1
Izuku tenía su mirada en la nada. Estaba pensando en tantas cosas, en tantas fechas, en pocos condones...
— ¿Qué traes en mente, Deku-Kun? — La heroína Uravity se acercó al asiento de su amigo. Con su cara de horror y de pánico, le hizo entender a la castaña que cometió un error, uno inmenso. Y con un tono "dulce" y "consolador" le preguntó: — ¿Ahora qué pendejada hiciste?
— P-probablemente... tal vez... quizás... — Mientras más hablaba, más se le agudizaba la voz. Izuku murmuraba cosas y anécdotas que la castaña podría hacerse un té sin problema mientras éste seguía hablando. Algo que sí hizo. —... creo que... ¡No puede ser cierto!
Empezó a reír nerviosamente. Giró en su escritorio y tecleó en su computador: ¿Cómo saber si estoy embarazado?
La castaña quedo boquiabierta, ¿Había leído bien? ¿Su amigo creía estar...? Luego de que el peliverde leyera más de tres páginas, la castaña estaba congelada en su lugar por el asombro y él... estaba llorando a mares.
— Amiga... — Izuku se tapaba la cara con sus manos, muriéndose de vergüenza. — ¿Sorpresa...?
— Amigo... ¿V-voy a ser tía? ¿¡Voy a ser tía!? — Ochako saltaba de la emoción sacando pequeñas lágrimas. Sus mejores amigos, la pareja perfecta, iban a tener un hijo.
— ¡No lo digas tan fuerte! — Suspiró cansado — No sé por qué estas emocionada...— Uraraka sabía que a Izuku no le disgustaba la idea de tener un bebé con Shoto, pero él no estaba preparado mentalmente. — Además, no sé si estoy realmente embarazado.
La castaña puso su mano en el hombro del pecoso. Izuku con los niños es un amor. Con sus niños consentidos, Kota, Mahoro y Katsuma; es una madre osa a distancia. Y Eri pasaba días junto a Shoto e Izuku, era su segunda casa después de todo.
— Cambiando el tema, tengo que ir a buscar a Eri. — Izuku se levantó de su asiento para buscar su abrigo y sus llaves. Luego va a pensar con claridad... su problema.
— ¡¿Entonces quizás seré hermana mayor?! — La pregunta desconcertó al peliverde. Eri mostraba emoción en su tono de voz. Estaba en el asiento de atrás escribiendo una lista para el cumpleaños de Shoto mientras Izuku estaba conduciendo. Ochako estaba conectada por una llamada.
Shoto e Izuku tienen dos autos: uno manual y otro automático. Shoto maneja más con el automático, mientras Izuku con el manual. En sus citas se organizan antes para ver quien maneja.
El auto de Izuku es cómodo, huele a cereza y tiene varios accesorios y decoraciones. Fue el primer auto que tuvieron y han ido con él a la playa, el parque... Perfecto para quedarse abrazados viendo un atardecer.
El auto de Shoto es moderno, limpio y espacioso y... muy caro. Regalo de bodas de parte del Flamitas. Aunque ya tenga 3, 4 años de uso, sigue oliendo a auto nuevo. Han ido a la nieve, cenas románticas, eventos, etc.
Muy bueno para el sexo...
— ¡Perdón Izuku! ¡Se me escapó! — Uraraka se sentía culpable. Izuku inhaló y exhaló varias veces. Dio una sonrisa cínica y siguió conduciendo. La verdad, no quería responder la pregunta de la albina, así que pensó: "¿Qué más puedo añadir a la lista?"
— ¿Escribiste de qué sabor será el pastel? —Eri rodó los ojos al ver que fue ignorada, revisó sus notas y negó con la cabeza. — Escribe "panqueque naranja".
Una luz roja. El pecoso quería responderle, odiaba dejar a una curiosa sin respuesta. Y Eri era muy curiosa con la vida de Izuku. Giro su cuerpo para mirar hacia atrás.
— Eri... podría ser una posibilidad. Hace unas semanas Shoto y yo... — Se calló rápidamente. Luego prosiguió — S-Shoto y yo hicimos... ¿el coito...? — La peliblanca se sobresaltó al escuchar esa palabra. Quería reír, pero no sería apropiado. — P-pues... y yo solo supongo... Tal vez solo sea algo psicológico.
Eri le regalo una sonrisa, avergonzada.
El viaje duro poco. Bajaron a comprar cosas para el cumpleaños del bicolor y una prueba de embarazo. El señor de la farmacia se preocupó un poco al ver a Eri, una niña de doce años, pidiendo una.
Se tranquilizó al ver una mano pasar dinero en efectivo detrás de una repisa.
Terminaron sus compras y llegando al estacionamiento una llamada de "Amor <3".
— ¿Amor? Hola — Hubo una breve conversación. El peliverde sacaba cuentas mientras le hablaba su esposo. Asintió y se despidió de él. —...Pero yo más. Te espero en casa, Adiós~.
— ¿Y qué dijo? — preguntó Eri guardando las cosas en el maletero.
— Que llegaba a cenar. — Pauso un momento antes de girar la llave y abrir la puerta. — Eri, al llegar a casa, ¿podrías guardar las cosas en la alacena mientras yo me hago el test?
Eri asintió cerrando la puerta del auto.
¡Hola! ¡Gracias por leer mi primer capítulo de esta historia!
¡Adieu!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro