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Maratón 1/4 (Oh yeah :v)

   —¡Comiencen!

   Todos los equipos empezaron a moverse. Nosotros solo esperábamos que Lena de una orden.

   —Tranquilos, que la gente se mueva un poco —dirigió Lena —. Busquen con la mirada algunas cintas.

   Era difícil estar concentrado al ver que todos los equipos peleándose para quitarse las cintas. Además, los nervios crecían cuando algunos estudiantes que llegaban para vernos.

   —¡Ahí! —señaló Maggie —. Hay uno amarrado en el árbol.

   —Y hay uno que sobresale de la tierra —dijo Carla.

   —De acuerdo, Kara. Primero recojamos el que está en el suelo. Giremos a la derecha —ordenó Lena.

   Asentí con la cabeza y comenzamos a correr. Trataba de ir a la misma velocidad del equipo.

   —Lena, un grupo nos está siguiendo —informó Taylor.

   —Maggie, agarra un poco de tierra —. Nosotros miramos a Lena confundidos, pero al final Maggie hizo lo que le ordenó —. Annie, Taylor, cierren los ojos.

   Lena levantó el brazo y abrió la mano. La tierra comenzó a caer y por la velocidad en la que íbamos, llegó hasta atrás. No hay reglas, ¿no? El otro equipo tuvo que detenerse porque a algunos le había caído tierra en los ojos.

   —Carla, ayúdame con la cinta —pidió Lena.

   Carla patio la tierra y la cinta quedó al descubierto. Rápidamente Lena se agachó y la tomó para colocarse en la frente. Sonreí y todos volteamos hacia la izquierda para dirigirnos al árbol.

   —Hay otro grupo que también quiere la cinta —informó Annie.

   Todos volteamos y vimos a Winn en el medio, acompañado de otros. Este chico de nuevo molestandonos.

   —Ya no importa la cinta, retirem-

   —Deja de huir, es hora de atacar —insistió Carla —. Yo no dejaré que pasen.

   Lena se quedó callada así que seguimos avanzando. El otro grupo se acercó, Carla corrió hasta mí y Annie, que estaba atrás, casi se cae. Ella se apoyó en mi hombro y mientras seguíamos corriendo, lanzó una patada al jugador que estaba al frente del otro grupo.

   Maggie tomó la cinta y se la dió a Lena. Y así continuamos, encontrando más y más cintas hasta que subimos al segundo lugar. Pero de pronto, todos nos detuvimos al escuchar a Sacha.

   —¡El equipo dirigido por Paul sube hasta primer lugar! —exclamó —. ¡Encontraron la cinta de 6000 puntos!

   —¿Paul no es el que lo noqueaste de un golpe en artes marciales? —preguntó Maggie.

Sentí como Carla me miraba y yo solo asentí con la cabeza.

   —¡Mostremos el cuadro!

   Se prendió una gran pantalla y todos nos quedamos atónitos con los resultados.

   —Uh... esto es raro —comentó Sacha.

   —La mayoría de los jugadores tienen cero puntos —dije —. En segundo lugar está el equipo de Winn y nosotros terceros.

   —Winn le ha quitado la cinta a casi todos —anunció Maggie sorprendida.

   —Hay que movernos —mandó Lena —, rapi-

   Fue interrumpida cuando Annie gritó. Voltee y miré como el grupo de Winn había chocado con el nuestro. Rápidamente, Winn tomó las cintas de Lena y las jaló. Él rió y se las colocó.

   —Nos quitó los puntos —exclamé.

   —Su grupo es tan fácil —dijo Winn con una sonrisa.

   —¡¿Qué acabas de decir?! —gritó Carla —¡Devuelvenos las cintas!

   —¡Quedan 10 minutos para que terminé el partido! ¡El equipo de Winn sube al primer puesto!

   —Me sorprende que antes hayas dicho que ustedes iban a ganar. Déjame preguntarte algo, Carla: ¿Cómo se siente estar último?

   Miré a Carla con miedo. Un poco más y podía sentir como la rabia fluía por sus venas y podía ver como sus ojos se volvían rojos.

   —Lena... cambio de planes— musitó Carla. Mi cuerpo se sacudió del miedo al escucharla —. Yo iré al medio y tomaremos la cinta de 6000 puntos.

   Lena lo pensó un tiempo pero al final suspiró y comenzó a quitarse el chaleco.

   —¿Se puede hacer esto? —pregunté.

   —Las ojos de pasto ya lo dijo, no hay reglas —replicó Carla.

   —Kara, ayudame —dijo Lena —. Taylor, Annie, vigilen.

   Todos nos acercamos para que las cuerdas no nos jalen. Lena se subió a mis hombros y me puse nerviosa al saber lo cerca que estaba. Ella agachó la cabeza y me dejó un pequeño beso en la mejilla.

   —¡De acuerdo! ¡Vamos a ganar esto! —exclamé con una gran sonrisa.

   Cuando Carla ya estaba lista, Lena se bajó de mis hombros y se colocó las cuerdas. Debía estar atenta al juego, pero igual me preocupaba que ella esté en la zona de adelante.

   —¿Qué pasa, Carla? ¿Estás molesta? —preguntó Winn, provocandola más —. He investigado a tantas personas que eran como tú y ahora están en la cárcel.

   Él rió y se fue con su grupo. Giré para ver a Carla y su enojo subía hasta los cielos.

   —Cálmate, así no lograremos nada —dijo Maggie —. Debemos hacer algo ahora.

   —Sigamos al grupo de Winn. Vamos a quitarle todas las cintas a ese idiota —gruñó Carla con una sonrisa malvada —. En estos momentos, estoy extremadamente calmada.

   Comencé a correr y ahora los demás seguían mi paso. Todos estábamos dispuestos a ganar. Carla tomó las cuerdas de atrás y las sacó de su chaqueta. Rapidamente, ella saltó hacia mí y se subió a mi hombros. Nos acercamos al grupo de Winn, Maggie golpeó a uno y Carla le arrancó bruscamente la mayoría de cintas a Winn. Regresó a su sitio y nuevamente se colocó las cuerdas.

   —¡Oye eso no se puede hacer! —se quejó uno de los jugadores.

   —El pentágono nunca se desformó así que el juego sigue —indicó Sacha —. Además, me encantó esa jugada.

   —De acuerdo —dije con una sonrisa y la respiración agitada —. Ahora solo hay que defender.

   —¡Aún no! —gritó Carla —¡Vamos a quitarles todos los puntos! ¡Avanza, idiota!

   Gruñí, pero igual comencé a correr. Yo también quiero tener las cintas de Winn. Es un fastidioso que no merece ganar.

   —Voy a recuperar nuestras cintas e iremos a por los 6000 puntos.

   Sonreí de lado y todos corrimos más rápido. Carla nuevamente se quitó todas las cuerdas y se acercó un poco a mí.

   —Cabeza de paja, enana número 2. Tomen las cuerdas.

   —¿Cómo nos acabas de llamar? —criticó Taylor. Carla los miró y ella suspiró —. Bien, dame la maldita cuerda.

   —Agarrame bien, idiota —dijo Carla, mientras se subía nuevamente a mis hombros —¡Corran más rápido!

   Nos acercamos al grupo de Winn que comenzaron a huir. Carla saltó encima de uno de su equipo y luego se subió en los hombros de Winn y le arrancó las únicas cintas que le quedaban.

   —¡Lena, cuidado! —exclamé al ver que uno trato de empujarla, pero ella lo esquivó y le dio un golpe en la cara — Lena...

   —No olvides que soy una Luthor —dijo Lena con una sonrisa.

   Carla saltó hacia atrás, Annie y Taylor jalaron las cuerdas y ella logró ponerse nuevamente en su posición.

   —¡El grupo de Carla ataca con todo! ¡Ahora están en segundo lugar! ¡Quedan 2 minutos! —informó Sacha.

   —¡Ahora, vamos a obtener el primer puesto! ¡¿Me escuchaste, Kara?! —gritó Carla, que comenzó a jalar mi cuerda — ¡Comienza a correr!

   —Cuando termine esto juro que la voy a matar —susurré y escuché a lo bajo las risas de Lena.

   Pude notar que ya estábamos cerca cuando vi a varios equipos juntos. Trataba de evitarlos, pero cada vez las cosas se hacían más difíciles. Un equipo trató de hacerme tropezar con sus cuerdas, pero Lena los empujó y al final ellos cayeron.

   Logramos avanzar hasta el grupo de Paul, que estaba acorralado. El grupo de Winn estaba a nuestro lado y chocabamos todo el tiempo.

   —¡Deja de jodernos todo el tiempo! —exclamó Carla.

   —Lo lamento, es mi naturalidad —dijo Winn levantando los hombros.

   Él se acercó a nosotros para quitarnos las cintas, pero Lena se interpuso y le golpearon a ella.

   —¡Oye, no la toques! —grité molesta.

   Corrí hacia Winn y fue muy tarde cuando me di cuenta que nuestras cuerdas se habían enredado. Todo se convirtió en un caos. El grupo de Paul trato de escapar pero también se enredaron y para estar parejos, Annie jaló una de las cuerdas de Winn y ellos también cayeron.

   —¡Tomó las cintas! —informó Maggie.

   Voltee y vi como Winn agarraba las cintas de Carla con una gran sonrisa.

   —¡Idiota que haz hecho! —gritó Carla molesta.

   —Carla, da la orden rápido —dijo Taylor.

   —Sí...Uh... ¡Vamos a por la cinta de seis m-

   —¡Se acabó el tiempo! —informó Sacha y todos nos quedamos en silencio.

   —¡Nos quedamos sin puntos! —exclamó Annie.

   Miré a Carla que estaba roja del enojo. Santo Rao, ve abriéndome las puertas a tu hogar porque me queda poco de vida.

   —¡Maldición! —rugió Carla.

   —¡No es posible, Paul no tiene la cinta de 6000! —comentó Sacha — ¡Winn le quitó los puntos al grupo de Carla, pero igual los dos pasan a la siguiente ronda!

   —¿El cabeza de nieve acaba de decir que pasamos?

   Lena rió y sacó algo de su bolsillo.

   —Sabia que estábamos en aprietos, así que tomé la cinta de 6000 sin que nadie se de cuenta —dijo Lena, mostrando la cinta en su mano.

. . .

   —El mejor... juego... de la vida —dijo Maggie, mientras se tiraba en su cama exausta.

   —Ya no puedo más, me despiertan mañana —avisó Taylor.

   —Buena partida, Carla —comenté.

   Ella solo gruñó y se acostó en su cama para dormir. Todos hicieron lo mismo, estábamos sin energías.

   Me acomodé en la cama para descansar, pero abrí los ojos al sentir unas manos rosar mi abdomen. Sonrei y voltee para encontrarme con unos hermosos ojos verde. Ella me besó la nariz y se acercó más a mí.

   —Nos van a escuchar los demás —susurré con una sonrisa.

   —Claro que no —negó Lena y me dio un beso en la mejilla.

   Pasé mis manos por su cintura y rompí el espacio que nos quedaba. Nuestros besos eran despacios y dulces.

   —Nunca me dijiste porque Carla y tú estaban mal cuando llegaron en la mañana —dijo, mientras me dejaba un beso en el cuello.

   —¿Acaso estás celosa, princesa? —pregunté levantando una ceja.

   —Claro que no, es solo que me preocupa que estés así con ella.

   Suspiré y la miré a los ojos. Me estaba diciendo la verdad, sus ojos no mostraban ni una pizca de celos. Una cosa más que se agregaba en mi lista de "Porqué amo a Lena Luthor": ella es inmune a los celos.

   —Carla y yo éramos amigas.

   —¿Amigas?

   —Las mejores —sonreí —, pero comenzaron a pasar algunos inconvenientes que... sinceramente no quiero recordar.

   —Tranquila, no te precionare.

   —Por mientras, podrías quedarte aquí... para siempre.

   La abracé con fuerza y entrelace mis piernas con las suyas para que no se vaya. Ella rió mientras me acariciaba la cabeza.

   —Me voy a dormir y mañana nos encontrarán así.

   —No, claro que no lo harán. Además, quiero estar contigo.

   Cerré los ojos y respiré hondo al escuchar sus latidos. Esos malditos latidos que me hacían olvidar el mundo entero.

   —¿Sí?

   —Por siempre. Es más, cuando terminemos de estudiar, nos iremos a vivir juntas a National City.

   —Te has enamorado de esa ciudad, eh.

   —Me enamoro de cualquier cosa donde estés tú.

   —Descansa, Kara.

   Por un momento, sentí que Lena trató de alejarse, pero yo fruncí el ceño y la retuve. Me dormí escuchando en voz baja su risa.

. . .

   Al abrir los ojos, por instinto, busqué a Lena con el tacto, pero ella ya no estaba en mi cama. Me senté y la encontré dormida en su cama. Al parecer yo había sido la primera en despertar. Claro, debo de considerar que con solo estar 5 minutos bajo el sol ya estoy de maravilla.

   Salí un rato de la cabaña para estirarme un poco. Ya habían algunos estudiantes afuera, pero nadie que yo conozca. El sitio era extremadamente precioso. Los árboles eran gigantes y se podía escuchar de fondo las aves cantar.

   Me asusté cuando alguien colocó su mano en mi hombro, pero al instante que escuché las risas de Sacha, me calme.

   —De-deberias haber visto tu cara del susto —bromeó Sacha y yo reí con él.

   —No me siento muy segura cuando estoy en el medio de un bosque.

   —Tranquila, el lugar es totalmente seguro. Por cierto, quería felicitarte por lo de ayer. Fue un buen juego.

   —Sí, aunque en verdad yo no hice casi nada. Carla y Lena fueron las mejores.

   —En los siguientes juegos ya podrás lucirte, he notado que tienes buena resistencia, te servirá para después. Bueno, estaba aquí porque quería preguntarte cuando me regresarás los artículos que te presté hace unos meses.

   —¿L-los artículos? —pregunté nerviosa.

   —Los perdiste, ¿no? —dijo levantando una ceja al no escuchar una respuesta mía.

   —Te juro que no fui mi culpa.

   Él rió y me dio unas pequeñas palmaditas en la espalda.

   —No importa, pero cuando regresemos al internado debes hacerme nuevos.

   —Yo no sé hacer artículos.

   ¿Yo? ¿Escribiendo artículos? Habla como si estuviera en Catco o en El Daily Planet, o que sea Clark Kent o la gran Cat Grant.

   —¿Los leíste?

   —Bueno, le di un rápido vistazo a todos.

   —La información que tengo ahí es importante. Necesito que los reconstruyas.

   —Oye, pero...

   Antes que pueda seguir hablando, Sacha ya se había ido. Suspiré y miré a mi alrededor. Encontré a Lena fuera de la cabaña. Sonreí y comencé a caminar hacia ella, pero sentía qué cada vez me dolía acercarme más. Porque siempre en mi mente estaba presente que ella estaba con Taylor.

   No debería estar con Lena, debería irme, porque los celos de verla con Taylor se incrementaban más y más hasta un punto que ya no lo soportaba. Cada vez que la veía con Taylor, sentía como si un boxeador me esté dando un golpe en la cara para que despierte y sepa que no debo estar con Lena, y otro en el corazón que me hace recordar que la sigo amando y lucharé hasta el cansancio para ser su novia.

   Y eso es lo que ahora voy a hacer. Caminé decidida hasta la ojiverde, la abracé y le di un gran beso. Ella se sorprendió al principio, pero al final lo aceptó. Ya no me importaba mantenerlo en secreto, no me importaba si nos encontraban. Yo solo quería estar con Lena para siempre.

   —¿Qué rayos? Lena...

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