Chapter 010
010
"El coraje no siempre ruge. A veces es esa pequeña voz al final del día que dice, 'lo intentaré de nuevo mañana.'"
-Valiente
Las espadas chocaban mientras los de Auradon defendían su posición contra los piratas de Uma. El ruido de acero resonaba en el barco, mezclándose con las olas golpeando el casco. Rosalie observó el caos y notó un sartén tirado cerca de ella. Lo recogió, suspirando.
-Sabía que esto pasaría tarde o temprano. -Apretando el mango con decisión, comenzó a atacar a los piratas que se acercaban, demostrando que el legado de su madre, Rapunzel, corría en sus venas.
Percy, por su parte, acababa de derrotar a uno de los piratas con un movimiento ágil de su espada. Se giró, satisfecho, cuando escuchó una voz burlona detrás de él.
-Bueno, bueno, bueno... -Harry apareció, haciendo girar su garfio con desdén y una sonrisa cargada de sarcasmo-. Pero si es el exnovio de mi solecito.
Percy lo miró, confundido por un momento, sin entender la referencia.
-¿Solecito? ¿De qué hablas?
-¿No lo adivinas? Rosalie -dijo Harry con un tono burlón, levantando el garfio hacia Percy, que ahora entendía a quién se refería.
Sin más palabras, Percy levantó su espada y se lanzó hacia Harry. Los dos comenzaron a intercambiar golpes rápidos, sus armas chocando con fuerza mientras los demás continuaban peleando alrededor de ellos.
-Entonces dime, Percy -dijo Harry mientras bloqueaba un ataque-, ¿cómo es Rosalie en los viejos tiempos, ah? ¿Todavía sonríe de esa manera tan... encantadora?
Percy frunció el ceño, manteniendo la compostura mientras sus espadas cruzaban nuevamente.
-¿Estamos peleando o solo estás preguntando cosas?
-¿Por qué no ambos? -Harry rió, esquivando un golpe por poco. Luego añadió con una mueca-Me he preguntado: ¿qué le ve Rosalie a alguien como tú? Quiero decir, mírate.
Percy sonrió con malicia mientras repelía otro ataque.
-Bueno, no sé si debería responder a eso, pero ya que insistes... -Hizo una pausa adrede, como si considerara sus palabras-. Aunque, pensándolo bien, si te importa tanto, tal vez deba decirte que Rosalie besa excelente.
El comentario cortó el aire como una hoja afilada. Harry se detuvo por un segundo, sus ojos encendiéndose de furia.
-¿Qué dijiste? -gruñó, atacando con mayor fuerza, obligando a Percy a retroceder.
-Oh, ¿te molesta? -replicó Percy, disfrutando de su reacción mientras esquivaba sus golpes con agilidad-. Solo digo la verdad.
Harry apretó los dientes, lanzando ataques más agresivos mientras Percy lo provocaba con movimientos calculados. La pelea entre ambos tomó un giro más personal, una mezcla de orgullo herido y celos desatados en cada golpe.
Mientras tanto, Rosalie, ocupada peleando con el sartén, no podía evitar mirar de reojo la confrontación, sin saber si reírse por las palabras de Percy o preocuparse por la creciente intensidad de la batalla.
El sonido del choque de espadas resonaba por todo el barco, mientras las chispas saltaban del acero. Los piratas y los de Auradon luchaban con determinación, cada uno defendiendo lo que les pertenecía. Malcom, estaba completamente enfocado en su objetivo, buscando a Bastian entre los enemigos, su mirada llena de furia.
Bastian estaba en el centro de la acción, protegiendo a Evie, cuando vio a Malcom atravesar la multitud y avanzar hacia él con su espada desenvainada. El hijo de Blanca Nieves levantó una ceja, curioso sobre lo que estaba sucediendo.
Con un grito de batalla, lanzó un rápido golpe con su espada hacia Bastian, quien apenas logró esquivarlo. La furia en los ojos de Malcom era evidente, su mente inundada por una serie de pensamientos erróneos que lo empujaban a atacar.
No podía creer lo que había visto antes entre Anlee y Bastian, y su ira lo nublaba. Cada movimiento que hacía era con la intensión de herir a su amigo.
Bastian retrocedió, viendo cómo la espada de Malcom cortaba el aire cerca de su rostro. Ahora comenzaba a entender lo que sucedía: Malcom había malinterpretado lo que había pasado entre Anlee y él, pero no sabía cómo explicárselo.
-¡Malcom, escúchame! -gritó Bastian mientras desviaba un golpe de espada con su propia hoja-. ¡No estoy enamorado de Anlee! ¡Era solo que ella me estaba animando porque Evie me dejó plantado!
Malcom, con los músculos tensos y los ojos fijos en su objetivo, no parecía escuchar nada. Su espada brillaba con cada corte, y cuando se dirigió nuevamente hacia Bastian con fuerza, este finalmente consiguió bloquear su espada y empujarlo hacia atrás.
-¡¿En serio?! -Malcom resopló con fuerza-. ¿Así que no quieres que te ataque? No te creo. ¡La vi hablándote, como si fuera algo más!
Bastian, ahora finalmente en una postura defensiva, trató de calmar la situación lo más que pudo.
-¡Espera! ¡Es solo porque estaba hablando conmigo por lo de Evie, maldita sea!
La explicación parecía llegar a destiempo, pues Malcom lanzó otro ataque, forzando a Bastian a alejarse de nuevo.
En ese momento, Evie apareció en medio del caos de la batalla, corriendo hacia los dos. Su mirada no era de enojo, sino de preocupación, al ver que se estaban enfrentando entre sí en vez de luchar contra los piratas.
-¡Bastian! ¡Malcom! -exclamó Evie, poniendo sus manos sobre ambos antes de que el siguiente golpe se ejecutara-. ¡Paren ya!
Los dos chicos se quedaron inmóviles, las respiraciones agitadas, mientras Evie los observaba. Malcom, con el ceño fruncido, parecía completamente tenso, como si estuviera a punto de estallar.
-¡¿Qué demonios está pasando aquí?! -exigió Evie, mirando primero a Bastian y luego a Malcom.
-¡Bastian está enamorado de Anlee y me mintió! -gritó Malcom, ya sin poder ocultar su frustración.
Bastian frunció el ceño, claro que no lo era, pero ahora necesitaba responder con urgencia.
-¡Eso no es cierto, Malcom! -exclamó. -¡Anlee solo me estaba dando ánimos!
Antes de que Malcom pudiera replicar, Evie les lanzó una mirada tajante.
-¡Lo discutirán después! -Les dijo, firmemente-. ¡Ahora hay piratas a los que derrotar! ¡Así que síguenme o los dejo aquí!
Bastian y Malcom se quedaron mirándola, frustrados, pero conscientes de que la pelea no podía seguir entre ellos. Se alejaron mientras Evie les indicaba a los demás que no perdieran el tiempo.
En medio de la confusión de la batalla, la ira de Malcom seguía alimentando su rabia mientras se enfrentaba a otro pirata, pero su mente no dejaba de dar vueltas a lo sucedido con Bastian. Algo no cuadraba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro