Shoto llegaba de un fin de semana trabajando fuera de Musutafu. Llegaba adolorido por esos 3 días sin descansar, lo único que quería era ver a Izuku.

— ¿Amor? — Se estiró antes de subir al segundo piso. Escucho a alguien bajando las escaleras. Era más ligero que Izuku, y no eran el sonido que producían los zapatos de él. —...Eri, ¿Cómo estás?

— Hola Shoto, bien ¿y tú? — Caminó hacia la cocina y empezó a cortar una manzana en trocitos. —¿Cómo te fue? ¡Oh!, Izuku quiere mostrarte algo.

Subió las escaleras y vio un vaso con gelatina de café.

Izuku odiaba la gelatina de café.

—¿Conejito...?— El bicolor entró a su habitación. Lo vio de espalda al entrar a su habitación. Al ver a Izuku, se quedó conmovido. —¿E-esa es...?

—Hola, Shoto— Se sorprendió al entender que estaba viendo el heterocromático. Solo le entregó una dulce sonrisa y habló suavemente —Sí... crece demasiado rápido. Solo te fuiste dos días.

El peliverde tenía una ligera pancita. Además se veía mucho más jovial y menos cansado. El bicolor se acercó lenta y silenciosamente a tocar el abultadito vientre. Se vieron a los ojos por unos segundos y se besaron dulcemente.

— Siento interrumpir, pero ¿Me podrían ayudar con mi tarea de matemáticas? — Eri hizo que la melosa pareja se separaran.

— Yo te ayudo, Eri. Deja a Shoto descansar — El bicolor negó con la cabeza sonriendo y los guío hacia la oficina.

Amaba esos momentos. Parecían una familia de verdad. Error, ellos eran una familia de verdad. Nunca supo con claridad cuándo y cómo pasó de ignorar a su padre, a despertar en la cama del peliverde y la peliblanca en el medio. Fueron los primeros años, Eri tenía 8, 9...

Cómo vuela el tiempo, ¿no?

Izuku le enseñó a amar a alguien, y ahora le va a enseñar cómo dos personas pueden crear una vida con amor y afecto.

— Shoto... Shoto... ¡Shoto! — Izuku intentó gritar lo más suave posible para no alarmar al bicolor, lo cual no funcionó, Shoto se despertó de golpe — Eh... ¿Podrías buscarme gelatina de café? Está en el refrigerador.

— Pero tú odias la gelatina de café — Izuku hizo un puchero. Antojos. Izuku tenía antojos de gelatina de café a las 3:45. "Al menos la tenemos en el refrigerador" —. Bien...

Era 8 de Febrero, la junta con la 1-A era hoy día e iban a ir a cenar en el Casino. No iban a ir a una "junta" como amigos, sino como "Pro-heroés, ex estudiantes de la Academia U.A" Qué elegancia, ¿no?

La verdad se trataba de trabajo, pero eran ellos. Sería como si todo tu curso trabajará en la misma empresa, por así decirlo.

— ¡Shoto! Hay un problemita. — El bicolor se miraba al espejo viendo que blazer combinaba bien. Pero es Shoto Todoroki, se ve bien con todo.

Izuku se había quedado dormido mientras Shoto se duchaba, por lo que atrasó un poco su Salida.

— No tengo idea si mi ropa formal me queda... aún.

— Oh... Pues, eso significa que está creciendo sano y fuerte. ¿Qué tal un Sweater holgado? Si quieres ocupa uno mío. — Abrió su closet y buscó uno de sus sweaters.

— ¿Y si me pongo una sudadera holgada? Con un abrigo... — Izuku tomo una sudadera blanca, no se notaba su pequeño vientre.

Shoto e Izuku lo pensaron mucho y eligieron no hacer público su embarazo. Solo amigos, familiares y algunos héroes lo saben. Esa decisión fue inmediata al pensar en la seguridad y privacidad de su familia y su bebé.

— Hay que ir de compras... — El peliverde le entregó una mirada triste por su comentario. Shoto solo lo abrazó y acarició su pancita. — Aww, amor... pero si te ves hermoso.

Se hubieran quedado ahí parados dándose cariños por un rato más, pero una notificación de la castaña hizo bajarlos de su nube.

— ¡Shoto es demasiado tarde! — Bajaron y entraron al auto de Izuku lo más rápido posible. Pero el olor a cereza todavía no se iba. — ¡Al otro Shoto!

Ya en el auto, Izuku eligió manejar para no quedarse dormido.

La reunión fue hasta tarde. Hablaron sobre el porcentaje de crímenes desde el año en que se graduaron y criminales y ligas más buscados. También hablaron sobre su vida personal y, claramente, le preguntaron sobre su embarazo.

— ¿Cómo vas con eso, Izuku? — Yaoyorozu preguntó dándole un sorbo a su mojito.

— Ehhh... ¿con qué? — Izuku jugaba un poco con su comida. No ha tenido un apetito voraz ni antojos pesados, tenía un apetito mediocre y vomitaba la mayoría. Por lo que Shoto se preocupa por la alimentación de su esposo y su bebé. Yao-momo lo miro confundida. Hasta que captó la pregunta — !Oh! Ah, jaja... bien, creo yo.

Le entregó todos sus síntomas con una sonrisa. La castaña miró al bicolor y preguntó:

— ¿Qué opinas tú, Shoto? — El bicolor miró al peliverde y suspiró. Izuku bufó al ver la cara juguetona de su pareja.

— Lo mejor ha sido, pues todo — Le dio un pequeño beso en su cabeza. —... Lo peor son los antojos en la madrugada, el sonido de arcadas en la madrugada, los quejidos en la madrugada... y las emociones fuertes de este. — Un golpecito en su cabeza lo hizo callar.

Katsuki solo veía esa pareja calladamente...

— Estoy tan cansado... — Izuku se tiró lentamente en la cama luego de lavarse los dientes. Se quitó su sudadera y se acurrucó al lado de Shoto. Buscó el calor en el cuello de este y cayó inmediatamente en los brazos de Morfeo.

— Buenas noches, amor. — Colocó su cabeza debajo de la de Izuku. Y luego bajó un poco hacia el vientre. — Buenas noches, pequeñín...

— Shoto e Izuku serán buenos padres, ¿No crees? — Kirishima le preguntó al rubio, que se estaba estacionando al frente de su casa. — ¿Blasty?

— Mira, pelos de mierda, quiero algo...

Oh~, mierda...

¡Hola Hola!

Se me olvidó publicar el capítulo después del aviso, una disculpa.

Como siempre si hay alguna duda, sugerencia, error o ideas, no duden en escribirlas :)

¡Muchas gracias por leer!

Adieu!