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Creado por lydialopp [Más de 2.300 palabras]

Resumen; Kara y William tienen una cita y William le abre los ojos.


Kara estaba nerviosa por tener su cita con William Day. A decir verdad nunca pensó que iba a tener citas nuevas después de Mon-El. Le abrumaba pensar en que alguien nuevo podría entrar en su corazón para resquebrajalo nuevamente. Agitó su cabeza, rechazando esas ideas y cogió la blusa lila ignorando a Álex. Pensó que tendría que haber nuevos cambios y eso era eliminando las supersticiones con los colores.

Llegó al bar, nerviosa y mordiéndose las uñas junto a William. Se dirigieron a la barra para pedir cualquier bebida, a Kara le daba igual ya que no le afectaría. Y al principio se sintió... incómodo. ¡Rao, estaba siendo raro! Es verdad cuando dijo que William era un chico sensible y tierno, pero ahora le resultaba raro. Raro porque pensó en como lo conoció; lo odiaba al principio, sospechaba de él y casi quería enfrentarle, pero luego se dijo a sí misma: del odio al amor hay una línea, ¿no?

William fue el primero en romper el hielo: hablar del día en CatCo, como le estaba resultando la compañía y que futuro tenía. Kara le escuchaba... un poco. Hablar del trabajo (dónde trabajaban juntos) era un tema cliché. Por no decir que estaba siendo aburrido. Y William lo notó debido a que Kara estaba moviendo la cabeza hacia un lado a otro, como si buscara algo (tal vez una salida).

—Cuéntame tú, ¿qué tal la abuela?

Oh, Rao, la abuela inexistente. Se pasó la mano por el cuello, diciendo que todo estaba bien y que no había problemas. Hizo sonreír al chico. Kara volvió a pensar en todo, todo lo que había vivido con William... ¿Por qué no sintió esa "chispa" al principio? Lo típico; las miradas, risas o sonrisas. ¿Se estaba forzando a salir con William por qué él le había pedido una cita? ¿Le dio la oportunidad para ver a dónde iba todo a parar? Funció el ceño inconscientemente.

—¿No te gusta la cerveza negra?

—¿Qué? Oh —coge la cerveza y le mete un trago. No muy grande para no asustar al hombre—, me encanta. Solo pensaba en... Lena —escapó ese nombre, el primero que le vino a la mente.

—¿Lena Luthor?

—Sí... últimamente no estamos pasando por un buen momento —confesó, suspirando pesadamente.

—¿Qué quieres decir?

Kara mira la botella y piensa si debería o no contarle (ocultando la verdadera razón) lo mejor posible sobre su enemistad reciente. Así que busca cada palabra, carraspea y comienza a hablar.

—Conozco a Lena desde hace un montón de tiempo, desde que Clark vino a National City para entrevistarla. Le acompañé para tomar nota, ahí ni si quiera era reportera, pero lo admiraba y quería ver cómo trabajaba Kent. Cuando terminó la entrevista y Clark publicó un artículo sobre Lena, ella me preguntó qué quién era yo, qué había de mí, qué nunca había visto un artículo mío y vio que no había firmado el artículo de Clark. Yo le dije que no era reportera y ella me dijo: podrías haberme engañado, yo le lo hubiese creído. Y me sonrió. Entonces fue gracias a ella que me hice reportera.

La conversación no quedó ahí, le estuvo hablando de todos los momentos que habían pasado juntas, desde la primera comida, desde la primera noche de juegos, desde sus dobles y horribles citas, el primer abrazo, de cómo Lena compró CatCo por ella... Lo hizo desde que bebieron casi tres cervezas seguidas, jugando al billar y a los dardos. Kara no paró de hablar de Lena.

—Y creo que me odia porque no le contesté a los mensajes, no acudí a la cita y le mentí... Le dije que me estaba retrasando porque había perdido el bus, pero ni si quiera había salido de mi casa.

—Venga ya —contesta William y Kara se ahoga. El corazón le va a mil, pensando en que el chico no era tan tonto como para tragarse su horrible historia trágica y se le apodera el miedo a ser descubierta—. Mira, si Lena es tan tonta como para enfadarse por eso créeme que no sabe la amiga que se pierde.

—¿Qué? —pregunta Kara, con el ceño fruncido, aunque más bien sorprendida.

—¿Es que no te has escuchado? La tienes en un pedestal, enorme. Lena sería tonta de hacerlo —toma un trago—. Pero si es verdad que Lena es una chica pura, adorable y con una preciosa alma, créeme que irá a por ti y os perdonareis.

Kara escucha las palabras de William. ¿Realmente había descrito así a Lena? No se había dado cuenta y traga saliva. Asiente levemente, pero luego niega con la cabeza.

—Como te dije, Lena es muy difícil también... No confía en cualquiera porque lo que más le duele es que le mientan, aunque sea por una tontería. Porque piensa que si le mienten por una tontería a saber cómo reaccionaria con las cosas más importantes. Es como que he violado su confianza, no sé si me entiendes —dejó los hombros caer, derrotada—. Le he pedido perdón varias veces, pero no me acepta y ya no sé qué hacer.

—Kara, no conozco mucho a Lena, pero si te conozco a ti y sé que nunca te rendirías.

Las palabras de William conmueve un poco a Kara haciendo que sonría. Su sonrisa es contagiosa y William también lo hace, mirando a Kara a los ojos. Ve como se va acercando poco a poco y Kara siente lo que viene después. Así que casparrea un poco, quitándose del medio e inclinándose hacia la mesa de billar.

—Kara —el chico le llama la atención y la rubia traga saliva pensando en que el chico haya leído sus pensamientos—, me toca a mí —comienza a reírse. La rubia afirma tontamente y sujeta el taco con un toque de nerviosismo.

Entonces comprende que William no es tonto y entiende que quiere darle espacio, lo dicen sus ojos. Lo agradece con la mirada y ve un asentimiento por parte de él. Cuando queda la última bola hay una batalla sobre la mesa haciendo que los dos se rían en cada extremo de la mesa.

—No te pienso dejar ganar —desafía William, inclinándose ligeramente y Kara lo observa animadamente hasta que escucha un latido.

Un latido familiar. Un latido reconocible en sus oídos. Un latido que escucha cada vez cuando se va a dormir. Deja de mirar a William y dirige la vista hacia donde proviene la composición. Lena está entrando al bar.

—Te lo dije, no te iba a dejar... —las palabras de William muere cuando ve que Kara no estaba atenta a la jugada.

Mira hacia la dirección de los ojos de Kara y entiende lo que pasa. Lena había entrado al bar sin la compañía de nadie. Ve como Kara se retuerce y mira a William con cierto nerviosismo. El chico se acerca a ella y Kara lo coge para utilizarlo de escudo.

—¿Desde hace cuánto no la ves?

—No lo sé y mi cerebro tampoco está pensando ahora mismo —dice asomándose por encima de su hombro.

Lena echa un vistazo rápido del local y Kara nuevamente se esconde, observando a William mientras este se ríe. Kara le da un suave toque en el hombro mientras se asoma otra vez y mira como Lena se acerca a la barra, se sienta en el taburete y pide una copa.

—¿Quieres que hable con ella? —interrumpe el escondite de Kara y ella le mira negando con la cabeza con desesperación.

—Ni hablar, ella sabe que tiene la elección de perdonarme o de no hacerlo —Kara aclara, suspirando pesadamente y apartándose de William—. Y tampoco puedo esconderme toda la vida.

Así que Kara se mueve hacia un lado, decidida, echando otra moneda para jugar a otra ronda y William la mira con empatía. Kara observa cada vez que puede mirando por encima de la bola como los chicos se acercan haciendo que Kara tirara con fuerza y dejando a William sorprendido con cara tiro. ¿Por qué sentía tanta molestia que los chicos del bar se le acercaran? Incluso se sentía mal por usar su super oído y mentalmente sonreía cada vez que rechazaba a cada chico.

Solo pasan treinta minutos cuando nota que el ritmo cardíaco de Lena sube y mira de reojo a la barra. Sí, ella se ha dado cuenta de que está Kara ahí y la rubia intenta ignorar sus sentidos al igual que Lena aparta la mirada bruscamente para beber su copa rápidamente. Kara mira como Lena se levanta con rapidez, dejando un fajo de billetes haciendo que Kara frunza el ceño porque sabía que la copa no iba a valer tanto y va en dirección hacia la salida hasta que escucha una explosión seguido de un temblor.

Las personas gritan y corren de un lado a otro y Lena cae hacia atrás ante el bullicio de las personas. Kara corre hacia su dirección, pero William la sujeta del brazo.

—Tenemos que irnos —señala a la puerta, un alien había entrado—, te podrías hacer daño.

—No pienso dejar a Lena —grita, intentando zafarse de su agarre, pero William se pone delante.

—Kara, estás loca, no puedes hacer nada, ¿quieres que te maten a ti también? —grita, casi abrumado, intentando empujar a Kara, pero su super fuerza lo detiene—, ¿qué?

—Soy Supergirl —se quita las gafas, su traje se materializa, haciendo que William le miré asombrado—, y necesito que saques a los demás de aquí.

Kara no escucha respuesta, directamente va hacia Lena y la coge con rapidez, sacándola del edificio y poniéndola a salvo junto a otros habitantes. No le dice nada, tampoco Lena es capaz de decirle algo porque Kara se va nuevamente.

---

—Buen trabajo, Supergirl —dice Alex cogiendo al alienígena mientras se va con J'onn y Kara asiente.

La chica de acero mira alrededor y ve a William hablando con unas personas. Se despide de ellas y se acerca a Kara, haciendo que se juguetee con las manos, un poco nerviosa.

—Entiendo si estás enfadado conmigo por haberte ocultado este secreto —murmura, un poco preocupada y con el corazón en la garganta, pero William niega con la cabeza con una sonrisa.

—¿Estás de broma? —pregunta, susurrando—. Eres increíble —sus brazos se mueven de arriba abajo, señalando a la chica de acero con orgullo—. No diré nada, tu secreto está a salvo conmigo.

—Muchas gracias —Kara asiente aliviada y mira hacia alrededor, sus oídos están alerta, buscando a Lena por alrededor, pero no está.

—Es ella, ¿no? —pregunta William, sin perder la sonrisa llamando la atención a la rubia y ella frunce el ceño.

—¿Ella?

—Lena... Ella es la persona que... Bueno —señala su pecho, sigue sin perder la sonrisa y Kara niega rápidamente con un claro sonrojo en el rostro—. Acabas de exponer tu identidad solo para salvarla, Kara. Menos mal que la gente no estaba atenta porque estaban corriendo de un lado a otro, pero conociéndote diría que te hubiese dado igual con tal de salvarla y te seguirías exponiéndote de todos modos. Además que no has dejado de hablar de ella en nuestra cita —comenzó a reírse y el sonrojo de Kara fue aumentando—. Creo que ahora entiendo porque está un poco mosqueada —y claramente dice adivinando haciendo que Kara asintiera—. Entonces ve a por ella, seguro que sabes dónde está.

—Pero...

—Yo estoy bien si tú también lo estás.

—Gracias, William, eres un gran amigo.

Kara se acerca y le da un beso en la mejilla, despidiéndose de él y vuela con rapidez. William sonríe, agradeciendo una vez más a Kara que le haya salvado la vida y le desea suerte con la joven Luthor, sabiendo que ella la escucharía.

---

Supergirl está sobrevolando el balcón del ático de Lena. Observa como las puertas están abiertas, sorprendida porque sabe que no es verano, y aunque no note el frío, sabe que lo hace. Ve a Lena preparándose un té. Le recuerda a la última vez que conversaron y traga saliva. Aterriza cuidadosamente y Lena le mira y esta vez aparta el té con furia. No como la última vez, se nota que viene enfurecida hacia su posición. Se acerca a Kara, no tiene una mirada hostil en sus ojos.

—¿Por qué siempre tratas de salvarme cuándo ni si quiera te lo pido? ¿Por qué siempre buscas mi mano cuando no está tendida? —pregunta con furia, acercándose más y más a Kara, y le señala y le acuchilla con el dedo sobre si pecho—. Y peor aun es que te has expuesto y podrían descubrir quién eres. Eso significaría que el DEO tendría que recurrir a mi ayuda para fabricar un dispositivo para borrar las mentes —Kara iba a hablar, pero Lena le puso el dedo en la boca—, y si lo tuvierais tendrías que buscar a las personas que te hayan visto. No lo vuelvas a hacer, soy solo una persona más como el resto —amenazó dándose la vuelta sin esperar contestación, con la esperanza de que se marchara después del sermón, pero Kara permaneció quieta.

Kara cogió el nerviosismo con los puños y comenzó a hablar.

—Sabes lo que significa la kryptonita para mí, Lena. Sabes que si me acerco un poco... tan solo una pizca... hace que mi cuerpo se debilite, hace que mis huesos se partan en pedazos y mi piel se queme. Hace que como si una persona me estuviera arrancando la piel como un cuchillo. Es desagradable.

—¿A qué viene eso, Supergirl? ¿Crees que sigo fabricando kryptonita? —Lena la fulminó con la mirada, con las cejas fruncidas y los brazos cruzados sobre su pecho, incrédula ante la explicación.

—Lo que quiero decir que eso es lo que siento.

—¿Qué? —Lena cambio su rostro automáticamente por uno de confusión.

—Lena, eso es lo que siento cuando te perdí.

Las fracciones de Lena se relajaron y sus hombros caen en derrota. Sus labios se separan, pero todavía está procesando lo que Kara acababa de decir y no es capaz de articular nada. Analizando cada palabra, cada gesto. Sabía que Kara lo decía con total sinceridad. Su corazón cambio de ritmo y miró a Kara a los ojos.

—No-no puedes... —no supo que decir, así que Kara la interrumpe.

—Sé que te he fallado y la última vez que hablamos te lo dije en serio. Me responsabilizo de mis actos y tú decides si me perdonas o no, pero para serte sincera, si elijes el "no" sería como si cien balas de kryptonita atravesaran sobre mi cuerpo —Kara se acerca, con cautela sin invadir su espacio.

—Kara... —susurra, con el corazón chocando fuertemente contra su caja torácica. Es la primera vez que Lena nombra a Kara, haciendo que la heroína sonría de lado parándose frente a ella.

—Me hubiese dado igual exponerme con tan solo salvarte —susurra con un hilo de voz haciendo que Lena se estremezca—. Lo siento de nuevo y espero que algún día me perdones... —le vuelve a sonreír y se gira para volar, pero Lena agarra su capa.

Kara se sorprende, no solo por el gesto, también por las lágrimas en los ojos. Lena llora y a Kara se le parte el corazón. Vacila y Kara se atreve a usar su pulgar para limpiar sus lágrimas. Lena sujeta su mano y lo acuna en su mejilla apartando la mirada.

—Yo también te he mentido —dice Lena, con la voz entrecortada, Kara escucha como su corazón está a punto de estallar, y antes de que la chica de acero hablé, Lena la mira con la boca abierta—. Es verdad que me dolió mucho de que no me lo dijeras, aunque en parte lo entiendo. Pero estaba celosa.

—¿Celosa? —Kara pregunta sin apartarla mano, aunque Lena tampoco deja que lo haga. Asiente con la cabeza.

—Todos lo sabían y yo me preguntaba una y otra vez porque no formaba parte de ese círculo.

—Lena, yo... —Kara la interrumpe para declararse, pero Lena nuevamente le cierra la boca.

—Estaba celosa porque quería ser alguien más, alguien especial... Porque amaba a Kara Danvers.

—¿Amabas? —pregunta Kara, con el corazón encogido y Lena niega.

—Amo —corrigió, apartando la mirada avergonzada, pero Kara coge su mandíbula.

—También lo hago —dice Kara mirándole como los ojos de Lena se agrandan.

—¿Lo haces? —pregunta Lena y la chica de acero asiente, haciendo que Lena sonría.

—Entonces nos amamos —aclara Kara por si a caso, por si no lo ha entendido bien, pero Lena asiente con un rojo carmesí sobre sus mejillas—. Entonces puedo besarte... —susurra, todavía sujetando su mandíbula y Lena asiente con delicadeza, hipnotizada por los ojos azulados.

Kara deja de sujetar su mandíbula, pasa la mano por su cuello hasta llegar a la nuca y sus labios chocan, encajando a la perfección. Kara deja caer sus manos para sujetar sus caderas, Lena pasa los brazos y rodea su cuello profundizando el beso.

—¿Empezamos de cero? —pregunta Kara mediante un susurro, sin apartarse porque quiere otro beso.

—Empecemos de nuevo —afirma Lena, fundiéndose en otro beso.

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