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10

   —Maggie no estuvo muy de acuerdo con lo que yo pensaba, pero creo que Lena Luthor es la que vende las armas ¿la conoces?

   El corazón se me achicó y las ganas de llorar me invadieron al escuchar eso. Aunque en el fondo yo también sospechaba un poco que Lena estaba metida en ese tema, me sentía traicionada. Porque creí que esa etapa ya la habíamos superado, que ella ya me veía como una amiga y eso hizo que yo creara una confiara. Y por eso no quería aceptarlo, no quería pensar que Lena hacia esas cosas.

   —La he visto en un par de clases, pero no nos conocemos mucho —le mentí. Aunque lo último ya no sabía si era tan mentira —. Pero... no sé. Es decir, ella es una Luthor, pero tú sabes muy bien que no puedes criticar a alguien por su familia.

   —Sí, lo sé, Kara. Es lo mismo que me dijo Maggie, pero igualmente nunca hay que olvidar de donde viene.

   —Claro, no hay problema, mañana hablamos  —escuché la voz de Maggie, mientras abría la puerta —Oh, ¿estás hablando con tu hermana?

   Cambié la llamada en altavoz y la coloqué en la mesa y me crucé de brazos. Maggie, confundida, se sentó al lado mio.

   —¿Pasa algo malo? —preguntó.

   —Maggie, ¿estás ahí? —dijo Alex por la línea.

   —Hola, Danvers. Oye, tu hermana no se ve muy feliz.

   —Sí, ahora va a explotar todo con sus rayos láser — dijo Álex riendo. Maggie rió en voz baja.

   —Aun sigo aquí, ¿saben?... Cómo sea, Alex, comienza.

   —De acuerdo, el año que estuve en el internado, hubieron en total ocho ventas ilegales —dijo Alex. Maggie borró la sonrisa de su rostro —. Lo más extraño es que la última venta fue en octubre —añadió —. Una semana después, Lex Luthor fue atrapado por Superman.

   —Eso no puede probar nada. Los Luthor son una familia millonaria. Lex debe tener una empresa tan grande, que aunque esté en la cárcel, la venta seguiría trabajando —opiné —. Además, no creo que Lex sea tonto. Arriesgar que arresten a Lena... no es algo normal que un Luthor haga.

   —Ese es el problema, Kara. A Lex no le importa su familia. A él no le importa si arrestan a Lena. Ella es solo un objeto —expreso Alex subiendo un poco la voz —. Además, Lena a estado tanto tiempo en el internado, que conoce cada rincón del lugar. Ella debe saber algún lugar del internado donde pueda salir en la noche y regresar en algún momento.

   En ese instante, se me vino a la mente la vez que Lena me llevó a esa cabaña. Salimos del internado y nadie se dio cuenta. Y ¿si esa noche, que la encontré atrás del colegio, ella estaba vendiendo las armas a alguna mafia?

   «Se está acabando el tiempo». Esa frase se quedó impregnada en mi memoria. Fue cuando encontré a Lena hablando por teléfono con alguien. ¿Acabando el tiempo para qué? ¿Para qué la policía la descubra?

   —Kara, ¿sigues ahí?

   Parpadee varias veces cuando la mano de Maggie pasó por mi vista. Yo la miré y ella estaba con las cejas levantadas.

   —¿Estás bien? —preguntó Maggie.

   Asentí con la cabeza y me concentré nuevamente en la conversación. Alex suspiró y siguió con el tema.

   — El problema más grande que hay: Sus amistades.

   —¿Sus qué?

   Eso me tomó por desprevenido. Sus "amistades" me involucraban a mí. Lena a llegado a tener una confianza especial conmigo y eso hace que yo sea su amiga.

   —Creo que Lena se junta solo con estudiantes en específico. Se crea una amistad y luego siempre pasa lo mismo. Jhon Brown, Michael Williams, Jessica Anderson, Linda Smith, entre otros.

   —¿Qué sucedió con esas personas? — pregunté con intriga.

   —Están llorando en la cárcel, Danvers. ¿Por qué? Venta ilegal de armas a mafias.

   Un momento, ¿qué? Es decir que... ¿los amigos pasados de Lena están en la cárcel? No, esto no podía ser posible. Y ¿Si yo era la siguiente?

   —Si atamos cabos, lo más obvio sería que Lena Luthor trata de ganarse la confianza suficiente a algunos estudiantes para luego darles las armas. Una idea brillante y al mismo tiempo egoísta. Darle las armas a otros para que ellos las vendan, tú te ganes todo el dinero y al final, ellos sean los perjudicados.

   —Igualmente, no creo que ella sea capaz de hacer eso.

   —Pues todo apunta que es así —comentó Alex.

   —¡Lena no tiene nada que ver con las ventas de armas! —expresé enfadada. Suspiré y apoyé la cabeza en mis manos —. No... yo la he visto varias veces. La he visto a los ojos. Sé que es una buena persona.

   Todos nos quedamos callados, pensando en quién podría ser el culpable. Aunque todas las pruebas marquen que Lena es la causante de las vendas, yo seguiré creyendo en ella. Lena me ha demostrado más de una vez que ella nunca se metería en esas cosas. No tendría ningún sentido para que lo haga.

   Cuando me mostró el vídeo de su hermano siendo atrapado, ella se veía... mal. Es obvio que Lena no quiere terminar así. Ella no quiere ser como su hermano, ella no quiere terminar en cárcel.

   La voz de mi madre se escuchó en el teléfono. Maggie y yo nos miramos.

   —Chicas me tengo que ir. Mi mamá ya llegó. Adiós, las quiero.

   Alex colgó, pero igualmente las dos nos quedamos mirando el celular. Finalmente, Maggie se levantó de su sitio y sacó una bebida de su mochila.

   —Yo también te quiero, Alex — susurré, mientras cerraba los ojos.

   Sabía que todo esto estaba mal y en cualquier momento iba a salir a la luz. ¿Qué pasará cuando Alex sepa que la chica que pienso que está enamorada de mí es Lena Luthor? ¡Me matara! Es más, si pensamos más a fondo. ¿Qué sucederá cuando mi madre sepa que estoy en artes marciales? ¿Qué sucederá si un día, Lena se entera que soy la prima de Superman?

   Todo este tiempo pensé que Lena Luthor era la más misteriosa del internado, pero es mentira. Soy yo. Le guardo tantos secretos a la gente que nadie sabe realmente quién soy. Ni siquiera Eliza. Nunca he llegado a contarle quién es Kara Zor-El. Nunca le he hablado sobre Krypton.

   Pero por el momento, esos solo eran problemas secundarias. Miré a Maggie y ella estaba sentada en su cama, mirando el suelo.

   —Creí que estabas de mi lado —dije en voz baja.

   —¿De qué hablas, Kara?

   —¿Cómo que de qué hablo? —pregunté molesta —. Y-yo creí que me ibas a defender, que ibas a defender a Lena.

   —Escucha, yo no estoy de tu lado, ni el de Alex, ni el de Lena, ni de el de nadie. Yo solo creeré lo que mis ojos ven. Y lo que yo he visto, es que todos los amigos de Lena están en la cárcel —dijo Maggie levantando la voz. Nunca la había visto así.

   —Puede ser simple coincidencia.

   —Sí, puede ser coincidencia una o dos veces. Hasta tres veces, pero ¿Ocho veces? Kara esto no es normal.

   —Estas insinuando que todas las personas que se juntan con Lena, ¿son atrapadas por la policía? —exclamé, cruzando los brazos —. Pues yo sigo aquí y tengo una muy buena amistad con Lena.

   —Sé que a tí no te pasará nada porque tú eres diferente — dijo, mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta —. Pero, igualmente, nunca bajes la guardia, Kara.

   Maggie se fue y yo me quedé en mi sitio. Me sentía mal al pensar que Lena solo está conmigo para luego utilizarme en su venta de armas. Pero ¿por qué...? ¿por qué tengo estos sentimientos tan impulsivos cuando hablan mal de Lena? Acaso, ¿soy la única persona que confía en ella?¿Es esa la razón por la que nadie se junta con Lena? ¿Es esa la razón por la que Winn me advirtió que no me juntara con ella?

   Necesitaba saber que había pasado los años que yo no estuve aquí. ¿Cómo hacerlo si la policía no habla de eso? ¿Quién puede estar interesado en las noticias e información? Rápidamente, una bombilla se prendió en mi cabeza. Ya sabía a donde debía ir.

   Tomé mis llaves y mi celular, y salí de mi habitación. Con paso veloz, pasaba entre los estudiantes, tratando de no hacerles daño. Miré mi reloj y aún me quedaban un par de horas para ir a entrenar. Me saltaré la clase de Literatura, pero no importa.

   Llegué a la escuela y subí a saltos las escaleras. Abrí la puerta de golpe y un tipo que llevaba varios libros en la mano se sobresaltó.

   —Hey, yo te conozco —dijo, sacando una pequeña sonrisa —. Te ves un poco apurada.

   El encargado de la biblioteca dejó los libros encima de una mesa y se acercó a mí.

   —Necesito hablar a solas contigo —dije en voz baja.

   —¿Mataste a alguien? —preguntó ,mientras levantaba una ceja.

   —¿Qué? No. Claro que no. Es... es sobre la venta de armas —. Su cara se puso neutra —. Necesito saber más sobre el tema y no hay ninguna noticia.

   —Entonces, ¿piensas que yo si te ayudaré?

   —Sinceramente, eres uno de los únicas personas que me cae bien y tiene más de veinte años.

   Él apoyó sus manos en una silla y sonrió. Haciendo que sus oyuelos resaltaran en su rostro. Sus ojos azules hacían una combinación perfecta con su cabello tintado de gris. No sabía que estaba permitido hacer eso en el internado. Pero bueno, es el chico de la biblioteca, se supone que debe atraer a los adolescentes a la lectura.

   Tenía una polera azul con capucha  En esta había la cabeza de un ¿pez? Este tipo si que es raro. Aunque, igualmente me causa gracia.

   —Sígueme —susurró.

   Él miró hacia todos lados y sin hacer ruido, comenzó a caminar. Yo lo seguía mientras contemplaba el lugar. Tal vez por eso Lena siempre venía aquí. Para llegar a los libros más altos, debías subirte a unas escaleras de mano. Todos los libros estaban ordenados por colores y tamaños. No había ningún sitio que no esté ocupado.

   Llegamos a una de las esquinas y él sacó un par de libros que los dejó en una mesa. Yo los mire y solo eran recetas de comida. Lo miré confundido. Arrimó un poco los libros del estante y metió su mano hasta el fondo. Después de maldecir varias veces en voz baja, logró sacar varios papeles. Los dejó en la mesa y se sentó en una silla. Yo lo imité.

   —Me expulsaron de la universidad porque hice... algo un poco irrespetuoso al rector —. Yo lo mire y el sacudió la cabeza, regresando al tema principal —. Pero ese no es el punto. Yo estaba estudiando Ciencias de la Comunicación. Y bueno... me gusta escribir artículos y me interesa mucho lo que está sucediendo en este internado. Así que escribí algunas apuntes sobre el caso. Tal vez te pueda servir.

   Tomé una de las hojas y comencé a leer.

12 de agosto

Cierran internado temporalmente al encontrar una pistola 380.

Patty García fue arrestada por el FBI al hallar una pistola 380 en su dormitorio. Este hallazgo fue reportado por sus mismas compañeras de habitación. Ellas informan que la alumna García había estado actuando raro las últimas semanas.

15 de agosto

FBI detiene a una mafia en las afueras de la ciudad

Los Libertadores, un grupo mafioso muy conocido en Estados Unidos, fueron encontrados con paquetes de más de quinientas armas en una casa abandonada. Más específicamente, eran pistolas 380.

El FBI ha decidido que la policía tome el caso, porque no es un problema muy grave.

   —Esa fue la primera venta y sucedió hace tres años —dijo, mientras me daba otra hoja con más información —. "No hay de que preocuparse" "Si ya hayamos a un grupo mafioso, otros no se arriesgarán" "Los estudiantes son suficientemente inteligentes para saber que es bueno y malo" Eso fue lo que dijeron los del FBI. Al principio, todos estábamos muy tranquilos. Solo sucedió una vez, fue un plan que falló y que nunca más iba a ser ejecutado, pero tres meses después...

Me entregó otra hoja en donde hablaba que un alumno llamado Carl Miller había sido arrestado por venta de armas. Había sucedido nuevamente, pero la policía quería seguir escondido el caso.

   —Hace dos años, el internado casi colapsa. Nunca hubo una cantidad tan alta de arrestos. En total fueron ocho, pero no sabemos si hubieron más ventas.

   —¿Tienes información sobre eso? —pregunté.

   Él dudo un poco, pero al final, empezó a buscar lo que quería. Pude contar como diez hojas. Escuché el timbre que indicaba que los estudiantes podrían regresar a sus habitaciones.

   —Gracias, luego te los regreso —dije mientras me levantaba. No podía perder tiempo.

   —Cualquier cosa, aquí estoy para ayudarte —dijo con una sonrisa —. Por cierto, tú eres...

   —Kara Danvers, estoy en el último año.

   —Ah, otra Danvers en el Internado Finlay. Sí... la primera era difícil de controlar —. Reí —. Bueno, tú ya me conoces. Soy el chico de la biblioteca y mi nombre es Sacha Winters.

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