15
Lena miró hacia otro lado. El silencio inundó la sala y en mi mente solo habían súplicas para que me respondiera.
Por un momento, me di cuenta que lo había arruinado. No debería haber hecho esa pregunta. Podría haber esperado que Lena hablase del tema cuando ya estaba preparada. Porque, sinceramente, yo tampoco estaba preparada.
Lo que sucedió en el parque, fue algo que ninguna de las dos imaginó. Ninguna de las pensó que una simple salida de amigas iba a terminar en un "beso".
Tuve que tomar su delicado rostro para que me vea. Podía notar la duda en su mirada. Ella cerró los ojos y yo ya quería ver nuevamente su brillo esmeralda. No podía culparla, cualquier persona estaría confundida. Pero ella había provocado esa intriga en mí, porque no solo nuestros labios rosaron. Yo recuerdo muy bien que Lena rodeó sus brazos en mi cintura. Ella quería besarme.
Finalmente, abrió los ojos y yo mostré una pequeña sonrisa de lado. Sus labios se separaron y musitó:
—Lo siento, pero... en estos momentos no lo sé.
—P-pero...tú... Lena, no puedes decir que lo que pasó en ese momento no fue nada—. Esa no era la respuesta que esperaba. Quería algo más concreto.
—Yo sé muy bien lo que sucedió en el parque, Kara. Y no lo voy a negar. Es solo qué yo...
Noté que Lena quería decirme algo. Algo malo. Me levanté de la cama y ella me vio confundida.
—No es necesario que me lo digas ahora —dije sin mirarla —. Tranquila, tómate tu tiempo para cualquier cosa que quieras decirme.
Lena estaba por decir algo más, pero decidió mantener la boca cerrada. Me senté en el escritorio para leer algo y soltar el estrés. Además, tenía que comenzar a estudiar para los exámenes de la siguiente semana.
Abrí el primer libro que encontré y lo tomé en mi manos. De este cayó un papel amarillo. Confundida, lo levanté del suelo y en él había información de un proyecto. No recuerdo que me hayan mandado un deber importante, pensé . La curiosidad me ganó y seguí leyendo el párrafo de abajo, pero noté al instante que solo era para un trabajo en parejas de un tema que yo no tenía. Miré la portada del libro y en este había una etiqueta con el nombre de Lena. Que tonta, tomé el libro equivocado.
Agarré uno de mi mochila, pero antes de abrirlo, escuché la manija de la puerta girar. Maggie entró y nos miró por unos segundos. Creo que se podía notar a más de mil kilómetros que el ambiente estaba cargado. Maggie carraspeó y tomó el lateral de la puerta con su mano.
—La policía los está llamando a las dos —informó. Lena y yo nos dimos un rápido vistazo —. Buena suerte.
No podíamos tener ningún error. La escusa que inventó Sacha fue que nosotras estábamos en la biblioteca. Bien, esa era la única información que teníamos.
La misma policía ,que se llevó a Maggie, estaba esperando en la puerta. El otro policía tomó a Lena y se fueron. Tragué saliva cuando la vi desaparecer entre los pasillos. Espero que ese policía no sea tan malo como se ve.
—Muy bien, ¿nos vamos? —preguntó la policía con una sonrisa. Asentí con la cabeza y ella colocó su mano en mi hombro para comenzar a caminar —. Tranquila, sospechamos que el culpable es hombre ya que se encontraron las armas por la "Zona B". Pero, ya sabes, el protocolo dice que debemos tratar a todos por igual. ¡Oh! Donde quedaron mis modales, yo soy la policía García —. Asentí con la cabeza lentamente —¿Cuál es tu nombre?
—Uh... yo...
—Es cierto -me interrumpió —, yo ya sé tu nombre. Lo lamento, Kara, estoy un poco nerviosa porque es mi primera investigación.
—Aja...
—¿Qué sucede? ¿Estás preocupada por tu amiga? —me mantuve en silencio —. Tranquila, el policía que se la llevó parece malo, pero es es muy amigable y justo. Si tu amiga es inocente, no hay de qué preocuparse.
Ese es el problema. No estoy segura si Lena es inocente. Todas las pruebas apuntan que es ella la causante que muchos estudiantes estén siendo arrestados por venta ilegal. Pero había una cosa que no tenía sentido: faltan un par de meses para que lleguemos a mitad de año en estudios y la hipótesis que tienen Alex con Maggie, es que Lena se junta con gente para ganarse su confianza y luego venderles las armas. Entonces, ¿por qué a mi no me ha dicho nada?
¿Será por qué cuando está conmigo no piensa en eso? «Te veo de una forma diferente» ¿Qué tal si Lena está enamorada de mí, pero aún está dudosa ¿O tal vez no quiere acéptalo? Tampoco puedo tener un ego tan alto. No puedo pensar que una diosa como Lena esté enamorada de mí. Ni si quiera yo la merezco.
. . .
—Y, ¿qué te preguntó la policía? —dijo Maggie —. Conmigo fueron muy fastidiosos. Me repetían todo el tiempo que estaba mintiendo y yo solo seguía respondiendo con la verdad.
—En realidad, no fue tan malo como pensé —comenté, mientras esquivaba un golpe de Maggie que venía hacia mi rostro —. Detuvieron el interrogatorio porque habían encontrado al culpable. Solo me preguntaron algunas cosas sin importancia. Nunca tocaron el tema del porqué no me hallaba en mi habitación.
De fondo se escuchaba a los demás alumnos entrenar. Maggie decidió que ya no era necesario practicar en ese cuarto viejo lleno de escombros. Así que ahora entrenamos en la sala de Artes Marciales, pero siempre alejados del grupo.
—Tuviste mucha suerte. Es mejor que no salgas del internado por un buen tiempo —. Asentí con la cabeza —. Por cierto, estás doblando mucho la pierna al dar patadas.
—Estas doblando mucho la pierna al dar patadas — repetí con voz chillona, mientras me daba la vuelta.
Al instante me arrepentí de haber dicho eso. Agarró muy firme mi brazo y colocó su mano en mi pecho casi llegando al cuello. Luego, me dio una fuerte patada en la parte baja de la pierna. Caí de espaldas en el duro piso y solté un pequeño gemido de dolor.
—Y nunca pierdas la guardia — dijo acercando su rostro al mio. Rodee los ojos y Maggie sacó una sonrisa de lado—. Vamos, levántate... N-no me mires así. Estas igual de seria como cuando llegué el día del interrogatorio a la habitación.
—No me hagas recordar eso —dije algo deprimida.
—¿Sucedió algo malo? Me he dado cuenta que no has hablado con Lena desde entonces. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Haber: lunes, martes... Desde hace casi dos semanas.
—Cuando fuimos a la ciudad... pasó algo.
Maggie dejó de ponerse en posición de pelea y caminó hasta mí. Me miró confundida y yo bajé la cabeza, soltando un gran suspiro.
—¿Me prometes que no se lo dirás a nadie?—pregunté en voz baja.
—Tienes mi palabra, rubia.
—Lena y yo llegamos a la ciudad. Todo estaba bien, caminábamos por las calles, conversábamos, hasta me compró un helado —reí—. Llegamos a un parque y yo... solo me quedé observándola. No sé si fue mi imaginación, pero estaba más hermosa de lo normal. Luego, ella se acercó a mi y... creo fue por impulso.
—¿Qué paso?
—Casi nos besamos.
—Wow, wow... wow. Deten el tren. ¿Ella trató de besarte o tú trataste de besarla?
Era un poco complicado describir lo que sucedió en ese momento. Primero, porque no lo recordaba tan bien. Tenía la adrenalina y los nervios tan altos que no estaba pensando con claridad lo que hacía. Segundo, porque no es algo que quiero que se quede en mi cabeza. Aveces me parece vergonzoso lo que hice. Aunque ella fue la primera que se acercó y yo la que lo terminó, tal vez ella se había arrepentido en la mitad del camino y tal vez por eso se había detenido.
—Fuimos las dos al mismo tiempo. Nos quedamos viendo por no sé cuantos minutos y de pronto nuestros labios estaban rosando, pero sonaron las estúpidas cirenas de las policías que iban al internado y no separamos.
—¡Aja! —. Maggie chasqueó los dedos—. Entonces, en sí, tu querías besarla.
—Bueno... no.
—Pero te sientes frustrada.
—Yo aún no estoy completamente segura de lo que realmente estoy sintiendo.
—Escucha, Kara —dijo, mientras colocaba su mano en mi hombro. Yo levanté un poco la cabeza para mirarla a los ojos—. Esto es algo que no te quería decir porque tal vez podías molestarte, pero ahora que tú has metido el tema, creo que no tengo nada que perder. El día que lograste no romper la tabla, tú te sentías tan feliz cuando hablabas de Lena.
—Yo... solo la estaba describiendo —me defendí un poco avergonzada. Maggie me mostró una sonrisa cálida.
—Tienes todas las cualidades para ser una digna pareja de Lena, solo te falta un poco más de determinación.
Estaba por decirle algo, pero escuché la queja de una persona. Maggie y yo nos volteamos y solo eran dos estudiantes que estaban peleando.
—Ya me di cuenta que eres una cinta más alta que yo, pero eso no significa que tengas que tratarme así—exclamó un chico mientras se sobaba la cabeza.
—Lo siento, aveces no controlo mi fuerza —dijo sin ningún interés una chica con el pelo negro. Giró un poco el rostro y me di cuenta que era Carla.
—¿Qué hace Carla aquí?—pregunté.
—Por fin entró a una actividad. No sabía que había entrado a artes marciales— dijo Maggie.
Las dos nos acercamos a los demás y Carla me dio un vistazo rápido. Su rostro de asombro era igual a la mía. Caminó con paso lento hacia mí hasta quedar cara a cara.
—Tú... ¿qué rayos haces aquí, idiota?—cuestionó con voz amenazadora.
—Te recuerdo que yo llegué primero. Así que la pregunta debería ser hacia ti. ¿Qué haces aquí?
—¿Sabes por qué cuando estábamos en el colegio de Midvale no te jodía toda el día? En las tardes tenía clases de artes marciales. Hace unas semanas pasé a cinta verde. Ahora me estoy preparando para ir a la café.
—¿Por qué no te defendiste cuándo pasó el incidente? —pregunté intrigada.
Ella se mantuvo en silencio por unos segundos. Era algo que yo no podía comprender. Si ella sabía artes marciales, ¿por qué ni siquiera trató de defenderse cuando la ataque?
—Esa era la Carla del pasado, una Carla muy dudosa, pero... ahora estoy segura de mi misma. Así que no pienses meterte en mi camino.
—Kara, al parecer para lo único que vienes es hablar con los demás, ¿no?
—¡Entrenadora! —exclamé del susto —. Uh...yo...
— ¿Sigues con tu sueño de llegar a cinta negra para final de año?— preguntó en forma de burla. Carla me vio confundida.
—Ella está lista para todo, maestra—dijo Maggie, mientras rodeaba su brazo con mi hombro— . Es más, si quiere, ahora podemos hacer la prueba para la siguiente cinta.
El rostro de Carla no tenía precio. Creo que ella ya estaba comenzado a hacer cálculos y se hacia la típica pregunta: ¿Cómo puede pasar de cinta tan rápido? Tomé a Maggie del brazo y la jalé hasta la otra esquina.
—¿Qué haces? Hace menos de un mes que obtuve la amarilla.
—La cinta naranja es muy fácil de conseguir. Kara, lo que yo te he estado enseñando es algo mucho más avanzado. El único problema que tienes es que no estás en la cinta que te corresponde.
—¿T-tú crees?
—¡Vamos, Kara! ¡Quiero ver como pierdes!—gritó Carla.
La miré con molesta y ella mostró una sonrisa. Maggie asintió segura y yo la imité. Nos acercamos a la entrenadora y ella rodó los ojos. Necesito ganarme su confianza algún día.
Eligieron a una chica con una sonrisa de mucha confianza para que pelee conmigo. Lo siento, pensé, pero deberás pasar una gran vergüenza.
—Muy bien, ya saben las reglas así que no me hagan repetirlas —dijo la entrenadora.
Las dos asentimos firmes. La profesora levantó el brazo y la pelea comenzó. Hice lo mismo que la anterior vez, solamente me quedé quieta, esperando a que ella de el primer golpe.
—¿Qué pasa, Kara? ¡¿Tienes miedo?! —preguntó Carla. Algunos alrededor rieron en voz baja.
—¡Cállate!
«Nunca pierdas la guardia» Claro, lo había olvidado por completo. Cuando voltee, el puño de mi contrincante estaba por darme en el rostro. Fruncí el ceño y rápidamente agarré su brazo. Ella abrió los ojos sorprendida y yo coloqué mi mano en su pecho, para luego darle una patada en la pierna.
Ella cayó de lleno en el suelo; unos centímetros fuera de la colchoneta. Observe a Maggie de reojo y ella me mostró una sonrisa. Los demás veían atónitos lo que había sucedido. Yo vacilé un poco y caminé hacia la profesora.
—¿C-cómo sabes hacer eso? —preguntó la entrenadora pasmada—. Esa llave son técnicas más avanzadas—. Miró a Maggie—. ¿Tú se lo enseñaste?
—No, maestra.
—Yo lo aprendí sola —respondí segura —. Maggie no me lo enseñó, solo me hizo la llave cuando estábamos practicando y decidí utilizarla en la pelea.
La profesora se cruzó de brazos dudosa y me miró detenidamente. Yo sonreí y por primera vez, ella me devolvió el gesto. Asintió con la cabeza varias veces y caminó hasta un estante. Sacó una cinta naranja y me la dio en las manos.
—Estás aprendiendo rápido, Danvers. Te felicito. Si sigues así, llegarás a cinta negra y entrarás al torneo.
Mi felicidad estaba hasta lo cielos. Maggie tenía una sonrisa de orgullo. Era la única que confiaba en mí. Puso en juego su futuro, porque sabía que yo lo iba a lograr. Escuché a alguien maldiciendo de fondo, yo voltee confundida y pude ver a Carla irse con su maleta. Corrí hasta la puerta y ella caminaba con las manos en los bolsillos y la mirada en el suelo.
—¡Espera, Carla! —ella se detuvo y levantó la cabeza —. ¿Vas a dejar las artes Marciales solo porque yo soy buena en esto?
—¡No seas idiota! —exclamó mientras volteaba para darme la cara —. ¡Yo llegaré a cinta negra y entraré a ese estúpido torneo para ganarte! ¡No me dejaré perder! ¡Voy a convertirme en la número 1!
Podía ver que ella estaba decidida a ganar. Esa siempre fue una cualidad de Carla. Podrá ser un poco... insoportable, pero nunca se rinde. Y como dije antes, ella logra lo que se propone.
—Yo tampoco puedo perder —dije mientras la miraba fijamente a los ojos —. Mucha gente tiene buenas expectativas sobre mi futuro. No perderé después de haberme esforzado tanto.
Carla sacó una pequeña risa sarcástica y se giró para seguir con su camino.
—Buena suerte en eso, Kara. La necesitarás.
—Y tu igual, Carla.
Maggie se acercó a mi, colocó sus manos en sus caderas y suspiró.
—No te esfuerces tanto. Carla es una chica que no tiene remedio.
—Sí, tendré que acostumbrarme a vivir con ella.
—Oye, no te pongas tan pesimista. Al menos no dormirás en la cárcel como el culpable que agarraron: Daniel Roy.
—¿Daniel Roy? ¿Ese es su nombre?
—Creí que lo sabias.
Sentía que ese nombre ya lo había escuchado antes, pero ¿de dónde? ¿Estaba en la lista? No, lo había leído en otro lado. Comencé a dar un recorrido por mis recuerdos. Él tenía que aparecer en alguna parte.
—No puede ser...
Comencé a correr con todas las fuerzas posibles. Quería equivocarme. Deseaba que sea un error, pero cada vez, él recuerdo se volvía más nítido. No le presté atención a las personas que me veían confundidas por como yo las esquivaba para no disminuir el paso. Solo espero que ella no este cuando llegue, pensé.
Entré en la "Zona A" y subí las escaleras saltando, mientras sacaba la llave de mi bolsillo. Por el nerviosismo, la llave no entraba en la cerradura. Maldecí en silencio y metí la llave correctamente. Abrí la puerta de golpe y busque en el escritorio el mismo libro de la anterior vez.
Pasaba las paginas con rapidez hasta que encontré el papel amarillo. Tuve que leerlo varias veces porque no quería aceptarlo.
—Mierda...—exclamé. Golpee la silla y esta cayó al suelo—¡Maldición!
"Proyecto de Química:
Elaborar una exposición sobre los Cambios Físicos y Químicos de la materia. Duración mínima de 10 minutos. También se debe entregar una investigación de máximo 30 hojas.
Integrantes: Lena Luthor y Daniel Roy"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro