|Nada es casualidad, solo existen oportunidades

Forks, actualidad

Enfocó la mirada en dirección hacia arriba observando con ilusión las nubes que recubrían el cielo nocturno. Se sentía tranquila y cómoda con el silencio estando en la espera de alguna víctima.

Hace algún tiempo intentó adoptar la dieta vegetariana, sin embargo estando a punto de lograrlo tuvo que irse lejos de aquellos que la estaban instruyendo en ese hábito. Danina no podía permanecer en un solo lugar pues su vida y la de aquellos que la rodeaban de alguna forma peligraban.

— No has cambiado en nada, Danina —Aquella voz sonó tan familiar que no dudó en bajar la guardia y girar a verle— hola

— Carlisle —El nombrado sonrió con suavidad— ¿qué haces aquí?

— Es mi zona, aunque yo debería ser quien pregunte —De nueva cuenta sonrió, era algo confortante pero confuso— a Alice le resultó difícil visualizar tu ubicación en sus visiones, ahora comprendo por qué

— Estoy de paso, nada nuevo —Encogió los hombros— aunque ¿por qué tu hija había de buscar mi ubicación?

—Siempre serás bienvenida en nuestro hogar, lo sabes —Frunció el ceño. En cambio él seguía sonriendo aguardando alguna reacción suya— verás, mi familia necesita tu ayuda

— ¿Mi ayuda? —No pudo contener unas cuantas carcajadas— nadie quiere la ayuda de una Vulturi

— Te equivocas, ya no eres una de ellos. Mi familia está en peligro, no sabemos qué hacer, la esposa de Edward...

— ¿Aquel hijo tuyo se casó? No estoy entendiendo nada, Carlisle —Y era verdad. El hombre se estaba yendo demasiado por las ramas— ve directo al punto

— Tendrán un bebé —Detuvo su andar de golpe, asombrada por lo que recién escuchó— ella, su esposa, es humana. No sabemos qué hacer pues el bebé se desarrolla con rapidez dentro de ella

— Y vienes a mí por obvias razones —Movió la cabeza afirmando sus palabras— razones muy tontas al parecer y no, no puedo ayudarte —Dijo con firmeza.

— Por favor, conoces la gravedad de esto, no sabemos a qué nos enfrentamos o cómo Bella puede sobrevivir —La adversa chasqueó la lengua a la par que emprendía una caminata. "Bella se llama la esposa, ¿eh?" pensó— me debes un favor

— Creí que en el pasado me ofreciste asilo por bondad y no por esperar que te devolviera la buena acción en algún momento —Atacó diciendo aquello entre dientes— lo voy a pensar

— Danina —Repitió el nombre de la chica con insistencia.

— Dame unos minutos para pensar, Cullen —Y sin decir nada más saltó a la caza de una joven mujer que pasaba cerca.

Carlisle desvió la mirada intentando no prestar atención a lo que Danina hacía que no era más que alimentarse. Entre las sombras, la compañera de vida de él observaba paciente el cómo intentaba obtener la ayuda que necesitaban, sabiendo que quedaba poco tiempo.

Un móvil sonaba con insistencia, el par de vampiros adultos se dedicaron una mirada de preocupación. Carlisle respondió al llamado con cierto deje de nerviosismo.

— ¿Qué sucede Alice? —Preguntó al escuchar de fondo unos gritos desgarradores.

— Es Bella, ella... —"¡El feto se está asfixiando!" reconoció la voz de Bella.

— La placenta se ha desprendido —Murmuró. Alice repitió aquello en voz alta.

— Carlisle, ¿qué hacemos? —Al parecer Alice le había pasado la llamada a Rosalie quien -al igual que el resto presente en el parto- estaba desesperada— ¡Se está asfixiando, no puede pujar correctamente!

— ¡Tienen que sacarlo, hagan un corte con el bisturí! —Ordenó.

La llamada se colgó. Esme se acercó a su esposo rápidamente, había escuchado todo al igual que cierta persona.

— No va a resistir —Los dos voltearon a verla— no conozco demasiado del parto, tu más que nadie lo sabe, así que haré lo que pueda. Ya deberías... Deberían —Corrigió— hacerse a la idea de que no se va a librar de la muerte

— Lo hemos tenido en cuenta desde el principio —Dijo Esme.

— Ya veo —Tomó impulso— andando

Aquella fue la señal para que los tres corrieran hacia el lugar en donde el resto se encontraba.

Estando encima, entre un montón de árboles, percibió un olor demasiado desagradable para ella: olía a perro mojado.

Intentó ignorarlo, vaya que lo hizo, pero al verlos todos reunidos rodeando la casa de los Cullen supo de antemano que las cosas salieron mal y que ellos estaban ahí para hacer justicia.

— Ella no lo logró —Les informó a los adultos.

Siguieron corriendo. Ahí, a las afueras, estaban parados los vampiros en modo de defensa. Edward estaba cubierto de sangre, el olor exquisito invadió las fosas nasales de Danina desconectando sus sentidos por escasos segundos. Ella sabía que debía controlarse dadas las circunstancias.

Uno de los lobos iba a lanzarse encima de Alice, por lo que fue más rápida y se tiró derribando a aquel animal o mejor dicho hombre, el cual soltó un aullido de dolor e intentó morderla ganándose un puñetazo que bien pudo haberle roto la mandíbula.

Mostró sus colmillos demostrando la furia que la consumía. No soportó ver el modo en que todos planeaban atacarla, por ende se metió en sus cabezas y los aturdió en un dos por tres con la misma ilusión: uno por uno cayendo muertos.

— ¿Dónde está? —Cuestionó al aire esperando que alguno comprendiera su pregunta.

— Rosalie la tiene —Respondió Emmet.

— ¿Le dejaron adentro con uno de ellos? —Señaló a los lobos.

— Jacob no le... —Las palabras de Edward no concluyeron— demonios

Danina no esperó a escuchar más y corrió adentro siguiendo el olor, hasta que finalmente lo encontró en el  primer piso cerca de donde Rosalie yacia frente a la chimenea dando la espalda.

Él temblaba de rabia tratando de contener aquellas imágenes que se reproducían una y otra vez en su cabeza respecto al parto y muerte de Bella.

Dichos temblores se interrumpieron cuando fue empujado con fuerza hacia un costado. Aturdido miró a la pelinegra sobre él. Había otra más de ellos, una vampiro desconocida.

— No vas a tocarla perrito porque te voy a matar si siquiera lo intentas —Amenazó.

— ¡Quítate! —Gritó lanzandola con el brazo hacia algún lado del piso.

— ¡Jacob! —Oyó a Edward.

— ¡Esa cosa mató a Bella, merece morir de igual forma!

— Tú no eres nadie para decidir eso, perro sarnozo —Los ojos de Danina se oscurecieron. Era curioso porque en cualquier otro vampiro la oscuridad de los ojos significaba hambre pero en ella era peligro.

— ¿Quieres comprobar que lo soy? —La provocó.

— Lleven a Renesmee lejos —Pidió el padre. Los demás obedecieron, con excepción de Jasper y Emmet que se quedaron a apoyar a su hermano— Basta, Jacob

— Matarla no hará que ella vuelva

— ¡Danina! —La reprendió.

Jacob se transformó y con la misma gruñó luciendo sumamente enojado. Danina sabía que no debía decir eso, especialmente porque dentro de las cuatro paredes estaba Edward, quien recién había perdido a su esposa.

— ¿Vas a llorar? —Continuó, después de todo había sido el adverso quien comenzó con las provocaciones— nada de lo que hagas te va a servir, Bella está muerta, acéptalo —Le dio la espalda esperando un ataque.

"Lo distraeré lo suficiente junto a los otros. Me estoy quedando sin fuerzas, son demasiados para mi don, así que huyan lejos" dijo en su mente siendo consciente de que Edward la escuchaba. Recibió un asentimiento de cabeza como respuesta.

Suspiró tomando coraje y proyectó en la cabeza de Jacob escenas de Bella pidiendo ayuda, clamando súplicas mientras moría lentamente. Todo aquello sacado de las memorias distorsionadas del castaño.

Entonces las ilusiones desaparecieron, tanto las de Jacob como las del resto de su manada. Los hermanos Cullen ya no estaban cerca y Danina se había adentrado al bosque una vez más, siendo perseguida por la manada.

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