「 12 」
"Hola, Yoongi!" jimin sonrió con alegría, saludando a su vecino. Yoongi frotó sus parpados, entrecerrando sus ojos al sol. Se quejó. Este muchacho no para de estar feliz. Él estaba confundido. Jimin sonaba herido la noche anterior, pero ahora estaba super feliz de nuevo? Quería preguntar acerca de sus cortes y quería intentar disculparse de nuevo, o por lo menos su interior lo quería. Pero su exterior no se molestó.
"buenos días." yoongi murmuró, asomándose a su balcón con una taza llena de te en su mano. Seguía sin tener café.
"algún plan para hoy?" jimin preguntó
"nope"
"genial! quieres venir a desayunar conmigo? por favor di que sí. Nadie desayuna conmigo. Siempre estoy solo."
"Sí, como sea." yoongi aceptó, cediendo por completo. No quería enfrentarse con el jimin persistente, además, prefería ver este lado de jimin que el otro.
"enserio?" jimin jadeó.
"sí, considera este como tu día de suerte" yoongi rodó sus ojos.
"oh bien, um, wow, okey. Te daré tiempo a que te cambies y puedes decirme a través de la pared cuando estés listo. Luego nos vamos!" sonrió
"mhm." yoongi asintió, contemplando a jimin que estaba mas rojo que un tomate. Pensó que era tierno, así que decidió molestarlo.
"jimin?"
"si, oppa -- quiero decir, yoongi?"
"deja de mirarme. Se que tengo mucho swag, pero, en serio relájate."
Eso hizo que la cara de jimin se vuelva mas roja a como estaba antes y tímidamente bajo la vista a sus pies. "Esta bien." rió nerviosamente, torpemente arrastrando sus pies a su apartamento.
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