Parte 1

Miel se quedó sin palabras, maravillada por lo que veía. Aquel era un lugar fuera de lo común, un espacio donde la creatividad, el conocimiento y la innovación fluían libremente. Era un refugio para mentes curiosas y apasionadas, en el que se fomentaba la colaboración y el intercambio de ideas sin restricciones.

Los niños, que iban vestidos con batas amarillas pastel, adornadas con el símbolo de Nexus, se movían con gracia y velocidad en medio de un ambiente futurista repleto de tecnología de vanguardia. A pesar de su corta edad, exhibían un asombroso nivel de habilidades en diversas disciplinas del saber. Agrupados alrededor de pizarras electrónicas, resolvían ecuaciones matemáticas y problemas complejos con una precisión sorprendente. Sus rostros concentrados y sus gestos decididos revelaban una comprensión profunda de los conceptos que manejaban, incluso a una edad temprana.

En ese momento, Claire se deslizó por un pasillo iluminado y regresó con su bata amarilla pastel puesta, radiante de emoción. Se dirigió hacia la mesa central del espacio y se unió a su equipo con entusiasmo, tomando asiento y activando su estación de trabajo con un simple gesto de su mano. En cuestión de segundos, estaba sumergida en sus tareas, interactuando con interfaces holográficas y manipulando códigos que ni la propia Miel lograba entender.

Otros niños y niñas más pequeños se movían entre las estaciones de trabajo, llevando documentos y archivos, y colaborando con los más mayores en la gestión de información y la organización de los proyectos. Aunque su estatura era baja, su determinación y responsabilidad eran evidentes en cada acción que realizaban. Algunos de ellos llevaban tablets o dispositivos de realidad aumentada, que utilizaban con destreza para acceder a información relevante y contribuir de manera activa.

Ivy tomó la palabra, explicándole a Miel más sobre aquel sitio.

—Sé que tienes que estar haciéndote muchas preguntas.

—¿Sois una organización?

—Es más que eso. Nexus es una comunidad de mentes brillantes. Aquí se dedican a la exploración y desarrollo de la tecnología, la ciencia y el arte. En este lugar no importa tu origen, tu pasado o tus circunstancias. Lo que importa es tu pasión por el conocimiento y la creatividad.

Vigor parecía estar atento a la conversación y también decidió intervenir:

—Este lugar es un secreto bien guardado, un refugio para aquellos que buscan un escape del mundo exterior y un lugar donde pueden dar vida a sus ideas sin miedo.

—Es increíble lo que habéis creado aquí —dijo Miel con admiración.

A pesar de la fascinación que Miel sentía por Nexus, también se mostraba inquieta. Sabía que su verdadera identidad como hija del gobernador podría poner en peligro la seguridad del grupo. Aunque los miembros parecían acogedores y apasionados, sabía que esa revelación podría cambiar las cosas.

Arnold, el camarero de la cafetería, bajó apresurado las escaleras y se unió a Ivy, Miel y el resto. Poseía un aspecto despreocupado, y explicó que había transformado la próspera cafetería en un lugar abandonado para evitar sospechas de la llegada de los guardias. Describió cómo había movido las sillas y mesas hacia los lados, cubierto los mostradores con telas polvorientas y colocado tablones de madera en las ventanas para dar la apariencia de un establecimiento deshabitado. Había apagado las luces y creado un ambiente oscuro y descuidado. Todo se ceñía a un plan bien organizado.

—¡Genial, Arnold! Realmente pensaste en todo —dijo Ivy con una media sonrisa.

—Vendrán enseguida —anunció un niño que no parecía superar los diez años—, en unos ocho minutos, todavía están por las calles anteriores.

—¿Cómo calculas el tiempo con tanta exactitud? —le preguntó Miel con curiosidad.

—Sistema de vigilancia avanzado —respondió sin dejar de mirar su espacio de trabajo—. Tenemos cámaras de seguridad y sensores de movimiento por toda la periferia. Seguimos las imágenes a través de una interfaz de usuario especial, lo que nos permite ver en tiempo real la ubicación y los movimientos de los guardias.

—Luca...

—Vale, puede que también haya estudiado sus patrones de patrullaje y la velocidad a la que se mueven. Quizá, además, haya calculado la distancia que tienen que recorrer desde la última vez que los vi.

—Eso está mejor —le dijo Ivy—. No seas tan modesto la próxima vez. La inteligencia es una virtud.

Miel se dio cuenta de que los niños se movían con agilidad y coordinación, conocedores de cómo debían actuar en una situación de emergencia. Algunos se encargaron de asegurar la entrada secreta debajo de la tabla de la cafetería, mientras otros verificaban rutas de escape y se preparaban para evacuar si era necesario.

El tiempo pasó muy deprisa y, tal y como lo había predicho Luca, los guardias no tardaron en llegar. En el centro de la sala había un proyector montado en el techo, apuntando hacia una pantalla blanca en la pared que pronto se sustituyó por una imagen nítida desde algún plano general en lo alto del local. Con un movimiento rápido y coordinado, el escuadrón irrumpió en la cafetería, armado y con linternas en mano, buscando pistas de actividad sospechosa. Se movían con precaución, examinando cada rincón. Sin embargo, se encontraron con una escena vacía y abandonada, tal y como había sido preparada.

Mientras seguían inspeccionando la cafetería, los miembros de Nexus se mantenían en silencio, ocultos y alerta. Ivy, Miel y los demás esperaban con respiración contenida, conscientes de la importancia de mantener su secreto seguro. La chica se sentía abrumada por la angustia. Los pensamientos negativos la invadían, preocupándose de si sería descubierta y enviada a casa, aunque la idea de los guardias de la Élite encontrando a aquellos niños la aterraba aún más.

Miel se acercó a Ivy, sintiéndose ansiosa pero curiosa. Quería saber cuántos estaban escondidos en ese lugar. La rubia la miró con comprensión y le respondió con una sonrisa reconfortante.

—En total son 15 niños —dijo con voz suave —, todos con habilidades y talentos especiales.

Miel asintió mientras observaba la tablet que la rubia le mostraba. En la pantalla había fotos y nombres de todos los menores que formaban parte de la comunidad de prodigios de Nexus. Cada uno de ellos tenía conocimientos específicos en diversas áreas del conocimiento, desde ciencia y tecnología hasta arte y creatividad.

—Pero sois Vigor, Arnold y tú quienes les brindáis protección. ¿Hay más adultos que colaboran en este lugar?

—Sí, también está Gwenna y un par de mentores más. Y hay otra gente que lo sabe, sin embargo, no todos los adultos están de acuerdo en involucrarse. Algunos prefieren mantenerse al margen.

—¿En serio? ¿Hay adultos que saben de este lugar pero no están dispuestos a ayudar?

—Sí, algunos están preocupados por las posibles repercusiones y prefieren mantener un perfil bajo. Temen que si se involucran, puedan ser descubiertos y enfrentar consecuencias negativas. La vida en este lado ya les resulta demasiado complicada.

—¿Y no os preocupa que puedan delataros?

—No lo harían. Todos tenemos el mismo enemigo.

Miel asintió con determinación, sintiendo una punzada de emoción correr por su cuerpo. Sus ojos brillaban con entusiasmo mientras volvía su atención a la imagen del proyector, que mostraba a los guardias de la Élite en su uniforme característico. De repente, su atención se fijó en uno de ellos, que tenía algo inusual en el bolsillo del pecho. Era una rosa, exactamente igual a la que una persona que conocía bien solía llevar consigo como un símbolo secreto.

Palideció al instante, con su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Reconoció de inmediato la rosa como un código de comunicación encubierta que solo ella y Eleanor conocían. Nadie más sabía sobre ese símbolo secreto que habían compartido entre ellas en gestos de complicidad y amistad. Recordó las veces que su amiga pelirroja le había mostrado esa flor en el pasado, y la conexión especial que compartían a través de ella.

Sin embargo, ahora, al ver aquella rosa roja en el bolsillo del uniforme del guardia en la imagen proyectada en la pantalla, un nudo se formó en su estómago. La emoción y la incertidumbre se mezclaban en su interior. ¿Podría ser Eleanor detrás de ese uniforme? Los cascos que los guardias llevaban ocultaban sus rostros, lo que dificultaba su identificación. Miel se sentía atrapada en un mar de dudas, sin saber si debía creer lo que sus ojos veían o si se trataba de una trampa. La sospecha y el temor se apoderaban de ella, mientras su mente trabajaba a toda velocidad para descifrar el enigma que tenía frente a sí. ¿Qué significaba ese símbolo? ¿Y si Eleanor estaba en peligro?  Sintió un escalofrío recorrer su espalda. Si esa flor realmente pertenecía a Eleanor, entonces algo malo podría haber sucedido en el otro lado.

A pesar de la presencia de la rosa, sabía que no podía dejarse llevar únicamente por la emoción. Era consciente de que otras personas podrían usarla como señuelo o que su amiga podría habérsela dado a alguien más para despistar o enviar algún tipo de mensaje. La duda y la preocupación se hacían cada vez mas grandes, mientras su mente se llenaba de preguntas sin respuesta.

¿Era ella? ¿Qué hacía vestida así? ¿Por qué llevaría una rosa en el bolsillo del uniforme de un guardia de la Élite? ¿Qué significaba todo eso? Se sentía atrapada en una montaña rusa emocional, con la esperanza luchando contra el escepticismo y la cautela.

Por un lado, la posibilidad de que Eleanor estuviera allí para ayudarlos y unirse a su lucha despertaba una chispa de esperanza en su corazón. Pero por otro lado, la posibilidad de que fuera una trampa o que alguien más estuviera utilizando la flor como distracción la llenaba de ansiedad y desconfianza.

Sabía que tenía que mantener la cabeza fría y no actuar de forma precipitada. Debía verificar la información antes de sacar conclusiones apresuradas. Se esforzó por no mostrar ninguna reacción externa que pudiera levantar sospechas. Mantuvo la calma y evitó hacer contacto visual con Ivy, Arnold o Vigor, ya que no quería que nadie más se diera cuenta de su descubrimiento. En cambio, comenzó a formar un plan en su mente sobre cómo abordar la situación con aquel guardia en privado.

¡BONUS CHAPTER!

Cuando me desaparezco, siento que mi vuelta tiene que ser recompensada con mínimo dos capítulos seguidos, así que espero que lo disfrutéis tanto como yo lo he hecho escribiéndolo.

Llegados a este punto, me encantaría conocer vuestras teorías, opiniones de trama y personajes y qué pensáis que pueda pasar ahora.

Os leo y os quiero mucho,

Nora.