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Fin

Daniel estaba peinando a Mateo, el cachorro estaba sentado sobre el mueble del lavamanos del baño, le gustaba ver las líneas de colores que su padre pintaba en sus ojos.

- ¿Tengo que ir?- Daniel asintió- ¿Y hablar francés siempre?-

- No siempre, estoy seguro que tu maestra sabrá inglés, pero vamos amor, solamente iremos a ver si es una buena escuela, ¿recuerdas?-

- No quiero-

- Lo sé, pero solo son tres años- Mateo frunció su ceño- Solo es una visita, recuerda eso-

- Pero... -

- Pero nada, tu sabes que no haríamos algo que acabara en algo mal para ti-

- ¿Lo prometes?- dijo levantando su mano mostrándole su meñique a Daniel.

- Te lo prometo cariño- dijo enredando su dedo con el de su cachorro.

Jonah presenció ese momento recargado del marco de la puerta, prestando atencion a todo lo que ocurría ahí.

- ¿Estamos listos?-

Daniel asintió al igual que Mateo, entonces el cachorro saltó para bajar y se fue a poner su pequeño abrigo. Jonah besó a Daniel, todo era tranquilo en sus vidas.

Mateo tenía un par de amigos, los cuales había conocido en las visitas que Jonah hacia con su cachorro al parque. Mientras ambos esperaban que Daniel saliera de sus reuniones, estaban acostumbrados a la vida que tenían, los tres. Había una parte de los alfas que sabía que el aroma de miel que aún tenía su cachorro no se iría hasta que se presentara, lo que era la única señal de que solamente la forma en la que ambos lo protegían aumentaría en algunos muchos años, por que todos los que conocían y habían convivido con Mateo decían que el pequeño sería omega.

- ¿Nervioso?-

Mateo levantó la cabeza para ver a su padre, quien lo levantó para cargarlo en sus brazos. El cachorro asintió viendo los ojos de Jonah.

- ¿Y si no les agrado?-

- Cachorro, ese es el problema de ellos, tu eres un rayo de sol, ¿de acuerdo? Y los rayos de sol son muy extraños en este mundo, la gente no sabe apreciarlos, pero quienes se queden a tu lado y te quieran son personas para toda la vida-

- ¿Cómo tu y papi?- Jonah asintió, Daniel caminaba frente a ellos y había sonreído al escuchar la respuesta que Jonah le había dado a Mateo.

- Exactamente-

El cachorro asintió antes de ver al frente, decidido a encontrar personas maravillosas tal y como sus padres, no debía ser tan complicado ¿cierto?.

La entrevista donde Mateo y ellos respondieron preguntas, solo para saber que clase de familia eran, como eran entre ellos y el comportamiento de Mateo, esa entrevista era algo que había hecho a Mateo no soltar las manos de sus papás por que la señorita que le había hecho las preguntas le provocaba un pequeño miedo.

Después de eso los mandaron a un salón donde había más niños y sus padres, se supone debían dejar que los niños se movieran libremente para observar su comportamiento. Mateo tomó la mano de Daniel y lo jaló un par de veces.

- ¿Qué pasa bebé?- dijo una vez estaba en cuclillas para estar a la altura de su cachorro.

- ¿Vienes?-

- Papá y yo no nos moveremos de aquí cariño, debes explorar por tu cuenta- Mateo hizo un puchero- Tu ve y si encuentras algo interesante, puedes hablarnos para enseñarnos, ¿te parece un buen trato?-

- De acuerdo-

Daniel se levantó viendo a su cachorro empezar a caminar, alejándose de ellos, sus manitas unidas detrás de su espalda mientras se acercaba a los estantes que había en el salón. Pronto sintió la mano de Jonah envolver la suya y lo volteó a ver, su alfa le sonreía, era la misma sonrisa que le había dado la primera vez que se vieron obligados a alejarse.

Daniel asintió, mordiendo el interior de su mejilla para controlar las lágrimas que amenazaban con escapar, no quería que Mateo volteara y lo viera llorar. Así que Daniel se limitó a acercarse aún más a Jonah, viendo a Mateo recoger en un papel una araña y dejarla en la planta de la esquina.

Ambos se sintieron orgullosos al ver a su cachorro ayudar a otro niño a armar una casa con cubos. Después lo vieron caminar hacia los instrumentos musicales de tamaño infantil en una esquina, Mateo tomó el chelo y levantó la cabeza para buscar a sus padres.

No era fácil perderlo de vista, el único niño pelirrojo en ese lugar, lo vieron caminar hacia ellos, batallando con cargar el chelo, hubo un pequeño niño rubio que ayudó a Mateo, entre ambos cargaron el chelo y el niño se fue corriendo a seguir dibujando flores.

- Mira papi, es bonito-

Daniel se sentó en el piso y vio a Mateo tratar de averiguar como se tocaba el instrumento, cuando Mateo averiguo el modo en que podía usar el chelo trató de no reír al oír el sonido curioso que salía.

- Oh lo debo regresar- dijo después de unos minutos de usarlo.

- Creo que puedes usarlo un poco más- dijo Daniel y su cachorro negó.

- ¿Y si los otros quieren usarlo?, es muy bonito papi, no puedo quedarmelo, eso no sería muy lindo- Daniel sonrió y asintió.

- Tienes razón-

Mateo asintió antes de volver a tomar el objeto con sus dos manos y devolverlo a su lugar original, lo vieron sentarse en el piso a dibujar al lado de un par de niños con quienes empezó a hablar.

Empezaron a hablarles por el nombre del niño, poco a poco el salón se quedaba con menos niños y padres, Mateo estaba riendo al lado de otros niños cuando llamaron su nombre.

El cachorro vio a su padre hacerle una seña, así que se disculpó con sus nuevos amigos y corrió hasta tomar la mano de Jonah. Los tres salieron del salón y los guiaron a otro salón, donde los sentaron en sillas para niños, algo que hizo a Daniel y a Jonah querer reír.

- Mateo, puedes jugar con las cosas de aquí también- dijo la mujer y el cachorro asintió levantándose de su silla, corriendo hacia los juguetes- Es delicado-

- ¿Perdón?- fue lo que dijo Daniel sin pensarlo.

- Usualmente a los de primer año no les importa el descubrir cómo funciona a las cosas, ellos solamente se emocionan y no ven más allá, pero Mateo es delicado-

Jonah vio a Daniel cruzar sus brazos y ver seriamente a la mujer, por que no le agradaba que dijeran algo sobre su cachorro.

- Es bastante inteligente, tímido, pero amable y gentil, sé que vinieron a examinacion, pero les puedo asegurar que Mateo está listo para empezar este año, cumple tres años en diciembre ¿cierto?-

- Si- fue Jonah quien respondió.

- Miren aquí nos enfocamos en crear un ambiente libre donde los niños se sientan seguros, Mateo se desarrollaría más abiertamente y sin límites marcados, así que si están de acuerdo empezaría en dos meses-

- ¿Podemos hablar con él un momento a solas?- dijo Jonah y la mujer asintió saliendo del salón- Theo, cachorro ven por favor-

- Mande- dijo el niño al llegar frente a Jonah.

- ¿Te gustaría estudiar aquí?- Mateo volteó a ver a Daniel- Esto no es sobre papá o sobre mi cariño, ¿te gusta este lugar?-

- Si-

- ¿Te agradaron los adultos con quienes hablamos hoy?-

- Sip-

- ¿Quisieras aprender a leer y a contar aquí?- el cachorro sonrió antes de bajar su cabeza y asentir- ¿Estás seguro de eso cachorro?-

- ¿Papi se enojará si lo hago?- Daniel dejó de ver por la ventana y vio a su cachorro, quien había levantado la cabeza para verlo atentamente.

- Claro que no- respondió sonriendole a su cachorro.

- Pero pareces triste- Jonah sonrió antes de ver a Daniel, quien rodó los ojos y sonrió, antes de tomar las manos de Mateo.

- No estoy triste bebé, solo estoy orgulloso de ti, eres brillante Mateo, ¿lo sabías?- el cachorro asintió.

- Soy un rayo de sol-

Daniel rió un poco antes de abrazar a su cachorro, Jonah le sonrió. Mientras volvían a casa, Daniel cargaba a Mateo sobre sus hombros, sabía que a su cachorro le gustaba sentirse gigante.

Jonah estaba picando unos pimientos mientras Daniel y Mateo armaban un rompecabezas. Sonrió, sintiendo una lagrima rodar por su rostro.

Un día su vida había cambiado para siempre, el primer día, veintidos años antes, cuando vio a Daniel sin ningún plan en su cabeza, sin ningún inseguridad creada en el futuro. El día que se enamoró de un niño lindo, quien sería el padre de su hijo y quien sería su alfa y su esposo, él realmente había sido afortunado al encontrar a su rayo de sol al ser tan joven.

Y desde la distancia todas las montañas que pasaron parecían pequeñas colinas, las flores silvestres se mantenían de pie incluso con todo el mundo alrededor, no cambiarían el pasado, por que habían llegado a un mejor lugar desde el momento en que conocieron y estaban seguros que se encargarían que su pequeño, nuevo, rayo de sol creciera en ese lugar.

Daniel volteó sobre su hombro para sonreírle a Jonah, parte de su mente lo había visto como el cachorro de trece años de quien había robado su primer beso. Jonah le sonrió de vuelta recordando a su alfa tomando su mano al escribir por primera vez, aún hacían eso de vez en cuando.

El mundo no sobreviviría sin los rayos de sol, eso era algo que ambos alfas sabían y algo que se encargarían de recordarle todos los días a su pequeño. Por que los rayos de sol a veces salvan a las flores silvestres.






♧♧





Holaa

Esto, yo tampoco quería que se acabara. Pero siento que es lo correcto ¿saben?

En fin, espero hayan disfrutado esta historia tanto como yo disfrute escribirla. Oh y hoy también subiré el primer capitulo de una fic omegaxomega de larry por si quieren leerla o eso.

Gracias por leer.

Kisses
Karla :)
☆♡

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