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El fontanero de rojo se encontraba caminando encorvado y cabizbajo rumbo a su casa después de haber terminado su aventura, pero a diferencia de las anteriores no se sentía feliz o satisfecho ahora sentía una mezcla de decepción,amargura y tristeza.

Al llegar a la puerta de su casa tomó la llave que estaba debajo del tapete para así abrir la puerta y entrar, una vez dentro de dirigió al comedor a tomar asiento mientras escuchaba ruidos estridentes que venían de la cocina y seguido unos pasos.

De la cocina salió el hermano de verde del fontanero,mejor conocido como Luigi además de tener su típica ropa verde y overol azul  también llevaba un mandil de cocina con estampado de letras "L" de color verde.

Este camina lentamente con una mueca de susto mientras cargaba un sartén en modo de defensa.

-Hermano!,volviste!- la expresión de Luigi cambio a una alegre y siguió hablando -Crei que eras otro ladrón-.

El de Verde río un poco mientras rascaba su cabeza,mientras tanto su hermano mayor lo veía con desgano ante esto Luigi puso una mueca de preocupación.

-Hermano,¿Sucede algo?-

Mario dió un breve suspiro y contestó la pregunta con otra pregunta.

-¿Recuerdas que dije que me declararía a la Princesa en una próxima aventura?-.

-Si,lo recuerdo muy bien- contestó mientras tomó asiento.

-Me rechazó-

Mario cruzó sus brazos y agachó su cabeza, por otro lado Luigi quedó con una expresión de asombro y solo miró a su hermano así quedando en un silencio incómodo,hasta que decidió romperlo.

-Bro...- se aclaró la garganta y siguió hablando -Mira, estas cosas del amor no son fáciles pero tampoco no hay porque rendirse-.

El menor se levantó de la silla y fue hacia la cocina,unos segundos después volvió con dos tazas de café;una era de color rojo y la otra verde.

Luigi le dió la taza de color rojo Mario y de nuevo tomó asiento para beber el suyo.

-Gracias- agradeció el de rojo con una sonrisa algo triste y continúo -Yo creo que es hora de que me rinda-.

Luigi analizó su respuesta en silencio,bebió un pequeño sorbo de café y añadió.

-Mario,deberías intentar cambiar de estrategia-

Mario lo miro incrédulo;el teléfono de casa que se encontraba en un pequeño mueble cerca del sillón de la sala sonó fuertemente,el estruendo le causó un susto a Luigi tanto que se sobresalto.

-¡Ese sonido me va a venir causando un infarto un día de estos!- bromeó un poco molesto para aligerar el ambiente.

Luigi fue a contestar el teléfono mientras Mario miraba fijamente su taza suspirando pesadamente, el estaba tan perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que su hermano había terminado la llamada.

-Era Rosalina,dice que está teniendo problemas con la fuente del planetarium a pesar de la situación dijo que podíamos ir cuando estemos desocupados-.

-Let's go...-dijó Mario un poco desganado.

Luigi sonrió de manera nerviosa y agregó -Mario,no creo poder ir- suspiró -Recientemente fui invitado a jugar tenis con Daisy,vamos a practicar para enfrentarnos a Donkey Kong y Diddy Kong la próxima semana-.

Luigi se sentía un poco egoísta por no estar para apoyar a su hermano en un momento tan difícil como lo es un rechazo pero ya había quedado con Daisy.

¡Oh!- Mario exclamó triste -comprendo hermano,¡diviértete!-

Luigi tomó su raqueta, se quitó el mandil y abrió la puerta de la casa.

-Pasala bien con Daisy- el hermano mayor sonrió.

-¡Gracias bro!- Luigi también le sonrió y salió.

Mario bebió su café rápidamente y fue hacia el teléfono,necesitaba tener la mente en otro lado con tal de no deprimirse más no sería una mala ocasión para trabajar un poco como fontanero.

Marcó al número de Rosalina y esperó a que contestara.









Mientras tanto en las canchas privadas de tenis se encontraban sentadas las princesas Daisy y Peach.

-¿Y como te fue con Mario en el último rescate?- preguntó Daisy algo curiosa.

La rubia suspiró y cruzó sus brazos un tanto molesta.

-No quiero hablar de eso-

La princesa de las flores se encontraba un poco preocupada por la actitud de su amiga,no era normal que tuviera esa actitud tan indiferente hacia Mario.

-Ohh comprendo- Daisy exclamó alegre -alguien está enamorada- esto último fue dicho en tono de burla.

Peach más molesta que antes la miró seria.

-Daisy estás siendo más pesada de lo normal y además ¿Nunca te dijeron que asumir cosas de la vida de los demás es de mala educación?-

-¡Tranquila Peach!,¡Fue solo una broma para animarte!- Daisy rió.

Peach tomó su raqueta y se puso de pie -Mañana seguiremos practicando,hoy no estoy en condiciones- añadió de manera educada -buenas noches y hasta mañana-

Sin decir una palabra más se retiró,Daisy se encontraba sorprendía y preocupada hoy su amiga estuvo fuera de si.

Unos minutos más tarde Luigi llegó a la cancha y saludó a Daisy.

-¡Hola Daisy!- habló mientras sacudía su mano en señal de saludo.

-Hola Luigi-ella también lo saludo pero desganada.

El fontanero se sentó a su lado y recargo la cabeza en el hombro de ella.

-Vaya discusión que tuviste con Peach-

Ella lo miro sorprendida.

-No estaba espiando,a decir verdad gritaron un poco- el rió un poco.

-Peach,lleva varios días fuera de si incluso siento que no la conozco-

Daisy cubrió su rostro con sus manos y Luigi permaneció pensativo recordando lo que dijo su hermano.

-Lo sé- el de verde habló con un tono melancólico y después suspiró.

Realmente el quería contarle a Daisy la situación de su hermano para así tener ayuda de su parte pero no quería darle preocupaciones a la princesa y además quería respetar la privacidad de su hermano.

Luigi al ver a su novia un poco triste intentó estar alegre y tratar de animarla.

-Vamos Daisy, los malos días no son para siempre tarde o temprano esto pasará-

Ella le prestó atención y el prosiguió hablando.

-Vamos divertirnos un rato jugando tenis y después iremos al mejor restaurante de pizza de la ciudad,¡Yo invito!-

La princesa limpió sus lágrimas,se puso de pie y gritó en un tono triunfal.

-¡Verás que la gran de Daisy te ganará de nuevo!-

-¡No si yo traigo la raqueta de la suerte!-

Poco a poco la situación se fue normalizando pero Luigi en el interior aún seguía preocupado por su hermano.















Mario ya había terminado de reparar la fuente,salió de dicho lugar y miró de manera seria el cielo estrellado.

Por su parte Rosalina lo estaba mirando de lejos,ella lo había notado muy raro normalmente es muy alegre pero ahora se veía decaído ante esto ella se acercó para hablar con el.

-Mario,¿Te ocurre algo?- preguntó con curiosidad y preocupación.

El fontanero al escuchar la voz de Rosalina soltó un pequeño chillido del susto.

-Lo siento Mario,no era mi intención- se disculpó la rubia.

-No hay problema,estaba tan encerrado en mis pensamientos que no me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor-.

-Normalmente eres más alegre y atento,¿Ocurrió algo?-.

Mario dudo en decirle la verdad,desde hace años conocía a Rosalina y tenían una buena amistad pero nunca le había contado detalles más privados de su vida;el necesitaba desahogarse así que decidió que le diría todo.

-Pues en mi última aventura para salvar de nuevo a la princesa Peach me le declaré- el dirigió la mirada hacia la chica y al ver que ella estaba muy interesada en lo que contaba así que siguió -y además le ofrecí unas flores,luego llegó Bowser hacer lo mismo ambos le insistimos mucho y después ella enojada dijo que no-

-Mmmmmmm- Rosalina permaneció un poco pensativa ya que nunca había estado en una situación así,nunca nadie se le había declarado y ella tampoco lo había hecho -En mi opinión yo creo que la hicieron enojar por insistirle mucho,esas cosas llevan su tiempo y de seguro estaba estresada por lo de Bowser-.

Mario analizó la respuesta de su amiga y de un momento para otro abrió sus ojos como platos.

-¡Mama mia!- exclamó frustrado mientras ponía su mano en su cara y luego un poco más calmado siguió hablando -ahora que lo pienso tienes razón,pobre de seguro la hice sentir mal-.

-Puedes pedirle disculpas- aconsejó.

El de rojo rasco si cabeza mientras pensaba, a decir verdad el dudaba y además tenía miedo; Rosalina al ver esto trato de motivarlo más.

-No pierdes nada con intentarlo- y sonrió -Es mejor intentar hacer las cosas aunque fallemos a vivir con la duda de que hubiera pasado-.

-Entonces lo haré princesa- Mario afirmó un poco más alegre -Lo haré pronto-.

Rosalina le dedicó una sonrisa a la vez que le deseaba suerte a su amigo.



Continuara

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