
5
Me senté en la primera mesa que había. Estaba realmente molesta, pero no con Lena, sino conmigo misma. Como pude ser tan estúpida todo este tiempo. No le vayas a decir a nadie sobre tus secretos, Kara. Recuerdo que decía mi mamá a cada rato. Y yo siempre le respondía que estaba siendo muy exagerada y que se tranquilice. Ya hasta me puedo imaginar cuando se lo tenga que contar...
—¡Kara, te dije que tengas cuidado! ¡Nadie puede saber que vienes de otra familia! —me gritaba Eliza. —En fin, ¿a quién se lo dijiste?
—Lena...¿Luthor? —es lo más probable que responderé.
—¡Kara!
Sí, será de terror ver a Eliza así. Levanté la mirada para ver por primera vez a mi oponente. Era una chica con caballo color café y un poco ondulado. Sus ojos eran marrones caramelo. Llevaba una blusa y me miraba. Ella sacó una pequeña sonrisa de lado.
—Hola, soy Taylor — saludó muy alegre —, y tú eres...
—Kara
—Te vi antes jugando contra Lena Luthor. Esa chica es de temer.
—¿Perdón? —pregunté un poco molesta.
—¿Qué? No... no, no creas que yo la crítico a ella por su apellido. Me refería a por como juega ajedrez. Ha sido la campeona desde que llegó —dijo, mientras la miraba. Yo voltee y también miré a Lena. ¿Hay competencias?
—Uh... lo siento, es solo que me molesta la gente que la critica por su apellido —, ella asintió con la cabeza —. Y sí... Debo aceptalo, me dio una paliza.
—Sí, te entiendo. He perdido varias veces contra ella —dijo. Miró el trablero y suspiró —. ¿Empezamos?
—Claro.
Y la partida comenzó. Mientras las dos movíamos las piezas ágilmente, yo al mismo tiempo seguía pensando en la partida con Lena. Su reina, significaba sus secretos que ya todos conocen. Como la derrota de su hermano. Es decir que... Lena aún tiene un secreto; el rey, es su mayor secreto. Aveces lo deja un poco expuesto, pero nadie llega a saberlo.
—Jaque —dije. Ella apoyó la cabeza en su mano y miró el tablero.
Tengo que estar atenta a las acciones que hace Lena. Esperar la siguiente oportunidad y saber lo que esconde. No es que que quiera saber su secreto sin que ella quiera, es solo que me intriga mucho. Movi otra pieza y continúe pensando, pero Taylor habló.
—Eres buena. Me hiciste jaque mate y mataste a casi todas mis piezas —expresó sorprendida —. Si que juegas rudo.
Mire el tablero y era cierto. Inconscientemente le hice un jaque mate. Había acorralado a su rey con los alfiles y torres.
—Lo siento, es solo que estaba un poco molesta —admití —. Aunque, tú también jugaste muy bien.
—Sí, pero quiero llegar a ser mejor que Lena. ¿Cómo lo haré si no puedo ni vencerte a tí? —dijo frustrada. Estaba por levantarse para moverse de mesa, pero yo lo hice primero.
—No te preocupes, quédate aquí. Igual yo ya me iba.
—Muy bien, nos vemos luego, Kara.
Me paré y miré a Lena; estaba jugando con otra persona y... Acaba de ganarle. Metí las manos en mis bolsillos y caminé por los pasillos del colegio. Dijeron que las actividades eran obligatorias, pero nunca mencionaron que debía quedarme toda la clase.
—¡Katie, dobla bien las piernas al recibir la pelota! —exclamó un profesor.
Giré la cabeza y vi por la ventana, como algunos chicos jugaban voley. Continué mi camino sin importancia. Todos esos deportes estaban prohibidos para mí. ¿Que pasaba si un día, pateaba muy fuerte una pelota y se daba la vuelta al mundo? ¿O en voley la llevaba hasta el espacio? Además, ese tipo de deportes nunca me gustaron. En el colegio, normalmente solo lo jugaba la gente popular, y yo... no era nada.
—¡Winn, concéntrate! —escuché que gritó ¿Maggie?
Me asomé por a la puerta que estaba al lado mío. Era las clases de artes marciales. Maggie estaba peleando contra uno que era cinta blanca. Un poco injusto ¿no, Maggie?, pensé.
Entré al salón y me senté en el suelo, apoyando mi espalda con la pared.
—Mira, para golpear, el pulgar debe estar encima de los demás dedos —indicó Maggie. Yo mire mi mano e hice lo que dijo —. Luego, debes colocar los codos casi pegados al torso para dar golpes más rectos.
La persona que estaba con ella asintió y se puso en posición. Yo metí los codos y observé la pelea. El chico trató de golpear a Maggie en el rostro, pero ella detuvo el golpe con su mano. Tomó con las dos manos el brazo su oponente, puso su cuerpo alftente del otro y concentró toda su fuerza en los brazos para tirarlo al suelo.
—Wow...
Sí, eso es lo que quería aprender a hacer. Eso es lo que no entiende mi madre. Pelear no es solo tirar golpes al aire, debes pensar de verdad, debes actuar rápido e inmovilizar a tu oponente.
—Eso no vale, yo no sabía ese ataque —se quejó el chico, mientras Maggie le daba la mano para ayudar a levantarlo.
—Ahora sí — dijo Maggie, volteó un poco la vista y me vio yo la saludé con la mano —. Si quieres, en la siguiente clase te puedo enseñar a hacerla.
—Pero yo no quiero aprender. Nunca quise estar en artes marciales. Es solo que mi estúpido padre me registró aquí. ¿Por qué mejor no se sigue preocupando en sus tontos juguetes y dejarme en paz?
Maggie rió y se cruzó de brazos. Nunca imaginé que ella tuviera tanta fuerza para levantar a una persona. Yo miré mis brazos, yo podría hacer eso sin ningún esfuerzo. Sería tan fácil para mí aprender esos movimientos.
—Quítate las zapatillas y medias —dijo Maggie.
Levanté la mirada y en ese momento me di cuenta que me estaba hablando a mí, porque el otro ya se había ido al otro extremo del salón para conversar con los demás. El salón era bien grande. Yo asentí dudosa y me paré, para hacer lo que me ordenó. Supongo que no se puede entrar aquí con zapatillas, ya que el suelo es especial. Puse la zapatillas y las medias en una esquina y apolle las manos en la pared para volver a sentarme.
—¡Hey!
Maggie me gritó y yo la miré. Todo estaba en cámara lenta, el puño de Maggie venía exactamente hacia mí cara. Me incliné un poco a la derecha y pude esquivar el golpe sin ninguna dificultad. Me quedé parada viendo a Maggie, ahora ella estaba al lado de la pared. Sonrió y se acercó a mí.
—Vamos, atacame —dijo abriendo los brazos.
—¿Estás segura? Yo... Puedo hacerte daño.
—Totalmente segura —dijo mientras se colocaba en posición para pelear.
Me encogí de hombros y corrí hacia ella con con el puño derecho levantado. Al último segundo, Maggie se movió hacia un lado. Colocó una de sus piernas al frente de la mía. Puso sus manos en mis hombros y con solo empujarme, ya no pude controlar el equilibrio y sumando la fuerza con la que había lanzado el golpe, hizo que caiga al suelo.
—Tú...
—Utilicé tu fuerza en tu contra —me interrumpió.
La miré atónita. ¿Acaba de tirarme al suelo? Ella me miró y sacó una sonrisa, para luego ofrecerme su mano. Me levanté con su ayuda.
—¿Crees que por tener fuerza sobrehumana, puedes golpear como quieras? —preguntó — Todos tienen su debilidad. Y la tuya, es que eres muy impulsiva.
Maggie se colocó al frente de una pera para golpear, que estaba colgando del techo y comenzó a darle patadas.
—Maggie, tu me contaste que trataste de juntarte más a Lena ¿qué pasó?
—El tiempo pasaba y Lena cada vez me ignoraba más —. Hizo una pausa y dio otra patada —. Al principio fue muy cordial, pero luego hablaba menos conmigo. Ella...
—Te trataba como si no fueras nada —terminé la oración. Maggie me miró y dejó de entrenar.
—Exacto. Al final terminamos como estamos ahora: compañeras de internado que es muy posible que en el futuro nunca más se verán.
Mientras Maggie seguía golpeando, yo pensé en como seria mi futuro con Lena. No me sorprendería que terminemos el instituto y nuestra amistad quede en el olvido.
—Maggie ¿Ella es alumna? —preguntó una señora con cinta negra y traje negro.
—Uh... No, es solo un amiga —respondió Maggie.
—Deja de distraerte, ven a entrenar.
—Claro, luego te hablo —se despidió —. Ah y por cierto, si necesitas hablar sobre algún tema en especial, me avisas.
Yo asentí con la cabeza, Maggie guiñó un ojo y se acercó a su maestra. Me coloqué mis zapatillas y me fui de ahí.
Saqué mi llave y abrí mi puerta, para luego cerrarla con fuerza. En el camino estuve pensando nuevamente en la partida con Lena y cada vez la rabia crecía más, pero ahora más a ella. Yo me había acercado cómo tan buena gente a ella, algo que nadie hace pues todos le tienen miedo, y Lena solo me trata como los demas.
—Maldito instituto de mierda, nada de esto estaría sucediendo si yo no hubiera llegado aquí —dije molesta. Subí las escaleras de mano y me senté, con las piernas dobladas, en mi cama.
—Esa parte de tí no la conocía, y creí que eras una santa — luego de eso se escuchó una risa sarcástica.
—¿Qué? ¡Lena! ¿Q-que haces aquí?
—Te fuiste de la clase —dijo. Estaba hechada en su cama, mirándome fijamente —. Creí que estabas aquí, pero no te encontré y creo que me quedé dormida.
—Lo siento, es solo que... estaba un poco molesta.
—¿Molesta por qué? —preguntó. Yo la miré con el entrecejo fruncido. Lena es muy inteligente y creo que sabe exactamente lo que está sucediendo.
—¿Me estás hablando en serio? Es solo que... pienso que todo este esfuerzo es en vano. Porque al final nunca se podrá crear una amistad entre nosotros —finalmente lo dije. Ya no podía esconderlo más. Lena no respondió nada, solo me miró y se sentó en su cama —. Pensar que para tí, yo soy alguien más. Como trataste a Maggie.
—Maggie y tú son diferentes.
—¿Por qué?
—Yo...
—¿Por qué siempre te alejas de todos, pero eres buena gente con algunos para luego dejarlos? —la interrumpí.
—No lo entenderías —dijo un poco más tranquila.
—Esto es increíble. ¿Qué rayos te pasa? ¿Por qué eres tan... Así? —pregunté estirando mis manos hacia ella.
—Kara, deja de hablar de esa forma. Tú no eres así —dijo mirándome a los ojos, podía ver rabia en ella —. Yo... dejé que te me acercarás a mí porque... te veo de forma diferente a las demás personas. No solo a Maggie, sino a todos.
—Lena, ¿de qué...
No pude terminar la oración pues me quedé sin habla al pensar más lo que había dicho. Ella se levantó de la cama y caminó hasta la puerta. Puso la mano en la manija y dijo con voz seca:
—Creí que ya lo habías notado...
Después de eso, desapareció del cuarto y lo último que se escuchó fue la puerta cerrarse lentamente. ¿Lena me ve de forma diferente? ¿Eso qué significa? Tomé mi celular y rápidamente traté de contactarme con Alex. Llamé como tres veces, pero nunca contesto. Debe estar estudiando.
Ya que no había nadie en la habitación, me tiré de la cama y caí al suelo de pié. ¿Quién más puede tener experiencia de lo que creo que está pasando? Claro... Maggie.
Salí del cuarto y miré hacia los dos lados; Lena no estaba. Caminé con paso rápido hacia la salida, pero en el camino, choqué con alguien.
—Uh, lo siento —dije sin ni siquiera mirar, realmente estaba apurada.
—Hey Kara, que buena partida la de antes.
—Taylor? ¿Qué haces aquí? —. Esta vez me detuve para verla.
—Uh... Estoy buscando a Lena.
—A... ¿Lena?
¿Qué hacía Taylor aquí? y ¿Por qué está buscando a Lena? Creí que no eran amigas.
—Sí, es que... quiero que me enseñe como hace jugadas tan buenas en el ajedrez.
—Lamento decirte que no está en su habitación. Salió hace unos minutos — le expliqué. Sinceramente no quería darle mucha información.
—Oh... de acuerdo —su voz sonaba un poco triste —. Espera, ¿cómo sabes eso?
—Somos compañeras de cuarto.
Taylor frunció el ceño, se dio medía vuelta y se fue. Que rara es la gente de este lugar. Le resté importancia y seguí con mis cosas. Cuando estaba en la entrada de "Zona A" pude divisar a Maggie aún con su traje y una maleta.
Me acerqué a ella y la tomé del brazo, para comenzar a jalarla. Quería ir a una zona donde no hubiera nadie.
—Kara, ¿qué pasa? —preguntó Maggie.
—Necesito hablar contigo en un lugar donde nadie moleste o escuché —dije mientras la seguía jalando.
—¿Ok? Ven, sígueme.
Ahora Maggie era la que me jalaba del brazo. Llegamos hasta la parte de atrás del colegio, donde solo había un gran callejón, lleno de contenedores de basura y muros con pintura vieja.
Maggie se acomodó mejor su maleta y me miró, esperando que comenzase a hablar.
No sabía cómo empezar, no sabía exactamente que iba a decirle. Me puse las manos en la cabeza, recordando la conversación que tuve con Lena y organizando mis ideas para transmitírselas a Maggie.
—Hoy pasó algo —finalmente dije. Maggie me miraba con atención —. Entré Lena y yo. Me la encontré en la clase de ajedrez y jugamos una partida.
—¿Cuál es el problema con eso? —preguntó Maggie.
—Ella era tan buena y tenia él juego tan controlado, que decidió darme una indirecta con el juego. ¿Maggie alguna vez has jugado ajedrez?
—No mucho, pero.. He visto a tu hermana jugar.
—La partida comenzó a hacerse cada vez más personal. Nuestro rey, era como nuestro más profundo secreto y las demás fichas eran cosas sin importancia. Cuando terminamos la partida y Lena me ganó, entendí que yo no soy nada para ella.
—Estabas molesta y por eso apareciste en las clases de Artes Marciales.
—Luego, cuando regresé a la habitación, ella estaba ahí. Estaba tan enfadada que no pude controlarme y le dije lo que sentía que nuestra amistad nunca iba a crecer y te mencioné y creo que Lena también se molestó —hablé rápido y desesperada.
—Espera, tranquila. ¿Qué te dijo?
—Que a mí me ve diferente a cualquier otra persona que hay en este internado. Y luego se fue.
—De forma diferente...
—Sí. No quiero pensar mal pero cuando me lo dijo lo primero que se me vino a la mente fue que... ¿Le gusto a Lena?
Quiero nergarlo, pero no puedo hacerlo. Lena es una buena persona con un pasado oscuro y no se merece tener más dolores.
—Seré sincera contigo, yo también estoy pensando lo mismo. Es realmente increíble cómo Lena ha aceptado que te acerques tanto a ella.
—Y-yo no quiero hacerle daño. A mi no me gusta Lena ¿sabes? No soy de este tipo de... amores. Yo cuando la conocí la veía más como una amiga.
—Igual yo... ¿qué loco, no?
Maggie puso sus manos en su cadera y rió. Al menos con Maggie me tranquilizaba un poco. Ella no iba a dejar que haga una estupidez.
—Ahora ¿Qué voy a hacer?
—No lo sé, Kara, no lo sé...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro