Capítulo 31
Zelda
Una relación suele ser algo que la mayoría de personas le toman importancia, suele ser la razón de existir para muchas otras, siendo capaces de lo que sea con tal de tener en si una bonita relación.
En una noche estrellada en la Mansión Smash, Mario y Zelda se encontraron en uno de los jardines traseros, lejos de las luces brillantes y el bullicio de los luchadores que competían en las salas principales. Ambos habían decidido tener una cita secreta para conocerse mejor sin las distracciones habituales de las demás luchadoras.
La brisa suave acariciaba sus rostros mientras caminaban por un sendero del bosque que rodeaba la gigantesca mansión, el lugar estaba tranquilo en esta hora de la noche, ademas del sonido de sus pasos se mezclaba con el susurro del viento y el canto distante de los grillos.
Ambos portaban ropas casuales, una playera del color que representaba a cada uno y unos pantalones de mezclilla sin contar que Mario traía su clasica gorra.
— Es agradable tener un momento de tranquilidad lejos de las batallas, ¿verdad? —comentó Mario mientras observaba las estrellas brillar en el cielo nocturno, la chica asintió, con una sonrisa suave en su rostro.
— Sí, en medio de todo el caos, es un respiro bienvenido. Además, me alegra pasar tiempo contigo, Mario. — Mario se ruborizó ligeramente, pero respondió con calma.
— El sentimiento es mutuo, Zelda. Has demostrado ser una persona increíble y valiente. — Se sentía mal mentirle a la joven princesa, sin embargo tenia que progresar en esta misión.
A medida que caminaban por el bosque de la isla, llegaron a un rincón donde había una pequeña fuente iluminada por la luz de la luna. El suave murmullo del agua añadió una atmósfera tranquila a su cita a escondidas.
— Me intriga tu universo, Hyrule, y todas las aventuras que has vivido —comentó Mario sacando tema de conversación—. De alguna manera, siento que nuestras historias se parecen en muchos aspectos.
— Sí, a pesar de las diferencias en nuestros universos, ambos enfrentamos desafíos, rescatamos a seres queridos y luchamos por la justicia. Esas experiencias nos unen de alguna manera. —miró hacia el cielo estrellado.
Mario asintió y extendió su mano hacia Zelda. Ella la aceptó con gratitud, y ambos continuaron su paseo por el jardín, compartiendo historias y sueños. La complicidad entre ellos crecía con cada palabra y cada risa compartida.
Por ello a medida que avanzaba la noche, Mario y Zelda caminaba hablando de cosas triviales sin nada que destacar. La Mansión Smash, con todos sus desafíos y sorpresas, había unido sus caminos de una manera que ninguno de los dos habría imaginado de la forma que nadien hubiera imaginado. Mientras se sumían en la conversación y la conexión mutua, el universo parecía detenerse por un momento, dejándoles un espacio donde solo importaba el presente y la promesa de un futuro incierto pero emocionante.
Zelda, mientras disfrutaba de su cita secreta con Mario en la tranquila noche de la Mansión Smash, comenzó a compartir sus reflexiones sobre las relaciones y las parejas. Mirando las estrellas y sintiendo la brisa suave, expresó sus pensamientos con calma:
— Mario, a lo largo de mi vida como la princesa de Hyrule, he visto muchas parejas y relaciones, algunas exitosas y otras no tanto. Lo que he aprendido es que una relación saludable y fuerte se basa en la comunicación, la confianza y el apoyo mutuo, ¿Verdad? — le pregunto un tanto avergonzada.
— Creo que las parejas deben ser como compañeros de equipo. — explico Mario con algo de nostalgia — Cada uno aporta sus propias habilidades y fortalezas para complementar al otro. — sentía esa piedra en el zapato — Al igual que en un juego, es importante apoyarse mutuamente durante los desafíos y celebrar juntos los logros, todo tienen reglas, y en si sabes la razón de esto.
— También creo que el respeto es fundamental.— en su rostro se notaba confusión — Cada persona es única, con sus propios sueños y metas. En una relación, es esencial respetar y apoyar esos sueños — puso su punto — incluso si son diferentes de los propios. La independencia y la libertad son importantes, y una relación sólida permite que ambos sigan siendo individuos completos.
Mario escuchaba con atención las palabras de Zelda, en si notaba que eran partes detalladas de esta maldición que le había caído conocida como "Harem" por ello quizás no sea un hechizo el causante en si si no simplemente el detonante que quiere hacer el mundo arder.
— Además —prosiguió Zelda—, la paciencia y la comprensión son clave. Todos cometemos errores y enfrentamos momentos difíciles. — se notaba que tenia unas lagrimas en los ojos —En lugar de juzgar, debemos ser compasivos y estar dispuestos a perdonar. Después de todo, nadie es perfecto, pero juntos podemos crecer y aprender.
A medida que Zelda compartía sus ideas sobre las relaciones se le quebraba la voz, Mario se sentía mal por su estado, la profundidad que notaba en el frio corazón de la joven- Había algo en la forma en que Zelda veía el amor y la conexión que resonaba con él.
"De verdad, parece quererme mucho" miro a la joven que un rubor en las mejillas. " No puedo jugar con los sentimientos, son personas"
— Zelda, tienes una perspectiva maravillosa sobre las relaciones —dijo Mario con admiración—. Creo que compartimos muchos de esos valores en común. En la Mansión Smash, hemos visto relaciones de todo tipo, y estoy de acuerdo en que la comunicación y el apoyo mutuo son esenciales para que una pareja prospere. — Zelda sonrió y apretó suavemente la mano de Mario.
— Me alegra que estemos en la misma sintonía, Mario. Quién sabe qué nos depara el futuro, pero mientras compartamos estos valores y nos cuidemos mutuamente, estoy segura de que podemos enfrentar cualquier desafío que venga.
Juntos, Mario y Zelda continuaron su cita bajo el cielo estrellado, sintiéndose más cercanos que nunca y llevando consigo las valiosas lecciones sobre el amor y las relaciones que habían compartido esa noche.
— En serio me gustas.
— Mucha motivación me das. — mintió nuevamente.
— Pero entiendo que el hechizo este me puede estar afectando, quizás sea buena idea dejar de lado esto.
— No creo que sea tan malo al final de cuentas, Sabes quizás sea una unión forzada, pero el Capi me ha contado que hay momentos donde estas uniones forzadas terminan de buena manera, otras no tanto, tu misma lo dijiste, si hay oportunidad mejor aprovecharla.
— Si, entiendo — expreso Zelda un tanto triste — pero siento que me están manipulando, siento que debería amar a alguien mas en lugar de ti, tengo no se si recuerdos borrosos o algo diferente.
— Sabes, hay mas chicas afectadas por lo mismo.
— ¿Ellas lo saben? — el nego rotundamente con la cabeza — ¿Entonces les vas a decir?
— Robin me dijo algo y es que no es bueno que los pacientes sepan abruptamente sobre su enfermedad.
— Samus me menciono algo similar.
— Lo ves.
— Lo veo. — le dedico una sonrisa forzada, la cual daba una punzada al corazón, se veia esa sonrisa y las lagrimas queriendo brotar por sus ojos. — Oye, ¿Te puedo abrazar?.
— No veo problema alguno, somos pareja, ¿No es asi? — aunque esto era una mentira para ambos la joven poco le importo para creerse esas palabras.
Sin decir una palabra, Mario se acerco y abrazó suavemente a Zelda, rodeándola con sus brazos y sintiendo el cálido latido de su corazón. Zelda, sorprendida por el gesto pero encantada por la cercanía, correspondió al abrazo de Mario. Sus cuerpos se acercaron aún más, y en ese momento, el corazón de la chica tenia paz.
El abrazo fue un gesto de comprensión, apoyo y gratitud de parte de Mario.
Permanecieron abrazados bajo el cielo estrellado, disfrutando del momento de tranquilidad y de la certeza de que, sin importar lo que el destino les tuviera reservado otra cosa, siempre tendrían el apoyo y la amistad del otro en la Mansión Smash y más allá.
—"¿Crees saber lo que realmente es sufrir?".
Fin del Capitulo 31.
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