. Patético.
―¿Para qué me molesto? Escuche que la hija de Fantástica sabotea a todos los que se acercan a su madre.
―No me extraña, después de todo Fantástica tuvo a Corredor como esposo. Un gran superhéroe, seguro su hija adolescente lo idolatra, no permitirá que nadie usurpe el sitial de su difunto padre. Por cierto, ¿tiene poderes esper la hija de Fantástica?
―No, es una adolescente común y corriente.
―Ni tanto con Fantástica como madre... No te rindas, joven amigo, algún día el mañana se pintará colorido para el sufrido Colorido.
―Touché.
―Oye, Hechicero, ¿puedes decirme qué piensa la arañita que descubrí en el avión?
―Ay, con razón tu ex... No, no puedo, tal vez debas preguntarle a General Power, después de todo, Libertad, su águila calva, tiene el poder de comunicarse con..., no, ya recuerdo, es solo con aves con las que se puede comunicar, pero igual te valdría preguntar, creo que el poder de Libertad se extiende a otras criaturas.
Hechicero se retiró, dejando a Colorido triste y a Entomólogo pensando en reportar a las revistas científicas, su hallazgo de la araña.
CONTINUARÁ...
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