Capítulo I: Era de Paz
Capítulo I: Era de Paz
Los ojos cerrados, la mirada concentrada, al igual que sus pensamientos, en una sola cosa. Dentro, aquello que parecía ser un avión en pleno vuelo, hasta que un misterioso sacudón les llevó a que tuvieran que aferrarse a algo para no rodar por el pasillo y estrellarse contra las paredes, ya que aquella aeronave se encontraba cayendo en picada. Un chico pelirrojo y de ojos verdes, haciendo un gran esfuerzo por no partirse la cabeza o la espalda contra el suelo y/o algún objeto suelto, se acercó y miró por la ventanilla, una de las tantas que había en los asientos de hileras, cómo densas columnas de humo que iban del gris al negro emergían desde las turbinas del avión.
- ¡Rob!.- Le llamó pero su amigo peli negro, remera celeste, shorts blancos y zapatillas permanecía callado.
- Shh, no hables, Satu.- Pidió éste, concentrado.
- ¡¿Cómo que no queres que hable?! ¡La concha de mi hermana, boludo, el avión va a impactar contra el suelo!.- Advirtió éste, mientras que le agarraba de los hombros.
- Ehhh, che, la boquita, después te da "amsiedad" cuando digo eso de tu hermana.- Señaló el peli negro, lanzando una risilla, cosa que al otro no le gustó.- ¿Lo ves?. Ahora te enojaste.- Le rodeó con los hombros.- En fin, la hipotenusa.- Murmuró y de ahí le tocó el pecho.- Vos tranqui, que conmigo no vas a morir...cosa que aún no ha pasado.
- Decile a esa vez en la que trajiste al rubio de sexo dudoso y parecido a Tanya Von Degurechaff, donde fuimos al "Vacío Abisal", a uno de esos Mundos y me cayó un "meteorito", mejor dicho un enorme Golem conocido como los "Infernales" y el forro de Lúckacs solo dijo que me esperaba arriba de las colinas, yéndose sin asistirme.- Recordó el pelirrojo.
- ¡Jajajaja, boludo, ese día fue mortal!.- Se río Rob.
- Para vos, pero bueno, ahora que dejo de lado la ansiedad y el miedo, te aviso de que me traje a mi "Taliamigo", así que no creo que nos pase nada.- Auguró.- Solo voy a confeccionar un Hechizo que nos permitirá aterrizar a nosotros dos junto con el avión en tierra firme.
Al concluir esas palabras, el chico se preparó para sentarse, de rodillas, en el suelo y así tejer aquello dicho pero, de golpe, notó esa mirada que crecía en el rostro de su amigo, una que se ensanchaba y formaba una sonrisa un tanto divertida pero que, para él, eso no era buena señal.
- ¡No! ¡No, no, no, no, Rob, ni en pedo hago eso!.- Se negó y dio un paso hacia atrás.
- Satu, ¿no te das cuenta?. Vos mismo lo dijiste: El avión se está por cae y a la velocidad que va, si no escapamos, bueno, de mí no tengo problema pero de vos, ¿qué le voy a decir a tu hermana?.- Indagó, encogido de hombros y lanzando esa risilla que lo ponía nervioso.
- Boludo...- Quedó el peli naranja sin palabras, mirando, nuevamente, hacia la ventanilla. Acto seguido, tragó saliva y de ahí se puso pálido, sentándose en uno de los asientos.- No, no estoy listo. ¡No pienso saltar!.- Exclamó pero todo llevó a que un nuevo sacudón lo tirara contra el piso y quedara a los pies de su amigo, quien lo miró de frente.- Cómo hubiera preferido estar en el Universo de Konosuba.
- Bueno, si te morís, te vas para allá y encima con Waifus muy hermosas.- Le animó el peli negro.
- Mientras no sea Sylvia.- Pidió el peli naranja.
- ¡Dale, Satu, no seas cagón y arribe, che, que la vida no es para andar tirado y lloriqueando como "Steven Universe: Future"! ¡Hay que vivirla, disfrutar, llorar, gritar, sufrir pero lo más importante, pasarla bien con los amigos!.- Siguió hablando, motivando al otro y aprovechando esa distracción, comenzó a llevarlo hacia la puerta, la cual abrió y una poderosa corriente de aire gélido penetró la cabina.
- ¡ROB!.- Gritó Saturnino a todo pulmón.
- ¡¿LISTOS?! ¡A LA CUENTA DE TRES: UNO, DOS...!.- Decía el otro con emoción en su voz.
- ¡NO ESTOY LISTO! ¡PARA!.- Rogó su amigo.
- ¡LISTO, TRES! ¡A VOLAR PALOMA!.- Finalizó el peli negro, mientras que saltaban hacia el Vacío, dejando atrás el avión que caía en picada y soltando aquellas columnas de humo negro desde las turbinas que se estaban incendiando junto a los motores. Saturnino se había abrazado con fuerza al primero, cerrando los ojos y esperando no impactar contra el suelo, así que empleó a su "Taliamigo", aferrándose a éste para que no se le perdiera, una vez llegaran al suelo y lanzó un Hechizo, el cual creó un colchón para amortiguar los golpes.
Aterrizaron intactos, sin ningún rasguño, mientras que el avión iba impactando hacia el Norte de donde estaban ellos, escuchándose una lejana explosión, el humo que se levantaba con el fuego y de ahí el silencio.
- Uffff, de la que nos salvamos, ¿no, Satu?.- Preguntó Rob, mientras que se volvía a peinar, volteaba para ver a su amigo y éste estaba todo paralizado y con los pelos de punta por la Adrenalina y el terror vivido.- Oh, bueno, ¿qué se le va a hacer?. Vení, "Campeón de las Súcubos".- Concluyó y lo agarró en sus brazos, cargándolo fuera de allí.- Veamos qué otras aventuras podemos vivir.
En las "Islas Hirvientes", un joven de cabello rubio pálido se encontraba de pie, en compañía de los Líderes de "Aquelarres", frente a una Estatua levantada en honor al Emperador Belos. Para aquel chico, recordar que había pasado un tiempo tras la muerte de su tío durante los eventos de la "Segunda Guerra Multiversal", le llevaron a que una combinación de emociones surgiera dentro de él: Tristeza, pesar, angustia, miedo. Una letal "dosis" que lo ponía en duda, para sí mismo, sobre su papel que debía ejercer en esas tierras y cumplir con la última voluntad del Monarca caído.
- "Busca al que está perdido" ¿Pero quién es, tío? ¿Quién es el que se ha perdido?. Tú gobernaste estas tierras desde hace mucho tiempo".- Pensaba el joven, mientras que Darius y Raine Whispers traían una "Urna Mágica" con las cenizas de su pariente, depositadas en su interior y de ahí la sostuvo un buen rato hasta que le plantó un beso de despedida.- Te quiero, Tío Belos. Gracias por todos estos años en los que me instruiste, guiaste y hasta me diste un sentido para mi vida. Sé que, ahora, las cosas han cambiado y ya no vemos a las "Brujas Salvajes" como peligrosas. Ellas también son buena gente. Pero te doy mi palabra de que haré mi mejor esfuerzo por las "Islas Hirvientes", no me importa lo que pase o digan, yo no caeré tan fácilmente.- Dijo y se dio una pausa para reflexionar.- Cometí errores: Estuve influenciado por ese maldito del Rey Aldrich de "Newtopia" pero ahora veo que aprendí de los mismos. No me dejaré llevar por mis emociones y también seré quien acabe con cualquiera que le haga daño a mis amigos y...a mi...mi.- No pudo completar la última parte de su oración. Sus mejillas se volvieron carmesí al nombrar a aquella persona tan especial, tierna, dulce, amable y quien fue la que le trató sus heridas cuando Darcy lo dejó fuera de combate. Incluso le había dado su calor corporal para salvarlo de una Hipotermia al defenderlos de las huestes de "Newtopia".-
Pronto, con un aviso, el rubio pálido se giró para ver que lo estaban esperando y decidió enterrar aquella "Urna Mágica", protegiéndola con un Hechizo para evitar que cualquiera intentara dañarla o profanarla.
- Hasta pronto, Tío Belos. Cuídate y no me rendiré. Lo juro.- Dio su palabra y se fue de allí.
A su vez, desde sus "Taliamigos" convertidos en escobas, Luz Noceda y su novia, Amity Blight, lo veían a aquel chico, desde el aire, terminar con la procesión y volver al Palacio Imperial. La peli morada estaba tomada de las manos de su pareja Dominicana, mientras que el lugar volvía a quedar en silencio una vez más.
- Me cuesta creer de que pasó de ser nuestro enemigo a un Aliado nunca antes visto.- Señaló la chica morena.
- Aún así, Luz, él tiene mucho que recorrer.- Enfatizó su novia.- El haberlo dejado venir con nosotros, tras la muerte del Emperador Belos, fue solo una cuestión para evitar que no muriera a manos de "Darcy".- Señaló y al mencionar ese nombre, ambas temblaron del miedo y se abrazaron mutuamente.
- Pero él fue controlado, no tuvo la culpa.- Añadió ella.- Bueno, exceptuando lo que le hizo a Lúckacs con ese atentado fallido y lo mismo contra nosotros, además de lo de...- En ese momento, Luz hizo una pausa. Comprendía muy bien lo ocurrido.- Pero tienes razón, será un paso a la vez. Además, no creo que vuelva a caer en la "Oscuridad".- Finalizó y con ello volaron juntas por los Cielos del Crepúsculo.
- Eso es verdad.- Le respaldó Amity.- Oh, por cierto, ¿qué hacemos? ¿Quieres que vayamos a ver a nuestros amigos?.- Propuso y notó el rubor de su novia en las mejillas.
- Lo que tú quieras, Batatita.- Dijo la Dominicana con calma.
- Bueno, entonces vayamos a visitarlos, hace mucho que nos los vemos.- Sugirió y de ahí tomaron esa decisión, dirigiéndose para la Ciudad de Bonesborough, en donde vivían Willow Park, Augustus "Gus" Porter, además de que tenían la "Casa Búho" con Eda y Lilith Clawthorne, King y Hooty.
Y en ese mismo lugar, dormido sobre el sillón, acurrucado contra las piernas de Eda, el pequeño "Rey de los Demonios" se encontraba soñando, inmerso en un Mundo donde él podía ver, sentir, a través de los ojos de otro "King" que se encontraba allí, como si de un "Punto de Vista" se tratara, llevando a que éste oyera como alguien llamaba a la puerta y al abrirla se topaba con cuatro de su misma especie.
- Ellos...Ellos...No...No...No lo entiendo, ¿por qué? ¿Qué...Qué? ¿Qué es esto?.- Intentaba buscar más respuestas hasta que tuvo otra puerta frente a él y a la cual intentó abrir pero se produjo un intenso terremoto que lo terminó por arrojar hacia atrás, mientras que una misteriosa sonrisa emergía, desde las profundidades del "Abismo" que representaba la Oscuridad y de ahí caía dentro de unas fauces que se cerraron.- ¡NO!.- Gritó y de ahí volvió a la realidad.
Respiraba agitado, asustado, temblando del miedo. Eda lo había escuchado y lo tomó en sus brazos.
- ¿Qué ocurrió, King? ¿Estás bien? ¿Qué tienes?.- Preguntaba ella con tono preocupado.
- Yo...- Iba a decir el pequeño pero no supo qué decir, todo había sido tan real pero luego desapareció.- Yo...Yo...Nada, Eda, todo está bien. Solo tuve un mal sueño.- Respondió con una "Mentira Blanca".
- ¿Seguro?. Te noto un tanto nervioso.- Observó la "Dama Búho" aquellos temblores del pequeño.- Ohhh, ven, ven a mis brazos, tranquilo, ya pasó.- Le animó y de ahí lo acurrucó, llevando que volviera a quedarse dormido pero algo preocupado por lo vivido.
- "¿Qué habrá sido eso? ¿Acaso fue algo que me cayó mal?. No, no, es imposible. Debe tener algo que ver conmigo y mi Pasado, el cual está empezando a salir a la superficie".- Pensó King en esos momentos.
Desde la Planta Alta, Lilith Clawthorne, hermana mayor de Eda y acompañada por Hooty, venía bajando las escaleras para encontrarse con ello, ya que había estado en la habitación de la peli gris y con quien la compartía, leyendo un poco para matar el tiempo.
- Veo de que todo sigue igual.- Observó la peli medianoche la calma que vivían.
- Sí, después de patearle el trasero a "El Núcleo" con nuestros amigos, la vida se ha vuelto un poco aburrida, monótona.- Sostuvo Eda, mirando para ambas partes.- Pero...podemos ir a verlos cuando queramos, ¿quién nos lo impide?.
- Estoy contigo.- Le respaldó Lilith.
- Y yo. Me gustaría volverlos a ver pero que no terminemos en los territorios del "Gran Conejo".- Pidió Hooty, ya que le había quedado un profundo trauma y de ahí Eda le pasó su mano por la cabeza.
- Tranquilo, no te preocupes.- Le animó ella.
- Además, nunca más vuelvas a ver una serie con un capítulo siniestro.- Aconsejó Lilith a su amigo.
- Pero estaba buena, Lulu, incluso deseo que Subaru se quede con Rem o Emilia.- Sostuvo el "Guardián de la Casa Búho", llevando a que la hermana mayor de Eda lanzara una risilla en complicidad con él.
- Bueno, creo que me sumaré para verla.- Dijo y eso fue de emoción para Hooty al tener a su amiga como nueva "Compañera de Series" por mirar.
En Trollberg, disfrutando de sus aventuras con sus amigos, Tulip Olsen estaba con Hilda, Twig, David, Frida, Kaisa y Jaeden, recorriendo aquellas tierras místicas, mágicas, comprendiendo su Naturaleza y viendo lo que otros no podían percibir con los simples Sentidos.
- Así es cómo funciona la Magia, Tulip.- Le mostró la niña aventura el movimiento de ese poder que la Bibliotecaria Gótica les había enseñado tiempo atrás.- Esto es lo que mueve a este Mundo, en especial a la Ciudad.
- Me cuesta creerlo. Pienso que es un sueño y que despertaré en mi cama pero no es así...Es...Es tan raro pero...aún así...yo...yo...¡yo quiero saber más!.- Pidió tras tomar determinación.
- Entonces adelante, ven y lo aprenderás.- Le guiaron sus amigos por los bosques y valles.
Por su parte, en "Big City", la Familia Green había conseguido recuperar sus antiguas tierras en el campo, por lo que se mudaron para allá, todos ellos, además de ser visitados por Gloria Sato y la Familia Remington junto a Vázquez.
- Awwww, otro bello día en la campiña americana.- Respiraba el pequeño Grillo Green ese aire tan fresco y saludable.- Sin contaminación, embotellamientos pero tampoco puedo dejar de lado de que extraño a la Ciudad.
- No tienes por qué sentirte mal por eso, hermanito, podemos ir cuando queramos.- Añadió Tilly, quien les estaba dando de comer a las gallinas.
- Y ahora que lo mencionan, niños, justo este fin de semana iremos a pasarlo en la casa de la ciudad, así que vayan preparándose y avisen a sus amigos.- Les comunicó Bill Green, el cual se estaba secando las manos tras habérselas lavado por haber estado ajustando un par de tuercas y otros elementos a su camioneta.
- ¡Sí!.- Exclamaron los infantes, dándole un abrazo a su padre.
Justo en aquel momento, una moto frenaba y de ella bajaba una mujer pelirroja, con las clásicas prendas de los motociclistas y quitándose el casco, se rebelaba que era Nancy Green, la ex-esposa de Bill y con la que habían quedado como buenos amigos.
- ¡Mama!.- Corrieron los niños hacia ella.
- Ohhhh, ¿cómo están, mis pequeños? ¿Todo bien?.- Preguntaba ella, dándoles un abrazo y de ahí miraba a su ex-marido.- ¿Qué tal estás, Bill? ¿Todo en orden?.- Saludó, con tranquilidad y dándole unos golpecitos en el hombro.
- Sin novedad en el frente, como diría el amigo de Rob.- Respondió Bill, mientras que Alice traía una jarra de limonada y unos vasos.
- Y ya que has venido, Nancy, quédate, hice esta limonada para que se refrescaran tras el trabajo en el campo.- Le invitó la madre de Bill, mientras que se sumaban a la mesa que tenían afuera y disfrutaban de un bello espectáculo de ese día Primaveral, además de tener encendida la radio, aún teniendo una televisión, por lo que escuchaban un poco de buena música.
Después de estar allí afuera y continuar con las labores rurales, fueron a almorzar y de ahí aprovecharon para verse una película pero, cuando Alice estaba sintonizando uno de los canales, algo pasó.
- Espera.- Le detuvo Nancy.- Vuelve a ese canal, el de las noticias.
- Claro.- Respondió la abuela de los niños, quien estaba un poco confundida y al volver, allí pudo verse a un periodista y detrás suyo habían varios policías que permanecían custodiando una zona rodeada por una cinta de Seguridad, la clásica de color amarillo y con varias patrullas y ambulancias a sus alrededores.
- ¡Ese es el bar adonde me reúno con mis amigas!.- Exclamó la joven pelirroja, helada al saber esa verdad.- Por favor, silencio y que no les haya pasado nada.
- "Buenos días, Big City, soy María Medios y me gustaría decirles que ojala esto fuera uno de esos cualquiera donde no tenemos de qué preocuparnos pero, lamentablemente, no podrá ser así. Como pueden ver, me encuentro frente a este bar de motociclistas y esta mañana nos llegó un aviso, de parte de la Policía, que fueron hallados varios clientes, empleados y un grupo de camioneros inconscientes. Hasta el momento desconocemos las causas de este suceso. Algunos apuntan de que pudo haber sido una fuga de gas pero no podemos darles esta veracidad. Hoy, por la tarde, vendrán los resultados pero quiero llevarles la calma a las familias de los afectados, ya que el Comisario me ha informado de que todos están en buen estado y serán dados de alta. Aún así, este bar permanecerá cerrado hasta hallar la causa de lo que pudo haber causado".- Hablaba aquella mujer pelirroja, manteniendo la seriedad ante todo y de ahí pasaron a otras novedades.
- ¿Un escape de gas?. Oigan, no soy motociclista pero si soy el dueño de un bar no tendría eso, mira si alguien enciende un cigarrillo. Puede convertirse en un auténtico polvorín. Saldríamos volando como Bruce Willis en "Duro de Matar 2".- Llevó Bill la calma a su ex-esposa y amiga.-
- Conozco a esa gente, siempre vamos allí y es verdad, alguien tiene que responder por esto. De seguro el dueño no se hizo cargo. No, imposible, pero no voy a ponerme en un estado de dudas. Si fue un accidente con suerte, entonces no me debo preocupar.- Argumentó Nancy, mientras que respiraba hondo y de ahí se ponía de pie.-
- Vamos, querida, quédate, recién llegas. No te pongas así, ellos están bien.- Le intentó Alice en animarla pero la pelirroja ya estaba decidida: Tomó su chaqueta negra, el casco y las llaves.- Nancy, esto es una locura.
- No, tranquila. Estoy cuerda, solo quiero ir a verlas a mis amigas. Volveré para antes del Crepúsculo.- Prometió ella y tras despedirse de su familia, encendió su moto y partió hacia "Big City".
El Tiempo había pasado, a diferencia de otros Mundos, en "Amphibia" era distinto al de los citados. Su cuerpo, a pesar de mantener esa fuerza en continuar con su labor, ya le estaba jugando en contra. Agotado, cansado y con la vista suya volviéndose cada vez más nublada por la vejez, el Anciano y ex-Rey Andrias Leviathan, aquel que había sido manipulado, durante años y bajo las órdenes de "El Núcleo", había cumplido con su trabajo de recuperar el daño que las tierras de su Patria sufrieron a causa de la guerra y el deseo ambicioso de obtener recursos para sus conquistas.
Apoyado en un bastón, el viejo Monarca se recostó contra un árbol, uno que había plantado sus semillas tiempo atrás y ahora era fuerte, resistente, joven y con una gran copa repleta de flores y hojas verdes. El aire fresco de las Montañas acariciaba su rostro, podía sentir los sonidos de la fauna que recorrían los bosques y eso le traía alivio a su corazón tras años de haber estado preso de la tragedia y la desgracia. Con lentitud por su edad, sacó aquella carta que su amiga, Leaf, había escrito hacía mucho tiempo atrás y comenzó a leerla con esos lentes que llevaba consigo, a pesar de tener que hacer fuerza con su vista cansada y borrosa.
- Majestad.- Oyó la voz de Lady Olivia, quien llegó, bajándose de Joe Sparrow, aquel gorrión que al trajo y de ahí iba a verlo.- Déjeme ayudarlo.- Pidió pero él la detuvo.
- Tranquila, amiga. Todo está bien. Solo...Solo estoy tomando un descanso después de esta caminata que hice y de la inspección que llevé a cabo. Tuve que plantar un par de árboles más, las hormigas estaban comiéndose sus hojas pero no las culpo. Cuando llegue el Invierno, necesitarán comida para pasar las temperaturas gélidas.- Apuntó el viejo Rey y de ahí veía que la joven Aristócrata no venía sola.- Ohh, pero miren quién vino hasta aquí.- Se puso de pie y con paso tranquilo fue hasta donde se hallaba una asiática-americana de cabello negro y vistiendo su uniforme escolar.
Ella corrió y le dio un fuerte abrazo de reencuentro, de viejos amigos.
- ¿Cómo estás, grandote?. Veo que, a pesar de tu vejez, sigues siendo el mismo tipo fuerte que conocí, consideré y sigo haciendo, como mi figura paterna.- Habló la chica, mientras que él le pasaba una mano por sus cabellos.
- Ohhhh, Master Marcy Wu.- Se dirigió él, siempre con sus modales y educación de Nobleza recibida durante sus años de juventud, cuando era un Príncipe heredero al Trono.- No sabes lo mucho que me alegra de verte.
- No tienes por qué sentirte así, todavía.- Descubrió ella ese último vestigio de pesar en el corazón de su amigo.- Nunca tuviste la culpa por lo ocurrido cuando "El Núcleo" me hizo eso. Yo...Yo no estaba bien, conmigo misma ni con mi familia. Les mentí a mis amigos y cuando estuve rebosando de ese poder siniestro, lo que sentí, en mi corazón, fue una oscuridad que me consumía hasta que fui liberada y tú también. Ya no tienes por qué hacerlo, Andrias.- Le respaldó la joven, dándole ánimos para seguir adelante y él sonrió.
- Mírate: Ya eres toda una jovencita preparada para el Futuro que tendrá más adelante. Debes sentirte feliz por ello. Seguiste adelante y nunca olvidas a tus amistades.- Apuntó el Monarca y ambos tomaron asiento frente al gran árbol.
- Si necesitan algo, me avisan, yo voy a atender un asunto con los miembros del "Consejo". ¿De acuerdo?.- Pidió Lady Olivia, mientras que ambos levantaban sus manos para darle la señal de que todo estaba bien y con ello montó al Gorrión Joe Sparrow, éste batió sus alas y levantó vuelo hacia los Cielos.- "Mi Rey, ¿por qué...por qué pidió que ella viniera?".- Se preguntaba la joven Aristócrata con dudas y un cierto sentimiento de temor en su ser.
Ambos se quedaron sentados frente a ese gran árbol, la sombra los cubría y fue entonces que Andrias cerró los ojos, reflexionando acerca de su vida, sus acciones y demás acontecimientos.
- No sé cuánto ha pasado desde la "Caída del Núcleo", como muchos historiadores de aquí han titulado a ese evento, pero sí puedo decir de que, tarde o temprano, el día que llegue mi hora de partir de este Mundo, me voy con la consciencia tranquila y mi espíritu libre de todo accionar. Hice todo lo que debí hacer para que este Mundo se recuperara. La ambición de la Familia Leviathan se borrará y quedaré yo como el único que supo decirle que no a sus planes. Nunca volví a ser manipulado, jamás dejaré que otro vuelva a sufrir este mismo destino que tú y yo pasamos, querida amiga.- Habló el ex-Monarca y ella se quedó a su lado.
- ¿Sabes?. Yo también he aprendido de mis errores. Lo que hice, el día del cumpleaños de Anne, la "Caja de la Calamidad" y el no querer entender que no todo puede seguir como uno quiere, aprendí de que debía seguir adelante. Tarde o temprano, cuando mis amigas y yo tomemos nuestros caminos, el día que formemos familia y tengamos que hacer frente a nuestro Futuro, habremos ido lejos, una de la otra, pero siempre estaremos en los corazones de cada una. Además, siempre hay que vivir la vida como si no hubiera un mañana, nadie sabe lo que puede llegar a pasar al otro día.- Enfatizó Marcy y sintió la mano derecha del Monarca sobre su cabeza.
- Eres muy inteligente y de eso debes sentirte orgullosa. No hubo nadie que pudiera ante ti y más con haberme derrotado en ese partida de "Flipwart", es algo digno de una Master como tú, Marcy Wu.- Continuó hablando Andrias, mientras que iba cerrando los ojos, agotado por el día que tuvo.- Cómo me hubiera gustado que ellos estuvieran aquí...Leaf...Barrel...cuánto lo siento por ellos dos, por lo que sucedió...por todo.- En ese momento, sus ojos se humedecieron por las lágrimas, recordando lo que pasó, durante su juventud, en donde destruyó sus vínculos de amistad al tener la carga de ser el heredero al Trono de "Newtopia".
- Ellos ya aceptaron tu perdón y redención, amigo. No tienes por qué sentirte así.- Le tranquilizó Marcy y ambos compartieron un tierno abrazo que duró un buen rato.
- Te lo agradezco. Tú me hiciste ver, al igual que los otros, que no hay ganarse el perdón con una disculpa, sino haciendo el bien para merecerlo. Eso hice y me hace sentir bien, incluso conmigo mismo.- Finalizó el Rey Andrias Leviathan, mientras que se dejaba llevar por el sueño y de ahí permanecieron juntos, en silencio, bajo la sombra de aquel gran árbol durante esa mañana fresca de Primavera en "Amphibia".
Llovía en Brighton, era una noche tranquila pero fresca y con ello, en medio de las calles empapadas y casi desiertas, en la Casa de la Familia Stein-Torres, la pequeña Libby se despertaba, agitada, moviéndose en su cama, como si estuviera inmersa en un "Mundo" del cual quisiera escapar.
Sueño de Libby Stein-Torres:
https://youtu.be/ZU79bUsaYbc
Una Luz Dorada envolvía esas tierras, el Sol mismo parecía tener más fuerza y calentaba la superficie, dándole una atmósfera de compasión y tranquilidad para el alma. Allí estaba aquella niña de cabello castaño y revuelto, caminando con dudas y cierto temor. Parecía tan real el sitio en el que se hallaba hasta que divisó a alguien, después de haber recorrido un buen tramo de esa misteriosa región. Una persona se hallaba recostada contra un árbol que le daba sombra, el Astro Rey parecía jugar con sus luces, mientras que el viento mecía las copas, el césped y las flores.
La persona que se encontraba allí era una joven de cabello rubio, ojos verde esmeralda y llevaba una especie de peto con un vestido azul de la Realeza Guerrera y botas. Libby se acercó hacia ella, arrodillándose.
- Señorita, ¿está bien? ¿Me puede decir dónde estoy?.- Preguntó la castaña con cierta preocupación.
- Avalon...Estás en Avalon, pequeña.- Respondió y eso la dejó sin palabras.
- ¿Cómo?...Esto...Esto tiene que ser un sueño...Es...¡Es la tierra adonde Morgana, hermana del Rey Arturo, llevó a su hermano tras la Batalla de Camlann!.- Exclamó, asombrada y presa del asombro. Acto seguido, ella se giró y tomó las manos de la rubia.- ¿Cómo llegué aquí? ¿Por qué estoy en este sitio?. Creí que era un mito.
- Pequeña...- Comenzó a hablarle la chica con un tono de voz tranquilo pero que se le notaba apagado.
- Mi nombre es Libby...Libby Stein-Torres.- Se presentó, educadamente y besando su mano.
- Un gusto en conocerte, Libby.- Respondió.- Mi nombre es Artoria Pendragon...la famosa Reina de la Mitología Britana.- Y no importa que esto sea un sueño o no, tú estás aquí, porque, pronto, comenzará algo que hará ver al Mundo aquello que tanto se ha perdido.
- Esto no me lo va a poder creer Molly, Andrea y Scratch.- Permaneció ella perpleja.-
- Escucha: Los sueños siempre se cumplen, pero no puedes dejar que la avaricia y los deseos por más cosas te abrumen, de lo contrario, éstos se irán corrompiendo y el espíritu mismo de las personas se perderá. Uno cuando lucha, no debe hacer por poder o ver quién es más fuerte, sino pelear por los que ama, con el corazón y el alma, al igual que yo hice por mi gente, mi hogar...mi Patria.- Decía y de ahí sintió una punzada en su pecho, llevando a que apretara los dientes con fuerza.
- ¡Señorita Artoria!.- Gritó la niña y tomó de sus manos.
- Tranquila, no tienes por qué asustarte. Esto es lo que iba a suceder, después de esa visión que tuve, aquella noche, antes de la Batalla de Camlann, en donde moriría junto a Mordred pero...ya todo ha terminado...El sueño que pueda tener vaya a ser más largo.- Habló, dejando ese mensaje final y con ello cerró sus ojos ante la joven.
- ¡No, no puede morir, Su Majestad, por favor, vuelva, su gente la necesita! ¡Por favor, se lo ruego! ¡Su Majestad! ¡Reina Artoria!.- Rogaba ella, intentando moverla, despertarla y con los ojos llenos de lágrimas, ella rompió en llanto al verla descansar en paz, tan tranquila y serena, mientras que la Escudero de ella había regresado tras devolver la Espada Excalibur a las aguas de aquel Lago donde la "Dama" del mismo gobernaba.
Al verla, se acercó y puso su mano en los hombros de la niña, quien no paraba de llorar en silencio por la muerte de la joven rubia. La Escudero de Artoria oyó unos pasos y se puso en guardia para defender a su Reina, sin embargo, al reconocer a una figura que ella conocía, ésta le dejó pasar.
https://youtu.be/U3MN_no4yh4
- Te amé por tanto tiempo, aún con el paso de las Eras y aún así, el verte aquí, dormida en tu sueño, a la espera de que despiertes, es algo que me apena, tristeza.- Decía un muchacho quien avanzaba y de ahí pasaba su mano por el rostro de la rubia, arrodillándose ante ella.-
- ¿Quién es usted?.- Preguntó Libby, intentó tomarle del brazo, ver quién era pero no podía ver su rostro.
- Pronto...Pronto nos encontraremos de vuelta; Mi Lady.- Auguró éste, mientras que el ambiente se oscurecía y terminaba volviendo a la realidad.
Fuera del Sueño de Libby:
- ¡NO!.- Gritó la chica, casi ahogada por la falta de aire al salir de ese momento onírico y con ello miró a su alrededor: La lluvia que caía, tranquilamente, en las calles de Brighton, su casa en la planta alta y la librería abajo, las luces apagadas, las de las calles encendidas, un auto que pasaba, solitario y alumbraba la senda hasta perderse.
Se levantó de la cama y caminó hasta el baño. Se sentía mareada y al levantar la tapa del inodoro, para vomitar, las arcadas disminuyeron hasta quedar un tanto confundida por lo que acababa de vivir. Fue hasta el espejo y se mojó la cara con agua pero al lavarse la misma, ésta casi se horrorizó al ver a una persona frente a ella hasta que desapareció. Además de ello, la extraña marca que tenía en su mano derecha le hizo apretar los dientes y la notaba un tanto roja. Parecía raro, ya que ésta llevaba un tiempo y desaparecía y volvía a reaparecer nuevamente, como si se tratara de alguna lesión o más bien una irritación de la piel pero no era nada que pudiera describirse en el Mundo.
- Tranquila, Libby, tranquila, no fue más que un sueño. Nada más que eso. Ahora voy a volver a la cama, dormiré un rato más y con ello me pondré al día con mis actividades.- Se dijo para sí misma, regresando hasta la misma y de ahí se volvió a quedar dormida, profundamente.
Mientras tanto, a unas pocas calles del Centro de Brighton, en las Casas McGee y Davenport, aquellas dos chicas también estaban pasando por lo mismo y con distintos eventos de la Historia, sumado de que, en las afueras, caminando en silencio, igual que Leonard Mead de "El Peatón" de Ray Bradbury, una figura femenina y vestida de forma elegante, acompañada por un sujeto de gran tamaño y musculoso, tomaba nota de lo que ocurría.
- Éste es el primer paso, Berseker, pronto llegará el momento de pasar al siguiente nivel. Solo nos queda esperar.- Auguró la joven y desapareció con su acompañante en las desoladas calles de Brighton.
[Hasta aquí va todo tranquilo y con las primeras interacciones, pero, como se dijo, es solo el comienzo y el siguiente capítulo se irá viendo, más de fondo, la trama de esta historia.
Saludos y agradecimientos para todos ustedes, amigos. Cuídense y hasta la próxima, Camaradas.].
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