Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31. Demonio.


«Demonio»

—¡AMIRAAA! —grité desesperado.

Mis dos manos cayeron sobre el césped, intentando sostener mi cuerpo. Temblé cuando noté que el anillo de Ami estaba entre ellas y lo tomé para poder guardarlo en mi pantalón, muy consciente de lo desprotegida que estaba sin él.

Una punzada recorrió mi pecho, paralizando mi respiración. Llevé una de mis manos a la altura de mi corazón, sorprendido ante todo el dolor que estaba sintiendo. No solo era físico, algo muy dentro de mí ardía y quemaba tanto que mis pulmones necesitaban aire desesperadamente.

Amira no estaba. Iba a perderla de nuevo. No lo soportaría.

—Joham...

Dandelion se inclinó junto a mí y pude percibir toda su preocupación, pero me fue imposible juntar el aire suficiente para responderle. Desesperado y con algunas lágrimas en los ojos, me aferré a su ropa con uno de mis puños. Sentía que me asfixiaba lentamente.

—¿Estás herido? —sus ojos me recorrían una y otra vez, tratando de encontrar una respuesta.

Cerré mis ojos, intentando concentrarme en mi respiración. Sentí cómo él tomó mi brazo y lo puso sobre sus hombros para ayudarme a ponerme de pie. Alcancé a echarle un último vistazo al claro antes de desaparecer.

Volvimos al castillo. Dandelion apareció en la biblioteca, lejos de la fiesta. La música aún se escuchaba a todo volumen, lo que me hizo suponer que los forestnianos seguían bailando y disfrutando, ajenos a todo lo que estaba pasando.

En la biblioteca estaban Jared y Samara, la última consolando a mi pequeño. Sus ojos se abrieron mucho cuando me vieron.

—¡Papá! —gritó Jared.

—Creo que está herido —explicó Dandelion, algo inseguro.

Samara no lo pensó dos veces y utilizó su mano para cubrir los ojos de Jared, solo eso bastó para que mi hijo perdiera la consciencia y cayera dormido sobre sus brazos. Ella lo recostó en uno de los sillones más grandes y se acercó rápidamente. Sus ojos morados me examinaron con precaución y un brillo azul envolvió sus dos manos. La derecha automáticamente se movió hasta mi pecho y cuando se colocó sobre él, logré sentir una ligera calidez.

—Estás teniendo un ataque de pánico —explicó, mirándome a los ojos—. Respira. Te ayudaré.

Entonces comprendí que estaba hiperventilando, completamente aterrado. El brillo azul de Samara se extendió por mi pecho e intenté controlar mi respiración. Algo de aire logró entrar a mis pulmones.

—Eso. Sigue así.

Tardé algunos minutos en poder volver a la normalidad, pero gracias a Samara lo logré.

—¿Cómo...? —dije en cuanto comencé a sentir que el aire salía y entraba con más normalidad—. ¿Cómo me encontraste?

Dandelion señaló a Jared con la cabeza.

—Apareció junto a nosotros. Nos dijo que estaban en peligro. —Tragó saliva—. ¿Dónde está Amira?

A pesar de que la mano de Samara continuaba en mi pecho intentando tranquilizarme, una segunda punzada de dolor atravesó mi corazón.

—Enzo está vivo —expliqué lleno de desesperación— se la llevó. No... no pude impedirlo. Poseyó a Raúl para esconderse tras su inmunidad y mi magia no le hizo nada.

Samara inhaló bruscamente al escucharme y Dandelion me miró con incredulidad.

—¿Está vivo? ¿Cómo?

Yo negué con la cabeza, indicando que no sabía la respuesta.

—Debió ser otro de sus trucos, es mucho más poderoso de lo que creemos —dije intentando ponerme de pie—. Tengo que ir por ella, antes de que sea demasiado tarde.

—¿A dónde? —preguntó la sanadora, dejando ver su preocupación.

—Creo saber dónde está, pero no sé cómo llegar ahí. Necesitaré ayuda.

—Cuenta con nosotros

Asentí. No tenía duda alguna de que ellos me darían todo su apoyo, pero yo necesitaba en mi equipo a alguien tan poderoso como Enzo.

—¡Arus! —grité, seguro de que el hada lograría escucharme— ¡ARUS!

Él apareció en medio de todos nosotros. Sus ojos plateados me miraron con curiosidad.

—Necesito tu ayuda, es urgente —expliqué rápidamente. Sentía como si estuviéramos desperdiciando tiempo valioso —. Amira está en peligro.

Un brillo mortífero cruzó por su mirada.

—¿Qué tipo de peligro?

—Enzo la secuestró —dije sin rodeos—. ¿Sabes como puedo llegar al infierno?

—¿Qué te hace pensar que la llevó al infierno?

—Es donde se ha estado escondiendo, pero no tengo idea de como lo ha logrado.

Arus frunció su ceño, creo que nunca lo había visto hacer eso.

—Solo los demonios pueden acceder a esa dimensión —explicó.

—¿Estás sugiriendo que Enzo es un demonio?

—Hay algo muy extraño en todo esto.

—Arus, no tenemos tiempo —pedí desesperado.

—No podemos arriesgar la vida de la reina. Si Enzo es un demonio...

—Enzo no la matará.

Y todos me miraron como si estuviera loco.

—¿Entonces para qué la secuestró?

—Dijo algo, una especie de profecía —intenté explicar, consciente de lo confuso que todo estaba resultando—. El oráculo del infierno dijo que Amira y yo tendremos una hija muy poderosa, tal vez por eso Ami puede usar su magia. La secuestró para poder absorber todo ese poder y convertirse en el rey de Sunforest.

Hubo un breve silencio tras mis palabras. Dandelion y Samara me miraban con incredulidad, en cambio, parecía que Arus comenzaba a entender las cosas.

—Si la profecía es cierta y Enzo logra absorber sus poderes...

—No podremos detenerlo —finalicé—. Además, quiere lastimar a Ami... de otras maneras.

La idea flotó en el aire, causándome náuseas. Arus gruñó al comprenderla.

—Necesitamos invocar a un demonio —explicó— y convencerlo de que nos abra un portal. Es la única manera.

Yo dejé caer la mandíbula, sorprendido por la respuesta.

—¿Como diantres convenceremos a un demonio de abrir el portal? —pregunté presintiendo que aquella misión se estaba volviendo imposible.

—Yo me encargo —aseguró. Asentí con la cabeza, confiando en él.

—Yo iré por ella —anuncié.

—Nosotros iremos contigo —respondió Dandelion tan leal como siempre, pero yo negué.

—Los necesito aquí durante mi ausencia —ordené—. Samara, protegerás a Jared. Dandelion, protegerás al bosque. Si Amira y yo no volvemos tú estarás a cargo hasta que Jared sea capaz de gobernar, ¿lo entiendes?

El forestniano de ojos amarillos no pudo ocultar su angustia, pero me regresó una mirada segura. Él siempre sabía guardar la calma.

—Entendido, majestad.

—Detén la fiesta e informa a todos sobre lo que está sucediendo, sin mencionar nada acerca de la profecía. Trata de que no entren en pánico para que no hagan ninguna tontería.

—Puedes confiar en mí —aseguró.

—Lo hago —asentí.

—Ten mucho cuidado —pidió— si me necesitas...

—Te llamaré.

Samara no logró comportarse tan ajena y me abrazó, envolviéndome fuertemente con sus brazos.

—Sé un héroe —me dijo al oído— pero regresen, los necesitamos.

—Lo haremos —prometí, aunque no me sentía tan seguro.

—Lo cuidaré como si fuera mi propio hijo —dijo refiriéndose a Jared.

—Gracias —respondí devolviéndole el abrazo. Cuando nos separamos miré a Arus, quién se había limitado a esperar pacientemente—. ¿Qué tengo que hacer? —pregunté.

—Deberíamos ir a un lugar más apartado, será peligroso invocarlo en el castillo. Las cosas podrían salirse de control.

—Bien —accedí mirando por última vez a Dandelion y Samara. Jared seguía recostado en el sillón y una nueva punzada destrozó mi corazón, así que aparté rápidamente la vista—. Vámonos.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro