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6

   Las próximas dos semanas, Lena me evitaba a toda costa. Aveces nos mirábamos o nos saludabamos, pero de ahí en adelante, no pasaba nada. Y puedo comprenderla, debe estar molesta conmigo. La traté muy mal ese día. Cada vez que la veo, siento que debo pedirle perdón, pero no lo hago, y no sé porqué.

   Hoy he estado la mayor parte del tiempo en mi habitación. Los cursos que estamos haciendo son muy fáciles para mí y no necesitaba estudiar después de clases. Muchos dirán que es bueno para mí, pero yo no lo veo así. Cuando hacemos trabajos en grupo, siempre me separan de Lena porque debe ser equilibrado. Hasta Maggie me ha dicho que me tome mi tiempo y deje que ella se vaya olvidándo del enojo. Al parecer todo el internado me separa de Lena.

   Mi celular comenzó a sonar y yo lo tomé. Hace tiempo que nadie me llamaba. Parecía como si mi familia se haya olvidado de mí.

   Miré el nombre como dos veces. Era muy raro que Alex me quisiera hablar. Esa vez que la llamé, fue porque estaba desesperada. Pero ahora estoy un poco más tranquila.

   Me senté en la cama y acepté la llamada. Coloqué el celular en la oreja y después de mucho tiempo, escuché la voz de Alex.

   —Hola, Kara. Sé que me llamaste es solo que estas semanas estuve ocupada. Ya sabes; la universidad. ¿Sucedió algo? —pude escuchar desde el otro lado, la hoja de un libro moverse. Seguramente estaba estudiando, pero igual se tomó su tiempo para llamarme.

   —No te preocupes, ya lo solucioné... mas o menos.

   —Vamos, puedes contarle todo a tu querida hermana —su voz era tranquila y alegre.

   No estaba segura si debía decirle lo que sucedía. No sonaría muy bonito si digo que le gusto a Lena Luthor, hermana del gran villano Lex Luthor.

   —Es solo que tuve algunos problemas... con una chica.

   —No me digas que otra vez te metiste en ese tipo de problemas. Kara, ¿no habrás matado a nadie, no?

   —¿Qué? No, claro que no — negué rápidamente —. Fue... otro tipo de problema.

   Escuché como Alex cerró su libro de golpe y luego hizo un pequeño grito de alegría.

   —Cuéntamelo todo.

   —Me tocó como compañera de cuarto, una chica un poco peculiar —. Preferí no mencionar el nombre —. Es ese tipo de personas que no se junta con nadie y no tiene amigos ¿sabes?

   —¿Cómo una Kara número 2?

   —¡Oye! —Suspiré —. Como sea... El mismo día que te llamé tuve una pelea con ella. Nadie se juntaba con ella y yo traté de hacerlo, pero no sé... sentía que no me trataba con mucha importancia.

    —¿Y cuál es el problema?

   —Ella me dijo que me veía de forma diferente y que creía que ya lo había notado, pero no la entiendo. ¿Notar qué? —pregunté. Alex se quedó por unos segundos callada. Luego, escuché que cerró la puerta de su cuarto.

   —Kara, ¿puedo ser sincera contigo? —dijo lo más tranquila posible.

   —Por favor... — dije, preparándome para lo peor.

   —Bien, te diré dos cosas. ¿Recuerdas que cuando yo estaba en el colegio, tuve como cuatro novios?

   —Sí... ¿cuál es el punto de esto? —pregunté sin entender.

   —Bien, supongo que también recuerdas a Maggie. Te la presenté el primer día del internado.

   —Ni te imaginarias que tan buena es nuestra amistad.

   Escuché como Alex suspiró cerca del celular. Normalmente cuando hacía eso, es porque me iba a decir algo difícil. Yo la esperé paciente.

   —Maggie y yo... Estuvimos saliendo por un año.

   Al escuchar eso me caí de la cama y choqué con el suelo como una roca. Me coloqué nuevamente los lentes y apoyé mi mano en el escritorio para levantarme.

   —!¿Qué tu qué?!

   —Lo sé, lo sé. Es un poco difícil de creer. Yo aún no me lo creo. Solo pasó y ya. ¿sabes? Las dos nos lo tomamos muy sorprendidas. Ninguna sabía que era lesbiana. Hasta ahora la amo. Tuvimos que separarnos porque yo me iba del internado.

   —Y ¿por qué me cuentas esto?

   —Lo que estoy tratando de explicarte, es que aún no sabes lo que va a pasar en el futuro. Es posible que tú creas que no te gustan las chicas, pero tal vez es que aún no has conocido a la indicada. Además, lo segundo que te quería decir es que ¿no crees que estás pensando cosas en muy poco tiempo?

   —¿A que te refieres?

   —Cuando trataste de llamarme, solo era el segundo día de clases. Es muy raro que alguien se enamoré de otra persona en un solo día. Puede suceder, pero como dije antes, es muy raro.

   —Entonces explícame ¿a qué se refería cuando me decía: yo te veo de una forma diferente?

   —No lo sé, Kara. No sé de qué chica me estás hablando, no conozco su personalidad o gustos, así que no puedo hacerte de mucha ayuda ¿sabes?

   Me sobé el entrecejo y me senté en el sofá. Tenía la respuesta a solo unos pasos. Alex podría decirme que está sucediendo, pero tendría que decirle que la persona que me lo dijo es Lena. Abrí la boca, para hablar nuevamente con ella pero la puerta se abrió. Mi corazón se detuvo por unos segundos, pensando que era ella. Pero sólo era Maggie.

   —¿Kara? ¿Sigues ahí? —escuché a Alex.

   —Sí, sí. Es solo que Maggie había llegado.

   —Un momento, ¿Maggie y tú son compañeras de cuarto?

   —Sí, ella y la otra chica.

   —¿Con quién hablas? —preguntó Maggie.

   Miré la ventana y recién note que ya era de noche. Oberserve el reloj que tenía en la muñeca y eran las 11:50. Todos los estudiantes deberían estar a esta hora en sus habitaciones, recordé una de las reglas.

   Maggie no me iba a dejar ir a esta hora, pero Lena aún no regresa y eso me preocupa.

   —Estoy hablando con Alex —le dije.

   —¡¿Alex está en el teléfono?!

Maggie se lanzó a mí como cuando un león ataca a su presa. Ella me arrancho el celular de la mano y yo la vi con una ceja levantada.

   —Digo... fue una buena amiga —dijo nerviosa.

   —Tranquila, ya lo sé todo —dije. Agarré el celular por un segundo y tapé el micrófono —no le vayas a mencionar a Lena en tu conversación—susurré.

   Maggie asintió y sacó una sonrisa, para luego tomar el celular y comenzar una larga conversación con mi hermana. Si que se aman mucho.

   Estaba por prender la televisión, pero miré a Maggie. Ella estaba totalmente distraída con Alex. Luego, miré la puerta; y yo me quedaré aquí, esperando que que Lena llegué. Claro, si lo hace.En silencio, tomé mis llaves. Y salí del cuarto.

   Caminé por el amplio pasillo del edifico. Todo estaba en silencio y tranquilidad. Pero igual miraba hacia todos lados, por si no me encontraba algún profesor. Tuve que salir por una ventana para que la secretaria, de la "Zona A", no me vea.

   Afuera, no se podía ver mucho por la oscuridad de la noche. Al dar un paso, lo pensé dos veces. ¿Realmente era necesario esto? Lena ha estado mucho tiempo aquí, ella sabe lo que hace. Negué con la cabeza y me puse recta, no solo la quiero buscar para asegurarme que no se haya metido en problemas, también lo hago porque debo disculparme con ella. No merece cómo la traté. Si esa es su forma de comenzar amistades, tendré que acostumbrarme. Es lo único que he hecho toda mi vida en la Tierra, así que esta no es una escepción.

   Para que ningún profesor pueda verme, decidí caminar por los extremos del internado. Fui hasta la parte trasera del edificio de las chicas y comencé a caminar hacia el colegio. Siempre atenta si escuchaba o sentía algo.

   Después de unos minutos caminando, pude ver de reojo a alguien. Rápidamente voltee la cabeza y por unos segundos pude ver a una persona entrando a la "Zona A". Por un momento pensé que era Lena, era lógico ya que ella y yo somos las únicas chicas que están afuera. O eso es lo que creo. Seguí mi instinto y continúe caminando hasta la parte trasera del colegio.

   Al llegar, me asomé con cautela y me quedé helada al verla. Se mostraba nerviosa y tenia el celular en las manos, escribiendo con rapidez. La miré confundida. ¿Qué se supone qué está haciendo? Después de unos segundos, Lena se llevó el celular al odio. Yo rápidamente me concentré en escucharla.

   —No sé qué hacer, se está acabando el tiempo y no estoy encontrando nada —dijo muy nerviosa.

   No pude ser capaz de escuchar con quién estaba hablando, pero al parecer esa persona la tranquilizaba. Lena se llevó una mano a la frente y comenzó a caminar en vueltas.

   —Bien, te informaré si sucede algo más —dijo más segura, para luego colgar.

   Metió el celular en su bolsillo y comenzó a caminar hacia mi dirección. Rápidamente me pegué a la pared. Esta era mi oportunidad. Cuando vi la figura de Lena, estaba por levantarme y acercarme a ella, pero alguien me tomó del brazo. Voltee la cabeza confundida y ahí estaba el chico que había visto en las artes marciales. Colocó su dedo índice en sus labios, indicando que mantuviera silencio. Miré a Lena y ella ya estaba muy lejos.

   —¿Qué te pasa? ¿Iba a hablar con ella? —le dije un poco molesta. Ahora Lena llegara a su habitación y notará que yo no estoy ahí.

   —Tu eres Kara ¿no? La amiga de Maggie —dijo, ignorando totalmente mi comentario —Yo soy Winn.

   Extendió su mano y yo la tomé en forma de saludo. ¿En serio para eso me detuvo?

   —Sí... mira, tengo que irme —dije en un tono brusco.

   Voltee la cabeza y Lena estaba entrando al cuarto.

   —Espera. Necesito decirte algo importante —dijo preocupado. Yo crucé los brazos y lo miré —Sé que no nos conocemos mucho y tal vez no confíes en mí. Pero, ¿ves a esa chica? — Winn señaló a Lena con el dedo —. Aléjate de ella.

   —¿De qué rayos estás hablando?

   —¿Eres nueva aquí, no? Mira, yo soy el tercer estudiante que ha estado más tiempo en este internado. Y aunque nunca haya hablado con Lena Luthor, la conozco a la perfección y también conozco muchos secretos de este lugar. Así que, aléjate de ella.

   Lo estuve pensando por unos segundos. Lo miré y no mostraba ninguna facción en su rostro que pueda ser demostrar que era broma. Aunque igual ¿por qué quería decirme esto? ¿porque Lena es una Luthor?

   —Oye, tú no tienes derecho de...

   —Lo lamento, pero ya me voy —me interrumpió.

   Y eso fue lo que hizo. Se marchó sin decir ninguna palabra más. Aléjate de ella; esa oración rondaba por mi cabeza. Suspiré y me llevé la mano a la frente, ¿por qué todo es tan complicado? Miré mi reloj y eran más de las 12. Es mejor que me apure en llegar a mi habitación.

. . .

   —¡¿Cómo no te diste cuenta que se había ido?! —escuché desde el otro lado de la puerta —¡La pueden expulsar si la encuentran a estas horas fuera de su habitación!

   —Espera, ¿qué estás pensando hacer? No puedes salir.

   La puerta se abrió de golpe y yo levanté una ceja. Lena estaba con la mano en la manija y veía a Maggie que estaba parada atrás suyo.

   —No me voy a quedar con los brazos cruzados y...

   Lena giró la cabeza y se quedó callada al verme. Yo saqué una pequeña sonrisa nerviosa y puse mi mano en la nuca. Pero ella se mostraba muy sería, así que yo saqué la sonrisa de mi rostro. Lena me jaló del polo y me metió al cuarto, para luego cerrar la puerta con fuerza. Me miró de pies a cabeza y luego se sentó en su cama, soltando un suspiro de alivio.

   —Estabas a punto de salir por esa puerta como una loca —comentó Maggie.

   —Kara, no puedes salir a esta hora. Es peligroso. Los profesores siempre están rondando todo el lugar —dijo Lena. Yo la miré con el entrecejo fruncido. ¿En serio está molesta? Ella también estaba afuera.—. Pueden verte y te meterás en problemas.

   — ¿Y acaso tú no? —le dije mientras subía a mi cama —. Porque sí, Lena, salí para buscarte —Lena no dijo nada —. Buenas noches.

   Me acomodé en mi cama, dándole la espalda a Lena. Después de eso, la habitación se quedó en silencio. Las luces se apagaron y cerré los ojos, pero no podía conciliar el sueño. Giré mi cuerpo y Lena estaba durmiendo, dándome la espalda.

   Me bajé de la cama y tomé mi celular, que estaba encima de la mesa. "Piensa bien lo que te dije antes" leí que decía un mensaje de Alex.

   "¿Mañana seguimos hablando?" Le escribí. Esperé por unos minutos y Alex respondió: "Lo lamento, Kara, pero mañana tengo que ir a la universidad"

   Tengo que ir a la universidad. Esas palabras se habían quedado grabadas en mi mente desde hace mucho tiempo. Alex estudia en la universidad de National City, una de las mejores en Estados Unidos. Vive en una habitación que le ofrece la universidad, de Lunes a Viernes. El sábado y domingo, se regresa a casa.

   »Cuando termines la escuela, tú entraras a esa universidad, Kara.« Eso siempre me lo decía mi hermana. Aunque yo no tenía muchas esperanzas. No era tan inteligente para ingresar a esa universidad. Ahí entran los mejores.

   —Maldita sea, Kara, ya vete a dormir —escuché a Maggie decir con voz somnolienta.

   Yo me sobresalté y escuché una pequeña risa de Maggie. Dejé el celular y regresé a la cama, para así por fin dormirme.

   El siguiente día, vino a la escuela la policía, diciendo que debían arrestar a un estudiante.

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