Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Echo

Creado por Melolydia [Más de 4.300 palabras]

Resumen; Echo, una persona misteriosa del futuro, interviene en plena invitación de Kara y Lena. Resulta que las cosas no son como parecen ser. AU futurista. 


Terminar el trabajo laboral era un trabajo fácil para la periodista, pero estar buscando al hermano de Lena sin ningún tipo de pista eso era realmente un problema, pero no todo luce tan amargo. Kara aprovechó para acercarse a Lena y recuperaron, más o menos, su relación amistosa. Obviamente no iba a ser igual, pero hablaron y estuvieron de acuerdo de que trabajarían duro para lograrlo. Por ahora eran, por definirlo de alguna manera, compañeras de trabajo.

Solo había pasado un mes desde que Lex desapareció y no obtuvieron ninguna información a cambio durante ese largo tiempo. Era como si hubiera desaparecido del mapa o como si no hubiera existido en la Tierra. Todos se encontraron en el laboratorio de Lena, el sitio remplazado después de la destrucción del DEO. Brainiac y Lena se ayudaron e intentaron rastrear algún tipo de señal extraño o algo relacionado con la desaparición de su hermano ya que el pequeño hombrecito confesó todos los planes que había tenido desde el principio.

—Hey... —Kara llamó la atención de Lena desde el otro lado de la mesa. La azabache levantó la cabeza del portátil y miró a los ojos de la rubia—. ¿No estás cansada? Todos van a sus casas... —dijo la rubia parando a su lado.

Lena miró como los demás recogían y hablaban estupendamente entre ellos sobre los planes que se podían hacer un sábado por la noche como ir a cenar a un restaurante, pasear al parque o ver una película en pareja. Dejó de mirarlos con un suspiro pesado, concentrándose de nuevo en el portátil. ¿No le había quedado claro de que ella estaba sola a pesar de haber hecho las paces con todos?

—No tengo nada mejor que hacer —encogió de hombros apoyándose en la mesa y moviendo el ratón de arriba hacia abajo—, así que me quedaré un rato más.

—Hum... —murmuró Kara en respuesta mientras se cruzaba de brazos.

—¿Pasa algo? —levantó la vista. No para mirarle; se había dado cuenta de que estaban a solas y arqueó la ceja confundida hacia Kara, rompiendo los segundos de silencio.

—B-bueno... m-me preguntaba si tú... si b-bueno —balbuceó apartando la mirada de la pelinegra.

Lena se recostó sobre su asiento cruzándose de brazos y observó todos los movimientos de Kara. Sonrió automáticamente al recordar los gestos nerviosos de la rubia, algo que no veía en ella desde hace mucho tiempo. El lado adorable y tierno de cuando era su mejor amiga, aunque ahora tenía a Supergirl delante. ¿Cómo es que no se había dado cuenta antes?

—Despacio, Kara —sugirió Lena con burla, sonriendo de lado y viendo como la chica de acero calmaba sus nervios posando sus manos en sus caderas.

—¿Te apetece cenar conmigo?

Lena se quedó de piedra. ¿Esto era una trampa de sus antiguos amigos? ¿Dejarlas a solas para que Kara tuviera la intimidad necesaria para preguntarle? Los ojos se abrieron tanto que parecía que las órbitas oculares querían mudarse a otro cuerpo. Abrió la boca ligeramente y se rascó su oído izquierdo por si no había escuchado bien. Kara había preguntado tan rápido como si fuera Eminem que a la pelinegra le costó procesarlo adecuadamente.

—¿Te parece demasiado? —preguntó Kara entrando en pánico al ver que Lena no respondía a su pregunta.

—¿Qué...? —tartamudeó mirando nuevamente el portátil.

¿Estaban ya listas para dar el siguiente paso? ¿Era demasiado? No hubo un contacto así antes. Ni si quiera se habían abrazado después de todo. ¿Por qué no comenzaba por ahí? Era todo tan... repentino que no tuvo tiempo para pensar ni montar esquemas en su cabeza para cuando llegara el momento. Evidentemente sabía que llegaría alguna invitación y sabía que Kara daría el paso porque ella no iba a ser capaz de hacerlo; no después de toda esa mierda que formó, pero no tenía la menor idea de que Kara lo hiciese justo como lo está haciendo ahora.

Claro que quería, ella lo deseaba, pero su cuerpo y su cerebro no reaccionan en este momento y piensa en lo tonta que seguramente se está viendo. Miró el rostro de la rubia y sabía que si Lena tuviese su super oído estaría como ella. Así que agitó su cabeza para contestar, pero antes de lograr hacerlo, un aura azul grisácea apareció detrás de la rubia.

—Kara...

—Escúchame...

—No, ¡detrás de ti! —interrumpió a gritos levantándose de su asiento.

Nada más elevar la voz, Supergirl se dio la vuelta de un salto, cubriendo con su capa a Lena. Estuvo tan concentrada en Lena que no fue capaz de percibir lo que se estaba formando detrás. Frunció el entrecejo porque estas brechas le resultaban familiares, pero no bajó la guardia. Lo primero que pensó es en mantener a salvo a su compañera y lo segundo que pensó es que podría tratarse de Lex. Pero esa idea se distorsionó cuando una joven aterrizó de culo a sus pies.

—¡Auch! —se quejó acariciando su lumbar.

—¿Quién eres? ¿Cómo has llegado y qué haces aquí? —preguntó Kara a la defensiva, sin cambiar la posición.

—¿Qué? Oh... —la chica se levantó de un salto—. Justo tenía que caer frente a ti —gruñó sin mirar, limpiando el polvo inexistente de sus mallas.

El rostro de Kara cambió de estar modo-sobreprotector a uno de confusión absoluta. La observó de arriba abajo y se dio cuenta de que no era una chica normal. Era alta de cabello negro y ojos cafés, puede que fuese mayor de edad recién cumplido y llevaba un traje que le resultaba familiar.

Pensó en su contestación. Aquella joven le había hablado como si la conociera; sus palabras sonaban con cierto rencor o enfado. Lena salió de su escondite y se puso al lado de Kara, haciendo que bajara su capa y la chica la miró.

—Lena... —dijo con voz apagada.

—No te lo pienso repetir —se interpuso Kara nuevamente.

No notó la voz de la joven, pero de algo sabía seguro es que conocían a ambas, pero las dos mujeres no conocían a la chica extraña que tenían delante suya y, a pesar de la voz rota de aquella joven, no iba a dar un paso en falso. Quería proteger a Lena por si era algo relacionado con Lex.

—¿Estoy en el punto de que volvéis a ser amigas otra vez? —preguntó.

Esa pregunta hizo que Kara y Lena fruncieran el ceño a la vez y se miraran. ¿Realmente estaban en ese punto? Ninguna de las dos lo sabían realmente, aunque puede que si Lena hubiese aceptado o si Kara le hubiera insistido en ir a cenar probablemente sea un sí. Sus ojos se gritaban, preguntándose mutuamente si eso era una realidad.

—Genial, estoy en el punto —interrumpió el silencio de ambas mujeres y asintió para sí misma, reafirmando debido a que no contestaban y, segundos después, miró a la pelinegra—. Lena, no te fíes de Kara —señaló a la chica rubia con capa.

—¿Qué? —preguntaron al unísono a la vez que miraron a la chica.

Esto era algo totalmente inoportuno. No solo conocía a Supergirl, sino también su identidad. No solo eso, también conocía a Lena y la relación de ambas. Era realmente confuso. Kara no dejó de mirar a Lena con el ceño fruncido. Las sospechas de la rubia aumentaron; si alguien quería verla alejada de Lena sería Lex, así que nuevamente se puso delante de ella.

Quizá si esa chica hubiese llegado unos meses antes, justo cuando Lena estaba herida, le habría hecho caso sin dudarlo, aunque no la conociese de nada. Igual que si se lo hubiera dicho delante de Kara, la rubia afirmaría que le hiciese caso después de haberle mentido durante tantos años, semana tras semana, día tras día.

Pero ese no es el caso. Habían hablado, se habían sincerado y se habían prometido no más secreto ni más dolor. Incluso Kara le había propuesto cenar para volver a intentar conectar con ella, volver a ser algo más que compañeras. Ambas han madurado y saben que no quieren estar una sin la otra. Antes de que Kara pudiese volver a formular cualquier pregunta, Lena la defiende.

—¿Y por qué debería fiarme de ti, chica desconocida? —preguntó con cierta burla, cruzándose de brazos.

—Porque vengo del futuro.

Las dos se quedaron atónitas y era algo que seguro no esperaban. Ahora entendían un poco más cómo es que esa chica sabía sus nombres y relación. Claramente no es la primera vez que alguien viaja del futuro hasta su línea de tiempo para informarles de algo, pero esa persona era totalmente extraña para ambas. Tampoco entendían nada de lo que estaba pasando. ¿Tendría que ver algo con Lex de todos modos? Ahora Kara no estaba segura.

—Vale, miss futura, ¿puedes contestar a las preguntas de Kara y después contarme tu teoría de por qué no debería confiar en ella? —preguntó Lena con cierta burla haciendo que Kara se sorprendiera.

—Me llamo Echo. He venido con esto —alzó su brazo enseñando una especie de reloj—, que abre brechas para viajar en el tiempo. Ajusté el momento conveniente y vine hacia aquí.

—¿Es como tener una Waverider a mano? —interrumpió la rubia entusiasmada, pero la chica la miró con cara de pocos amigos.

—¿Cómo es eso? —preguntó Lena interesada, quitándole importancia a la rubia.

—Como he dicho, vengo del futuro. Veintitrés años para ser exactos, aunque yo tengo dieciocho. Obviamente hay grandes avances tecnológicos gracias a ti y otros como tú, pero me ahorraré en los detalles porque ya lo irás viendo —contestó asintiendo con la cabeza para sí misma.

—Y ahora... ¿por qué no debo fiarme de ella? —preguntó la pelinegra una vez más.

—Porque no —respondió Echo sin dejar de mirar a la rubia con odio.

—¿Por qué no? ¿Esa es tu explicación? —frunció el ceño cruzándose de brazos.

—No puedo decirte el por qué exactamente, hay un código y no podemos violar los conocimientos futuros, pero sí puedo recordarte el dolor que te causó.

Los hombros y la mandíbula de Lena se tensaron al escuchar la frase. Kara lo notó y su corazón se detuvo un segundo al escuchar los latidos frenéticos de Lena. Evidentemente no todo estaba superado, aunque la rubia tenía la esperanza de que fuera así, al menos un poco. Ahora mismo quería que le quitaran el cuchillo de kryptonita imaginario de su espalda para que todo doliese menos.

Sea lo que sea, esa chica sabía mucho más que una simple relación. Conocía a Kara y a Lena perfectamente como si ella también formara parte del círculo en sus vidas futuras. La rubia pensó en que algo malo había hecho para causarle dolor a Lena nuevamente y el miedo se apoderó en ella. ¿Y si no iba a funcionar y esto era una señal? ¿Y si iba a perderle otra vez y el resultado sería peor que antes? Su mirada bajó y miró sus dedos; estaba temblando. A pesar de que Kara fuera la chica más fuerte de la Tierra, su debilidad siempre había sido Lena.

—¿Qué fue lo que hizo exactamente Kara? —preguntó Lena después de un largo silencio.

Los ojos de la rubia se levantaron con cierta sorpresa. Pensó que Lena probablemente asentiría y se marcharía a casa al igual que haría la joven después de haberle hecho caso. Sin embargo, Lena se quedó ahí, con los brazos cruzados, con el corazón en la garganta, pero desafiando a Echo.

—¿Por qué no se lo recuerdas tú, Supergirl? —preguntó Echo como si escupiera veneno.

—Mira —suspiró la rubia agitando sus manos—, no sé qué está pasando en el futuro, pero te aseguro...

—¿Por qué no se lo recuerdas? —interrumpió, ahora con más rabia y Kara se incorporó.

—Le mentí durante cuatro años —comenzó y Echo frenó y negó con la cabeza.

—A mí no me lo cuentes, cuéntaselo a ella —señaló a la pelinegra con la mirada y Kara se dio la vuelta.

—Te mentí durante cuatro años. Día tras días te oculté mi gran secreto inventando excusas e incluso algunas muy dolorosas. Fui una egoísta, me comporté como una idiota y tomé la decisión de alejarte de mí, pero era con tal de protegerte porque todos los que conocen a Supergirl y a Kara Danvers marcarían una diana en la espalda y tú ya tenías demasiado, aunque eso ya lo sabes —suspiró pesadamente haciendo que Lena asintiera recordando la conversación—. Tienes toda la razón cuando me dijiste que era tu decisión de quedarte o no, pero no me quería arriesgar. Sin embargo, jamás quise hacerte daño.

—Pero lo hiciste —añadió Echo.

—Yo también le hice daño —la defendió Lena dirigiéndose a la joven y Echo suavizó su rostro, un poco sorprendida—. Le dije que no pasaba nada, que seguiríamos siendo mejores amigas y que estaría ahí. Sin embargo, la manipulé, la utilicé y la usé a mi antojo para conseguir un propósito. Algo que definitivamente salió mal y me arrepiento por eso.

—¡Pero ella te mintió durante cuatro años! —gritó Echo.

Los ojos de Kara cayeron en picado. Esta chica, sea quien sea, estaba desenterrando toda la mierda que la rubia había trabajado duro para enterrarlo. Estaba tan cerca de pasar página, tan cerca de que todo fuera como antes, y tan cerca de tener a Lena de nuevo y tan cerca de perderla de nuevo por recordarle su dolor... Pero esas ideas desaparecieron cuando Lena habló nuevamente.

—¡Y yo también lo hice durante meses! —chilló Lena exasperada.

—No es lo mismo —gruñó la joven de cabello negro.

—¿Por qué no es lo mismo? —preguntó Lena, cansada y sin entender la situación.

—Porque se lo dijiste. Porque cuando te diste cuenta de tu error, fuiste hacia ella. No te lo pensaste dos veces en ir a verla. Sin embargo, ella sí que se pensaba en si contártelo o no. Y no me creo que fuese solo para protegerte. Es una basura de persona —gruñó con la mandíbula tensa sin parar de mirar con una mueca de asco a la heroína.

El pánico en Kara se apoderó por todo su cuerpo. Claramente al principio no fue por mera protección; Kal le obligaba a guardar su secreto y Alex le prohibió contárselo a cualquiera. Ella lo hubiera hecho desde el principio, pero ahora... la idea de perder a Lena era algo que le atormentaba. Lena dio pasos al frente haciendo que la rubia se agitara y caminara detrás de ella. Se puso al frente suya y miró a sus ojos.

—Supergirl te ha hecho mucho daño, ¿no? —sonrió cómicamente.

—¿Qué?

El rostro de la joven palideció. Kara estaba tan concentrada en no perder nuevamente a Lena que no se dio cuenta de que la pelinegra estaba analizando psicológicamente la actitud de la chica nueva que tenían delante. Ahora mismo, la oración de Lena tenía sentido. Más al ver la reacción de la joven. No era una reacción de: "de qué estás hablando" "qué tonterías dices". Era una reacción de: "he sido totalmente pillada". Así que no tenía nada que ver con perder a Lena, ahora se preguntaba qué era lo que había hecho para que esa chica la odiase tanto.

—Veo que es así —continuó la pelinegra—. Y aun sigo intentando en resolver que es lo que tengo que ver con esto, pero te aseguro de que tienes una idea equivocada con Supergirl, con Kara —asintió para mirar por encima de su hombro y la rubia le regaló una sonrisa.

—¿Por qué la defiendes tanto? ¿Es que no...?

—Está claro que tiene que ver con su doble identidad —interrumpió posando una mano en su hombro en señal de paz—. Si yo también hubiera sido una heroína, hubiera protegido con todo mi ser a las personas que amo, siendo familiares o siendo amigos. No lo entendía porque estaba tan ofuscada en hacerle daño que no me metí en su piel y ahora que todo ha pasado... Bueno, que está pasando, quiero darme la oportunidad de hacer las cosas bien —se giró hacia la rubia—. De que hagamos las cosas bien.

—Pues no lo hizo bien durante dieciocho años —dijo Echo.

Apartó las manos de Lena con tarta fuerza que dejo marca, haciendo que Kara se interpusiera. Cogió las manos de Lena y usó su aliento helado para cubrir la parte dolorida. Finalmente se giró para enfrentarse a aquella joven, pero Lena le frenó.

—Estoy bien, es solo una niña —murmuró haciendo que Kara se relajase enseguida, pero sin dejar de mirarla de manera amenazante.

Se giró nuevamente para observar otra vez su mano. Echo se sorprendió. Ellas no eran amigas, ahora no. Y, aun así, estaban cuidándose una de la otra. Kara le estaba curando la parte dañada que ella misma provocó y Lena la mantenía a raya y la calmaba. La rubia se giró nuevamente para sacarle más información, quería arreglar o saber qué es lo que había hecho para que la odiase tanto, pero para su sorpresa encontró a la joven llorando.

—¿Por qué no me lo dijiste? —su pregunta sonaba rota, haciendo que por alguna extraña razón el corazón de ambas se resquebrajase por completo—. ¿Por qué no me dijiste tu secreto? —preguntó Echo secando sus lágrimas.

—¿Es por eso por lo que estás aquí? —esta vez Kara cuestionó suavemente. La reacción de la chica hizo que su corazón se ablandara. La chica asintió—. Echo, ¿verdad? Realmente no sé qué sucedió en el futuro y sé que no me lo puedes contar...

Un aura extraña las rodeó a las tres. Hace unos segundos la rubia juraría que Echo acabaría con ella si pudiera y ahora los tonos y los toques eran tan suaves y vulnerables haciendo que a Lena también se le parta el corazón.

—Pero te aseguro que todo lo que intento hacer es proteger a todas esas personas que amo y me da igual las consecuencias que lleven incluso si tengo que perderla... Lo único que me importará es que tú y cualquiera se encuentre a salvo. Y apuesto a lo que sea a que si no te lo conté es porque seguramente velaba por tu seguridad. Me has sorprendido que hayas dicho que te he mentido durante dieciocho años porque también es tu edad; eso significa que has estado en mi vida mucho tiempo, pero si lo hice seguro que fue por una buena causa. Y estoy segura de que jamás querría perderte, serías una persona importante para mí...

—¿Me prometes que eso es cierto? —preguntó la joven entre sollozos y Kara asintió—. Lo siento...

Sin más, se abalanzó sobre ella y la abrazó con fuerza. Kara, aun no sabiendo que pasaba ni quien era exactamente, correspondió el abrazo de todos modos. Cuando desenvolvió el abrazo, la brecha grisácea apareció de nuevo, haciendo que la joven y ambas mujeres miraran con cierta confusión.

—Oh —Kara daleó la cabeza al verse a sí misma.

Ambas heroínas sonrieron y se apuntaron a la vez. Era obvio que se trataba de ella en el futuro y sabía perfectamente que estaba entusiasmada por ver su yo del pasado. No habían cambiado absolutamente nada, excepto que su traje tenía más contornos dorados y una su emblema sobresalía un poco.

—¿Kara? ¿Cómo me has...? —preguntó la joven y la Kara del futuro rápidamente fue hacia ella.

—Sabes que mi mujer es capaz de hallar cualquier cosa incluso cuando no está en la Tierra —murmuró abrazando con fuerza a la joven y luego se separó de ella—. Lo siento mucho, Lee. Siento no habértelo contado. No te enfades con Alex ni con Kelly y mucho menos con Lori... ellas querían mantenerte a salvo.

—¿No deberías no decir...? —fue interrumpida por un abrazo—. Yo también lo siento... Lo siento mucho, Kara. Iba a venir aquí con la intención de hacerte daño, pero me arrepiento mucho. Siempre has sido tan buena... —comenzó a sollozar mientras Kara le abrazaba con más fuerza, negando con la cabeza y murmurando que no pasaba nada.

—¿Mi mujer? ¿Lee? ¿Alex, Kelly y... Lori? —preguntó la rubia con el ceño fruncido, interrumpiendo el bonito reencuentro. Ahora sí que estaba totalmente perdida.

—Bueno... —su Kara del futuro carraspeó un poco—. Aunque te lo explique me temo que tendré que borrarte la memoria —hizo una mueca.

—¿Borrarnos la memoria?

Lena preguntó apareciendo por detrás de Kara cruzándose de brazos. Después del pequeño extraño incidente de este momento lo último que quería Lena era olvidarlo. Le fascinaba la idea de conocer los próximos acontecimientos que haría cualquier cosa por guardarlos. Quería saber más, sobre todo de las personas que tenía delante.

Oh, Rao... —murmuró la futura Kara, sonriendo al ver a Lena—. Estás tan preciosa como siempre... incluso cuando tienes esas ojeras, el pelo enmarañado y sudada de tanto trabajo —le señaló cada detalle con amor.

Los ojos de Kara se abrieron de par en par. Conocía esa mirada. Era la misma que siempre ponía cada vez que se miraba al espejo antes de pensar en que iba a salir con Lena a comer, que iba a llevarle el café o que simplemente iba a verla. ¿La veía así, con tanto amor? El rubor de Lena apareció sin previo aviso, dejándola sin palabras después de recibir elogios llenos de ternura. Parecía que era como si siempre se lo hubiera dicho.

—¡Tía Kara! ¡No las asustes antes de explicarles! —exclamó la joven.

—¿Tía? —preguntó la heroína saliendo del trance.

—¡Que no se van a acordar! —exclamó Kara del futuro con cierta diversión mientras se miraba la muñeca.

Claramente el traje era diferente. No solo por el color y el emblema. Tenía incorporada tecnología dentro de ella cuando apareció una mini pantalla en el aire por la parte de su brazo haciendo fascinar a Lena y Kara sentirse más confusa que antes. Tecleó algunas cosas con cierta concentración.

—¿Entiendes eso? —preguntó Kara con admiración.

—Claro que sí —sonrió Kara del futuro de lado—. Lena me lo hizo. El traje entero —señaló orgullosa dejando de teclear—. Los contornos dorados son para que me alumbren en la oscuridad. Si presiono el emblema, se activa el traje anti-kryptonita. Y aquí —señaló su brazo—, aunque parezca que no hay nada, hay nanobots capaz de crear una especie de ordenador inteligente.

—Wow —comenzó a sonreír asombrada—. ¿Has escuchado eso, Lena? Sigues siendo una cerebrito increíble.

—Pues supuesto que lo sigue siendo. Mi mujer es una de las más inteligentes de la Tierra —expresó la futura Kara con admiración, volviendo a teclear.

Las dos se quedaron atontadas. ¿Su futura yo había dicho su mujer? ¿Mujer de Lena? Kara miró a la pelinegra confundida. Las dos pensaron lo mismo: tenía que ser un error. ¿Cómo iban a ser... pareja? ¿Después de todo lo que han pasado?

—Sí, sé que os ronda por la cabeza ahora mismo —interrumpió la futura Kara los pensamientos de ambas chicas—. Sin embargo, no os vais a acordar de todos modos.

—¿Cómo es posible? Si ni si quiera... nos hemos reconciliado. No del todo... —murmuró la pelinegra confusa.

—Díselo ya, tía Kara. Le vas a borrar la memoria de todos modos.

—Sí, sí. Está bien —dejó de teclear—. Empezaré por orden: Kelly y Alex han tenido a esta preciosa de aquí. Linda Lee Danvers Olsen. Alex me contó que era así como te iba a llamar Eliza desde un principio, pero conservó tu nombre original porque también le parecía bonito. Así que esta es tu sobrina. En fin... no le conté mi secreto. Antes de que pudiera explicarme, se había marchado. La única que la defendió fue mi mujer; ella siempre tenía razón... Debí de haberle escuchado y dejar de seguir los consejos de Alex y Kelly; ella es fuerte de todos modos. Ahora es como su madre —rodeó a la joven con sus brazos orgullosa y Kara por fin se acordó del traje de su hermana—. Y tú... bueno, yo... y Lena... Como decirlo...

—Tú y mi tía Lena siempre estabais juntas después de que os reconciliarais. Hoy ibais a tener vuestra primera cita.

—¿Nuestra primera cita? —preguntó Kara asustada.

Ella no había planeado una cita. Ella solo quería cenar con Lena. No iba con intenciones de ninguna manera. Ella solo quería hablar y pasar el rato, recuperar esa confianza que había destruido. Lena tampoco se lo creía. Nunca pensó en que Kara lo haría así, ni si quiera había señales de acercamiento o al menos ella no los veía.

—Sí —afirmó la futura Kara—. Iba a ser una cena normal y corriente, pero hablamos demasiado. De vuelta a casa, un alienígena enviado por Lex casi mató a Lena —murmuró apretando los labios y prosiguió—. Se me partió el alma al verla en la camilla y me odié millones de veces de que Lena supiera mi secreto. Me quedé con ella hasta que se despertó, no me separé de ella ni para ir al baño y, sin embargo, me dijo que estaría conmigo pasara lo que pasara: en los buenos y malos momentos... —comenzó a reírse nostálgicamente—. Y supe que no quería que Lena no estuviera conmigo. La besé por toda la cara minutos después, como si mis besos fueran mágico o algo así y bueno... besé accidentalmente sus labios.

—Accidentalmente, sí —comenzó Linda a reírse.

—Cállate, enana —Kara del futuro zarandeó a su sobrina de manera divertida y luego se dirigió a ambas mujeres que aun seguían perplejas—. Y bueno, después de eso, hubo muchos más. Nos casamos y tuvimos a nuestra preciosa Lori Luthor Danvers. Sé que ahora es todo muy confuso, sí, incluso difícil de entender. Pero ya veréis que juntas podéis con todo. Aunque tampoco lo recordaréis.

Al escuchar aquellas palabras e imaginarse todo era tan... increíble. Sobre todo, para Lena. Si todo era cierto, ¿Kara le había dejado poner su apellido en primer lugar? Se miraron internamente, ahora un poco más avergonzadas. Y ahora Kara entiende porque siempre tuvo ese aleteó en el corazón y esa sonrisa llena de amor. Lo provocaba todo Lena. Ahora la pelinegra entiende porque tuvo tanto dolor cuando le ocultó su secreto y le dolió de tal manera imaginarse a Kara fuera de su vida.

—Esto será como una foto, así que decid ¡Flash! —exclamó la futura Kara alzando el brazo antes de darle clic.

—¿Qué...? —preguntó Lena—. Kara...

—Escúchame antes de darme una respuesta, por favor —Kara avanzó hacia su lado—. Sé que este último mes hemos trabajado demasiado y hemos hablado de muchas cosas, pero no hemos tenido tiempo para nosotras y quiero... no... necesito que vuelvas a confiar en mí. Que pase lo que pase voy a estar contigo, en los buenos y malos momentos, Lena... Solo dame una oportunidad. Una cena, sin presiones y a ver cómo vamos...

Lena sonrió con ternura al ver la cara de cachorro de Kara. ¿Cómo iba a negarse? Se le partía el alma al verla junto a sus otros amigos y ella necesitaba un abrazo suyo. La pelinegra asintió sin dudar, apagando su portátil y recogiendo su bolso. Comprendieron que aun tenían mucho que construir y arreglar, pero también entendieron una cosa:

Para Kara siempre será Lena y para Lena siempre será Kara.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro