Un pequeño pájaro rojo me observa desde la ventana mientras camino a la mitad de la taberna abandonando mi asiento, parece que se apiada de mí en cuanto un elfo de pelo azul me habla. El día de las entrevistas había llegado.

-¿Nombre?

-Sunne... Sunne Shaiming, señor.

-¿Edad?

-18 años.

-¿Alguna referencia de trabajo?

Negué con la cabeza, me barrió con la mirada como si pudieran saber mi pasado con solo ver mis cuernos negros, o como si pudieran descifrar si me comeré los pedidos de los clientes viendo mi cola batiéndose tras mis zapatos; veo como Lonny me hace señas desde su banquillo, está rodeada de otros tieflings que buscan trabajo, señala hacia mi cola, sabe que se mueve sola cual serpiente nerviosa cuando no estoy cómoda.

Respondo otro par de preguntas, a mi parecer aburridas, vuelvo a mirar al pequeño pájaro rojo, inclina su cabeza hacia un lado, ninguno de los dos sabe qué hago aquí, supongo que sigo el ciclo normal de las cosas.

-Bueno, Sunne, gracias por tu tiempo, puedes volver al banco, ¡El siguiente, por favor!

Tras todas las entrevistas se nos dijo a los postulantes allí presentes que en 5 días se darían los resultados, por fin pudimos irnos de ese lugar. El pequeño pájaro rojo se fue volando.

Lonny y yo salimos a la plaza central, era temprano pero el pueblo ya estaba bastante activo.

-Iré con Diago hoy, sus padres me invitaron a almorzar -Dijo Lonny.

-Oh vaya ¿realmente van enserio? -Golpeé suavemente el brazo de mi hermanita con mi codo -Pues que te vaya bien, hoy también tengo planes.

Nos despedimos; mientras ella se iba a la casa de los floristas yo giré y comencé a caminar en dirección opuesta, tras unos minutos a las afueras de la aldea me encontré dando cara a una casa considerablemente grande, el jardín estaba tan precioso como siempre, se olía que los arbustos de bayas comenzaban a dar una nueva cosecha, los muros decorados con enredaderas y luces doradas, las rejas de la entrada eran de una roca tan pulida que se sentían suave al tacto, parecía estar en un palacio, claramente era propiedad de los cambistas del reino de Relkuz.

Entré al jardín e intenté ver hacia una de las ventanas del segundo piso, las cortinas de la habitación que buscaban mis ojos estaban abiertas, justo en ese instante un elfo de cabello dorado se acercó a abrir dichas ventanas. Al abrirlas salieron, como si fuera una carrera de caballos, decenas de pájaros de varios colores volando rápidamente.

-¿Ahora te dedicas a secuestrar aves? -Grité en tono burlón

-¡Sunne, llegaste!

El elfo clavó su mirada azulada en mi diminuta presencia en medio de su enorme jardín, era Thoma, el hijo de los cambistas, mi mejor amigo. Thoma tiró una llave hacia mi lado con la cual abrí la mansión a la que su familia se atreve a llamar "cabaña vacacional". Cada ciertos meses sus padres abandonaban el banco de la capital y se quedaban aquí un par de semanas, mientras trabajaban Thoma se quedaba aquí solo disfrutando.

Subí a su habitación, allí me esperaban el elfo y 2 ukeleles.

-Mira lo que mis padres me mandaron, llegaron anoche, estuve practicando hasta que la luna incluso pasó de la mitad del cielo ¿Cómo te fue en la entrevista? -Thoma hablaba siempre en un tono muy alegre, era contagiosa su felicidad.

-No creo que me contraten, pero a Lonny sí, el entrevistador quedó encantado con sus ojos, ojalá los míos fueran así también.

-Los ojos azules son igual de lindos que los ojos verdes, mientras que Lonny cautiva con el bosque en su mirar tú tienes un cielo entero que explorar en los tuyos.

Me reí, Thoma era muy bueno dando palabras de más.

-Bueno, pero estas cosas, sabes cuánto me tomó aprender a tocar la flauta decentemente... -Comencé a hablar.

-¿Decentemente? Eres buenísima con eso, date crédito.

-Lo que digas, el punto es que con esto demoraré meses.

-Tenemos mucho tiempo en el hoy que apenas empieza.

Mi tarde se pasó aprendiendo acordes en el nuevo instrumento y comiendo tartas de mango, el ukelele resultó ser como una pequeña guitarra a mi parecer, así que en realidad acoplé bastante fácil. Preparamos tartas de mora mientras terminamos de componer una canción en la que llevábamos enfocados las últimas 2 semanas.

Noté que pronto comenzaría a atardecer, tenía que irme ya a casa si quería llegar antes de que la noche me consumiera.

-El cielo comenzó a sonrojarse, sabes lo que significa.

-¿No vemos mañana, Sunne? -Dijo Thoma.

-Claro, a menos que tenga que vender carne, podrías acompañarme.

-¡Suena emocionante!

-Claro, emocionante, nos vemos mañana Thoma.

Al despedirme empaqué unas tartas de mango que sobraron en un trozo de tela para llevarlas a casa conmigo, seguro a mi familia le gustaría, y podrían endulzar la futura noticia de que me rechazaron en la taberna. Cuando lo anuncien.

Volví a la aldea por Lonny y nos dirigimos a casa, llegamos justo cuando la noche empezaba a titilar, Henna y mamá no estaban, solo papá. Los 3 nos sentamos juntos a cenar y degustar las tartas de postre.

-Tengo novio -Soltó Lonny de repente mientras papá y yo seguíamos en la mesa.

Papá abrió los ojos como si hubiera visto a un oso bailar, pasó saliva aún impactado, mientras que yo aplaudí a Lonny por al fin contarlo, lo sabía, debí haber apostado con Henna.

-Es Diago, el hijo de los floristas, es un buen chico, sus padres quieren invitarnos a almorzar algún día... Si ustedes quieren, claro -Dijo Lonny.

-Cena gratis, me apunto -Dije.

-Está bien, emmm, podremos asegurar una fecha e ir todos juntos ¿quieres que sea yo quien le diga a tu mamá o quieres decirle tú? -Preguntó papá.

-Dile tú, por favor -Dijo Lonny, mamá podía ser muy imponente con estos temas, cuando Henna dijo que tenía pareja le llamó a interrogarle al instante, terminaron a los pocos días por el susto que le dio mamá a esa pareja.

-A todas estas ¿Dónde están? Henna y mamá -Pregunté.

-Salieron de cacería, dijeron que pasarían la noche fuera acampando -Respondió papá.

Lonny recogió los platos para lavarlos, dejándonos a papá y a mí en el comedor.

-¿Tú ya sabías? -Preguntó papá.

-Pfff, sí, Lonny no lo oculta ni un poco -Dije.

-Ojalá a Thoma le gustaran las chicas, si tú y él estuvieran juntos... Tendrías la vida resuelta en temas de dinero.

-Papá, no -Respondí negando con la cabeza -Thoma es mi mejor amigo, además, a mí tampoco me gustan los hombres ¿se te olvida?

-Pues como nunca nos has presentado una novia ¿No daría igual?

Nos reímos con papá, solo nosotros entendíamos nuestro humor.

Subí a mi habitación y me asomé por la ventana, un pequeño pájaro rojo me miraba desde la rama de un árbol ¿Era el mismo de esta mañana? Lo llamé para que entrara, las noches en otoño eran frías así que seguro preferiría dormir en el calor de una casa, no me hizo mucho caso y se quedó por fuera, al menos lo intenté.