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Capítulo nueve

| Puedes verme en la corona

Con rapidez, la casa de los Cullen se llenó de invitados de distintas partes del mundo. Habían aceptado ayudar por la fuerte amistad que tenían con Carlisle y en su defecto los integrantes de la familia. Sin embargo al llegar casi siempre reaccionaban de la misma forma que Eleazar o como Tanya, creyendo firmemente en que Renesmee era una niña inmortal, y empeoraba cuando veían a Danina; algunos la reconocían como una de las miembros más fuertes del aquelarre de Aro y porque sabían la historia de su muerte.

El odio que algunos sentían por ellos se reflejaba en el trato que le daban a la pelinegra. Ella no podía contradecir que las acciones de ellos eran inmerecidas, por el contrario, las aceptaba y veía justas.

La comida nunca faltaba para los invitados y algunos iban a las afueras a cazar, siendo así que la mayoría se alimentaba de sangre humana.

Edward se comportaba como buen anfitrión cuando los atendía.

Por su parte, Jacob tenía que hacer que su manada fingiera demencia e ignoraran que los vampiros tomaban vidas humanas con tal de saciar su hambre. Le molestaba pero tenía que mantener la boca cerrada tanto por el tratado como por el bien de Renesmee.

Hablando de él, los vampiros habían aceptado la presencia de Jacob y de algunos licantropos. No se entrometian con él ni le dirigían la palabra, solo hacían como si no estuviera presente. Era como si se tratara de la mascota de los Cullen y el resto aceptara que estaba ahí como tal.

Con excepción de cierta personita.

— No puedes ignorarme toda la vida

— Mantén la distancia —Le advirtió.

— Jacob, vamos, lo lamento, ambos sabemos que es lo mejor —Susurró lo último.

— ¡Ya basta de decir eso! Volveré adentro, si no te importa debo vigilar que ninguno de los chupasangre dañe a Renesmee —Avisó.

— Jake —En un intento desesperado lo tomó del brazo haciendo uso de una fuerza no apropiada. En respuesta él volteó para mirarla con acidez— l-lo siento —Lo soltó— es solo que extraño a mi amigo, a mi compañero

— Bueno, después de todo somos enemigos con un tratado temporal de paz —Encogió los hombros— y pronto te irás, así que de esa forma estamos bien

— Jake, no me hagas esto, sabes que eres...

— Te voy a dejar en claro tus dudas... Aléjate de mí —Dijo por último.

— Jacob —Lo vio adentrarse a la casa.

Resopló con enojo pisando fuertemente al darse la vuelta y golpear un árbol, causando una depresión en el tronco. Maldijo un montón de veces a nadie en específico.

— Lo siento —Escuchó una disculpa masculina.

— ¿Por qué, Edward?, ¿por casi decirme que era una cualquiera o por pisotearme siempre con tus palabras?, ¿o por verme ser miserable? —Cuestionó sin humor.

— Por todo, excepto lo último, creo —Se sinceró.

— Pues no lo sientas, no te disculpo —Encogió los hombros, resoplando una vez más— hombres —Se quejó alejándose de él.

— En verdad quiero disculparme, Danina. Estuve meditando mis acciones y Carlisle tiene razón, tú no tienes culpa de nada

— Demasiado tarde, duh —Rodó los ojos— solo... piénsalo dos veces, es lo único que puedo aconsejarte, en verdad no quieres disculparte

— Estoy parado frente a ti pidiendo perdón, aceptando mis acciones, ¿y me dices que sabes que no quiero y que sí? —Sonrió con malicia.

— Exacto. Creo que estás loco —Sonrió de la misma forma.

— A veces igual creo que lo estoy —Suspiró.

— Todos lo estamos

— Me gustaría conocer tu historia para entenderte —Pidió.

— ¿La humana o la de objeto?

— Ambas

— Todo mundo sabe la de objeto. Para que te sientas especial te contaré la primera... Pero no hoy —Percibió a una persona ajena acercándose.

— Ahora sabrán con más razón que estoy aquí —Escuchó. Gruñó cuando supo a qué se refería aquel vampiro— no puedo creer que ella esté aquí, con más razón estaremos todos en la lista negra de Aro

— Alistair —Dijo Edward.

— ¿Otro amigo de Carlisle?

— Quizá uno de los más cercanos —Encogió los hombros— tiene miedo de estar aquí. Es un rastreador

— Oh, entiendo —Se quedó en silencio percibiendo a otras dos personas nuevas, ambas mujeres— genial, más gente que me tratará como si tuviera peste —Fingió emoción.

— Zafrina y Senna, del amazonas —Murmuró él. Lo vio tensarse un poco— Alice y Jasper los enviaron

— ¿Por qué Alice llegó hasta ahí? —Surgió la pregunta.

— No lo sé —Se mantuvo callado por otros segundos escuchando los pensamientos y parte de la conversación que Esme y Carlisle mantenían con ellas— son tres pero Alice solo ha mandado a dos, al parecer necesita a Kachiri con ella para vaya a saber qué cosa. Zafrina, una de ellas, posee un don parecido al tuyo

— ¿Ella...?

— Ilusiones, solo eso

— Ah, me pregunto si...

— No, no puede hacerlo con un gran número de personas —Movió la cabeza en modo de negación— solo la mayoría. Tú podrías incluso hacerlo con un país entero

— Supongo que eso me hace única —Apenas sonrió. Edward soltó una risa.

Caminaron para ir rumbo a donde las nuevas invitadas estaban. Renesmee estaba ahí mirando alguna cosa que Zafrina le mostraba. Danina sonrió al ver a la pequeña siguiendo a todas partes a Zafrina con tal de que le siguiera mostrando más cosas.

— Así que te está reemplazando —Intentó jugar con ella.

— Tienes razón —Susurró.

De pronto Jacob llegó junto a Renesmee y estos dos comenzaron a jugar entre ellos, riéndose y corriendo.

Danina sintió cierta opresión en el pecho más no le tomó tanta importancia.

Jacob la estaba reemplazando de cierta forma y Renesmee igual.

— ¿Disculpa?

— Que tienes razón —Repitió desviando la mirada hacia él.

— ¿A que te saben esas palabras?

— A vinagre —Chasqueó la lengua.

Intentó no reírse pero en cuanto Edward se rió con sinceridad no pudo evitar hacerlo justo como él lo hacía.

A lo lejos, Jacob había parado de jugar con Renesmee para fijarse en ellos dos, en la forma en que reían y en la que al parecer ya se llevaban bien. Hizo muchas especulaciones en su cabeza tanto así que Edward dejó de reír al escuchar sus pensamientos. Ambos se dedicaron una mirada seria.

— Tú debes ser Danina —Escuchó una voz femenina con un acento algo acentuado. Enseguida volteó a verle— Zafrina, del clan Amazonas —Estiró la mano a modo de saludo.

— Ah, la famosa Zafrina —Dijo estrechando su mano con la de ella— Danina, del clan Danina —Bromeó.

— Es un placer conocer a una leyenda, especialmente porque eres como yo —Sonrió alejando su mano.

— Oh. Supongo que es lo mismo —Se removió incómoda.

— Espero algún día podamos tener una pelea amistosa, me gustaría ver tu potencial. Mientras tanto estaré esperando el entrenamiento que debes darnos

— Sería genial —Aseguró— uh, ¿de qué entrena...?

— Carlisle quiere hablar contigo, Danina —Le informó Edward.

— De acuerdo —Murmuró confundida y sin decir nada se fue donde suponía debía estar su amigo.

Al llegar tan solo escuchó lo que Carlisle le decía mientras fruncía en ceño y rodaba los ojos. Había aceptado la idea de él respecto a entrenar a cada vampiro de la casa por si se llegaban a enfrentar a los Vulturi, pero estaba algo enojada con la idea. Quizá significaría una muerte segura pelear con ellos.

Durante sus entrenamientos arremetía contra los Cullen para demostrarles al resto lo que debían y no hacer. Hacer sus demostraciones con Edward y Emmett era la cosa más entretenida de ver, especialmente porque el segundo terminaba molesto y haciendo berrinches por perder.

Los vampiros iban agarrando confianza con ella poco a poco, se daban cuenta que el león no es como lo pintan.

— En algún momento Jasper hizo lo mismo —Le comentaba Rosalie— cuando debíamos enfrentarnos a un ejército de neófitos

— ¿Por qué se encargaron ustedes y no los Vulturi?

— Porque se hicieron de oídos sordos y ojos ciegos —Apretó los puños— mientras, nos aliamos igual con los de la reserva con tal de proteger a Bella

— La humana

— Sí, fue un verdadero problema en aquel entonces

— Parece que hasta ahora lo sigue siendo —Comentó mirando a Edward hablar con su hija y Carmen— él ha cambiado, ¿no?

— Bastante —Respondió— pronto ha de ser como antes, solo debe superarlo

— Te preocupa mucho

— Es mi hermano, después de todo

— No soy buena para estas cosas, digamos que hace un tiempo perdí esa parte de mí pero —Suspiró tomando vuelo para seguir hablando— él va a estar bien, será como antes si están ustedes ahí para apoyarlo. Ustedes son su familia, no lo abandonen, seguramente él les quiere y haría cualquier cosa por su bien

— Definitivamente no eres buena para eso —Rosalie hizo una mueca— pero tienes razón, ese idiota nos necesita y nosotros a él, somos una familia

— Exacto, casi dije eso —Encogió los hombros— muy bien, es hora de empezar de nuevo —Llamó a todos para que dejaran el descanso.

— Esto es lo que hacemos todos los días, ¿por qué no lo dejamos por hoy? —Sugirió Garrett, otro amigo cercano de Carlisle.

— ¿Acaso estás cansado? —Inquirió con un tono amenazante.

— N-no —Tartamudeó.

Habían visto ya el poder de Danina, lo que significaba estar bajo sus encantos y estar cegados por un buen tiempo. Ellos le tenían cierto miedo, incluso Zafrina.

— Aro no sabe pelear en combate —Dijo dando vueltas alrededor de Garrett— sin embargo tiene a mucha gente protegiendo su espalda, gente poderosa, más que tú o incluso cualquiera —La mente del susodicho se vio envuelta en un escenario falso. Cayó de rodillas sin ser consciente de lo que hacía— y en un dos por tres te arrancaría la cabeza con facilidad

Dio un salto posicionándose sobre los hombros del hombre, de modo que sus piernas colgaban y mantenía las manos en la cabeza adversa. El resto soltó un jadeo de impresión e inquietud.

— Pero eso no importa porque quieres tomar un descanso —Alzó las manos y lo sacó del trance— bien, vamos a tomarnos cinco minutos —Los miró sonriendo y bajó de los hombros de Garrett, quien la ayudó un poco a hacerlo.

— Asombroso, cada vez me sorprende más, ¡ha sido toda una experiencia!

— ¿Lo has disfrutado? —En su tono de voz destacaba cierto especticismo.

— Bastante. No estoy loco —Rió.

— No, no, para nada —Dijo ella ocultando una sonrisa de diversión.

— Garrett —Estiró la mano.

— Lo sé e igual sabes mi nombre —Le dio un golpecito en la palma— sigue intentando coquetear conmigo, no va a suceder

— Ya lo veremos —Le guiñó un ojo.

Los dos se quedaron en silencio escuchando la plática que estaba siendo llevada en el patio delantero. Danina cambió la expresión de su rostro a una de sorpresa combinada con cierto pánico.

— Hemos oído por ahí que los Vulturi se estaban organizando para ir por ustedes. Hay rumores también de que no estaban solos. Como es obvio, los rumores son ciertos. Ésta es una reunión de lo más impresionante

—No estamos desafiando a los Vulturis —repuso Carlisle en tono tenso— ha
habido algún malentendido, eso es todo. Y uno muy serio, a decir verdad, pero que confiamos en ser capaces de aclarar en su momento. Lo que están viendo son testigos, nada más, porque sólo necesitamos que los Vulturis nos escuchen. Nosotros no…

—No nos preocupa lo que digan que hayan hecho —Le interrumpió una voz distinta a la anterior— y nos da igual si han incumplido la ley

— Claro, porque han estado esperando un milenio y medio para que alguien desafiara al aquelarre —La voz de Danina hizo presencia entre el montón de gente reunida— y quieren estar aquí para verlos caer o ayudarnos a que así sea, ¿o me equivoco, Stefan y Vladimir? —Puntualizó.

— ¡Tú! —Gritó Stefan— se supone que moriste

— En teoría —Sonrió ampliamente— supongo que es un gusto vernos de nuevo

— ¿De a qué va esto? —Preguntó Vladimir a Carlisle de forma exasperante.

— No es de su incumbencia —Respondió ella.

— Eres una de esas asquerosas...

— No, no soy —Calló a Stefan— si van a quedarse como observadores está bien pero no se entrometan conmigo

— En ese caso, simplemente cruzaremos los dedos —Comenzó.

— Y esperaremos tener suerte —Finalizó Vladimir.

Recapitulando: Siobhan, Liam y Maggie; los egipcios, Amun, Kebi, Benjamin y Tia; las del
Amazonas, Zafrina y Senna; los rumanos, Vladimir y Stefan; y los nómadas, Peter y Charlotte, Garrett, Alistair, Mary y Randall, además de los diez miembros de la familia, ya que Tanya, Kate, Eleazar y Carmen insistieron en ser contados como tales, parte de los Cullen. Y por último estaba Danina que no era parte de nada.

— Renesmee se ha ganado a todos, bueno casi —Le dijo Carlisle refiriéndose a los del clan rumano.

— Los Vulturi solo tienen que escuchar —Intentó animarla Esme.

— No importa si lo hacen o no, tengo algo entre manos —La pareja se observó con confusión.


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