Master Hand

En medio de este caos, Master Hand, el guardián de la Mansión Smash Bros, observaba con preocupación. Como una figura omnipresente y poderosa, su papel era mantener el equilibrio y la paz entre los luchadores. Sabía que algo tenía que hacer para restaurar la calma y la camaradería que una vez reinaron en el lugar.

— ¡Orden, orden en la reunión! — gritaba Master Hand intentando calmar a los luchadores qué estaban hablando y haciendo ruido sin ningún tipo de intención o problema.

— Tsk, tontos — decía Sefiroth a lo que Kazuya asiente.

— señor vario de los luchadores han abandonado el salón — comentaba Canela con bastante preocupación.

— ¿sabe quienes fueron? —preguntaba tras voltear a ver a la chica.

— ehm por lo visto Zelda, Rosalina, Marth,Ike, Snake, Link y Mario—

Master Hand analizó el caso — Mario ahora tiene sentido por que Mythra se pueso roja sin siquiera conocerlo—

— ¡¿cree que se enamoro?!, ¡¿a primera vista?! — crítico Canela.

— ¿o quizas se conococian antes?

—Tal vez si — decía Captain-Falcón — el punto es ver donde y como...

— no puede ser por que nadamas ustedes tiene el poder de abrir los portales universales de los smash rings y traer a los luchadores no hay forma de que el universo de Super Mario se conectara con Xenoblade Chronicles— 

— entonces el ser de Mario tiene el poder de enamorar a cualquiera con solo verlo —

— Es un hechicero ¡¿Mago Cuasar dime que paso?! — dijo a través de su visor Captain-Falcón.

— Wow ¡Ahig! — robaba una carta— ¿carta tipo evento?

—  a cualquiera menos su servidora —

— me alegra si no estarias estalquandolo como hacen las demas y estarias distraida en tu trabajo de secretaria aunque tu nueva ayudante ya llego te tocaría ver eso  —

— Jeje, gracias y no se preocupe yo iré a atender a la nueva Secretaria.

Master Hand chasquea los dedos aturdiendo a todos grito al escenario mareando a los luchadores — ¡no me dejaron opción!

Los luchadores, en silencio y con miradas llenas de arrepentimiento, escucharon atentamente las palabras de Master Hand. Comprendieron el impacto negativo que sus acciones habían tenido en la mansión y en su espíritu de compañerismo.

Mario

Narra Mario:

Es increíble cómo mi simple presencia parece tener un efecto mágico en las chicas que me rodean. Puedo ver cómo sus ojos brillan al verme, cómo sus sonrisas se ensanchan y cómo sus corazones se aceleran. Es halagador, sin duda, pero también abrumador.

— ahi no se creara un caos—

Marth agarra a Mario con su poder de Agarre supremo haciendo soltar este un gélido de dolor al resistir el agarre.

— ¡Vamos Perras! — grito Marth a lo que Ike —¡ehi grosero! — giraba para alejarse con el —agh me ahogas—

Marth atarriza ya lejos de la sala— ah perdon Mario —lo suelta y Mario respira agitadamente soltando un suspiro pesado—

— bien ahora que hacemos nuestro plan se arruino  — decía Link cayendo a lado de Marth

A veces, me siento atrapado en un ciclo interminable de expectativas y desilusiones. La idea de ser el objeto de afecto de tantas personas es abrumadora. No puedo evitar preguntarme si alguna vez encontraré a alguien que vea más allá de mi imagen pública y que me ame por mi verdadera esencia.

— ¡bien piensa en algo, piensa! —

—  ¿por que tengo este problema? —se golpea la frente.

Quizás, algún día, encontraré a esa persona especial que me haga sentir completo y amado. Hasta entonces, seguiré siendo Mario, el fontanero valiente y carismático que se enfrenta a desafíos y rescata princesas. Y, quién sabe, tal vez en el camino descubra que el amor verdadero puede encontrarse en los lugares más inesperados.

Mientras tanto, seguiré compartiendo mi alegría y mi espíritu positivo con todos los que me rodean. Después de todo, la vida está llena de sorpresas, y nunca se sabe qué aventuras me esperan más allá del próximo castillo o nivel de plataforma. ¡Vamos, Mario! El mundo está esperando.

Snake

Narras Snake:

Estoy aquí, en la Mansión Smash Bros, rodeado de luchadores de todos los rincones del mundo. Y, sin embargo, mi mente no puede dejar de dar vueltas a un único pensamiento: Mario.

Es increíble cómo este fontanero ha logrado cautivar a tantas personas, tanto dentro como fuera de los combates. No puedo evitar sentir una extraña mezcla de admiración y frustración al verlo interactuar con las chicas de la mansión. Parece que su mera presencia despierta en ellas un sentimiento de atracción irresistible.

Me pregunto qué tiene Mario que lo hace tan magnético. ¿Será su carisma innato? ¿Su apariencia siempre sonriente y amigable? No puedo negar que tiene una energía contagiosa que parece iluminar a todos los que están a su alrededor. Es como si llevara consigo un imán invisible que atrae a las personas hacia él.

Y sin embargo, me resulta difícil comprender cómo puede ser tan insensible a las consecuencias de su impacto en los corazones de las chicas. No parece darse cuenta de cómo sus acciones y palabras pueden generar un caos emocional en ellas. Para él, todo parece ser diversión y juegos, sin considerar las implicaciones más profundas.

A veces, desearía tener la habilidad de Mario para navegar por el mundo del amor sin ninguna preocupación. Pero soy consciente de mis propias limitaciones, de mi naturaleza reservada y callada. Aunque observo desde las sombras, no puedo evitar sentir cierta envidia hacia aquellos que pueden expresar sus sentimientos sin temor.

Pero, a pesar de todo, no puedo culpar a Mario por ser quien es. Es un luchador valiente y generoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Tal vez sea esa misma bondad y simplicidad en su corazón lo que atrae a las chicas. Tal vez ellas encuentren en él la felicidad y la compañía que buscan.

En última instancia, me queda aceptar mi posición como un observador silencioso en este juego de emociones. No puedo cambiar mi naturaleza ni alterar el curso de los sentimientos de los demás. Solo puedo seguir adelante, enfocándome en lo que mejor sé hacer: cumplir con mi deber y proteger a los demás en los combates.

Mientras tanto, Mario continuará siendo el centro de atención, atrayendo miradas y corazones con su encanto inigualable. Quizás algún día encuentre una respuesta a todas mis preguntas y encuentre mi propio camino en el complicado mundo del amor. Hasta entonces, seguiré siendo Snake, el soldado sigiloso que vigila desde las sombras, admirando la capacidad de Mario para despertar emociones en los corazones de todos los que lo rodean.

—bueno no se por que sali del salon pero se me hace debia hacerlo bien —Zelda se voltea y va rumbo a su cuarto

— ¿Zelda?

—¿Snake?

— ¡Burro! — gritaba una voz lejana.

Snake comentaba — bien tenemos un problema de amor— Zelda pensó esto — (cierto un problema de amor con mi Mario, que las demás tienen un amor enfermizo)  ¿y de que se trata?  ¿Romance entre tu y Samus?

— no ya que bueno ella y yo vamos progresando pero hablo de Mario —obviamente estaba mintiendo — ¿Mario? (ok trata de actuar normal, no te sonrojes ni te pongas nervioza) Vale, cuentalo.

—bueno primero que nada  te gusta Mario? (espero que no, si a Sheik no le gusta a ella tampoco ya que son la misma persona si no Sheik esta tramando algo grande) —

Zelda estaba arrinconada con diez cartas en su mano —(recorcholis le por que pregunta eso bueno vamo a decir que no) Mario ouff a mi me gusta ehm ehm ya ni recuerdo su nombre —

— ehh eres mala mintiendo — dijo Snake dejando en shock a Zelda —no te miento me gusta este chico que bueno lo conocí hace tiempo solo que tengo recuerdos muy vagos sobre el y resulta que jamás puede saber que paso si fue un sueño o real por que me recuerda a Link pero el era diferente (mentira jaja) — reia mentalmente.

— (no mentia en serio quien sera ese chico por que parece estar muy mentida en ello) —

Zelda suspira aliviada — bueno tons, ¿que sigue?—

— bueno ver como las cuatro nuevas luchadoras se enamoraron del bigoton

— jeje vamos (estoy media confundida amo a Mario o al chico de mis sueños raros no lo se creo que a Mario ya que a el lo veo aquí en la mansion) —

¿Quien sera el chico?

¿Que paso con los demás luchadores?

¿Mario tendrá algún síntoma erotico?

Todo eso y más lo descubriremos en la siguiente misión.

Fin del capitulo 18