Capítulo XI: La Tempestad (Parte II)
Capítulo XI: La Tempestad (Parte II)
"Estamos hechos del mismo material que los sueños"
William Shakespeare, "La Tempestad".
La mente misma puede ser tan enigmática, complicada de predecir o incluso de querer llegar a una conclusión. Un simple daño a nuestras emociones se convierte en un "Efecto Dominó" en todos nosotros. Caemos, nos quebramos o nos volvemos locos. Otros cometen el suicidio para liberarse de la pesada carga de la existencia. Caídos en la desgracia, dirían otros, mientras que los demás buscarán ayuda psiquiátrica pero ¿qué pasa cuando el alma también se vuelve corrupta?. En la Teología existen los "Pecados Veniales" y los "Mortales", siendo éstos, los de la segunda clase, los más terribles y que condenan al alma al Infierno por haberse alejado del camino. Motivos como la venganza o la sed de asesinar a alguien llevan a las personas ante esa desgracia y locura pero, en los términos que se estaban viviendo, tan expectantes para todos, una persona sabía muy bien lo que quería, en aquellos momentos y más cuando fue sacada del "Inframundo" y conducida hacia aquel "Anti-Verso" con los suyos para recibir una promesa de poder, una sensación que haría ruborizar a más de uno.
Una vez que Cristian los condujo, desde aquel piso de apartamentos de una ciudad que solo él conocía, a travesando un "Portal", llegaron a un Mundo totalmente devastado. De Cielos rojos como la sangre, la tierra marchita y del mismo color que el Firmamento, donde todo rastro de vida había perecido y no era más que un vasto terreno mundial aniquilado por una fuerza incomprensible para los ojos humanos y mortales. Dado y Dómino caminaban cerca de Roy para protegerlo, llevando consigo unas lanzas que se habían fabricado. No se oía ni un solo rumor por las calles de esa urbe abandonada, solo el quedo y estertor de los edificios cuyos escombros caían, de vez en cuando, golpeando el piso y provocando un eco de muerte, otrora orgullo pasado y olvidado por todos. Para ellos era como vivir una de esas películas del Fin del Mundo, donde volvían de una misión en el Espacio y se hallaban con el Planeta convertido en un desierto radiactivo, ciudades despobladas, campos arrasados y la Naturaleza que reclamaba lo que el Ser Humano le había quitado. Roy, por su parte, enfocó sus ojos en las estructuras caídas y de golpe fue reconociendo el sitio en el que se encontraban cuando, corriendo hasta una vieja edificación, se topó con los restos de la Escuela Primaria de Royal Woods. Se quedó allí, viéndola con ojos impávidos. ¿Perturbado?. No, esa no era la respuesta para el joven delincuente y bravucón que odiaba a Lincoln, simplemente sentía una extraña sensación en el fondo de su alma, como si algo le faltara pero no pudiera describirlo bien. Notó que aquel Mercenario iba hasta él y se le quedaba allí, sonriendo de manera burlona ante el desastre acontecido.
- Pobres almas desafortunadas.- Rompió Jack Venom el silencio que les rodeaba, meneó la cabeza y chisteó.- Cómo se nota que no supieron escoger bien a sus líderes que los llevaron a la condenación eterna. Se nota que, hasta aquí, como en otros sitios, pagaron muy cara su osadía.- Se encogió de hombros y cerró los ojos.- Quizás tu familia, de este Mundo, tampoco lo haya conseguido.- Se burló y eso llevó a que Roy se enfureciera, agarrando un fragmento de vidrio del piso bien puntiagudo y afilado, capaz de atravesar el corazón maldito de ese joven pero el Mercenario no temió, en lo absoluto, sino que se mostró tranquilo pero reflejando un aura de pura maldad en su ser.
- ¿Cómo es posible que Cristian te haya escogido a ti?. No lo entiendo.- Quiso saber Roy con bronca.- No tienes corazón, ni alma, eres un desalmado, alguien que no puede ver las consecuencias de sus actos. Solo te mueves por odio hacia aquella persona que te dio muerte en el Pasado.
- Repite eso.- Le amenazó Jack y Roy mostró esa sonrisa de burla.
- ¿Qué? ¿Te duele que no pudiste matarlo?. Pobre imbécil, se nota. Con razón tu familia no pidió ni tu sepultura. Según oí, de parte de Cristian, es que te arrojaron a una zanja junto a los cadáveres de tus amigos y demás basuras para dinamitarlos y prenderlos fuego.- Respondió el mexicano, encarándolo personalmente.- ¿O qué? ¿Vas a llorar como la putita que eres?.
- Guarda tu lengua afilada entre tus dientes si no quieres que te la arranque.- Amenazó el Americano, listo para llevar a cabo su amenaza.
- Hazlo. ¿Sabes a cuántos "Cristalitos" he mandado al hospital porque me amenazaron porque no los apoyo o que se quería hacer los "mexicanos"?. No saben ni una mierda de mi país, historia y cultura. Menos ustedes, los Norteamericanos. Mejor dejen de mirar tantas pendejadas en la televisión.- Le espetó Roy, desafiante y bien listo para todo.
- Jefe, cuidado con este tipo. No me fío en lo absoluto de él.- Corrió Dado a su lado.
- Descuida, amigo.- Llevó el mexicano la calma, levando su mano derecha en el aire.- No le tengo miedo a un putito como este.
- Suficiente los dos.- Intervino Cristian, caminando frente a ellos.- Y vuelvan a la marcha que no hay que detenerse. ¿Acaso se olvidaron dónde estamos?.
- Técnicamente estamos en Royal Woods pero no es la que yo conozco.- Apuntó el peli negro, encogido de hombros cuando, de repente, un rugido descomunal, gutural, irrumpió desde las profundidades de la urbe destruida y arrasada para abrirse camino hasta donde estaban.
- ¿Qué les dije?. Muévanse, no hagan ningún tipo de contacto visual con nadie y sigan adelante. Ahora.- Ordenó el rival de Rob, apurando la marcha, mientras que Domino se quedaba mirando, a través de una ventana que daba a un piso destruido de un edificio de apartamentos, una figura sombreada que lo estaba observando quietamente pero con hostilidad.-
- ¡Domino, vamos, hermano!.- Se acercó Dado hasta él pero el gemelo no se movió.- ¿Qué pasó? ¿Qué viste?.- En ese momento, el otro señaló hacia aquella posición, llevando a que el primero alzara la mirada pero no se encontró con nadie allí arriba.
- Está vacío, ven, sigamos.- Pidió el chico, sacándolo de allí.
- Te lo juro, hay algo raro aquí, hermano y no me gusta para nada.- Intentó Domino en convencerlo pero no hubo forma, sin embargo, en aquellos momentos, nuevos rugidos resonaron por los alrededores, como si estuvieran siendo acechados por algún depredador. De entre los escombros apilados de varios edificios y negocios completamente abandonados, allí los pudieron ver: Varios ojos rojos y resplandecientes como las Llamas del Hades los observaban con interés.
- ¡Dado, Domino!.- Llamó Roy, corriendo hasta ellos.
- Pero me cago en la puta que lo parió a este pibe.- Bufó Cristian de la bronca al ver que no le obedecían.- ¡Volvé para acá, pedazo de pelotudo!.- Le exhortó pero Jack lo detuvo.
- ¿Qué importa?. Si se mueren, mejor, no me caen bien.- "Aconsejó" pero el otro se había hartado de su palabrería barata.
- Si algo les pasa, el que tiene que dar explicaciones soy yo, así que vos cerrá el orto.- Le ordenó, mientras que corría y de ahí veía que, saltando sobre los tejados de los edificios y saliendo desde los callejones como las alcantarillas, una serie de figuras brotaban como ratas hambrientas hacia donde estaban sus presas.
Justo cuando Cristian llegaba hasta ellos, pudo notar el aspecto de aquellas "personas". Si hubiera alguien que tuviera el estómago y las agallas bien fuertes como para describir aquellos horrores abandonados por la mano de Dios, entonces uno terminaría en un psiquiátrico para tratar de paliar esos sufrimientos. Los primeros en rodear a Roy y los Gemelos eran Humanos pero, a la vez, parecían haber sido sacados de algún cómic como el de "Crossed", donde muchos se habían cortado los labios, cauterizado los mismos con algún soplete o hierro incandescente para que les quedara todo morado pero aplanado como una hoja de papel. Otros tenían piercings, tatuajes, clásico de las bandas Post-Apocalípticas como lo eran las películas de "Mad Max" pero también habían de aquellos que se traían cráneos y huesos que conformaban "Coronas" y "Armaduras" junto a las pieles como capas, iguales a los tiempos de la Prehistoria. Llevaban armas de fuego, ballestas, arcos, flechas e incluso lanzas que parecían haber sido sacadas de la mente de algún enfermo mental. Dado y Domino tomaron unos hierros caídos y apuntaron, como si fueran picas hacia los enemigos que los rodeaban.
- ¡No se preocupe, Jefe, nosotros daremos nuestras vidas por usted!.- Prometieron ambos gemelos, manteniendo en ristre los hierros y esperando a que uno de ellos diera un paso en falso para ensartarlo como si fuera un pescado.
Roy miraba de un lado para el otro. A unos 200 metros estaba Jack Venom, el cual se mostraba tranquilo, sin llamar la atención de los enemigos hasta que, de repente, una voz irrumpió y calmó las aguas tensas que azotaban el lugar.
- ¡Plagados, en fila!.- Ordenó una voz y de ahí ellos pudieron ver a una muchacha rubia con Armadura y Casco que lo traía en sus manos, caminando y de ahí aquellos "Humanos" cedieron a sus impulsos más bajos para respetar el mando que se estaba imponiendo en aquellos momentos.
Ninguno se movió, parecían estatuas cuando Roy y los gemelos se movieron. Cristian llegó pero tarde para verlos y de ahí tomó un momento para recuperar el aliento hasta que, de ahí, pudo ver que llegaban otros más a la "fiesta".
- Vaya, vaya, Cristian.- Oyó una voz que salía de entre las sombras y allí notó a otra rubia de grandes atributos que se hacía presente, agarrándolo por detrás hasta tenerlo contra sus pechos.- Pero mírate, ¿acaso has hecho ejercicios?.
- También es lindo volverte a "ver", UnNatasha Jr.- Habló el chico, tratando de desviar el tema.
- ¿Qué ocurre? ¿Acaso te comió el ratón la lengua?.- Bromeó otra joven rubia pero blanquecina, mientras que manaba desde el suelo una serie de mareas de sangre que ella manipulaba.
- UnLiena, jejeje, para nada, solo estaba "pasando por el barrio" cuando sus amigos emergieron.- Alegó con risa pero eso no parecía surtir efecto en ellos cuando la otra chica de Armadura le apuntó con su Espada.
- Cuida tu lengua, no vayas a querer que te la corte y te la meta en el fondo del culo.- Le advirtió ella, desafiante y con el brillo de sus ojos rojos.
- Tranquila, UnSasha, que eso no va a pasar. Tampoco era para tanto, solo era una jodita.- Señaló y de ahí se giró para mostrar a sus acompañantes.- Ellos...Ellos han venido conmigo.
- No, en realidad estamos acá debatiendo la existencia del menso Multiversal que casi nos mata.- Le dedicó Roy unas palabras ácidas que le provocaron, al otro, que le agarrara un tic nervioso.
- Como decía, ellos son los que prometí para el ataque.- Dijo y se giró para donde estaban las recién llegadas.- Ahora: ¿En dónde está él?. Su Ídolo.- Pidió y de ahí sintió que el suelo mismo ardía sin parar, casi como si estuviera entrando en un estado de ebullición, soltando vapores de distintos colores hasta que lo vieron emerger.
Allí se encontraba un joven rubio con varias cicatrices bajo los párpados, como si fueran rayos y lucía una especie de Armadura negra decorada con cráneos.
- UnLuckacs, veo que siempre estás atento a todo lo que sucede en los alrededores.- Dijo UnLiale a su hermano.
- Jajajaja, tenía que masacrar a un par de revoltosos que querían desafiarnos. Ahora entiendo muy bien esto. Una lástima que mamá y papá hayan sido tan débiles para no habernos dejado el poder y de aceptar este regalo que supera todas las expectativas.- Dijo el chico de las cicatrices con forma de rayo.
- Yo no iría tan rápido, hermano.- Intervino el peli blanco-plateado, caminando hacia donde se encontraban ellos.- No te dejes engañar, ellos murieron por débiles, sí, pero también yace en nosotros traer a la vida a Nega.- Miró a los recién llegados y les dedicó una mirada de frialdad pura.- ¿Con que estas son las "tropas"?.- Frunció los labios.- Me dan asco, no se parecen a lo que son.
- ¿Y él?.- Señaló Roy a Jack.
Éste vino caminando hacia ellos, se detuvo, los miró y de ahí quedó todo en silencio hasta que fue UnLuz, aquella que portaba las prendas y ornamentos del Emperador Belos de las "Islas Hirvientes", la que intervino para seguir con la charla.
- Yo no desconfiaría de ellos, UnLiale.- Dijo la dominicana alterna.- Sí valen la pena tenerlos. Y ya tengo una idea junto a las demás.
- ¿Cuál es?.- Inquirió UnHilda, apoyada contra la fachada de una casa semi-destruida.- Me gustaría oírla.
- Los mandaremos al frente con los demás. En especial a usted, Comandante Jack "Venom" Jones, hay...- Dijo UnLuz pero al dar el completo del peli negro, éste casi se lanza contra ella usando un cuchillo que traía consigo.
- Jamás, si es que valores tu vida, me vuelvas a nombrar por completo. Me traes recuerdos a ese desgraciado hijo de puta que me dio muerte en el Pasado.- Advirtió con frialdad y ella lo pudo ver en sus ojos, aquella sed de venganza y una sonrisa de pura maldad cruzó por el rostro de la chica en ese momentos.
- Síganme entonces.- Pidió y de ahí reanudaron la marcha hasta llegar al Santuario donde descansaba el cuerpo de "Nega".
Avanzaron por una explanada de adoquines blancos, pulidos y bien cuidados en medio de una ciudad devastada por la locura humana de querer superar a los Dioses, fueran Paganos o el de la religión judeo-cristiana. Habían cometido un auténtico error que solo podía arreglarse con la sangre que se derramaba por las calles de aquellos Mundos destruidos. En medio del avance pudieron ver a las fuerzas que custodiaban ese Santuario dedicado a Nega, con estatuas en su honor, sacrificios realizados por aquellos que estaban corrompidos por ese flagelo que los había trastornado y convertido en monstruos sedientos de sangre. Uno de ellos, de casi dos metros de altura, sostuvo la cabeza de uno que había matado, regando con su sangre el suelo en señal de respeto hacia su Ídolo. Fue entonces que UnLuz hizo una seña para que se detuvieran y pudieran contemplar una especie de Trono construido con piedra volcánica en honor al caído, quien yacía "conectado" a lo que parecía ser una especie de máquina que lo mantenía vivo pero no abría los ojos.
- Todos ustedes tienen grandes Pecados consigo, no son ningunos "Santos", todo lo contrario, son la escoria más baja que pudiéramos haber conocido.- Comenzó a hablarles UnHilda a los presentes, sonriendo y moviendo sus manos mientras caminaba de un lado para el otro de donde se encontraban. Podía percibirlo en sus auras, una especie de odio que emanaba como el veneno desde lo más profundo de sus espíritus pero el que más impresionaba era el del Comandante Jack "Venom" Jones, llevando a aquella aventurera alterna se estremeciera pero mantuvo su posición ante los embates de esa persona.
- ¿Qué pasó, niña? ¿Te asustaste de lo que he sido en el Pasado?. Era un auténtico desgraciado que amaba hacer sufrir a la gente hasta que...- En ese momento se detuvo, UnHilda mostró esa sonrisa para complacerse y disfrutar del sufrimiento que tenía esa persona caída, ese odio que quería saborear y drenar de su alma para usarlo para sus propios fines, por lo que dio un paso al frente.
- ¿Hasta que te mató ese chico de Bosnia-Herzegovina?.- Preguntó y el joven apretó los puños.- Qué lástima. Pobre de ti, caído en desgraciado y enviado a las profundidades del Inframundo perteneciente al Dios Hades. Una auténtica lástima para alguien tan basura como tú, Jones.- Dijo, rodeándolo y con desprecio en su voz, parecía que levitaba hasta alcanzar sus oídos y así meterle más ponzoña.- Eres tan débil que no pudiste acabar con un inmortal pero ¿sabes qué?. Quizás lo logres, ¿no lo crees?.
Al decir aquello, los ojos del Jefe de los Mercenarios se abrieron como platos frente a semejante información que estaba recibiendo para sí mismo.
- Sí, como oíste. Existe una forma. Mejor dicho, la tenemos.- Argumentó UnHilda, mientras que desplegaba un "Orbe" donde mostraba las acciones del Pasado.
En éste pudo ver a sus compañeros de armas ser masacrados en la Batalla de Washington D.C, a manos de las tropas de su enemigo, el cual le había dado muerte. Oía los gritos de desesperación de los caídos antes de ser degollados, empalados, fusilados o ahorcados. Muchos eran tirados para ser ejecutados en el acto por las "SS" junto a sus familias mientras que sus hogares eran incendiados. Se agarró la cabeza, podía sentir aquellos recuerdos tan frescos en su mente y más cuando oía las palabras de ellos: "¡Ayuda, ayuda, por favor, Comandante Jones!", "¡Sálvenme!", ¡"Piedad, piedad"! entre otras tantos desgarradores gritos que helaban la sangre.
- No pude...No pude hacer nada por ellos.- Decía con la mirada caída y apretando los puños.- Los vi morir, mientras que yo agonizaba contra el suelo y después de ello todo fue Oscuridad.- Relató y corrió hacia UnHilda, siendo detenido por una aberración de lo que, antiguamente, había sido Twig, el cual salió de entre las sombras y protegió a su amiga con gruñidos y unas poderosas garras que hendían la tierra.
- Hmmmm, vaya, se nota, desde aquí y en varios ángulos, que estás lleno de furia contra esta persona. Por eso has sido escogido por Cristian para ser el que lleves a cabo la venganza que se está por iniciar.- Le reveló la aventurera alterna al Mercenario.
- ¿Qué quieres decir?.- Preguntó y de ahí, tanto ella como UnLuz y los otros chasquearon los dedos. Se desató un feroz vendaval que levantó polvo y conformó un grueso muro invisible, el cual envolvió al sujeto, quien cerró los ojos y solo pudo sentir que, quizás, había sido traicionado pero, cuando todo se calmó, el viento cesó de aullar y abrió los ojos, se halló portando una Armadura Dorada que solo unos cuantos conocían junto a un Arco y Flechas en su Carcaj Dorado con detalles negros.
- Tanto que añorabas tu venganza, finalmente te ha llegado el momento de ser aquel que porte la misma en tus manos.- Dijo y señaló UnLuz hacia una de las Flechas que sostenía en su mano.- Aquella que llevas contigo no es una cualquiera, es una capaz de matar a cualquiera con el odio que acumulas dentro. Es lo que necesitamos para despertar a nuestro Ídolo. Solo la sangre y la vida de un Dios del Olimpo puede hacerlo. Quisimos hacerlo con Hades pero fue inútil tras él así que, como tú tienes cuentas pendientes con esa persona, jajajaja, ¿qué mejor forma de vengarse que con aquello que portas?.- Apuntó y de ahí Jack miró hacia aquella arma que traía consigo, sintiendo esa fuerza que manaba y bullía desde lo más profundo de su alma.
Pronto, cerrando el puño, sonrió con pura maldad.
- Y pobre de ti, Roy, tan solo y abandonado por tu familia. Ni tu propia madre te ha ido a visitar y quedaste en solitario en aquella celda.- Se le acercó UnAmity hasta él, tomando de sus manos para envenenar su mente.
- ¡No digas eso de ella! ¡Te lo advierto!.- Exclamó y hubo un momento de suma tensión cuando desenfundó su navaja, listo para apuñalar a la novia alterna de UnLuz pero ésta lo detuvo con su Magia, congelando su mano y haciendo crujir sus huesos como si estuviera en una trituradora o una compactadora.
- ¿En serio?. ¡Pero mírate bien ante un espejo! ¡Estás hecho un despojo en todo el amplio sentido de la palabra! ¡No puedes ni mantenerte de pie mientras que tu mano y sus huesos se van haciendo pedazos! ¡¿Eh?! ¡¿Qué harás?!.- Le cuestionó ella y de ahí caminó hasta él, quedando a escasos centímetros de su cara para mirarlo de frente.- Ese odio que llevas lo puedes llevar con la Armadura que te ha sido seleccionada.- Argumentó.- Porque todo lo que tocas se hace piedra y cuando caen no son más que cenizas.- Apuntó y de ahí cesó con la tortura contra él.
Lo dejó caer contra el piso, éste se agarró de su mano adolorida pero fue envuelto en una Armadura que lo cubrió, por completo, hasta le curó la herida causada por UnAmity y de ahí, al levantarse, se percató que también llevaba un Escudo con la imagen de la Gorgona o Medusa en su Centro.
Dado y Domino no podían creer lo que estaban viendo con sus propios ojos. Ni siquiera con refregarse los mismos podía sacarlos del asombro. Aquello, ¿cómo describirlo?, solo podía tratarse de un sueño y más cuando UnAnne se acercó hasta ellos.
- ¿Y ustedes qué es lo que desean?. Pueden ser también Caballeros del Anti-Verso.- Señaló la tailandesa-americana alterna.
- Nosotros confiamos, únicamente, en nuestro Jefe. Nadie nos ha querido ver.- Respondieron ambos gemelos a la vez.- Somos despojos de la gente, de familias conflictivas y envueltas en violencia.
- Hmmmm.- UnLuz llevó una de sus manos hasta el mentón, quedando pensativa en ese momento.- Interesante. Quizás podamos darles algo que...¡les quede a la perfección!.- Anunció y de ahí volvió a sentirse aquel vendaval, mientras que los gemelos eran atrapados, tomándose de las manos para evitar morir y de ahí vieron, entre los escombros que volaban junto al polvo, una serie de piezas de Armaduras que los equiparon por completo.
Cuando acabó aquella tempestad, se quedaron sorprendidos, volviendo al piso y encontrándose con que portaban aquellas consigo.
- ¿Qué?.- Se preguntaron ambos.
- Para ti, Dado, recibes la Armadura Dorada de Géminis, aquella que portó UnLana UnLoud en el Pasado y contigo, Domino, llevarás la de Escorpio, que UnLynn llevó consigo hasta su muerte, al igual que las demás.- Anunció UnLuz ante ellos, quedando sorprendidos por semejante trabajo.- Y ahora, ¡de pie, "Caballeros del Caos", "Santos del Anti-Verso"!.- Ordenó y todos obedecieron a ese llamado, mientras que Cristian los observaba con beneplácito.
Una serie de pasos, provenientes desde el Santuario levantado en honor a "Nega" resonaron una serie de pasos. Jack alzó la cabeza, miró hacia el interior, justo por donde se encontraba la entrada y sonrío al verlos a ellos, a sus Camaradas revividos: Mireya "Mist" Sánchez, Brad, aquel ruso traidor y el hacker "Vector". No llevaban Armaduras pero sí sus uniformes junto a las armas de fuego y ese odio en sus ojos, por lo que el Jefe de los Mercenarios fue hasta ellos.
- ¿Qué te dije?.- Habló Cristian, encogido de hombros.- Te los traje devuelta para la venganza.-
- No tendré que agradecerte nada por tu labor, solo un "gracias" y hasta ahí. Ellos son parte de mi Escuadrón, mi amado grupo de valientes combatientes que murieron, injustamente, a manos de ese desgraciado.- Habló Jack, abrazándose con los suyos con fuerza.- Ahora ha llegado la hora de la venganza.
Cristian lo oía pero estaba cruzado de brazos y mostrando una sonrisa de pura maldad en su rostro.
- Ya Adán y la Teniente Lute están listos. Lo mismo esa puta de Guterman, será mejor que movamos las cachas, gente, que acá se arma el bardo.- Anunció y miró a las versionas malignas del "Anti-Verso".- No fallaremos en nuestra misión.- Prometió.- Su Ídolo va a despertar.- Prometió y con ello iniciaron la marcha, llevándose consigo un importante Ejército de "Los Plagados", aquellos que parecían ser muertos vivientes pero que eran, en sí, personas caídas por la locura y los bajos instintos de esa plaga, ahora convertidos en meras bestias desprovistas de toda razón y conocimiento.
La guerra se estaba iniciando y su primera batalla iba a tener su sitio.
- ¡A SARAJEVO!.- Ordenaron cada uno de los "Líderes de Guerra" a sus fuerzas, iniciándose la marcha.
[¿Qué les dije?. Y esto es el comienzo de lo que se viene. Antes que nada, los personajes de Jack "Venom" Jones y los "Cuervos Errantes" son propiedad de Transgresor 3003 de Fanfiction, mientras que Nega es propiedad de Banghg y tanto Roy como Dado y Domino pertenecen a eltíorob95.
Bueno, amigos, nos estamos viendo en el capítulo que viene. Cuídense, mando saludos y agradecimientos para todos ustedes y que tengan un buen Martes de mi parte, Camaradas.].
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