Mario y Yoshi se dirigieron juntos a donde estaba el resto del grado. Mario trataba en la medida de lo posible de disimular el mal olor, pero era algo complicado. Una vez que llegaron con el resto, se formó un buen perímetro de al menos dos metros a la redonda alrededor de Yoshi.

-"¿¡Que apesta?!" Preguntaron algunos alumnos.

-"Seguro es su aroma natural."

Todos comenzaron a reír. Mario reconocería esa odiosa voz donde fuera. Guiado por su odio comenzó a caminar hacia el lugar de donde había oído el comentario. En efecto, Wario estaba parado allí rodeado de sus secuaces. Todos se hacían a un lado al ver el rostro de Mario, pues presentían que una pelea estaba a punto de empezar.

-Enojado "¿Porque no mejor cierras la boca, eh? Tu aliento hace más daño que su olor."

-"¡Uuuuuuuu!" Dijeron algunos alumnos que los rodeaban.

Wario detuvo a unos alumnos que comenzaban a caminar hacia Mario, él era su presa. Tranquilamente comenzó a caminar hacia él.

-"Veo que estas algo molesto ... ¿puedo saber porque?"

-"¿En serio tienes las agallas de preguntar? Bien, te diré porque, porque un grupo de cobardes me tiene tanto miedo, que se dedican a molestar a mis amigos para hacerme pelear con ellos, y usar de excusa que yo inicie la pelea."

-"¿Miedo?"

-"Claro, ¿porque otra razón buscarían resguardarse bajo esa excusa? Y si me equivoco entonces demuéstramelo..."

Mario se quedó parado esperando un golpe que jamás llegó.

-"Lo supuse..."

Se dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso a donde había venido. Wario no supo como reaccionar, pues aunque quería vengarse y demostrar quien era el dueño de la academia ... la verdad es que muy en el fondo, le tenía miedo a Mario. Y no era el único, todos en su grupo se sentían igual.

Por suerte para todos, el maestro llegó antes de que la discución evolucionara a algo más serio.

-"¡Muy bien alumnos! ... ¡Oh, no inventes!" Se tapa la nariza "¿¡Que diantres es ese olor?!"

Yoshi dio un paso al frente.

-"Cre ... creo que soy yo..."

-"¿¡Entonces que hace aquí?! ... ¡Vaya a darse una ducha, ya!"

Yoshi salió corriendo en dirección a los baños mientras casi todos se reían de él.

-"¡Vaya Wario! ¿Que diablos echaste en ese basurero?" Preguntó Waluigi.

-"Creeme, estas mejor sin saber. Pero ese olor no va a ser tan fácil de quitar, eso tenlo por seguro."

-"¡Bien! En la clase de hoy vamos a jugar a otro deporte que creo conocen muy bien ... ¡quemados!"

Los alumnos comenzaron a murmurar nuevamente.

-"Pero con un toque especial ... ¡bien, dos grupos, uno por sección, ya!"

Todos se ordenaron según lo indicado. El profesor les pasó una pelota a cada uno. Al salir del área donde iban a jugar, esta comenzó a levantarse, separándose en varias plataformas más pequeñas. Unos balones prendieron fuego, mientras otros se recubrieron de hielo.

-"¿Que acaso no existen los deportes no letales en esta academia?" Preguntó Luigi muy preocupado.

El silbato del profesor sonó y comenzó a reinar la confusión entre los alumnos. Balones volaban por todos lados mientras trataban de esquivarlos y trataban de no caer de las plataformas. Resulta que las bolas de hielo te congelaban en donde estuvieras, siempre y cuando estuvieras sobre una plataforma. Eso no te eliminaba, pero te dejaba más vulnerable. Las de fuego servían para descongelarlos, o también en ofensiva para, bueno, quemar al rival. No dejaba quemaduras de gravedad, pero el dolor no te lo quitabas tan fácil.

Mario vio la oportunidad de darle a su hermano y lo hizo, mejor él que alguien más. Luigi le levantó un pulgar y salió corriendo hacia las gradas, donde los descalificados esperaban, además de Rosalina, quien parecía estar bastante molesta por lo que estaban haciendo.

Poco a poco, el número de personas comenzó a reducirse. En un momento, solo quedaban Erick y Mario de su equipo, y Wario y Waluigi del suyo. Ambas secciones apoyaban a los miembros de la suya. Toad y Luigi decidieron quedarse callados, pues en secreto apoyaban a Mario y a Erick.

Mario esquivaba los ataques con suma facilidad, mas Erick no se quedaba atrás. En una rápida jugada, Erick bloqueo un balón con el que tenía en la mano y lo arrojó contra Wario. No tenía idea de que ese era su plan, pues saltó hacia otra plataforma y el balón le rebotó a Erick. Le dio de lleno en el estómago, por lo que tuvo que retirarse. Mario estaba solo, y los dos miembros del equipo rival sonreían maliciosamente mientras sostenían unos balones en sus manos.

-"Esto será divertido." Dijo Wario.

-"¡No quiero ver!" Dijo Toad mientras se tapaba los ojos.

A Mario no le quedo de otra más que entregarse a sus instintos de nuevo. Cuando el ataque comenzó, ni un solo balón podía tocarlo. Saltaba, daba vueltas en el aire, iba de un lado a otro, jamás se quedaba quieto. No pensaba, solo actuaba. En un rápido movimiento, saltó entre dos balones y con una mano atrapó uno. Con todas sus fuerzas, cuando iba de regreso al dar la vuelta, arrojó el balón con todas sus fuerzas en la dirección del enemigo. Este dio en la cabeza de Wario y rebotó dándole a Waluigi. Nuevamente, Mario habia ganado la pelea.

Cuando iba de salida, dos alumnos de la otra sección se acercaron a él y se pusieron a cada lado suyo.

-"¿Que se les ofrece?"

-"Oh, nada, solo felicitarte."

-"¿En serio?"

-"¡Así es! Estuviste genial hoy, nada mal."

-"Además de que le diste una buena lección a esos dos."

-"Y si alguna vez llegas a pelear con ellos ... que sepas que tienes nuestro apoyo."

-"De la mayoría del grado de hecho."

-"¿En serio?" Preguntó Mario bastante confundido.

-"En serio, casi todos te admiran, o te tienen miedo."

-"Y ni hablar de las mujeres, creo que a más de la mitad le interesas."

-"¡Pero ese es nuestro secreto! ¿Verdad?"

-"Cla ... claro." Asintió Mario algo confundido.

Ambos alumnos siguieron su camino dejandolo solo. Mario caminaba por los pasillos, ahora incapaz de no ver a las personas que lo rodeaban. Todos lo saludaban y le daban la mano, algunos solo se hacian a un lado al verlo pasar. Pequeños grupos hablaban entre ellos al verlo. Ya le era imposible pasar desapercibido, se habia creado su propia reputación, y era algo con lo que debía vivir de ahora en adelante.