Capítulo VI: El Alba de la Guerra (Parte I)
Capítulo VI: El Alba de la Guerra (Parte I)
Borrachera, esa palabra puede significar muchas cosas para aquellos que se pasan de copas y están bajo los efectos del alcohol, por lo que puede acarrear momentos divertidos o una tragedia cuando se toma el control de un auto y se conduce con imprudencia. En este caso, aquella pareja que se hallaba de visita en "Gravefields" se encontraba entrando en la habitación del Hotel en el que estaban hospedados, ebrios por todo lo que habían consumido y casi no podían ni mantenerse de pie. La chica y el muchacho castaño abrieron la puerta con torpeza, riéndose sin parar hasta que consiguieron introducir la llave en la cerradura, correr el cerrojo y de ahí meterse en su habitación, cayéndose contra el piso, abrazados.
- Wow, Reagan, nunca te vi soportar tanta ingesta de alcohol sin desmayarte...Eres...Eres toda una experta...como dirían los mexicanos, "Mi Cuate".- Se dirigió el peli castaño a ella, llevando a que la otra, nipón-americana, se pusiera de pie, tambaleándose y casi con ganas de vomitar.
- Bueno, cuando vienes de una familia donde tu padre se da a la bebida y tu madre se quiso casar consigo misma, heredas parte de la "Genética Riley".- Alegó la chica, mientras que se dirigía al baño.- Ahora, ¿en dónde estarán los botones para prender las luces?. Esto está más oscuro que mi casa y...espera...espera...creo...creo que las tengo...- Dijo pero no las alcanzó, todo lo contrario, ella terminó por tropezar contra algo que había en el piso y una mano fue encendiendo las luces, iluminando la habitación del Hotel.
https://youtu.be/TheOtherMan
- ¿Acaso nunca aprendieron a que no deben dejar las llaves en la Recepción?. Muchos Hoteles siempre te dicen de que las debes llevar contigo, aunque eso sería asumir la responsabilidad en que si las pierdes, bueno, tendrás que pagar por los gastos de tu propio bolsillo.- Habló una persona joven, sentada frente a ellos, tomando por sorpresa a la pareja.
- Wow, amigo, ¿cómo entraste? ¿Acaso eres como una especie de villano que se inspiró en "James Bond"?.- Preguntó Brett Hand a éste, tendiendo su mano pero solo recibió una gélida mirada de parte de aquella persona.
- No doy apretones de manos.- Le advirtió.
- Vamos, la Pandemia ya pasó, ahora sí se pueden, no seas gallina.- Le animó pero Reagan Riley se puso de pie y lo encaró.
- ¿Quién eres? ¿Cómo nos seguiste? ¿Acaso trabajas para alguna Agencia rival?. Te lo advierto, no me juegues ningún truco.- Preguntó ella, enfrentándolo con la mirada, llevando a que el otro se encogiera de hombros.
- ¡Cómo si quisiera tener problemas con una manga de locos que ocultan todas las conspiraciones del Mundo!.- Exclamó, revelando aquel objetivo que tenía la "Compañía" a la cual trabajaban.
- Repite eso, una vez más y te dejaré en estado vegetativo.- Le apuntó la chica con su "Pistola para el Borrado de Memoria" pero el rival sonrió, malvadamente.-
- ¿Cómo hiciste con aquel chico que tanto te gusta? ¿Cómo se gustaba?. Ohhh sí: Ron Statler, tanto que lo amabas pero viste de que el Futuro que les deparaba, si tú estabas en la cúspide del poder, no serían nada más que una clásica pareja de ricos y poderosos pero sin nada a cambio, solo vivirían peleándose, distanciándose más y más hasta que él tuvo que tomar su camino, forjar una familia por su cuenta y listo. Tú borraste sus memorias porque no podían empezar una nueva vida. Eso es muy triste.- Señaló el joven de lentes y se puso de pie.
Reagan, al oír semejantes palabras y los recuerdos que le afloraron en su mente, le llevaron a que bajara la mirada, desistiera de disparar pero Brett sintió que su novia estaba sufriendo, por lo que dio un paso al frente.
- Oye, amigo.- Habló, ahora, con un tono frío y serio.- Lo acabas de hacer fue de lo más bajo. ¿Acaso sabes lo que fue para ella tener que dejar atrás a Ron Statler? ¿Que no tienes sentimientos por lo que Reagan tuvo que pasar para poder salir adelante?. Si te metes con mi novia, te metes conmigo y si vuelves a insultar a Statler de esa manera, al cual consideré como el hermano que nunca tuve, a pesar de que mi familia biológica nunca me tuvieron en cuenta, te haré tragar cada una de esas palabras pero a base de mis puños, ¿oíste?.- Le encaró y puso su dedo índice de la mano derecha contra el pecho de aquel muchacho.
- Brett, espera.- Intervino Reagan pero el joven no se iba a permitir que su pareja sufriera.
- No, no pienso permitir que una basura como este tipo te esté tratando así y que reabra tus viejas heridas. Ya me cansé también de ser pisoteado por gente como ésta, tú también has sufrido y ya con verlo me dan ganas de darle una golpiza.- Juró el castaño y al alzar el puño, éste fue detenido. Ejercía una presión nunca antes vista y todo rastro de furia que yacía en el joven desapareció al instante, mirando aquellos ojos que parecían resplandecer y cambiar de color.
- ¡Ya basta, suelta a mi novio, ahora!.- Le amenazó la japonesa-americana, apuntándole con su Pistola antes mencionada.- ¡Estoy a escasos tres segundos de apretar el gatillo, si le llegas a quebrar un solo hueso de su mano, te juro que lo hago!.- Bramó y viendo de que no tenía otra opción, el rival soltó a Brett.
Éste cayó al piso, sentía que su mano parecía haber estado dentro de una compactadora de basura, por lo que Reagan lo fue a asistir.
- Lo que hiciste fue muy valiente, aunque de locos, pero igual, te lo agradezco.- Dijo ella, dándole un beso al castaño, quien se ruborizó.
- De nada. Yo haría cualquier cosa por ti, Reagan.- Apuntó Brett.
- No, no quiero que hagas locuras por mí, ¿sí?. Somos pareja y todo, pero no deseo verte morir o que te pase algo igual que lo que tuve con Statler.- Le animó la chica, mientras que suspiraba hondo y de ahí encaraba al rival.- Y tú, ¿qué quieres? ¿Cómo nos encontraste?.- Preguntó con tono frío.
- Vine en una "Misión de Paz", para establecer una negociación porque necesito que me ayuden a conseguir algo que me permitirá ascender en la "Pirámide del Poder".- Comenzó a hablar éste, mientras que sus ojos volvían a la normalidad.- Para empezar y pido disculpas por esta clásica escena cliché de pelea en el Hotel, les diré mi nombre: Soy Jacob Hopkins, antiguo Curador de la "Sociedad Histórica de Gravefields" hasta que...cierto "incidente" me quitó de mi puesto laboral y ahora me hallo en una propia "empresa" donde estoy buscando establecer una alianza con gente que sabe guardar secretos.- Apuntó e hizo el gesto del silencio.
- ¿Qué clase de objetivo buscas?.- Preguntó Reagan, sin dejarle de mirar.-
- Digamos que ya está en marcha pero mis "Agentes" y yo no podemos hacerlo solos. Únicamente me gustaría poder contar con su ayuda, les prometo recompensar muy bien, en términos económicos.- Auguró el responsable pero tanto la chica como Brett se miraron en secreto.
- Este tipo no me cae nada bien, siento que nos está timando. Pero lo mejor será seguirle el juego. "Cognito Inc." va a poder darnos una mano, lo mismo nuestros amigos.- Apuntó la científica.
- Pero, Reagan, ¿y si nos engaña?.- Preguntó Brett con dudas.
- Tú tranquilo, ya sabes lo que le pasó al último que nos quiso joder de lo lindo.- Prometió ella y de ahí se giró hacia donde estaba Hopkins.
- "Cognito Inc." se pondrá a su servicio, Señor Hopkins. ¿Cuándo comenzamos con el trabajo?.- Aceptó la chica y él sonrió ante ese éxito.
- Ya mismo.- Concluyó y los tres pusieron rumbo hacia su destino, al Cuartel General de "Cognito" para preparar todo para el "espectáculo".
Desconocían lo que esa persona, Jacob Hopkins, traía consigo, estaban a merced de alguien que era la marioneta de un Ser Mágico poderoso, uno que podía deshacerse de ellos como si fueran meros insectos en su camino.
Mientras tanto, en Brighton, tras la llegada de Gilgamesh, siendo éste el que salvó a Libby Stein-Torres de una muerte atroz a manos de un "Sicario", una "Sombra" que fue destruida y una vez concluido el acto donde ella recibió el "Primer Lugar en Arte", Andrea Davenport se hallaba afuera, tomando un poco de aire cuando sintió una serie de pasos y notó algo que avanzaba hacia ella. Gilgamesh dio un paso al frente, con su mano lista para desenvainar la espada pero cuando iba a atacar, éste notó que alguien más venía, quedándose quieto y siendo éste una persona joven, de cabellos azul oscuro, una especie de bodysuit del mismo color con placas de metal en sus hombros y rodillas, además de que portaba consigo una Lanza de color escarlata.
- ¡Agh, mi mano...!.- Exclamó ella y reconoció que la "fuente" venía de aquel sujeto que acababa de emerger desde las sombras.
- Veo de que tu "Sello de Mando" ya se ha activado, ¿acaso tuviste alguna herida sangrante?.- Inquirió éste, avanzando hacia la peli celeste.
- Tú...- Lo reconoció Andrea, quedándose sorprendida.- Te vi anteriormente, en los jardines y parques de la Mansión Davenport, la de mi familia...- Dijo y su boca quedó colgada del aire al presenciar ese momento. El muchacho se detuvo y colocó su cabeza detrás de la Lanza, tranquilo y de ahí pasaba a hablarle.
- ¿Acaso no le relataste de lo que estamos buscando, Gilgamesh? ¿O es que el Padre Kirei ya se olvidó de esto?.- Preguntó con un tono gracioso en su voz.
- Espera, ¿qué quiere decir?.- Preguntó la peli celeste millonaria.
- Lo que deberías saber es que, tarde o temprano, una "Guerra de Magos" va a estallar y tanto tú como tus amigas y los otros tendrán que prepararse. No será nada sencillo.- Advirtió éste y tomó la mano de la joven.- Ya me conoces, pero volveré a darte mi nombre: Soy Lancer, mejor conocido como Cú Chulainn de la Mitología Celta de Irlanda.- Se presentó con educación ante ella.
- Yo...Yo...Yo soy Andrea Davenport, perteneciente a una de las familias más acaudaladas de la historia y mis amigas, Molly McGee y Libby Stein-Torres están allí dentro. La última es la que tiene a Gilgamesh como su Protector pero la otra no sé si ha despertado su "Sello de Mando".- Alegó esta con calma.
- Descuida, pronto lo harán.- Auguró Lancer, mientras que unía sus fuerzas con el rubio Sumerio para proteger los alrededores y el perímetro de la Escuela de Brighton hasta que se dio por finalizada la ceremonia y las familias salieron hacia el exterior para volver a sus hogares y así descansar para un nuevo día de jornadas laborales.
A su vez, en Big City, la noche era fría y lluviosa pero parecía que estuvieran en zona de guerra, ya que las patrullas de la Policía y las ambulancias junto a los Bomberos y la Defensa Civil no paraban de ir y venir porque recibían cientos de llamados sobre personas desmayadas en edificios de tipo oficinas y hasta en sus hogares. Eso puso los pelos de punta a Bill y se hizo cargo de cerrar todas las puertas, mantener el gas nivelado y esperar a que Nancy volviera, desde la urbe hasta los campos, en donde tenían su hogar.
- Emmm, apá, ¿pasa algo?.- Oyó la voz de Grillo, mientras que se acercaba al granjero.
- No, no, no aquí pero en Big City sí, todo lo que están diciendo parece como si se fueran a venir los zombies.- Alegó el padre con tono de preocupación.- Espero que Nancy pueda volver sin problemas.- Pidió éste pero, en medio de la lluvia, pudo notar a dos personas de pie: Se trataba de un joven matrimonio. Un hombre de cabello negro, al igual que sus ojos, llevaba lentes, traía consigo una camisa blanca, corbata, pantalones, zapatos y saco negro, mientras que la otra iba cubierta de pies a cabeza con una llamativa túnica con una capucha violeta.
- Oigan, ¿y esa gente? ¿No deberíamos preguntarles si necesitan algo?.- Inquirió Tilly y fue para abrir la puerta pero Bill la detuvo junto a Grillo y Nancy.
- Nunca le abrimos la puerta a desconocidos. Es por nuestra seguridad, hija.- Le explicó su padre con tranquilidad, intentando mantenerla, ya que los nervios por el paradero de su ex-esposa y lo que estaba ocurriendo en Big City le estaba poniendo los pelos de punta.-
Justo en ese mismo momento, dejando atrás la urbe, siguiendo la autopista y de ahí transitando por la ruta que la llevó hacia las zonas rurales, Nancy Green llegó hasta su hogar pero le llamó la atención a aquella pareja detenida en el costado del camino, por lo que redujo la velocidad de su moto y los miró.
- Buenas noches, ¿están perdidos?.- Preguntó.- ¿Están buscando la parada de autobús?. Está a unas calles de por aquí.-
- Mucho gusto, venimos desde Fuyumi, Japón y no encontramos un lugar donde pasar la noche, ¿podría decirnos en dónde nos podemos hospedar?.- Le habló el marido con un tono serio y gélido. Ella pudo notar aquellos ojos fríos y sin emociones pero se mantuvo tranquila y firme.
- No hay hoteles por esta zona, pero tengo una idea: ¿Por qué no se quedan con nosotros en mi casa esta noche?.- Les propuso.- Por cierto, mi nombre es Nancy. Nancy Green.- Se presentó ante ellos.
- Un gusto. Yo soy Helena y él es mi marido, Souichirou Kuzuki.- Se presentó la mujer de la capa y capucha, notándose sus labios pintados de un color violeta o lila.- Pero no quisiéramos serles de una mala compañía.
- ¡Tonterías!.- Le animó la pelirroja motociclista.- Vengan, todo aquel que venga a la Casa Green es bienvenido.- Sostuvo y tras hablarlo en privado, la pareja le siguieron el paso hasta el domicilio en medio de aquella lluvia torrencial.
Una vez que les abrieron la puerta, allí se encontraron con los demás miembros de la Familia Green. Éstos se sorprendieron de verse, cara a cara, con aquellas personas, de las cuales nunca habían visto. La esposa de Souichirou procedió a quitarse la capa con capucha, revelando unos largos cabellos lila, sus labios pintados de un violeta oscuros, ojos celestes, además de que llevaba un vestido de ese color con unos zapatos negros. Lo más llamativo eran sus orejas puntiagudas, bien parecida a la de los Elfos.
- Familia, ellos son nuestros invitados. Por favor, sean cálidos con ellos.- Les introdujo Nancy a los recién llegados.
- Un placer, mi nombre es Helena.- Se presentó la peli lila con educación.
- Y yo soy Souichirou Kuzuki, su esposo. Un gusto.- Añadió el hombre de lentes.
- Bueno, nunca tuvimos una visita así en nuestra casa de campo, pero...no está mal. Mucho gusto, mi nombre es Bill Green.- Saludó él con un apretón de manos, aunque sintió un poco de escalofríos ante la gélida mirada de Kuzuki.-
- Yo soy Grillo, ella es mi hermana, Tilly.- Presentó el chico a ambos.
- Él es Saxon. Un gusto en conocerlos a ustedes, la parejita.- Añadió Tilly y trajo a aquel saco de harina con botones y bigote postizo.
- Jajajaja, es muy tierna.- Se río Helena de ello pero le llamó la atención una extraña marca en la mano.
- Yo soy Alice Green, la madre de Bill y abuela de los niños.- Se sumó la mujer de cabello celeste.
- Y yo soy Gloria Sato. Veo de que estoy ante otro japonés. Un gusto.- Finalizó la empleada del "Big Coffee", ahora conocido como "Gloria's Cafe" con toques parisinos y que ella administraba.
- ¿Desean quedarse a cenar?.- Les preguntó Bill.- Justo estaba preparando la comida y tenemos más que suficiente para ustedes también.
- Por supuesto.- Respondió Souichirou.- Pero, una cosa, ¿esas marcas en las manos de sus hijos y la chica de allí son de alguna quemadura?.- Preguntó y todos guardaron silencio.
- Eso creíamos, cuando vencimos al "Núcleo"; éste explotó y mandó a volar un montón de escombros. Pensábamos que lo eran pero nos equivocamos. No solo nosotros, también nuestras amigas Molly McGee, Libby Stein-Torres y Andrea Davenport también las tienen.- Contó Grillo.
- ¿Y últimamente han sentido dolor o algo por el estilo?.- Inquirió Helena.
- Sí, un poco, pero hasta ahí.- Añadió Gloria.
Tanto Helena como su marido se miraron entre sí.
- Perdón, yo también tengo una pregunta: ¿Usted es una Elfa?. Esas orejas puntiagudas le quedan muy bonitas.- Señaló Tilly, dejando ruborizada a la chica.
- Oh, de estas, bueno, no soy una Elfa como muchos piensan, jajajaja, pero...hay algo que deberían saber todos ustedes, Familia Green, Señorita Gloria Sato.- Respondió la joven, revelando un rostro nuevo, uno cargado de aventura.
- Espero que estén preparados para lo que se viene: Una "Guerra", pero no una cualquiera, sino una que dejará un hito en la Historia de la Humanidad.- Apuntó Souichirou, mientras que se veían escenas de Sarajevo y Brighton donde comenzaban a unirse las piezas, al igual que en Gravefields.
[Lo he estado pensando y creo que lo mejor será extender un poco más la duración de capítulos: 20 en total. Ya que hay cosas que se van a empezar a ir viendo desde el capítulo que viene.
Espero que les guste este nuevo episodio, amigos. Nos estamos viendo. Mando saludos y agradecimientos para todos ustedes y será hasta la próxima.
Cuídense y que tengan una buena semana de mi parte, Camaradas.].
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro