El 30 de noviembre de cada año la familia Yang realizaba una fiesta de etiqueta en el salón de evento del hotel LOTTE, no era ningún cumpleaños, se trataba del día que había muerto el señor Yang, era el día que la abuela Yang había subido de puesto, de pasar de ser la esposa a ser la monarca de toda la vida empresarial de Corea del Sur.

Sunoo estaba en su cuarto terminando de estudiar, no le permitían salir de la mansión por lo que habían contratado a un profesor que le enseñara lo indispensable, al ocupar el lugar de Suni en la línea de herencia él debía de estar preparado, la abuela anunciaría que se casaría con una Alfa de la familia Jung y que tomaría él el puesto de la abuela, pero era una vil mentira, en realidad si se casaría, tendría hijos según lo previsto, pero en cuanto la abuela supiera que estaba en cinta mataría a su Alfa y adoptaría a Sunoo como su Omega.

El Omega cerro el libro de historia de Corea del Sur y decidió tomar un baño, su cuarto era igual de grande que el departamento en el cual vivía con Sunghoon y Jake, sin embargo, este estaba vacío, no tenía vida, solo era él en todos esos metros cuadrados. Ingreso al baño privado que tenia su cuarto y dejo que el agua limpiara su cuerpo, entonces empezó a llorar, habían pasado un mes desde que había decidido intercambiar su vida por la de su hermana.

Un mes desde que Jungwon no le dirigía la mirada, ni la palabra, un mes desde que la luz del sol ni de la luna le pega en el rostro, un mes desde que dejo a Jake, a Sunghoon, a sus amigos. Pero sobre todo un mes desde que había dejado al amor de su vida. Un Mes sin Niki.

Había noches en las que se despertaba sobresaltado, tenía pesadillas con Niki, pesadillas en las cuales él había encontrado a alguien a quien amar, había encontrado la felicidad con alguien más y ese alguien más le había dado una familia, le había dado todo lo que él no pudo darle por culpa de su decisión. Era egoísta, sí, pero para Sunoo, Niki lo era todo. Aun si no lo había visto hace un mes, Sunoo aun amaba a Niki como el primer día.

Cerro la llave del agua y espero que esta se fuera como remolino por la coladera, tomo una bata que había dentro del baño y se enredó en esta, se paró frente al espejo y entonces noto que sus mejillas ya no eran tan llenitas, se abrió un poco la bata y vio que su cuerpo ya no era llenito, los huesos de sus costillas y de su clavícula se notaban, era lógico en cierta parte, había dejado de comer en cuanto empezó a vivir en esa casa, tenía suerte si su cuerpo le permitía ingerir una comida al día, la comida en ese lugar era insípida, le faltaba ese amor que Jake le sabia dar a la comida, la hora de la comida era tan silenciosa que Sunoo los primeros días deseo que Sunghoon entrara al comedor y contara uno de sus tantos chistes, los viernes eran aburridos, no había noche de cine ni de postres, simplemente no había nada.

Todo y todos estaban muertos en esa mansión, incluso él.

Sunoo seco su cabello y después lo peino con cuidado, se había vuelto a teñir el cabello de rubio platinado, en uno de sus tantos sueños había visto a Jake y a Sunghoon tenidos de rubio platinado, por lo que después de tener el permiso de la abuela se lo tiño de rubio platinado, sin embargo, esos últimos días lo hacía ver más enfermo de lo que estaba. Se pasó la plancha, justo como Jake le enseño, por el cabello y logro darle algo de volumen.

Entonces recordó una de sus citas con Niki, Sunoo recién aprendía a ocupar la plancha del cabello en alguien más, por lo que Niki, como el perfecto novio que era, se dejó planchar le cabello por Sunoo, se habían divertido tanto ese día que inocentemente los labios de Sunoo se alzaron en una sonrisa, pero la realidad lo trajo de regreso cuando Sunoo sintió el calor cerca de su mano. Dejo la plancha del cabello antes de quemarse y se intentó calmar.

Se colocó crema por todo el cuerpo y después se maquillo un poco, se colocó base y corrector para las ojeras, lo sello con polvo y después se colocó un poco de sombras para ojos color café calero, saco de un cajón ropa interior y finalmente se volvió a colocar bien la bata de baño para salir del cuarto y encontrarse con Adora, quien tenía en sus manos un traje, el cual Sunoo debía de vestir esa noche.

- ¿estás listo?

El Omega solo movió su cabeza de forma afirmativa y dejo que la Beta lo vistiera, primero el pantalón, después la camisa pulcramente blanca, la corbata y finalmente el chaleco, todo era de color negro, lo cual resaltaba sus facciones, se colocó los zapatos y los accesorios. Se vio al espejo una última vez y sintió pena por él, hace un mes estaba pensando que sabor de helado quería pedir en su cita con Niki, ahora se encontraba apunto de traicionar al amor de su vida.

La puerta fue tocada desde el exterior y Jungwon apareció en su campo de visión, vestía exactamente lo mismo que Sunoo, pero el único cambio era que Jungwon llevaba un chaleco gris de cuadros, se acercó hasta su primo y le sonrió mientras le acomodaba un mechón de cabello que se había escapado de su peinado.

-Déjame hablar con mi primo, a solas.

La beta hizo una reverencia y se fue del cuarto, entonces Jungwon jalo a su primo hasta el baño, cerró la puerta con seguro y abrió la regadera, dejando fluir el agua.

-escúchame bien Sunoo, puede que sea nuestra única opción y aunque no te puedo dar tantos detalles debes de confiar en mí, por favor...

Eran cerca de las siete de la noche cuando la limosina de la familia Yang llego al hotel, los reporteros no se hicieron esperar y los flashes empezaron a ser disparados. La primera en bajar fue la monarca de dicha dinastía, después Sunoo y finalmente Jungwon, los demás miembros iban llegar por su cuenta, pero los dos menores debían de ser custodiados como si de una obra de arte se tratase.

Los tres empezaron a caminar, la abuela Yang enfrente, en medio de los dos menores, mientras que los otros dos menores iban saludando y haciendo reverencias, entonces cuando Sunoo alzo la mirada el aroma de calabazas y castañas calientes llego a sus fosas nasales, era el aroma de Jake, no tenía dudas de que ese era el aroma del Omega que en esos meses ocupo el papel de madre que le había hecho falta.

Pero antes de empezar a buscar como desesperado Jungwon lo jalo de la muñeca y fingió acomodar su saco, entonces se dio cuenta de que no era coincidencia pues el aroma de melocotón y durazno también estaba presente. Fue en ese momento que Sunoo entendió que era lo que Jungwon le había querido dar a entender.

Debía de confiar en su primo, debía de confiar en el plan que su primo tenia para él.

-Maratón 4/5-