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Escuchando mis instintos

Al día siguiente, todo primer año debía dirigirse al gimnasio, el motivo: tenian clase de deporte. Esta clase era algo peculiar, pues no tenia nota asociada a la misma, al igual que la clase de música. Eso sí, llevarlas era obligatorio para primer año, y si los profesores lo decidían podían cambiarte esas clases por labores en la academia. En resumidas cuentas, no las podías perder, pero si no te esforzabas terminarías limpiando los baños a la hora de dicha clase.

Todos comenzaron a salir de los vestidores para dirigirse hacia la cancha principal, pues el profesor aún no habia llegado. Mario caminaba entre la multitud con la mirada fija en una sola persona:Rosalina. Y es que ella no se habia cambiado para la clase, sino que estaba sentada en las gradas del gimnasio leyendo un libro. Una vez que Mario llegó hasta donde estaba, se presentó.

-"Hola Lina."

-levantando la vista "¡Ah! Hola Mario."

-"Oye, ¿no te vas a cambiar?"

-"No, yo no recibiré esta clase."

-"¿Porque?"

-"¿Que no me viste ayer cuando salí corriendo tras de ti? Tengo una peculiar condición física que hace que pueda morir si hago actividad física muy demandante."

-"Vaya, eso suena horrible."

-"Puede ser un dolor de cabeza a veces, pero no me quejo."

Mario se sentó a la par de ella.

-"Me pregunto que haremos en esta clase." Dijo Mario.

-"La verdad no sé."

-"¡Ah! Por cierto, ya le conte a mis papas lo del trabajo de investigación, y pues dicen que esta bien. Sólo debemos ponernos de acuerdo en si será sábado o domingo."

-"¡Que bien! Pues estaba pensando en sábado por la mañana."

-"¿En la mañana?"

-"Sí, así terminamos rápido y tal vez en la tarde podamos..."

-"¡Atención clase!"

El grito del profesor los tomó a todos por sorpresa, especialmente a Rosalina, quien no pudo terminar de hablar. Mario se levantó para dirigirse hacia donde estaba el resto.

-"¡Muy bien partida de holgazanes! El día de hoy hay planeada una actividad que muchos podrán considerar ... interesante. Pero primero es necesario entrar en forma para que nadie sufra un indeseado accidente."

Los siguientes 30 minutos consistieron en puros ejercicios, la mayoría bastante agotadores, todo acompañado de los constantes gritos del profesor. Una vez que todo hubo terminado, la gran mayoría de alumnos estaban sentados o apoyados sobre sus piernas recuperando el aire. Mario, por su parte, estaba parado dando pequeños saltos en su lugar ya que se sentía lleno de energía. Al ver a los demás bastante cansados recordó que su condición física no era precisamente normal, y que debía fingir para no llamar la atención. Dicho y hecho, dejó de hacer lo que estaba haciendo y se apoyó sobre sus rodillas mientras fingía estar recuperando el aire.

El profesor los volvió a formar, pero esta vez los dividió en las dos clases, para después llevarselos fuera del gimnasio. A Rosalina se la llevó aparte, dejando al resto a las puertas del corredor donde Mario y el príncipe Erick se habían enfrentado a Wario y su grupo. Nadie tenía ni idea de que había al otro lado. Una vez que el maestro regresó los llevó hacia el otro lado y ... pues era un simple cuarto vacío. Una vez que todos estuvieron dentro, cerró la puerta.

-"Se lo que estan pensando: ¿que es este lugar?, ¿porque nos trajeron? Pues, lo que estan viendo es una pequeña sala de entrenamiento que originalmente perteneció al ejército, y ha sido modificada para darle un uso más ... moderado. El día de hoy tendremos un inocente juego de 'atrapa la bandera' entre ambas secciones, pero necesitarán estas."

El profesor se dirigió a una de las paredes y presionó un botón, causando que unas armaduras salieran de la pared junto a unas especies de rifles.

-"¡Bien! Lo que deben daber es sencillo, estas armas fueron modificadas para solo mandar señales infrarrojas a estas pequeñas armaduras. Si la señal pega en el área de la armadura, esta les dará una descarga eléctrica tan fuerte como para dejarles una extremidad entumecida. Tranquilos, nadie ha muerto ... aún. Las reglas son sencillas: capturen la bandera del equipo rival y ganan. El equipo ganador podra salir al receso 30 minutos antes, minutos que el equipo perdedor pasará haciendo más ejercicios demandantes, así que ... ¡vengan por sus cosas!"

Uno a uno, todos los alumnos fueron recogiendo los implementos que iban a necesitar y se separaron en los dos equipos formados. Algunos alumnos, entre ellos Mario, estaban bastante confundidos por lo que estaban a punto de hacer, pero la gran mayoría actuaba como si esto fuera lo más normal del mundo. En el equipo de Mario, el príncipe Erick había tomado la batuta del equipo.

-"Muy bien, nos dividiremos en dos equipos: uno se quedará a proteger la bandera, y el otro irá a por la bandera del rival. Yo guiaré a este equipo."

-"Me parece bien alteza." Dijo un koopa.

-"Bien ... ¿alguien ha visto a Mario?"

-"¡Aquí estoy!" Dijo Mario, mientras llegaba a ls formación.

-"Bien, pareces del tipo valinete, vendrás conmigo a robar la bandera ¿te parece?"

-"Claro."

-"Bien, ¡vamos equipo!"

Todos gritaron y comenzaron a caminar hacia el centro de la sala. Del otro lado, Yoshi y Toad parecían no estar muy convencidos de lo que iba a pasar, y Luigi se había escondido hasta atrás del grupo. Wario, quien estaba al frente, le hizo a Mario el gesto de 'estas muerto'.

-"Bien, en sus marcas, listos ... ¡que empiece la guerra!"

El profesor presionó un botón en la pared y ambos equipos fueron levantados en una plataforma hacia el techo, y es que en realidad estaban en el sótano de una arena enorme. Esta era completamente de metal y tenía varios escondites, incluidas las dos torres en donde estaban las banderas. Una vez que los equipos se posicionaron, comenzaron las ofensivas. Todos se movían con cuidado, escabullendose cada vez que podían. No pasó mucho hasta que alguien perdió la paciencia y salió corriendo, solo para recibir un tiro en el pecho acompañado de una descarga eléctrica que lo tiró al piso. Todos los demás se quedaron quietos mientras veían a esa persona quedarse tirada en el suelo.

-"Vamos a morir." Dijo Yoshi, a quien le habia tocado ir en la delantera de su equipo.

Pronto, las delanteras de ambos equipos se toparon entre ellos y comenzó una auténtica pelea campal. Puede que físicamente no se vieran los disparos, pero si se oían y además sí se podía ver a los alumnos cayendo por las descargas eléctricas. Llegó un punto en que el equipo de Mario había sido acorralado. Todos se habían escondido detrás de paredes mientras eran asediados por el enemigo.

-"¿¡Que hacemos ahora su alteza?!" Gritó alguien.

-"¡No lo sé, debemos abrirnos paso!"

Mario, quien aún seguía escondido, comenzó a tener una rara sensación. Los gritos de su equipo, los sonidos de los disparos; la adrenalina comenzó a poseer su cuerpo. Se sentía más vivo que nunca, tenía unas ganas inexplicables de salir corriendo hacia la base enemiga, era como si ... como si hubiera sido creado para el combate. Entregado a sus instintos, Mario salio corriendo de donde estaba y comenzó a dispararle a todo lo que se moviera mientras esquivaba todos los ataques rivales. Su equipo se quedó atónito mientras lo veían dirigirse a la base enemiga a toda velocidad.

-"¿Que acaso ese tipo esta loco?" Dijo un alumno.

-"Tal vez..." respondió el príncipe.

Mario entró a la base enemiga en un abrir y cerrar de ojos. Saltó por ensima de una barricada y eliminó a los que estaban del otro lado. Comenzó a subir la torre mientras esquivaba cualquier cosa que le tiraran, llegando al punto de alcanzar la cima en unos cuantos minutos. Una vez arriba, la bandera estaba justo frente a él, pero fue detenido por el grupo de Wario.

-"Pero miren a quien tenemos aquí." Dijo Wario.

-"Debo admitirlo, tienes más habilidades de las que había pensado pero ... tu camino acaba aquí." Dijo Waluigi.

-"Así que prepárate para..."

Wario no pudo terminar su frase pues fue recibido por una descarga eléctrica de parte de Mario. Sin mucho esfuerzo, él fue capaz de acabar con el resto del grupo, tras lo que se dirigió a la bandera y la tomó en sus manos.

-"¡Siiiiiii!" Gritó de manera triunfal.

Con la bandera en la mano volteo a ver al grupo que acababa de derrotar y no pudo evitar sentirse ... raro.

-'Acaba el trabajo...' susurró una voz en su cabeza.

Mario levantó su arma y comenzó a caminar hacia quien tenía más cerca.

-'Se lo merecen...'

Una vez que llegó, apuntó hacia el pecho.

-'Mátalos a todos...'

-"¡Mario!"

La voz del príncipe sacó a Mario de sus pensamientos, quien arrojó su arma lejos. Todos los que venían con el príncipe quedaron asombrados al inicio, pero ese asombro pronto se convirtió en euforia cuando vieron lo que llevaba en la mano.

-"¡Ganamos!" Gritaron todos mientras corrían hacia Mario, para después levantarlo en hombros.

Todos salieron de la torra llevando a Mario mientras coreaban su nombre. Todo el equipo reclamó su recompensa y pudieron salir temprano al receso. De salida, todos pasaron saludando a Mario, algunos dandole unos golpecitos en el hombro.

-"Amigo, estas loco, pero ¡eso fue genial!"

-"La manera en que los destruiste no es normal, ¡eres genial!"

-"¡Buenos movimientos Bros.!"

-"¡Eso fue de otro mundo! Tu hiciste ¡papapapa! Y ellos estaban como ¡no, por favor, no nos dispares!"

Y así, Mario fue recibiendo varios comentarios y la verdad, se sentía mejor que nunca. En apenas unos minutos, parecía que ya era la persona más popular de su grado. Mario se despidió del resto y comenzó a dirigirse al lugar donde siempre iba, donde se sorprendió de ver a Rosalina sentada. Al acercarse, ella volteó y lo vio, tras lo que salió corriendo hacia él para comenzar a examinarlo.

-"¡E ... estas bien! No te hiciste nada ¿verdad? ¡eso fue muy peligroso!"

-"Tra ... tranquila Lina, estoy bien, en serio ... por cierto ¿donde estabas?"

-"Aquí, pero pude enterarme de lo que estaban haciendo."

-"Pues no fue taaaaan malo, es más, diría que hasta fue divertido, aunque, gracias por preocuparte por mí."

-"¡Pues como no me iba a preocupar por ti! Somos amigos después de todo."

Mario no pudo evitar sonreír. Apenas conocía a esa chica, pero por algún motivo sentía que el solo verla le alegraba el día.

-"¡Ah! Por cierto ... ¿que ibas a decirme en el gimansio?"

-"¿Que? ... ¡ah, eso! Pues, se me ocurría que después de terminar el trabajo podríamos..."

-"¡Allí estan!" Gritó Daisy a la distancia.

Mario volteo instantaneamente para después saludarla. Rosalina también la saludó, aunque algo molesta.

-"¿Que la trae por aquí princesa?" Preguntó Mario.

-"Pues que ya me aburrí de las amigas de Peach ... y parece que a ustedes no les importa que sea una princesa, así que creo que me quedaré por aquí ... por cierto ¡hoy te luciste!" Dijo Daisy mientras le daba a Mario un amistoso empujón.

-"No fue para tanto."

-"¡Vamos! No seas modesto, eso fue alucinante, en mi vida había visto a alguien así de ágil y con tantos reflejos ¿como lo conseguiste?"

-"Ehhhh ... bueno, yo te ... tengo algo de práctica."

-"Pues tal vez algun día puedas enseñarme." Dijo Daisy mientras le guiñaba un ojo.

Mario solo asintió, para después quedarse hablando con las dos chicas por el resto del receso.

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